Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Son propiedad de Rowling y Warner Bro.
Notas de la autora: sí, lo sé, no tengo perdón alguno. Y tampoco vendré con escusas, pero mi ausencia dentro del fandom se debe siempre a un solo motivo, la Universidad. En fin, son vacaciones de verano en Argentina, así que trataré de aprovechar y escribir nuevos fics. Por lo pronto, regreso con uno navideño, que viene muy bien en estas fechas.
Le dedico esta historia a Navylin, que se quedó esperando mi Longfic y todavía no he podido publicar. Cuando lo haga, serás una de las primeras en enterarte. Y como siempre, a Comodín, porque está dándome ánimos constantemente. ¡Te quiero nena!
Advertencia: al principio parece que es un fic muy Angst, pero eso cambiará rápidamente. Prometo final feliz. ;)
Ahora sí, a leer. ^^
A Christmas Miracle
23 de Diciembre de 1999
Frío. Eso es lo único que siente en este momento. Un frío intenso, que penetra en lo más profundo de su cuerpo, traspasando su nívea piel. Entumeciendo todos sus músculos, incluso aquellos de los que ni siquiera tiene conocimiento de su existencia. Sus huesos crujen espectralmente con cada paso que da, mas no parece notarlo. Lo único que siente es frío.
Pero esto nada tiene que ver con el invernal clima que cubre por completo a Inglaterra. No, esto no es ocasionado por las densas nubes grises en el cielo, aquellas que avecinan una importante ventisca. Ni tampoco es culpa de la delgada y húmeda capa que lleva puesta. No, esto es algo más allá de lo físico, algo más importante y difícil de solucionar… esto es obra de sus sentimientos.
No es capaz de asegurar por cuánto tiempo ha estado maldiciendo a sus ancestros y los del resto de las personas. Tampoco puede contar las horas que pasó derramando hasta la última lágrima. Sólo recuerda un instante, en el cual, toda pequeña esperanza que haya crecido en lo más recóndito de su corazón, se esfumó tal cual fantasma atravesando un muro.
¿Qué sería de él ahora? ¿Qué le depararía el futuro en estas condiciones? ¿Cómo sería capaz de seguir adelante solo? ¿Cómo? Ya nadie podría ayudarlo, puesto que ninguna de las personas en las que confía, están para brindarle su compañía. Y es entonces, cuando vuelve a maldecir. Porque le han arrebatado a los que más quiere… porque nuevamente ha sobrevivido, pero a un alto precio. No logra evitar sentirse culpable y despreciarse a sí mismo, ya que esta vez, ellos han muerto para salvarlo… para que pueda seguir disfrutando de esta vida. Si es que a esto puede llamársele vida.
Doce horas atrás…
Está sentado en el amplio sofá del salón principal, junto a un interesante libro de pociones exóticas, mientras disfruta del confortable calor irradiado de la chimenea. Ni el sonido de una mosca se escucha, sólo el crepitar de los troncos y el discontinuo paso de las hojas de su ejemplar.
La quietud es interrumpida bruscamente, cuando las anaranjadas llamas del fuego se tornan verdes. Tres figuras altas y con túnicas azules eléctrico entran en el recinto, dando fuertes pisadas. Los reconoce de inmediato… Aurores.
Detrás de ellos, una figura de menor tamaño y con un inconfundible cabello pelirrojo, sale a su encuentro. Se pregunta el motivo de la presencia de un Weasley en su casa, junto a tantos Aurores.
─ Hola, señor Malfoy.
─ El señor Malfoy es mi padre. ─ Responde automáticamente, como si fuera habitual el hecho de esta confusión.
─ Era… ─ Corrige por lo bajo.
─ ¿Cómo dijo usted?
─ Nada… no importa. ¿Por qué no se sienta? Tengo varias cosas urgentes que informarle y creo que es mejor que esté sentado para oírlas.
