Un sonido suave pero fuerte penetraba ligeramente los oídos del chico quien observaba a una anciana tocar el piano. Los ojos del pequeño brillaban de fascinación ante tal sutil movimiento de muñecas y dedos, que coordinadamente formaban melodías tan hermosas capaz de transportarte a otro mundo, desaparecer cualquier miedo y preocupación, y convertirlos en sonrisas que aparecían como por arte de magia en los rostros de quien la escuchaba.

El pequeño Logan aparecía a lado de aquella anciana que identificaba como su abuela, tocando aquel piano café que siempre reposaba a lado del gran ventanal de su casa, que como cada tarde de verano lo hacía tocar. Sus dedos hacían sonar las canciones más hermosas que Logan había escuchado en su corta vida, el brillo en sus ojos y la amplitud de su sonrisa dejaban más que en claro aquella fascinación que sentía al ver tan hermoso acto.

-Algún día tocare como tu Abuela- el pequeño Logan sonrió a su abuela quien lo miro de reojo respondiendo con la más cálida y dulce sonrisa que podía brindarle a su nieto.

De pronto un gran estruendo interrumpió la dulce melodía que alegraba al pequeño pelinegro, alertándolo y desapareciendo aquella expresión de felicidad, y poniendo en su lugar una de temor y angustia. Logan observó los dedos inmóviles de la anciana mujer, para después sentir un gran tirón en su brazo derecho. Los ojos del chico se enfocaron en una presencia que estaba a lado de él, una que no identificaba, la luz que emanaba era tan cegadora que hacía casi imposible ver su rostro. Logan trató de deshacer aquel agarre pero solo provocó que se hiciera más fuerte y que poco a poco lo alejara de su abuela, la cual no tenía idea de que le estaban quitando a su nieto de su lado, la mirada del pequeño se cristalizo y su voz deseaba gritar, suplicar que lo dejarán ahí, pero era en vano, todo esfuerzo era para nada pues su grito de desesperación era ahogado por la presión que el agarre de aquel sujeto ejercía en él. Lagrimas caían ya por sus mejillas a medida que su presencia se alejaba de ella, y fue ahí donde una segunda voz provoco un escalofrió en su pequeño cuerpo.

-Esto no te hará ningún bien. No quiero que vuelvas a pensar en esto ¿Entendiste?...¿Entendiste Logan?-

Y su nombre con aquella advertencia hizo eco miles y miles de veces por todo el cuarto que ahora se cubría con la misma luz que irradiaba aquella presencia, desvaneciendo poco a poco aquel escenario donde el piano y la mujer se quedaban atrás. Logan sentía miles de gotas de agua caer por sus ojos, y siendo comido por aquella voz que gradualmente aumentaba de volumen hasta ensordecerlo completamente, cerro y apretó fuertemente sus ojos en un intento de que esto desapareciera, de que al abrir sus ojos estuviera a lado de su abuela, envuelto en aquella melodiosa música y sintiendo el cálido y dulce aroma de su presencia. Pero al abrirlos su realidad fue diferente.

Los ojos de color café del chico se abrieron súbitamente al escuchar la alarma de su reloj que indicaba que eran poco antes de la 7 de la mañana. Notó que su respiración estaba un tanto acelerada, así que dio un pequeño suspiro para calmar esta agitación. Hacía mucho que no soñaba con su abuela, pensó que esos sueños acabarían después de que se cumpliera el año de su fallecimiento, sobre todo porque ese es el tiempo necesario para resolver un duelo. Logan se sorprendió ante tal situación, la muerte de su abuela había marcado por completo su vida, fue algo que en verdad lo golpeó fuertemente, pero por fin lo había asimilado, los sueños y llantos nocturnos se habían acabado al cumplirse un año ¿Por qué entonces su querida abuela volvía a hacer estragos en su inconsciente? Y sobre todo ¿Por qué de esa manera? Logan no quiso romperse la cabeza sin haber si quiera dejado la cama, así que tallando sus ojos y dando un buen estirón se decidió por dirigirse a dar un buen baño, pues necesitaría estar más despierto, sobre todo hoy, su primer día de clases de su último año en la Preparatoria.

