DISCLAIMER:

"Naruto" y sus personajes son propiedad única y exclusiva de Masashi Kishimoto.

"Phineas y Ferb" y sus personajes son propiedad única y exclusiva de Dan Povenmire y Jeff Marsh


CLAVE:

bla: diálogo

bla: pensamiento

BLA: voz alta

¡BLA!: grito

BLA: voz tenebrosa

"bla": mala pronunciación


CAPÍTULO I

Era otro hermoso y caluroso día de verano en Danville, capital del Área Limítrofe. El sol brillaba en un límpido cielo azul ocasionalmente surcado por una que otra nube. En una casa situada en uno de los suburbios de la ciudad estaban dos niños y su ornitorrinco sentados a la sombra de un frondoso árbol ubicado al centro del patio trasero de la casa de dos pisos.

Phineas Flynn y Ferb Fletcher estaban bajo el árbol con la mirada somnolienta y fija en el infinito.

Mientras tanto, Candace Flynn, hermana de Phineas y hermanastra de Ferb, estaba dentro de la casa hablando por celular con su mejor amiga, Stacy Hirano, hablando (como siempre) sobre su novio, Jeremy, y sobre cuándo iba a salir con él. Repentinamente Candace miró a sus hermanos con una mirada seria y acusadora.

A causa del calor del día, Phineas, Ferb y Perry, nombre que tenía el ornitorrinco, habían caído presas del sopor y la modorra. Se encontraban faltos de ánimo, lo cual era raro ya que ellos ni dejaban pasar ningún día sin haber llevado a cabo todos los fantásticos proyectos que surgían de sus hípercreativas mentes cual chorro de agua de un géiser.

PHINEAS: "¡Hace tanto calor, Ferb! No tengo ganas de hacer nada. ¡Creo que hoy nos vamos a dedicar a la pereza! ¿Tú qué dices, Perry?"

El ornitorrinco se limitó a gruñir mientras que Ferb sólo asintió.

Mientras tanto Candace irrumpió en el patio trasero y se dirigió al par de niños con un aire hosco y casi amenazador.

CANDACE: ¡Muy bien, Phineas y Ferb! ¡¿Qué están planeando esta vez? No importa lo que hagan ¡se lo diré a mamá!

PHINEAS: Tranquila, Candace, no creo que vayamos a hacer algo hoy. Tenemos pereza.

CANDACE: ¡Pues más vale que así sea! Jeremy me va a recoger para ir al cine ¡y no quiero sorpresitas!¿¡QUEDÓ CLARO!

PHINEAS: ¡Claro, Candace! No te preocupes. Ferb, ¿por qué no mejor vemos T.V.? Trae a Perry.

Los niños y su mascota entraron a la casa mientras Candace los seguía con una mirada fija y sospechosa. Era como si no se hubiera creído eso de que los siempre creativos e industriosos de sus hermanos iban a dedicarse a la locha hoy. Pero casi de inmediato dejó de pensar en ellos para abrirle la puerta a Stacy, quien había llegado a petición suya con el fin de obtener asesoría en cuanto a maquillaje y vestimenta a la hora de salir con Jeremy.

Phineas y Ferb, apenas sentados en el sofá, se pusieron a hacer zapping por entre los más de 500 canales de su sistema de cable. Ferb ya se estaba cansando de oprimir tantas veces el botón de cambiar cuando un súbito "¡Hey, regrésalo!" de Phineas lo detuvo.

El motivo del sobresalto de Phineas era más que obvio. Era el canal de ciencia ficción y precisamente estaban pasando ese día una maratón de Super Sliders, una serie que trataba de un grupo de personas que accidentalmente inventan un aparato que les permite realizar viajes interdimensionales, lo cual es fuente de frecuentes aventuras. De todas sus series de ciencia ficción, ésa era su favorita.

Los ojos de Phineas se iluminaron repentinamente, las energías le volvieron y muy animadamente le dijo a su hermanastro de cabellos verdes "Ferb: ¡ya sé qué vamos a hacer hoy!". Mientras Phineas decía esto, Ferb ya tenía en una mano las páginas amarillas mientras con la otra le pasaba el teléfono para que hiciera las llamadas correspondientes.

Mientras Phineas marcaba notó que faltaba algo…más bien, alguien.

PHINEAS: Oye, ¿y Perry?

El ornitorrinco se había escabullido hasta la cocina en donde oprimió el botón del lavavajillas, luego abrió la puerta de dicho aparato y entró en él no sin antes ponerse su sombrerito café. El ornitorrinco se deslizó por un tubo transparente hasta su búnker subterráneo. Allí cayó sentado en una silla que tenía al frente un gigantesco monitor en donde se veía a un hombre canoso de serio semblante. El mayor Francis Monograma.

MONOGRAMA: "¡Buenos días, Agente P! Lamento interrumpirte pero ya sabes que el mal nunca descansa. El doctor Doofenshmirtz ha hecho una serie de llamadas extrañas y ha estado recibiendo una serie de paquetes sospechosos. ¡Ve, averigua qué trama y detenlo, Agente P!