Sospechando por donde vienen las noticias, Draco se prepara mentalmente para el impacto, mas nunca habría imaginado que fuera algo de tal magnitud. Ni siquiera en sus más espantosas pesadillas lo hubiera avecinado. Y sí que ha visto cosas tristes, como para saber de lo que habla.
Haciéndole un leve gesto con las manos, invita a los cuatro hombres a sentarse, pero sólo el señor Weasley lo hace, regalándole un gesto de agradecimiento. Los Aurores, en cambio, comienzan a recorrer la estancia en silencio, como si estuviesen dispuestos a salir en defensa del patriarca Weasley, al menor intento de ataque por su parte.
Aunque debe reconocer que le molesta sobremanera este hecho, no acota nada y permanece impasible.
─ Bien, ya estamos sentados. Ahora dígame. ¿Cuáles son esas noticias tan urgentes?
─ Primero que nada, quiero explicarte el motivo por el cual yo estoy dándote estas noticias y no el jefe de los Aurores. ─ Con cada palabra que sale de la boca de Arthur, Draco se impacienta más y siente subir a su pecho una extraña sensación. ─ Dawlish, el jefe de Aurores, ha tenido que acudir a Azkaban por un doble asesinato ocurrido la noche pasada. El Ministro Shacklebolt tampoco pudo venir, está trabajando en conjunto con Dawlish para resolver este caso, así que me pidió que venga a darte…
─ No quiero sonar grosero, pero… ¿Podemos pasar a la parte en la que me dice por qué está aquí, señor Weasley? ─ Pregunta irritado, deteniendo los balbuceos del otro.
─ Sí, sí claro. Entiendo que esta situación debe ser difícil para ti.─ Dice con nerviosismo, mientras sube sus gafas por el puente de su nariz. ─ En fin, debo informarte que la noche pasada, Montague ingresó en las celdas númer de alta seguridad… y asesinó a los prisioneros con un hechizo de magia negra.
Las celdas 7 y 8… esas eran donde se encontraban sus padres. No… esto no podía estar pasando... No ahora que finalmente iban a darle un veredicto a su juicio. Un dolor profundo se instala rápidamente en su garganta, como si miles de agujas se le clavaran, impidiéndole hablar o respirar. El libro que estaba leyendo momentos antes, el cual no recuerda que aún sostiene, cae al suelo con un golpe enérgico, produciendo eco en la silenciosa estancia.
─ Lamento mucho este trágico hecho, hijo. ─ Consuela con verdadero pesar. Pero al no obtener respuesta alguna de parte del muchacho, continúa. ─ Los Aurores no pudieron hacer nada, Montague estaba bien equipado y utilizó poción multijugos para entrar, junto a varios hechizos imperios en los guardias, los cuales impidieron que las protecciones se activaran.
─ ¿Lo atraparon? ─ Deja salir en un débil susurro. ─ A Montague… ¿Lo atraparon?
─ No, desafortunadamente no pudieron hacerlo. Pero uno de los Aurores logró interceptarlo con un hechizo de rastreo, que sólo el que lo conjura puede deshacerlo. Supongo que será cuestión de horas o un par de días, hasta que den con él.
─ Bien.
─ Hay dos cosas más. ─ El tono empleado no sirve más que para asustar a Draco, pero es claramente opacado por el dolor de su pérdida. ¿Qué podría ser peor que esto? ─ Por desgracia, no te será permitido disponer de los cuerpos de tus padres para darles un sepelio. El Cuartel de Aurores aún está investigando esta maldición con la que perecieron. Al parecer, es muy rara y están viendo la manera de hallar un contra hechizo.
─ Entiendo.
La desolada mirada que se aprecia en esas orbes grises, conmueven al señor Weasley. Mucho más, al saber que no podrá darle nada más que malas noticias.
