Un fic que hice en un momento de ¿Qué pasaría si...? Muchas gracias Fredo Godofredo que me ayudó con el capítulo. Uso Rivaille como nombre y Levi como apodo, por lo que verán los dos aquí.

Es un Ereri, un ErenxLevi, en ese orden.


Alemania, año 2013, catorce de abril. Primera dimensión.

Al fin llegó, era un maldito milagro. Levi, un abogado connotado, serio y estricto podía perder los cabales con facilidad si la gente no era puntual. Sabía que lo de su pareja Eren Yeager no era sólo impuntualidad, eran las malditas horas extras, putas y desgraciadas horas extras. No se habían visto bien en días, no habían hecho el amor en días. Odiaba el trabajo de oficial del menor, tan peligroso y requerido en momentos de lo menos esperados, momentos en que Levi lo quería a su lado.

Y aunque Levi no fuera bueno aceptándolo, joder, como deseaba quedar exhausto después de gemir como una bestia en la cama. Lo necesitaba entrelazado en su cuerpo ahora.

Ahora.

Y allí estaba, entrando por la puerta el tan mencionado.

—Amor...—sonrió el muchacho. –Estoy de vuelta... ¿me echaste de menos? ¿amor? ¿por qué traes esa cara?—reía nerviosamente el menor mientras el abogado se le acercaba a paso lento con sus ojos filosos mientras una sonrisa sádica cruzaba su boca.—¡Amor!—exclamó mientras sentía como un animal pequeño y salvaje se abalanzaba arriba de su cuerpo.

—Tú, yo, cama, dame duro animal...

—Pero Levi... tengo hambre, puedes esperar hasta la no-...

— ¡AHORA! —ordenó mientras Eren parecía temblar como gelatina.

Órdenes eran órdenes.

Fuera de las murallas, año 851, catorce de abril. Segunda dimensión.

—Muévanse, recién estamos saliendo… vamos a la zona norte, mantengan la posición. —ordenaba serio el Sargento Rivaille.

El terreno se veía tranquilo, irregularmente tranquilo, de seguro los que estaban a los costados estaban lidiando con algunos excéntricos, mas las bengalas no parecían dar aparición constante, significaba… que no había gran número de titanes. Levi volteó la vista por segundos imperceptibles mientras se fijaba en que Eren estuviera detrás suyo, sabía que no se apartó, pero siempre necesitaba verificarlo. Ha pasado un año en que han podido mantenerlo a salvo, el mayor no dejará que eso cambie.

Y algo dentro de él no quería que algo cambiara.

La posición se mantuvo sin grandes percances. Levi miró nuevamente hacia atrás, odiaba ese nuevo reflejo adquirido con los años, pero siempre están tan cerca de llevarse al mocoso, como si lo más interesante en estos tiempos fuera secuestrar mocosos. Suspiró concentrándose en la misión, abrió los ojos con fuerza mirando hacia delante.

Maldita sea.

—Un excéntrico… delante de nosotros… ¿Cómo demonios se coló en la formación? No se puede evitar…—

—Capitán… ¿Lo eliminamos? —susurró Eren alistándose, esta vez no flaquearía como antes si la situación se ponía peligrosa.

—No. —espetó con seriedad. —Yo acabaré con este… denme unos segundos…

Eren asintió, creía en pocas personas a estas alturas, pero no desconfiaba en ningún momento de la habilidad del Sargento Rivaille.

Alemania, año 2013, catorce de abril. Primera dimensión.

—Mnggh... ah... mi-mierda... la tienes tan grande...—susurraba con morbo el mayor con los ojos entrecerrados en lujuria cuando subía y bajaba por ese grueso miembro que penetraba su entrada.—Tan deliciosa...—soltó en un gemido arqueando la espalda.

—Levi me pone así...—tomó la cadera contraria haciéndola bajar con fuerza y empujó la pelvis para que su hinchado miembro desgarrara con placer el estrecho agujero de su pareja.