Perry hizo el saludo militar e inmediatamente se subió en su carrito volador para dirigirse raudamente al rascacielos de Doofenshmirtz Malvados & Asociados.

Mientras tanto algo raro sucedía en la casa de los Flint-Fletcher. Una serie de camiones dejaban toda clase de materiales de metal en el patio ante la atónita mirada de Candace quien furiosa miraba todo desde su habitación del segundo piso. Al mismo tiempo uno de los mensajeros estaba sorprendido por la clase y cantidad de material que estaba entregando a unos niños y mientras les pasaba la planilla para que firmaran el recibido les preguntó si no eran muy jóvenes para manejar materiales fusionables, magnéticos y superconductores; ante esto Phineas respondió tranquilamente que sí, sí eran muy jóvenes.

Candace, desde su habitación, no dejaba de rechinar sus dientes.

CANDACE: ¡HOOOOSH! ¡Sabía que estos chicos no se iban a quedar quietos! ¡Sólo esperen a que mamá sepa de esto! ¡oh, están en serios problemas!

STACY: ¡No, Candace! No dejes que tus hermanos arruinen este día. ¡Concéntrate! Tu prioridad es Jeremy y sólo Jeremy ¡OK! Más bien concentrémonos en qué te vas a poner para tu cita.

Después de haber probado todos los vestidos de su armario, desde lo más hippie hasta lo más estrambótico, ambas muchachas coincidieron en que el vestido diario de Candace (blusa roja, falda blanca) era más que adecuado para la cita.

Phineas y Ferb ya le estaban dando forma a su invento, parecía una especie de antena parabólica gigante pero estaba sin terminar y aún había partes desperdigadas por el patio. En esas llegó su vecinita Isabella García-Shapiro atraída por la enormidad del extraño aparato que Ferb y Phineas, el objeto de sus afectos, estaban construyendo.

ISABELLA: ¡Hola Phineas! ¿Qué están haciendo?

PHINEAS: ¡Ah, hola Isabella! Estamos construyendo un portal interdimensional para visitar otros mundos. También conocido como Puente Einstein-Rosen.

FERB: Pero como es entre dos universos, más bien es un agujero de gusano de Schwarzchild..

ISABELLA: ¿Las exploradoras y yo podemos ayudar? Necesitamos nuestras insignias de viajes interdimensionales.

Detrás de Isabella estaba la Tropa de Niñas Exploradoras número 46.231 con sus uniformes, en formación y listas para recibir órdenes de Phineas y Ferb.

PHINEAS: Sí, no veo problema. ¿Tú qué dices, Ferb?

Ferb se limitó a asentir.

De pronto se escuchó una voz ruda. Era Buford von Stomm, el bravucón del barrio quien tenía a Baljeet a su lado cual bolso de señora.

BUFORD: ¿Qué basura es esto, Phineas?

PHINEAS: Es un portal interdimensional. Ya le falta poco.

BALJEET: ¿Acaso están construyendo un agujero de gusano de Schwarzchild? ¡Estupendo! ¿Qué dimensión planean visitar?

PHINEAS: Vamos a dejarlo a la suerte. En todo caso Ferb se tomó la libertad de construir un vehículo lo suficientemente dotado, grande y espacioso para que quepamos todos.

Mientras Phineas hablaba, Ferb señalaba a un vehículo con apariencia de hovercraft que relucía por recién hecho. Tenía silletería de cuero, compartimientos para el equipaje y bodega par consumibles por una semana. En esas, una adolescente castaña se acercaba al grupo de niños, visiblemente furiosa, acompañada con una amiga de facciones orientales.

CANDACE: ¡PERO QUÉ RAYOS HACEN, PHINEAS Y FERB! ¿No que hoy no iban a hacer ninguno de sus…planes raros? ¡Van a estropear mi cita con Jeremy!

PHINEAS: Lo sentimos, Candace, pero la inspiración no tiene horario. Discúlpanos, hermanita.

CANDACE: ¡No les creo! Sólo sé que están en problemas. ¡Se lo diré a mamá!

PHINEAS: Ah, bueno. Mándale saludos de nuestra parte.

Candace procedió a sacar su teléfono celular y llamó a su madre, Linda Flynn. Ella, a su vez, estaba en compañía de su esposo y padre de Ferb, Lawrence Fletcher, en el supermercado comprando los víveres del mes. La mujer contestó.

LINDA: ¡Ah, hola Candace!...sí,…ajá…ajá…¡Ay hija, no exageres!…ellos no van a arruinar tu cita con Jeremy…sí, …más bien relájate y espera a que lleguemos para que puedas irte con Jeremy tranquila…bueno…besos…chao…¡que chao!.

FLETCHER: ¿Qué pasó, amor?

LINDA: ¡Oh, nada! Tú sabes cómo es mi hija de exagerada con sus hermanos. No le hagamos caso y más bien sigamos con las compras.

¡Doofenshmirtz Malvados y Asociados!