─ Por último, el Ministerio ha dictado tu sentencia. Como pago a los daños ocasionados durante la guerra, se ha decidido que se cederá tu Mansión, junto con todos sus bienes, para fines benéficos. Además, se retirarán de tu poder todas las cuentas en Gringotts a nombre de tus padres, hasta nuevo aviso. De verdad lo lamento, detesto ser el que deba decirte todo esto pero…
─ Basta. Por favor, si eso es todo lo que debe comunicarme, me gustaría estar solo un momento.
─ Claro, entiendo, pero tengo la orden de verificar que usted abandone esta casa, sin llevar nada de aquí, para que los Aurores comiencen a levantar las protecciones.
Completamente desahuciado, se levanta, esperando nuevas indicaciones. El señor Weasley le pide que los guíe hasta la salida y una vez en el exterior, los Aurores comienzan su trabajo. Draco no puede ver esto, lo único que desea es acostarse en su cama y llorar hasta que muera deshidratado.
Sin embargo, no es algo que podrá hacer, al menos no en su hogar, el cual están obligándolo a abandonar. Sin un lugar donde quedarse, ni dinero con el que vivir, no tiene idea qué es lo que hará. Pero lo que más lo preocupa… es saber cómo seguirá adelante sin el pilar que siempre fueron sus padres en su vida.
Draco sale de sus cavilaciones al notar una cálida mano apoyándose sobre su hombro.
─ Si necesitas algo, un hogar o lo que sea… puedes venir con nosotros a la Madriguera. No es mucho y no se compara ni un poco a tu Mansión… pero al menos…
La bondad que Arthur muestra hacia él, a pesar de todos los daños que siempre le ha ocasionado a él y su familia, lo impresionan. Mas no puede aceptar su oferta. En estos momentos, sólo desea estar solo, llorando sus penas y no lidiando con la oposición del resto del clan Weasley por esta decisión.
─ Le agradezco mucho, señor Weasley… pero por ahora sólo deseo… estar solo.
─ Claro, entiendo. Cuando necesites algo… no dudes en pedir nuestra ayuda. ¿Sí? Suerte, hijo.
Con un último fuerte apretón en su hombro, Arthur desaparece y minutos después lo hacen los tres Aurores. Dejándolo solo, finalmente solo. Una pequeña lágrima escapa de sus ojos y a esta le siguen más, convirtiéndose en llanto. Las piernas ya no lo sostienen, por lo que no puede evitar caer al nevado suelo, llorando. Sufriendo por todo, pero más que nada, por aquello que jamás volverá a ver, a su familia.
Nadie puede decirle que no está intentándolo. Trató de encontrar un lugar en el cual quedarse, apelar a la comprensión y confort de aquellos que significan algo para él. Pero Blaise y Pansy huyeron al extranjero minutos después de finalizar la guerra, evitando caer en la mira del Ministerio, al haber apoyado el bando perdedor. Nada más supo de ellos. Tampoco es como si hubiera tenido tiempo de ubicarlos, con todo lo que implicaba limpiar su nombre y tratar de sacar de Azkaban a sus padres, sanos y salvos.
Podría haberle pedido ayuda a su amigo Theodore Nott, pero éste ya tiene bastantes problemas con los accionares de Mortífago de su padre, como para hacerse cargo de él. Así que ahí se iba otra persona en la cual confía.
Severus, muerto en la batalla. Goyle, encerrado en Azkaban. Crabbe, incinerado en la Sala de Menesteres. Trauma que aún no ha superado y es una escena principal en sus pesadillas. Todavía es capaz de recordar sus gritos y el olor… ese maldito olor. Pero de nada sirve que se pierda en el pasado, lo importante ahora es conseguir donde quedarse, hasta que encuentre solución a todo esto.
Ensimismado en sus pensamientos, no advierte la figura que se aproxima caminando hacia atrás, con un bulto en la mano, hasta que el impacto y un fuerte llanto de bebé lo devuelven a la realidad. No alcanza a distinguir con quién se ha chocado, sólo sabe que alguien lo llama, posiblemente aquella persona con la cual tropezó. Y luego oscuridad. Una inesperada pero acogedora inconsciencia, que lo aparta de esta terrible realidad. Una donde no tiene un hogar ni dinero que lo ayude a sobrevivir. En la cual, sus padres están muertos. Aquella donde lo único que es capaz de sentir… es frío.