De una u otra manera Eren Yeager sabía que su pareja lo amarraría a la cama ese día. Sabía a lo que venía, sabía que debía llenarlo de placer o el azabache andaría con un humor de perros y metería a prisión al primer imbécil que le recuerde mínimamente a Eren para aminorar el enfado. Eren besó los labios y dejó caer el cuerpo sobre la fina colcha cambiando las posiciones y gracias a eso la profundidad de las embestidas. Hundió el rostro en el delicioso cuello que se ofrecía ante si mientras deslizaba sus manos por el muslo del mayor sujetando sus piernas para volver a arremeter contra la dilatada cavidad anal.

—Ahhh... mi-mierda...

Ese gemido fue delicioso, más acompañado del suave temblor que tuvo el pequeño cuerpo.

Eren sabía que iba por buen camino cuando Levi adorablemente se mordía el labio inferior con el rostro sonrojado tratando en vano de suprimir las exorbitantes emociones que lo inundaban. Sabía que tendría pocas ocasiones de sentir ese placer empalagoso que es la voz de su amante rota en deseo, tonos más aguda y erótica, sólo con un pequeño gemido o ronroneo de esos labios rojizos y Eren se podía poner duro sin necesidad alguna de otro estímulo.

—Te amo Levi...—susurró con una risilla, coqueto y sonriendo mientras sentía que el orgasmo le hinchaba el miembro cuya esperma rogaba por salir y adentrarse en la entrada del azabache.

—También... eso... Eren...

— ¿Eso qué? —sonrió el menor robándole un beso profundo. —Dilo y te doy...—se acercó a su oído con una sensualidad aplastante.—Incluso más fuerte aquí, justo aquí...

El rostro del mayor oscureció un poco más y mordió el hombro en respuesta. Eren se quejó mientras gimió un poco ante el placer masoquista que sentía al ser mordido de esa manera, aún era muy pronto para exigirle al mayor unas palabras de amor, pero al menos, Eren era feliz sabiendo que lo hacía, sin embargo los ojos preocupados fueron a los de su pareja, ya no gemía, yacía con los ojos semi inconscientes y sin movimiento alguno.

Fuera de las murallas, año 851, catorce de abril. Segunda dimensión.

El vapor desprendiéndose del titán no se hizo de esperar. Eren miró con asombro como el mayor había desgarrado perfectamente la nuca de aquel monstruo. Ese hombre era increíble, pensó en sus adentros el muchacho con total admiración.

Levi volvió a su caballo algo malhumorado por la sangre que aún no se deshacía en su ropa. Al llegar se daría un largo baño, a pesar de la poca acción en combate se había ensuciado más de la cuenta.

—Felicidades Heichou.

—No me felicites, es mi deber.

—Como diga, Heichou...—soltó con algo de nerviosismo. Nadie se esperó lo que vendría.

Otro excéntrico por el norte, algo debió pasar en el frente para que entrara otro. El más pequeño suspiró desganado al tener de nuevo un monstruo con cara de imbécil caminando hacia él otra vez.

—Es mío de nuevo. Puedo hacer esto todo el jodido día...—Levi se impulsó tomando vuelvo en el caballo para usar su equipo tridimensional y engañarse a un árbol.

Y fue cuando Eren lo vio. Cuando Levi golpeó una extraña cristalización en el cuello del titán sus ojos por suaves segundos estuvieron hipnotizados ante semejante joya. Luego, poco después esos mismos filosos ojos perdieron vida. Levi caía al suelo. Eren abrió los ojos, no dudo, dejó el caballo y fue hasta donde el capitán que se estampaba a un árbol del cual se había enganchado, el gancho cedía poco a poco y Eren apresuró lo más que pudo el paso hasta lograr alcanzar al hombre y tomarlo entre sus brazos.

Los miembros nuevos en el pelotón de Levi no sabían cómo manejar la situación, Eren a pesar del año completo dentro de la legión tampoco.

Nunca había visto débil, flaquear o literalmente caer al capitán, lo peor de todo, era que el titán los estaba observando fijamente como si estuviera jugando con ellos.