Perry se botó del carrito volador e hizo caída libre y, faltando unos pocos metros, desplegó su paracaídas y aterrizó en la azotea del rascacielos Doofenshmirtz. Luego entró por la puerta de la azotea y bajó hasta la puerta de la oficina. Cuando la abrió de una patada y avanzó al interior un par de rayos naranjas fueron disparados hacia su cuerpo y, acto seguido y excepto su cabeza, Perry fue paralizado. Mientras tanto los rayos seguían aún encendidos.

Un hombre encorvado, de cabellos castaños, de nariz puntiaguda, acento alemán marcado y atuendo de farmaceuta se acercó al ornitorrinco de sombrero con una sonrisa malvada.

DOOFENSHMIRTZ: ¡Hola, Perry el ornitorrinco! ¿Te ggusta mi Parralizaddinaddorr? Ya me cansé de las trrampas que involucran jaulas, ¡son muy anticuaddas! Algún día tenía que actualizarrme. Perro bueno, vamos al grrano. ¿Sabes ya que me fastidian la naturraleza, los desfiles, los prresentadorres de programas matutinos y mi herrmano el alcalde? ¡Pues miirra mi AGUJERRONEGRRINIZADORR!

Doofenshmirtz develó ante un paralizado y sorprendido Perry un aparato volador con una antena parabólica. Era el Agujeronegrinizador.

DOOFENSHMIRTZ: ¡Prronto me elevarré sobrre el Árrea Limítrofe y generrarré un agujerro negrro que se lleve tooodo lo que oooddio al otrro lado del universo! ¿No es bonito, Perry el ornitorrinco?

El ornitorrinco se limitó a mirar feo y gruñir al científico loco.

DOOFENSHMIRTZ: Parra que seas testigo de mi podderr te llevarré conmigo y, cuando terrmine, ¡te irrás por el agujerro negrro! ¡BUA JA JA JA!

Detrás de Doofenshmirtz estaba un robot gigante con aspecto de ejecutivo y cuya fuente de energía era una ardilla en una rueda para hámsteres. Su nombre era Norm y llevaba el aparato volador a la terraza. En la terraza estaba una muchacha con un traje gótico de cuero muy ajustado, lo cual resaltaba su figura esbelta.

DOOFENSHMIRTZ: ¿Sabes qué me tiene contento, Perry el ornitorrinco? ¡Me llena de orgullo que mi hija Vanessa porr fin se interrese en el negocio familiarr! ¡Estoy tan feliz que estoy que me pongo a llorrarr!

VANESSA: ¡Esto no lo hago por ti sino por mí, papá! Si colaboro contigo, por fin tendré las pruebas de que eres malo y podré mostrárselas a mamá.

DOOFENSHMIRTZ: Sííí…Vanesa, porr fin te interesas porr el negocio. ¡Algún día herredarrás mi emporrio del mal!

Vanesa se limitó a dejar escapar una expresión leve de aburrimiento y subió junto con su padre, el robot y el ornitorrinco prisionero a la nave que contenía el extraño aparato. A continuación, y después de que el del traje de farmaceuta hubo oprimido unos cuantos botones y palancas, el aparato comenzó a ganar altura en medio de las carcajadas malignas de Doofenshmirtz.

DOOFENSHMIRTZ: ¡PORR FIN TENDRRÉ ÉXITO Y TÚ, PERRY EL ORNITORRINCO, ESTARRÁS PRRESENTE EN PRRIMERRA FILA!

En el patio de la casa Fletcher-Flynn los niños estaban observando el aparato interdimensional por fin terminado. Era un plato de antena parabólica bastante grande y orientado hacia el cielo. Estaba listo para ser utilizado.

PHINEAS: El aparato funciona así: Ferb activará la fuente de energía y, mientras la antena se carga, todos vamos entrando al vehículo volador. Si todo sale como se planeó, un rayó saldrá de la antena y creará un inmenso hoyo-portal en el cielo, el cual nos transportará a la otra dimensión…

BALJEET: ¿Y si se cierra el portal?

PHINEAS: Por suerte Ferb construyó una versión más pequeña de la antena, del tamaño de un control remoto, que se encargará de abrir el portal en la otra dimensión mientras el aparato en la nuestra esté encendido. Bueno ¡¿Quién quiere entrar primero?

Todos los niños entraron a la nave, excepto Ferb quien no iba a entrar sino después de haber encendido el aparato. Candace y Stacy, alarmadas por el ruido, salieron corriendo a ver qué pasaba y vieron a Ferb entrando. Visto esto, Candace se dirigió a la nave muy furiosa mientras Stacy trataba, infructuosamente, de detenerla.

CANDACE: ¡¿PERO QUÉ RAYOS ESTÁ PASANDO ACÁ? ¡Oh, están en problemas! ¡Sólo esperen a que llegue mamá!

PHINEAS: Ah, ¡hola, Candace! Ven, sube que tenemos espacio para ti y Stacy.

CANDACE: ¡Yo no me voy a subir a esto! Esperaré a mamá y, cuando llegue, ¡estarán en problemas y…eh?

En eso Candace vio a Stacy sentada y abrochándose el cinturón de seguridad de uno de los asientos. ¿A qué horas subió que no la vió?

STACY: ¡Ay, no seas aguafiestas, Candy! Ven y siéntate que estos asientos están comodísimos. Además la nave está muy elegante.

