DGM no me pertenece. ¡Feliz cumpleaños Allen!
Happy birthday Allen
Navidad ¿eh? No se había dado cuenta que era ese día. Desde que iba por su cuenta, al concluir la guerra solo vivía el día a día.
Le habían ofrecido regresar a la Orden y se negó. Igual era bienvenido en la nueva arca, pero no quiso. Prefería el arca antigua que él conocía. Así que, tan solo iba por ahí y por allá, sin rumbo fijo, por eso ni siquiera se había percatado que era su "cumpleaños".
Y se encontraba solo. Aunque no podía culpar a nadie por ello.
¿En qué ciudad se encontraba? Ni idea. Solo se acercó a un parque que encontró y se sentó a observar a la gente que iba y venía alegre por ese día tan importante para algunos.
No supo cuánto tiempo pasó ahí, pero la gente había dejado de deambular por las calles, seguramente ya se encontraban preparando la cena de esa noche.
Tampoco se percató en que momento una chica de cabello azul que conocía muy bien se sentó junto a él.
— ¿Road?—preguntó cuándo al fin se dio cuenta de su presencia.
—Hola Allen—saludó ella sonriente.
— ¿Qué haces aquí?
—Te traje esto—ella llevaba un bolso consigo del cual sacó un pastel—, espero que te guste, yo misma lo preparé, aunque debo admitir que tuve que pedirle ayuda a Mana.
Road puso varias velas sobre el pastel y las encendió.
— ¿Por qué?—preguntó Allen extrañado con las acciones de esa chica.
—Es tu cumpleaños, ¿no?
—No pensé que lo supieras.
—Claro que sí Allen. Sé todo sobre ti.
—Si dices esas cosas, comenzaré a creer que eres una acosadora—le dijo riendo.
—Créelo si quieres, pero solo te acosaría a ti.
Allen se quedó callado ante esa declaración. Pero él bien sabía que ella hablaba en serio.
—Te cantaré. Happy birthday to you, happy birthday to you, happy birthday dear Allen, happy birthday to you. ¡Ahora sopla las velas!
Allen reprimió una sonrisa y obedeció a las palabras de esa chica extraña.
— ¡Feliz cumpleaños Allen!—le felicitó con una gran sonrisa en el rostro. La chica se encontraba realmente radiante, se veía sumamente feliz y eso lo hacía feliz a él también.
—Gracias Road—esta vez Allen pudo sonreírle abiertamente.
Road sacó de la bolsa, unos platos, cubiertos y un cuchillo. Partió el dulce pastel en dos partes. Tres cuartos para Allen y su gran apetito y un cuarto para ella.
Allen rio al ver la forma en la que lo partió. En verdad que sabía todo de él.
Ambos comieron con gusto el postre, y como era de suponerse, Allen terminó de primero su gran porción.
— ¿Te gustó?
—Estuvo delicioso Road. Gracias de nuevo. Y te felicito, sabes cocinar muy bien.
—No sabes cuánto me alegra que te haya gustado, Allen. Pero, ahora dime, ¿qué quieres hacer ahora?
— ¿A qué te refieres?—le preguntó sin entender su comentario.
—Es tu cumpleaños, así que haré lo que tú quieras.
Allen no pudo evitar que un cosquilleo se apoderara de su estómago. Al parecer esa chica quería pasar un rato con él. Y él por supuesto que no se negaría.
—Solo caminemos por el momento, Road. Conozcamos un poco la ciudad.
—Vamos entonces, Allen.
La Noah tomó la mano de Allen suavemente y comenzó a caminar a su lado.
—Todos querían que fueras al arca a celebrar—explicó—, pero les dije que podían invitarte mañana, ya que por hoy te quería todo para mí.
Allen la escuchaba en silencio. Aún le sorprendía que tan honesta era con sus sentimientos. Pero por esa razón, era reconfortante tenerla a su lado. Ella lograba que toda su soledad desapareciera por completo en un instante.
—Por cierto Allen, ¿qué deseo pediste?
Él le sonrió.
—Eso es un secreto Road, o no se cumplirá.
Allen nunca le confesaría que su deseo fue que ella estuviera a su lado para siempre.