—Heichou... Heichou, por favor despierte ¡Heichou!—gritaba, tal parecía que se tendría que encargar de ese él mismo, pero le aterraba convertirse en titán y no tener a alguien que lo manejara por si algo salía mal, además del extraño cristal que tenía ese monstruo... no parecía una forma de endurecerse, más bien era de otro color... sólo estaba incrustado dentro del titán.

Y fue cuando pasó...

Levi abrió los ojos.

Alemania, año 2013, catorce de abril. Primera dimensión.

Eren suspiró aliviado cuando su amante abrió los ojos, sin embargo, le asustó su expresión, alerta, los ojos dilatados y un gemido menos agudo que los que solía tener el mayor cuando estaban en "eso" escapó de su garganta.

Levi en tanto... ya no era el Levi que el muchacho allí conocía. Era un soldado altamente entrenado, uno que ahora estaba a punto del colapso mental y físico sintiendo un extraño casi orgasmo inundarlo. Imaginó titanes secuestrándolo, encontrarse en una cama sin un brazo, sin una pierna o sin las dos lleno de condolencias. Pero no eso.

Oh joder, hasta hace unos segundos estaba en un campo matando a un gran titán con un puto cristal de color azulado en su espalda y ahora... ahora.

Levi bajó la vista sintiendo que algo lo partía de afuera hacia adentro, bajó la mirada horrorizado al ver pegajoso donde estaban sus genitales, estaba duro, goteando y sucio...

Y dentro de él... dentro de él, de su puro y virginal culo que no pasaba más que el papel higiénico y el agua... allí.

Un pene. Un pene en su culo. Un pene... botando semen feo y seminal y sinónimos de semen dentro de él. La mirada subió para ver al responsable de tal acto impuro y matarlo allí mismo, esperó ciertas caras, menos esa.

—¿E-Eren?—jadeó, jadeó y gimió por la mierda. Por una extraña razón su cuerpo era sensible al pedazo de carne inmundo dentro de su ano, hasta se sorprendió en medio de la cólera al comprobarse tan dilatado, estaba seguro que era su primera vez, debería estar más apretado de lo que estaba.

—Amor... me preocupaste, por unos segundos pensé que ibas a desmayaste...—se movió, sacando el miembro casi por completo y volviendo a penetrar al mayor.

—A-Ah... mnnghh...–Levi abrió los ojos sorprendido. ¿Esa era su voz, su puta, maldita y degenerada voz? ¿Cómo eso podía gustarle?

—Sigamos...—susurró a su oído con una voz que le erizó por completo. ¿Desde cuándo el castaño podía poner esa voz tan jodidamente caliente?

—N-No... p-para... maldito mocoso de mi-mierda, cómo me haces est-esto...—susurró con rabia para apartarlo, creyó que sería fácil.

Pero no, los brazos contrarios tomaron los suyos, Levi tembló al comprobar que los brazos contrarios eran más fuertes y su amago intento de liberarse lucia patético. No, se equivocaba. No eran más fuertes, los suyos se habían vuelto débiles... como si no estuvieran acostumbrados a una constante ejercitación física, miró hacia abajo comprobando que tenía un cuerpo similar al de siempre, pero más delgado y sin tanto músculo. ¿Qué demonios pasaba allí?

—¿Levi? ¿Te pasa algo amor...?—Eren entrelazó los dedos contrarios con los suyos provocando un suave sonido metálico.

Anillos.

Levi miró hacia arriba, ese era indudablemente Eren o un hermano gemelo perdido, pero con un rostro más maduro, tenía más años y más fuerza. El sargento lo supo en ese instante. Estaba en un puto sueño-pesadilla o esa no era su realidad. Lo único que pensaba es cómo sacarse esa puta asquerosidad del culo.

Fuera de las murallas, año 851, catorce de abril. Segunda dimensión.