CANDACE: ¡Qué elegante ni qué nada, Stacy! ¿Acaso vas a estar de su lado? ¡Más bien bájate de ahí!

Mientras Candace subía para sacar a Stacy, Ferb entró y cerró la puerta detrás de sí. Candace estaba furiosa y asustada y exigía, furibunda, que le abrieran la puerta.

PHINEAS: Lo siento Candace, no puedo abrirte la puerta porque ya empezó el procedimiento de despegue. Más bien siéntate y disfruta el viaje.

Candace tuvo que irse al asiento que le tenían reservado y procedió, como los demás, a abrocharse el cinturón de seguridad. Mientras tanto, algunas de las exploradoras iban repartiendo refrigerios entre los "pasajeros". Al mismo tiempo Phineas y Ferb estaban en la cabina ocupando los lugares del piloto y copiloto respectivamente; oprimieron unos botones y la nave se encendió y comenzó a ganar altitud.

Mientras esto sucedía, un rayo verde surgió de la antena que estaba en el patio de la casa Fletcher-Flint y llegó hasta una altura determinada en la cual se abrió un hoyo negro que chupaba las nubes a su interior como si fuera un huracancito. Ferb sacó el micrófono y se lo pasó a Phineas.

PHINEAS: Damas y caballeros: esto que ven a su derecha y hacia arriba es el agujero de gusano de Schwarzchild ¡portal hacia otro universo! Nos iremos a través de él. ¿Qué encontraremos? Nos corresponde a nosotros averiguarlo.

Mientras todos en la nave celebraban, la única desesperada era Candace quien estaba preocupada porque no iba a alcanzar a verse con Jeremy. La nave se dirigió al "ojo" del "huracán" que se había formado sobre los cielos de Danville.

Doofenshmirtz llegó a la altura que le había programado a su aparato y desde allí tenía una vista espectacular del Área Limítrofe.

DOOFENSHMIRTZ: ¡Sí…! Sonrríe mientrras puedas, Danville porque en pocos segundos te quitarré todo lo bonito que tengas y te harré ¡a mi retorcida imagen y semejanza! ¡JA, JA JA!

Mientras el científico loco iba a encender el aparato, repentinamente sintió una certera y dura patada propinada por unos pies pequeños y palmeados…pies que sólo pertenecían a una clase de mamíferos semiacuáticos y ponedores de huevos. Doofenshmirtz fue a dar directo al suelo pero se levantó tan rápido como se cayó.

DOOFENSHMIRTZ: ¡QUÉ! ¡¿PERRY EL ORRNITORRINCO? ¡¿Perro qué haces acá si yo te tengo paralizado allá?...Ahh, ya sé, lo que parralizé erra un señuelo robot. ¿¡Perro cómo pude caerr en un trruco tan viejo?

De inmediato se armó una pelea de patadas y puños entre Doffenshmirtz y Perry que tuvo a Norm y Vanessa como espectadores. En un punto de la pelea, el científico oprimió accidentalmente un botón que provocó la súbita aceleración de la nave. Se dirigían al extraño "fenómeno meteorológico" que se veía al frente de ellos; aunque todos los de la nave estaban inmóviles por las fuerzas G, Perry se las arregló para llegar al botón de autodestrucción del Agujeronegrinizador y oprimirlo: quedaban 20 segundos. Doofenshmirtz, mientras miraba lo que Perry hacía, se lamentaba por haberle puesto ese botón a su invento.

Perry vio la otra nave que estaba volando y logró a distinguir a Phineas y Ferb, acto seguido logró botarse de la nave de Doofenshmirtz mientras éste gritaba "¡TE ODIO PERRY EL ORNITORRINCO!" y cayó encima de la de los niños, abrió una escotilla y entró en la nave teniendo la precaución de quitarse el sombrerito y actuar como un animal no pensante. A continuación se dirigió a la cabina y gruñó.

PHINEAS: ¡Oh! Ahí estás, Perry! ¡Señores! Entraremos en 5…4…3…2…1…¡ADENTRO!

La nave de Phineas entró por el agujero al mismo tiempo que la de Doofenshmirtz pero ninguno de sus tripulantes se dio cuenta de la existencia del otro.

Las naves entraron por un túnel multicolor, parecía una visión sicodélica. Los relojes estuvieron detenidos mientras estaban dentro de él. Los niños veían tal profusión de color con tanta admiración que quedaron embobados pues jamás habían visto algo tan lindo. Cuando terminó recorrido del túnel los niños vieron por la ventana un paisaje muy hermoso; era una zona muy boscosa y muy verde. Al fondo vieron algo que les pareció muy familiar.

CANDACE: ¡OIGAN! ¿Qué no es ese el Monte Rushmore? ¡Qué fraude! Dizque un puente interdimensional y terminamos yendo sólo al otro lado del país. ¡Esto es vergonzoso y muy por debajo de tu nivel, Phineas!

BALJEET: Candace, ese no es el Monte Rushmore. Lo sé porque es de granito, lo cual le da un color grisáceo. Éste, en cambio, es amarillento y parece ser que tiene una ciudad en sus faldas.