Siempre ocurría lo mismo, por una cosa o por la otra, las compras navideñas quedaban relegadas para el último momento. ¡Y Merlín sabía cuánto odiaba que esto pasara! Las adoquinadas calles del Callejón Diagon completamente bloqueadas por pisadas de magos y brujas, yendo y viniendo con grandes bolsas. Niños llorando y haciendo berrinches al no obtener los juguetes deseados, junto a sus irritados padres tratando de detenerlos. Soñadoras adolescentes que ríen e intercambian grititos de euforia, al encontrar el regalo perfecto para sus parejas.
La lista es larga y podría seguir enumerando todo el desastre que es el mundo mágico en estas fechas. Pero lo que más le molesta, es esa excesiva decoración en cada una de las tiendas. Completamente vulgar y que en vez de representar el espíritu navideño, grita a los cuatro vientos "Por favor, compren".
Sin duda, odia tener que pisar estos lugares las vísperas de Navidad, mucho más, cuando uno debe cargar a un pequeño de año y medio en brazos. Porque a pesar de que es delgado, siempre hay que tener cuidado al cargarlo y ver que no se caiga. Esto, junto a los empujones de las personas, supone un mayor esfuerzo.
La figura se detiene en una tienda de ropa, decidida a obtener el último regalo que necesita y así marcharse a casa a descansar. Quizás un baño de espuma le vendría bien para relajar tensiones. Media hora después, sale al exterior, pero alguien dice su nombre y le entrega una bolsa. Con todo el ajetreo de calmar al bebé, debido al sobresalto originado por un petardo mágico, olvidó un paquete. Cuando la dependienta se lo entrega, se lo agradece mientras camina hacia atrás, sin avistar a la persona que transita en su dirección.
Cuando el impacto se produce, lo único que atina a hacer, es sostener con fuerza al bebé contra su pecho, evitando que se lastime. Afortunadamente, la dueña de la tienda lanza un hechizo y evade su caída. Cuando recupera el equilibrio, gira para despotricar contra el inconsciente que no ha visto que lleva una criatura en brazos, mas se detiene de inmediato, al ver un rastro de sangre salir por detrás de la cabeza del joven.
El platinado cabello comienza a mancharse del líquido rojo y es allí cuando reconoce al herido.
─ ¿Malfoy? Malfoy, ¿Te encuentras bien? ¡Responde! ─ Se agacha hasta el cuerpo en el piso e intenta hacerlo reaccionar, pero no conoce nada sobre medimagia y parce que el corte es profundo. ─ Descuida, Draco. Te llevaré con alguien que pueda ayudarte.
Lo toma de uno de sus brazos y con el otro sostiene fuertemente al niño, que mira todo muy atento. Cerrando sus ojos, concentra su mente en una dirección exacta y en el rostro de una persona. Esperando que pueda ayudar al joven rubio.
Olvidadas en el suelo, quedan varias bolsas con paquetes envueltos en diversos colores y un bolso con ositos celestes bordados, del cual sobresale de un extremo, un pequeño dragón plateado de peluche.
Notas finales: si llegaron hasta acá, muchas gracias por leer. Ahora les voy a pedir sólo un segundo más de su tiempo, para que me digan en un comentario, qué les va pareciendo la historia. ¿Quién creen que sea esa persona con la que se chocó Draco? Escucho sus apuestas.
El próximo capítulo trataré de tenerlo listo la semana que viene, si hay muchos comentarios pidiéndome que continúe, quizás suba antes. ;)
Ahora sí, mis mejores deseos para esta Navidad. Espero que la pasen todos muy bien, junto a amigos, familiares y mucho Drarry. :P
Besitos a todos. ^^
