Comenzando una serie de fanfictions medio crack (que se me vinieron a la mente cuando imaginé al BFT como las hadas de La Bella durmiente XD), viene este. Y para variarle ASAKIKU!
Lleno de parodias, referencias extrañas a otros anime, en fin. Todo puede pasar.
Shiroi Yuuki= BlancaNieves.
Alteré la historia original que todos conocemos para albergar también la historia de Izanami e Izanagui, (pareja de Dioses que viene equivaliendo un poco a Adán y Eva)
Había una vez una ociosa reina llamada Izanami, que estaba cociendo una tarde de invierno, mirando caer la nieve por la ventana. Suspiraba porqué no podía tener un hijo.
De repente se pinchó el dedo y su sangre cayó, tiñiéndo la blanca nieve de rojo.
-¡Ojalá pudiera tener un hijo con la piel tan blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y cabellos tan negros como la noche!
Pasó el tiempo y la reina Izanami tuvo un hijo, con los ojos grandes y castaños, cabellos negros, piel blanca. Lo de los labios rojos no se le hizo porque si no, el niño hubiera agarrado un lipstick para pintárselos de ese modo. La reina le llamó Kiku Honda y lo nombró la Nación de Japón.
Izanami y su esposo, el rey Izanagui, estaban felices. Pero tiempo después, la reina se corrompió. Tras el nacimiento de otro de los hermanos del príncipe, el Dios del Fuego, la reina "aparentemente" seguía viva, pero cada día se volvía más y más horrible, su carne se caía a pedazos y a veces se podía ver parte de sus huesos. Cada día era más y mas monstruosa porque estaba muerta, pero se negaba a aceptar el sepulcro, razón por la cual vagaba por el palacio, evitando que el rey la viera.
Izanami tenía además, un espejo al cual preguntarle todo.
El pequeño Kiku creció y cada día era mas inteligente. Y por decirlo de algún modo, mas hermoso -porque bonito se oye demasiado... raro-. Sin embargo, por alguna razón, debía vivir en la tierra un tiempo, para proteger su nación. Era hijo de dioses sin ser Dios. Sirviente de sus hermanos. No se lamentaba, tenía espíritu rebelde, pero se sometía al designio de las cosas.
Desconocía que su madre estaba podrida ya totalmente.
La madre tenía la costumbre de ir todos los días a su espejo y preguntarle siempre lo mismo.
-Divino Espejo de los Dioses, dime quien es la deidad mas bella en los cielos.
El espejo le mostraba su propio reflejo pasado, cuando aún era hermosa. Le mostró el reflejo actual, casi una momia.
-Casi en los cielos no vive, Mujer que Invita; en la tierra se resguarda. Shiroi Kiku es por mucho la criatura con más gracia.
Izanami rompió en cólera y tomando una capa para ocultar su aspecto, salió de palacio, mascullando sus planes, sin contar que una de las hijas de su esposo la escuchó.
Kiku se encontraba en ese momento subiendo por el monte Fuji hacia su casa en el cielo cuando se encontró a Amaterasu, su media hermana, la Diosa del sol. Muy triste ella le tomó la mano y lo regresó a la tierra de Nihon. El muchacho no comprendió y le exigió una explicación. La Diosa lo abrazó.
-Madre Izanami quiere matarte, porque eres tú mas bello que ella. Su cólera es demasiado pesada para que permanezca mucho en el cielo o en la tierra. Es demasiado monstruosa para mostrarse de día, así que tampoco tiene mucha libertad de acción. Escóndete de ella, porque si te encuentra será tu fin, querido hermano. No vuelvas al Palacio.
-Tomaré las medidas necesarias Amaterasu-kami.
Así, el joven de cabellos azabache tuvo que vagar hasta dar con un lugar donde esconderse. Mas sin embargo en su camino de isla en isla se topó con un barco muy avanzado para los que él conocía, con varios seres temibles mirándolo. Unos no tenían un ojo, otros no tenían una pierna, pero tenían un no se qué que le dio desconfianza.
Y entonces apareció el Capitán, un hombre de cejas de azotador, cabello rubio y ojos verdes. Sonreía burlonamente al ver al japonés, pero había algo en esos ojos...
-¿Ustedes quienes son?- preguntó.
-¿Acaso no lo sabes? ¿Cuanto tiempo has pasado encerrado?- preguntó un pirata.
-Perdónale- dijo el capitán a Kiku- Soy el Capitán Arthur Kirkland y ellos son mi tripulación.
-Un gusto, Arthur-sama.- respondió Kiku, haciendo una reverencia.- Estoy viajando de isla en isla. ¿Pueden pasarme a la otra isla, por favor?
Los piratas no sabían si reírse de él o tenerle pena por ser tan ingenuo. Mas el capitán hizo la seña de que lo dejaran subir.
El tipo que le había hecho la pregunta, a su vez interrogó a Arthur.
-¿Luego le va a hacer algo, señor?
-A este no.