ISABELLA: ¿Una ciudad? ¡Vamos y visitemos a su gente! Así ganaremos nuestra insignia de contacto alienígena.

PHINEAS: ¡Ya puse el rumbo!

STACY: Si es una ciudad, me imagino de hay centro comercial. Me muero por probar la mod…

Un repentino estruendo se escuchó, era el Agujeronegrinizador que había volado en mil pedazos. La explosión mandó lejos a Doofenshmirtz, Vanesa y Norm y lanzó esquirlas filosas al motor y al sistema de dirección de la aeronave de Phineas y Ferb. Piloto y copiloto ordenaron a sus pasajeros permanecer en sus asientos y tomar posición de choque mientras trataban inútilmente de controlar la nave, la cual tenía la trayectoria de impacto dirigida a aquella misteriosa ciudad.

Por más que lo intentaron, no pudieron elevar la nave, lo más que pudieron hacer fue disminuir el ángulo de impacto de manera que el aparato pudiera aterrizar de barrigazo pero iban demasiado rápido. Hicieron todo lo posible para contactar por radio a las autoridades aeronáuticas de aquella ciudad pero sólo escucharon voces de niños de nombres raros hablando cosas incoherentes sobre una misión para atrapar a una gata fugitiva.

Resignados a su suerte, Phineas sólo atinó a decir que éste era el último viaje y que había sido todo un honor haberlos tenidos como hermanos y amigos. Candace fue presa del pánico y gritó y lloró como jamás lo había hecho antes abrazada a Stacy quien también se había resignado. Isabella gritó que iba confesarle a Phineas algo que quería decirle desde hace mucho, nos obstante su confesión fue interrumpida por el barrigazo de la nave.

El aparato tocó tierra en el bosque y fue arrasando decenas de metros de árboles hasta que llegó a la muralla de la ciudad, la rompió y siguió avanzando unos cuantos metros más dentro hasta detenerse frente a, lo que parecía ser, un restaurante de ramen. Toda la muralla que rodeaba la ciudad se había derrumbado como fichas de dominó; por suerte ninguna de las casas había quedado afectada y nadie había sido herido.

Dentro de la nave todos, excepto Perry, yacían inconscientes. Salvo algunas magulladuras, ninguno tenía heridas de consideración porque las sillas venían equipadas con bolsas de aire.

Afuera de la nave una multitud de curiosos se iba aglomerando para ver esa cosa tan rara que había caído del cielo. De entre los curiosos salieron dos niños y un niña; uno de ellos tenía una bufanda tan larga que llegaba al suelo, otro vestía de azul tenía una mirada adormilada y la niña tenía en el peinado dos moñas que aparentemente desafiaban las leyes de la gravedad porque apuntaban diagonalmente hacia arriba.

Detrás de ellos venían dos adolescentes; uno de ellos era rubio, de ojos azules, con tres cicatrices en cada mejilla a modo de bigotes y vestía un traje naranja con negro y botas-sandalias que dejaban ver los dedos de los pies. Tenía una reciente herida de puñetazo en la cara. Venía en compañía de una muchacha delgada, de tez pálida, algo frentona, de cabello rosado, blusa roja y minifalda gris.

Atrás de ellos venía un hombre maduro, de cabello blanco y largo, vestía un traje tradicional japonés y tenía en su espalda un rollo gigante. El par de muchachos lo llamaban Jiraiya mientras él los llamaba Naruto y Sakura respectivamente.

SAKURA: ¿Qué cree que sea eso, Jiraiya-sensei1?

JIRAIYA: No tengo la menor idea, Sakura. Nunca, en el tiempo que llevo viajando por el mundo, vi algo semejante. Jamás había visto algo tan extraño y con tanto poder de destrucción al mismo tiempo.

SAKURA: ¿Será algún invento de Orochimaru?

JIRAIYA: No sería raro. Si es así, habrá que proceder con extremo cuidado. Tal vez sea una trampa.

NARUTO: Pues a mí no me parece una trampa, dattebayô2! Voy a investigar, ¡la curiosidad me carcome!

SAKURA: ¡¿Acaso eres un idiota, Naruto! ¿¡No entendiste lo que ha dicho Jiraiya-sensei? ¡Puede ser peligroso!

NARUTO: ¡Tranquila, Sakura-chan3! Usaré un clon de sombra para investigar dentro del aparato, dattebayô! ¡KAGE BUNSHIN NO JUTSU!4

En el acto un clon idéntico al rubio apareció ante la vista de todos; el clon se dirigió a la nave, abrió la puerta con fuerza y entró. Después de unos cuantos segundos salió con cara de preocupación y se disolvió. Luego el semblante de intranquilidad pasó al rubio.

SAKURA: ¿¡Qué ocurre, Naruto?

NARUTO: ¡Hay que llamar a Tsunade-bâchan5 y a todos los ninjas médicos de Konoha ya mismo! Ahí dentro hay unos niños inconscientes, dattebayô y creo que necesitan ayuda urgente, Sakura-chan.

