Rejected Omega.
Nico podía oler el dulce aroma de las moras azules combinado con la brisa del mar desde la puerta de su cabaña, no había duda de que Percy estaba cerca. A Nico no le gustaba captar el olor de los otros campistas, era un poco embarazoso, el mismo no desprendía su aroma por que el simple hecho de tener a alguien que no fuera parte de su manada oliéndolo le resultaba desagradable, no era algo que uno normalmente hiciera. Pero por supuesto había una excepción, la única persona que a Nico no le importaría tener su esencia pegada por el resto de su vida, Percy Jackson.
Y aunque a Nico le encantaba el aroma de Percy por las mañanas no podía evitar sentir un tirón en la boca del estómago, a Percy no le importaba que él o cualquier otro alfa oliera su esencia, no importaba que incluso los betas se volvieran locos por él, Percy simplemente ignoraría a cualquiera que intentara cortejarlo. Y por supuesto no había persona lo suficientemente loca o atrevida para intentar doblegar al héroe del Olimpo. Percy Jackson era un omega inalcanzable.
Nadie estaba seguro del por qué un omega que no tenía a un alfa podía resistirse a docenas de alfas y betas cortejando pero así era la manera de ser de Percy.
Aun siendo un alfa, Nico no tenía oportunidad con Percy, era por eso el por qué Nico no se había molestado en presentarse a sí mismo como un alfa frente al mayor cuando Percy había dejado de ocultar su aroma después de la guerra con Gaia. Probablemente a ojos del pelinegro él seguía siendo un beta.
Nico cerró la puerta de la cabaña mientras intentaba encontrar a Percy en los alrededores sin éxito alguno. A pesar de eso el aroma del hijo de Poseidón seguía en el aire, Nico casi podía ver el rastro de moras que dejaba el mayor tras de sí, venía desde el lago, había pasado enfrente de su cabaña y terminaba en la tercera cabaña.
Eran las nueve de la mañana así que probablemente no había necesidad alguna de preocuparse por tan extraño rastro, Percy probablemente se había vuelto a quedar dormido en el fondo del lago y había sido despertado por algún campista, nada fuera de lo normal, pero aun así, el tirón en su estómago le incitaba a ir a checar que el mayor estuviera a salvo.
Suspiro, inhalando sin querer el dulce aroma del omega provocando solamente la dolencia de su alfa interior.
Tal vez lo mejor sería ir en dirección contraria a donde podría encontrarse con el ojiverde. miró una última vez la cabaña tres y emprendo rumbo hacia los campos de tiro donde probablemente se encontraría con parte de su manada.
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Percy llegó corriendo a su cabaña azotando la puerta. Definitivamente tenía que dejar de quedarse dormido en el fondo del lago, era una mala costumbre que había comenzado a adoptar después de la batalla contra Gaia pero no podía evitarlo, dormir en un lugar con agua le ayudaba a relajarse y despejar sus mente, ahuyentando las pesadillas que regresaban cada noche. Ahora bien su problema actual no era el haberse quedado dormido como de costumbre y llegar tarde a las actividades del campamento, su problema era que sus estúpidas pastillas se habían terminado y él no se había dado cuenta hasta que su padre lo había visitado en sueños.
Si bien Percy era un chico distraído, él jamás olvidaría tomar sus pastillas supresoras, eran algo tan comunes para él cómo respirar, había estado tomando esas pastillas desde los once, justo después de que su primer celo apareciera. Sabía que tomar pastillas por tanto tiempo era malo, que terminarían haciendo destrozos con sus hormonas y haciendo irregulares sus ciclos, vamos incluso bloqueaban sus instintos de hacer su propio nido, pero eso era algo que Percy había decidido aceptar una vez que se dio cuenta del fatídico error que había cometido de niño. Al final, Percy se había resignado jamás encontrar una pareja. Sus pastillas también ayudaban con esa parte, haciéndole indiferente al olor de los demás. Dicho todo esto, normalmente era imposible que Percy olvidara tomar sus pastillas, pero después de una pérdida de memoria durante meses sin tomarlas, un viaje a través de medio mundo, la guerra contra los titanes y un paseo por el tártaro provocándole traumas, el hijo de Poseidón tenía dificultades a la hora de que su cuerpo se negaba a aceptar nuevamente las pastillas, inclusive había comenzado a desprender su aroma sin que él lo notara en un principio.
Las pastillas habían sido un regalo de su padre después de verlo sufrir de más joven, era él quien le suministraba sus pastillas cada que estaba a punto de acabárselas, había sido así durante los últimos siete años, honestamente nunca se había detenido a pensar por cuanto tiempo eso sería así, no hasta la noche pasada cuando su padre le dijo que se había terminado su dosis y que él no podría darle más. Percy maldijo su suerte, si lo hubiera sabido antes habría ido a la ciudad a comprar supresores normales aunque sea. Tenía suficiente con que los otros supieran que él era un omega, no podía dejarles saber también que era un omega rechazado.
Y aquí estoy yo, con un nuevo y hermoso fic Nicercy Omegaverse, lamentablemente en español no hay demasiados, y en inglés casi todos pertenecen a una misma autora, por lo que he decidido poner mi granito de arena a mi amado fandom!
Mil gracias a mi betita por este capitulo!
les deseo una hermosa navidad y felices fiestas!
y por ultimo, ¿alguien sabe es un omega rechazado :)?