El chico tenía algo en esa piel blanca como la nieve y su modo misterioso de moverse y ser que había ablandado el corazón tsundere del rubio, que lo miraba con curiosidad y tal vez algo de ternura. Intuyó por un momento que estaba escapando, por el modo de mirar el agua. Tal vez no se equivocara, porque Kiku pensó que tal vez su madre no podría perseguirlo por mar, así directamente.
Quien sabía si podía aparecer en la siguiente isla.
Tras una jornada de viaje por el bosque, Shiroi Kiku encontró una casita BASTANTE GRANDE donde todo era bastante mas grande de lo que conocía. Había 7 sillotas con 7 platos sin comida servida. Considerando que él era el intruso ahí, decidió pagarles a sus desconocidos anfitriones preparándoles de comer. Y una vez terminada esta labor, se fue al único cuarto que había abierto -el otro tenía un letrero de "Prohibido la entrada a menos que vengas con Onii-san"-. En el primer cuarto encontró seis camas individuales, en su tarima, lo cual se le hizo aún mas extraño. Sin embargo, estaba tan cansado de dormir en el bosque que le bastó ver una para decidirse a dormir ahí.
Horas mas tarde llegaron los dueños de la casa, que se sorprendieron al ver la comida hecha. ¡Y que comida rara! Los rollitos de arroz con algo verde, otra cosa verde y mas cosas verdes, al menos tenían un camarón. Y una sopa de fideos transparentes.
-¡Ve~, Pasta!- dijo uno de ellos, que era castaño con un rizo flotante.
-Tontín, apuesto a que tú no tomaste mi sartén, ¿verdad?
-No, Fujoshi, ve~, es la primera vez que llegamos y está hecha la comida.
-Esto me suena extraño- dijo un duende de cabello rubio y corto.
-¡Ahahaha, Gruñón, tal vez por fin llegaron los aliens y decidieron ser amigables! ¡Yo, el gran Héroe , les haré una gran respuesta a cambio!
Se miraron todos los presentes, menos el que se había denominado héroe, con cara de "Ya va a empezar este idiota". Solo Gruñón caminó por la casa, como un sabueso y se topó en una cama... a Dormilón, rodeado de sus gatos. Y en la otra con alguien demasiado extraño, vestido con lo que Awesome -hermano de Gruñón- demoninó "una bata de baño".
-¿Que le hacemos?- susurró Fujoshi, una chica de cabellos castaño claro y ojos verdes, mirando a Shiroi Kiku dormido.
-¿Que tal darle amor a la fuerza, oh la lá?- susurró Pervertido, otro rubio pero con rizos, que se abrazaba a sí mismo, imaginando lo que sería desvirgar (por alguna razón intuyó que era virgen) a ese pelinegro.
-¡Pervertido!- le gritaron los demás. Solo Fujoshi apoyó la moción. ¡Y eso terminó por despertar a Dormilón y al invitado!
Kiku los miró, sorprendido de lo que veía. En efecto, incluso la única mujer del grupo, eran altísimos. Y algunos de tonos de ojos bastante raros, como Awesome que los tenía rojizos. Pero ninguno -salvo Pervertido- tenía malas intenciones al verlo.
-Lo... ¡Lo siento! Tengo días buscando donde quedarme y su casa fue la primera que encontré. Pero si quieren que me vaya.
-Te ves muy cansado.- señaló Tontín.
-Y... que... tienes... muchos... días... fuera de tu casa- dijo Dormilón, desperezándose.
-En efecto, estoy huyendo de mi madre, que desea matarme. Y quien sabe si no haya matado ya a uno de mis queridos hermanos, los Dioses de esta tierra.
-Entonces te puedes quedar ¡No sería heroico lanzarte así como así a la nada!- dijo Héroe.
-¿De verdad puedo quedarme?- volvió a preguntar.
-¡Shiempre dé nos cocides así de dico!- dijo Tontín, que ya se estaba atascando de sopa de fideos.
Así, Shiroi Kiku, tenía ya donde esconderse de la ira de Izanami.
Y... Notas de la autora!
1- Según la leyenda original, Izanami (Mujer que Invita) e Izanagui (Hombre que Invita) dieron a luz primero a las ocho islas de Japón. Así que al menos mitológicamente, son los padres de Kiku.
2- El espejo de los Dioses según la leyenda es propiedad de la Casa Imperial. Se supone también que fue lo que permitió que la Diosa Amaterasu saliera de su cueva (era Hikikomori pro decirlo coloquialmente), poruqe ahí vio su reflejo, pero aquí le di el uso de espejito parlante.
3- La cosa verde, otra cosa verde y otra cosa verde es el apio, el pepino y el alga que lleva el sushi.
4- Bueno, si no pudieron intuir los nombres de los enanos, aquí les van: François (Pervertido), Alfred (Héroe), Feliciano (Tontín -ya sé soy cruel AHAHAHA-), Ludwig (Gruñón), Gil (Awesome), Heracles (dormilón) y Eli (Fujoshi... obvio).
*huye de los tomatazos, sartenazos, ataques piratas y/o de hamburguesas y sometidas "amorosas".*