JIRAIYA: ¿Unos niños, dices? Eso está muy raro. ¿Qué hacen unos niños ahí? ¿Acaso Orochimaru está usando niños en alguno de sus retorcidos experimentos?

NARUTO: No, no creo. No he visto la marca de Orochimaru ahí dentro. Esto es diferente.

SAKURA: ¡Mientras ustedes hablan, esos niños se pueden estar muriendo! Voy a sacarlos. Moegi, Konohamaru, Udon: ¡denme una mano!

De inmediato el niño de la bufanda, el de la mirada perezosa y la niña del peinado raro obedecieron a la pelirrosada y procedieron a sacar uno por uno a los heridos cuidadosamente. Mientras Moegi, Udon y Konohamaru iban sacando y acomodando a los inconscientes en el suelo, Sakura les imponía sus manos que resplandecían de un color verde. Era un jutsu médico.

SAKURA: No tienen hemorragias internas…no tienen huesos rotos…no hay trauma craneoencefálico…Aparentemente no tienen nada grave, sólo están inconscientes…pero hay algo raro acá… ¡pareciera que no tuvieran casi nada de chakra! ¡Qué raro! Será mejor que Tsunade-sama6 me diga qué debo hacer en estos casos.

NARUTO: ¡Mira este animal tan lindo, Sakura-chan!

Cuando Sakura volteó a mirar, vio que Naruto estaba agarrando a una criatura muy rara como si fuera un peluche. La criatura tenía pico y patas de pato, pero su cola era de castor y su pelaje era verde. Más que ternura, el extraño ser le provocaba susto. El rubio se lo acercó a la pelirrosada y el animal se limitó a gruñir.

SAKURA: ¡ALEJA ESO DE MÍ, NARUTO-BAKA7! ¿¡De dónde lo sacaste?

NARUTO: Estaba dentro de esa cosa. ¿No es lindo? ¡Es suavecito y gruñe muy lindo!

JIRAIYA: Este animal me huele a experimentos de Orochimaru. Propongo enjaularlo para estudiarlo. ¿Acaso Orochimaru está empezando a experimentar con animales? Sería algo nuevo pero no sorprendente; ése no conoce de límites éticos.

Perry el ornitorrinco vio en el suelo a Phineas y Ferb y se arrojó de inmediato hacia ellos. Les gruñó y, como no le respondieron, se acostó entre ellos mientras seguía gruñendo con cara de preocupación.

SAKURA: Por lo que veo es un animal muy fiel. Debe ser mascota del niño pelirrojo y del peliverde.

A continuación un grupo bastante grande de ninjas vestidos de blanco se abrió paso por entre la multitud y llegó hasta el sitio del accidente. Los acompañaba una mujer rubia, con un pequeñísimo rombo lila en su frente y que vestía un vestido gris con gabardina verde. Por el respeto y reverencia con el que la multitud la miraba, debía tener un cargo de altísima importancia.

NARUTO: ¡Hola, Tsunade-bâchan! ¡Ya te estabas tardando mucho!

TSUNADE: ¡Cuántas veces te he dicho, Uzumaki Naruto, que no debes llamarme…bah…no tiene caso!

SAKURA: ¡Naruto-baka! ¡Respeta a la Quinta Hokage8!

TSUNADE: Deja así, Sakura. Más bien infórmame qué ha pasado acá.

SAKURA: Hace pocos minutos esto bajó del cielo y se estrelló contra los muros de Konoha, destruyéndolos en el proceso. Aparentemente venía muy rápido porque terminó su recorrido acá, frente a Ichiraku Ramen. Como no sabíamos qué era o si revestía peligro, permitimos que Naruto usara un clon de sombra para investigar y hemos encontrado a estos niños, inconscientes, dentro de esta…cosa. Moegi, Konohamaru y Udon los sacaron mientras y los revisé para ver si tenían alguna herida interna grave, lo cual ha quedado descartado.

TSUNADE: Bien hecho, Sakura; felicitaciones Konohamaru, Moegi, Udon y gracias Naruto por su ayuda. Se tomará como misión cumplida y se les recompensará… ¡¿qué es ese animal?

La Hokage vio al ornitorrinco y se quedó sorprendida porque jamás había visto un animal así.

NARUTO: No sabemos qué es. El Sabio Pervertido dice que es un experimento de Orochimaru pero no lo creo. Nada lindo puede provenir de Orochimaru. Aparentemente es la mascota del pelirrojo y del peliverde porque no se les despega.

JIRAIYA: Bueno, hay que llevarlos al hospital de inmediato. Debemos esperar a que vuelvan en sí para interrogarlos. Debemos estar seguros de que no representan peligro alguno para Konoha.

TSUNADE: Jiraiya tiene razón. Llevémoslos al hospital y esperemos a que estén recuperados por completo. Mañana los interrogaremos. En cuanto al aparato y su contenido, los ANBU9 lo recogerán y guardarán hasta nueva orden.

Los ninjas blancos recogieron en camilla a los niños accidentados y procedieron a llevarlos al hospital mientras que otros ninjas negros, los ANBU, recogían el aparato y se lo llevaban a sus bodegas subterráneas.