Eren se alejó del titán, los algo inexpertos cadetes tendrían que hacerse cargo durante unos minutos mientras el sargento reaccionaba del todo. En tanto, el hombre sobre los brazos del menor miró hacia abajo, abrió la boca un poco junto a los ojos, miró como flotaba en el aire rodeado de putos árboles, volaba en los putos aires tal como Spiderman, miró aterrado el suelo… estaba seguro que estaba teniendo el mejor sexo de su vida hace unos segundos, recordó todo consternado.

Miró quién le sostenía fuertemente entre sus brazos algo tambaleante al llevarlo, Eren.

Joder… ¿Qué le había hecho Eren? ¿Quedó muy agotado por el sexo y aprovechó para llevarlo a una convención rara? ¿Acaso su trabajo de uniformado venía con agregado de deportes extremos? Todos vestían tan raro, esto era un maldito circo, una convención de Frikis que quizás le gusten las series japonesas y tratan de imitar a alguien. Miró por arriba de Eren que lo miraba preocupado, pudo ver a un gigante de trece metros de horribles facciones, tuvo una sensación de asco y miedo, pero razonó que sólo era una enorme chatarra mecanizada para hacer de ese espectáculo algo más excéntrico.

Había tantos árboles… debían estar lejos de la cuidad. Eren se quedaría sin sexo después de esto.

—E-Eren…—trató de no flaquear, le era difícil conservar su voz calmada y seria mientras volaba por los aires sin ninguna seguridad. Amarró con fuerza los brazos hacia el menor escondiendo su cabeza en el pecho. —Por favor, bá-bájame, esta mierda no es graciosa…

Eren en tanto pestañeó, se sonrojó por el acto tan… ¿tierno? en el mayor, pero tenía que preocuparse por la misión, la recluta nueva y rubia le insertó las navajas por el costado al monstruo arrancando el pedazo incrustado de aquel extraño y alucinante cristal que cayó al suelo resplandeciendo, y, por la retaguardia asaltaba un joven de cabellos castaños terminando de eliminar al titán, el menor sonrió, no eran para nada malos esos nuevos…

Y allí estaba, volviendo al cabo… lo dejó sobre una rama mientras él también se apoyaba en éste, el mayor tambaleó como si nunca antes hubiera estado desde esa altura o en una rama.

— ¿Se encuentra bien, Heichou? —preguntó precavido Eren, no quería llevarse una patada.

—Su-sujétame estúpido… ¡Me voy a caer, maldita sea! —Eren miró hacia abajo, se colgó tomando al mayor nuevamente entre sus brazos algo nervioso por la cercanía que debía de tener con el mayor por aquellas extrañas conductas, quedaba poco para llegar a guarecerse al primer castillo abandonado, bajó con Levi dejándolo en el suelo.

Este se sacudió el polvo y se cruzó de brazos. Tomó a Eren desde el traje cuando ya se encontraban abajo y le dio un largo y profundo beso. El menor abrió los ojos al separarse, suavemente ruborizado y no entendiendo nada de nada… Heichou… lo había besado… besado un hombre, Heichou… ¿Qué demonios significaba eso?

No lo sabía, pero Levi estaba suavemente asustado por el tétrico escenario, hasta empezó a temer del monstruo que parecía desintegrarse de manera asquerosa frente a sus ojos.

—H-Heichou… ¿Qué acaba de ha-?

— ¿Así tratas a tu esposo maldito parasito? Te ofrezco la mejor noche de sexo y me traes a este circo… sácame de aquí ahora mismo… ¿Oh dios, eso es un caballo? ¡Mi pobre culo! ¡Maldito mocoso, tienes mucho que explicar!

Pero la explicación quizás no le gustaría a ese Levi, además de que los de la legión también querrían una explicación. En cuanto a Eren, por primera vez en su vida algo más que "matar titanes" pasó por su mente.

"ÉL ME BESÓ" era todo lo que le gritó su conciencia.


Espero que les guste, en un inicio quería dejar la historia hasta aquí, para dejarlo sólo como un "¿Qué pasaría?", pero si les gustó la idea podría continuarla. Buenas a todos.