En la parte más profunda del bosque habían pedazos retorcidos de metal y plástico por doquier. Sería todo silencio de no ser por los gritos de un extraño individuo que colgaba de un árbol apenas sosteniéndose de aquél con los jirones de lo que antes era un traje de farmaceuta. Parecía ser que los jirones no aguantarían mucho.

DOOFENSHMIRTZ: ¿¡VANESSA, NORRM? ¿EN DÓNDE ESTÁN? DÍGANME Y AYÚDENME, POR FAVORR.

Doofenshmirtz alcanzó a oir unos gritos de respuesta de Vanesa. Por el tono dedujo que se encontraba bien. No obstante sus jirones cedieron y terminó yéndose al suelo, colisionando frontalmente de forma dolorosa.

Cuando se levantó vio una entrada a lo que parecía ser un búnker pero tenía adornitos de serpientes lilas y techos de losa. Avanzó unos pasos para ver si podía pedir ayuda pero una voz muy tenebrosa lo detuvo en seco.

VOZ: ¿Qué crees que estás haciendo acá?

DOOFENSHMIRTZ: ¿Q…Quién es? ¿Qui…quien habla? ¡Esto no es gracioso, Perry el ornitorrinco! ¡Parra nada! ¡Tu no me asustarrás con trrucos barratos!

De pronto del tronco de uno de los árboles surgió un hombre de aspecto muy macabro. Era de cabello largo, tez pálida, ojos amarillos y con pupilas verticales cual serpiente, tenía un vestido beige y un gran moño lila atado en su espalda.

En cuanto a Doofenshmirtz, éste se encontraba muy asustado ante semejante espectáculo que sus ojos habían presenciado.

SUJETO: ¿Esto te parece un truco barato, pordiosero harapiento? ¿Quién es Péruri? ¿Es acaso uno de tus secuaces que pretenden entrar a robar acá?

Inmediatamente hubo una pequeña detonación apagada de humo, cuando se disipó dejó a la vista un hombre joven, traje lila, de gafas y de cabellos blancos de longitud suficiente como para hacer una coleta.

HOMBRE: ¿Qué pasa, Orochimaru-sama?

OROCHIMARU: No es nada, Kabuto. Aparentemente es un pordiosero que viene acá a mendigar comida o robar.

DOOFENSHMIRTZ: ¡No, están confundidos, no soy un porrdioserro! Soy el doctor Heinz Doofenshmirtz y estoy perrdido. No conozco esta zona y…

OROCHIMARU: ¡Cállate! No eres más que una sabandija fastidiosa. Kabuto, encárgate de esta basura. Nadie debe saber en dónde queda el escondite.

KABUTO: ¡Con mucho gusto, Orochimaru-sama!

Kabuto se puso en posición de combate y sus manos empezaron a emitir un aura blanca. Mientras Doofenshmirtz estaba paralizado por el terror, Kabuto corría rapidísimo hacia él; ya iba a propinarle un golpe rápido y mortal cuando, inesperadamente, algo extraño ocurrió. En menos de un segundo, el hombre de cabellos blancos había sido expelido hacia un árbol y sus manos estaban inmovilizadas por una camisa de fuerza; estraba tratando inútilmente de zafarse pero, a más intentos, más se atesaba la camisa.

Norm salió del follaje mientras Doofenshmirtz lo miraba como su héroe.

DOOFENSHMIRTZ: ¡OH, NORRM, ME SALVASTE LA VIDA! ¡No sé cómo agrradecérrtelo!

NORM: Construyéndome una esposa, amo.

Luego se dirigió a donde Kabuto, quien no podía creer que había sido humillado ante su amo por una simple marioneta.

NORM: Muchacho. No eres hospitalario. ¡Mal hecho!

Luego el robot apuntó su brazo disparador de camisas de fuerza hacia Orochimaru y le dijo:

NORM: Usted debe educar mejor a sus hijos.

Orochimaru no podía creer lo que veían sus ojos. Si bien no era la primera vez que veía una "marioneta" (eso era lo que Orochimaru creía que Norm era; los shinobi no conocen la robótica), jamás había visto una que se moviera por sí misma sin necesidad que le insuflaran chakra10. ¡Y lo más sorprendente es que el marionetista, supuestamente, tenía una cantidad de chakra tan ínfima que hasta un ratón tendría más! Este hombre sabía algo y no podía darse el lujo de matarlo o de enemistarse con él. Debía saber su secreto. Hasta entonces debía fingir hospitalidad.

OROCHIMARU: Este…creo que hemos empezado con el pie izquierdo. Lamento todo este mal entendido. Le ruego que me disculpe.

DOOFENSHMIRTZ: Bah, te acepto la disculpa. No me gusta enemistarrme con nadie. Mi nombrre es doctorr Heinz Doofenshmirtz y éste es mi robot Norrm. Mucho gusto.

OROCHIMARU: ¿Ha…i…n…zu…dû…fe…n…shu…mí…ru…tu…zu…?11 Mi nombre es Orochimaru y soy uno de los tres sannin legendarios. Su nombre me parece muy complicado de pronunciar ¿le importaría si lo llamo sólo Hainzu?

DOOFENSHMIRTZ: No, ¡ja, ja! Parra nada. ¡Con toda confianza, mi amigo Orrochimarru!

Luego Vanesa salió de entre el bosque y abrazó a su papá. Pero su alegría pronto devino en indignación.

VANESSA: ¡Todo esto es tu culpa, papá! Si no hubieras construido ese estúpido aparato, jamás nos hubiésemos estrellado acá. ¿¡Ahora, genio, cómo volveremos a Danville? ¿A pie o a punta de aventones?

DOOFENSHMIRTZ: Vanessa, no seas grroserra. Saluda a mi amigo Orrochimarru.

VANESSA: ¿Es otro de sus amigos científicos malvados? Pues qué "alegría" conocerte, ¡Orochemaro!

OROCHIMARU: Ejem…es Orochimaru, Vanessa.

VANESSA: ¡Da igual! Todos ustedes son raros.

Mientras hablaban, un muchacho de cabello negro, camisa blanca, falda-faja azul y con el mismo moño lila en la espalda salía del búnker y vio a Kabuto envuelto en la camisa de fuerza, a una marioneta sin hilos de chakra y a Orochimaru hablando con dos personas débiles. Doofenshmirtz, Vanessa y Orochimaru voltearon a verlo. Vanessa quedó embelesada con él.

OROCHIMARU: Sasuke, te presento a Hainzu y su hija, Vanessa.

VANESSA: ¡Hola, guapo!

El adusto Sasuke miró con desdén al harapiento y su hija. Como si fueran simples insectos. Luego miró al robot y a Kabuto quien intentaba zafarse.

DOOFENSHMIRTZ: Parrece un poco apático este "Saske". ¿Acaso es tu hijo?

VANESSA: ¡Así es como me gustan los chicos!

SASUKE: Hmmpf. Iré a liberar a Kabuto. Supongo que este…Hainzu tiene que ver con que Kabuto esté atrapado y con aquella marioneta sin hilos, ¿no?

DOOFENSHMIRTZ: No es marrioneta, es robot.

Sasuke miró con desdén a Doofenshmirtz y luego se dirigió donde Kabuto. A continuación sacó su espada y, con un golpe tan rápido que dejó sorprendidos a Doofenshmirtz y a su hija, cortó de un solo tajo la camisa de fuerza con lo cual Kabuto quedó libre.

VANESSA: Este chico, aparte de guapo y cool, es muy fuerte.

SASUKE: ¡Ay Kabuto! ¿Cuándo dejarás de ser tan inepto? ¿Te dejaste ganar de una sabandija sin chakra? ¡Qué vergüenza!

KABUTO: Da gracias porque Orochimaru te está preparando. ¡De no ser así ya estarías suplicándome tú por tu miserable vida!

SASUKE: ¡Lo dice el patético que se dejó ganar por unos insectos miserables! (¡!)El miedo me invade, uuuh(¡!)12

OROCHIMARU: Los invito a entrar a mi humilde morada Hainzu, Vanessa. Les proveeré ropa porque veo que no tienen.

DOOFENSHMIRTZ: Orrochimarru, ¡erres muy amable! ¡No tengo cómo pagarrte esto! ¡ES EL INICIO DE UNA GRRAN AMISTAD!

OROCHIMARU: Sí, Hainz. También creo que vamos a ser amigos. ¡Viejo iluso y patético! Cuando llegue el momento te mataré y me quedaré con el secreto de tus marionetas sin hilos y así aplastaré a Konoha de una vez por todas.


GLOSARIO:

1 -sensei: es un sufijo honorífico del japonés que se usa para referirse o dirigirse a profesores, médicos, políticos y otras figuras de autoridad. Se utiliza para expresar respeto a una persona que ha alcanzado un cierto nivel de maestría en una habilidad. Pronúnciese "sensé".

2 (-da)ttebayô: muletilla que usa Naruto continuamente, se traduce algo así como "por eso digo" o "¡de veras!".

3 -chan:es un honorífico japonés. Se utiliza en general para referirse a adolescentes de sexo femenino y niños, aunque puede utilizarse para expresar cariño, por ejemplo hablando de un amigo o una mascota.

4 Técnica de clones de sombra.

5 Bâchan: abuelito/a. Naruto le dice así no porque sea su abuela biológica sino porque Tsunade tiene más de 50 años; ella usa una técnica que la hace ver más joven.

6 -sama: sufijo honorífico japonés usado para dirigirse a los clientes, o bien a personas de mayor categoría que el hablante. También puede usarse para referirse a alguien que uno admira profundamente.

7 Baka: idiota.

8 En Naruto se llama Hokage a las máximas autoridades cívico-militares de las aldeas ninja como Konoha.

9 ANBU o Ansatsu Senjutsu Tokushu Butai. En Naruto son ninjas especializados en operaciones encubiertas.

10 En Naruto, se denomina así a la fuerza vital de los seres humanos.

11 Como son como japoneses, se les dificulta pronunciar bien los sonidos de idiomas relativamente más complejos fonéticamente hablando, como el inglés, por ejemplo.

12 El signo (¡!) indica sarcasmo.