Logan, originario de Texas, llevaba su vida tranquila, siempre tratando de pasar lo más desapercibido que le fuera posible, evitando problemáticas con chicos e incluso chicas, rodeado de pocos amigos, pero los suficientes para él. Preparándose para su futuro, para comenzar sus planes de Universidad y para ser lo que sus padres esperan de él. Un gran Médico, igual a su padre, aunque eso signifique dejar de lado lo que realmente quiere y desea hacer, por el simple hecho de que aprendió que para su padre…sus sueños no tienen futuro, si no son los que él le construye. Ser hijo de un grandioso cirujano tiene otras consecuencias, además de la nombrada anteriormente. Logan hubiera deseado que este inicio fuera como todos los demás o al menos como él se lo hubiera imaginado, entrando a la misma escuela, teniendo los mismos amigos, y viviendo los mismos días aburridos y rutinarios de siempre, pero él conoce su suerte, mala en su mayoría, y esta vez no era la excepción de eso. Su padre, quien trabajaba en el hospital local, había sido transferido a Minnesota y con él, Logan y su madre. Logan se negó ante tal idea, no deseaba abandonar su escuela y sus amigos, mucho menos en su semestre de graduación, pero al parecer una mejor paga y puesto en el hospital pudieron más que las opiniones y emociones del chico, dejándolo sin otra opción más que rendirse ante esto. Su padre puso de excusa que sus colegas tienen muchas influencias en la Universidad de Minnesota, permitiéndole más oportunidades y ventajas al estar ahí, pero para Logan eso no importaba ahora, el hecho era de que tenía que empezar de nuevo, conocer gente nueva, entablar conversaciones, llegar a un lugar donde todos se conocían y él iba a ser el bicho raro, el que nadie quiere cerca porque nadie le habla, y eso sumado a su timidez e inseguridad no era algo que realmente le emocionara, pero eso no lo veía su padre, y al final Logan siempre cedía, pues era un beneficio para los tres, y el egoísmo no es la mejor opción para él, no cuando el de su padre rebasa por mucho sus límites.

El baño que ayudo a refrescarlo terminó también por despertarlo, ayudándolo a elegir una ropa cómoda y lo bastante abrigadora para el clima frio y crudo de Minnesota, la cual era una razón más por la cual odiaba estar aquí. No había aquel sol que se encargaba de bañar diariamente con calidez su cuerpo, broncear su piel y permitirle visualizar un paisaje iluminado siendo refrescada por el agua de algunos jardines. En cambio, solo un color grisáceo aparecía por la ventana, con una ligera brisa de pequeños cuchillos fríos que rompían y enrojecían la piel.

El humor de Logan no mejoro mucho después de la ducha, y su madre lo sabía al darse cuenta que no era la misma efusividad con la que terminaba su desayuno.

-Te ira bien cariño- el dulce tono de su madre rompió con el trance fastidioso del chico.

Logan no dijo nada, simplemente limito a asentir levemente con su cabeza. Pero no podía evitar esa sensación de tranquilidad y ligera esperanza al observar la sutil pero gran sonrisa que su tierna madre le daba. El chico se sentía un poco mal, pues el estar en desacuerdo con la idea, su padre tuvo algunas peleas con ella al tratar de hacerle entrar en razón que no era lo mejor para él, y pese a que Logan no quería causar más daño, fue una de las razones por las cuales termino aceptando. No iba a permitir afectar la relación de su madre con su papá. Él sabía lo mucho que lo amaba, y no iba a perdonárselo nunca si esto hubiera llegado más lejos.

-Vamos Logan, se hace tarde y no quiero que des una primera mala impresión ante esta escuela- El padre de Logan, quien bajaba ya con su bata blanca sobre él y su portafolio del otro lado tomo la bolsa del almuerzo que le preparo su linda esposa, le dio un beso rápido y tomó las llaves del auto.

-Anda cariño, más tarde me dices que tal te fue- su madre besó su frente mientras le daba igualmente su bolsa con el almuerzo. Logan sin decir nada, solo le dio un gran y cálido abrazo y salió para meterse al auto con su padre.

El viaje estaba siendo bastante silencioso para ambos. Logan sabía que su padre tenía presente el disgusto por esta idea, al menos trato de dejársela muy claro siempre. Y rezaba porque no intentará ningún tipo de conversación por más neutral u optimista que fuera, porque esto acabaría en una discusión, y suficiente ya tiene con empezar el día en otra ciudad completamente diferente, como para que el mal humor provocado por su padre lo empeorara y también acabara con la pequeña pizca de esperanza que su madre le dio, así que simplemente se limitó a mirar por la ventana aquel paisaje nublado que ahora tendrá que acostumbrarse a estar rodeado.

El paisaje comenzaba a cambiar cuando Logan comenzó a notar que cada vez se veían más chicos caminando por las calles, lo cual le llevo a la conclusión de que se acercaban al edificio que albergaba su tortura por los próximos meses. Lanzó un suspiro ante esta fatídica idea y tomo con más fuerza su mochila, por si era necesario correr antes de que su padre le dijera algo. El carro fue disminuyendo la velocidad al notar que estaban ya cerca de la puerta principal de la escuela.

-Logan…-

-Solo abre la puerta para que pueda salir- el pelinegro interrumpió de manera seca a su padre.

-Solo quiero decirte, que aunque aún no lo veas, esta es un gran oportunidad para ti hijo, tu futuro aquí…es grande y seguro. Todo esto lo hice por tu bien-

-Llegare tarde- el tono no cambio.

-Logan entiéndelo por favor-

-Lo entiendo Papá, entiendo que esta es una gran oportunidad, con un gran futuro por delante que no debe ser desperdiciada, pero ambos sabemos que…no es para mí- los puños del chico se tensaron y el enojo dentro de él crecía gradualmente.

-Logan…-

-Solo déjame salir ¿quieres? No deseas que de una mala primera impresión ¿cierto?-

Y sin devolverle la mirada ni un milímetro, Logan solo esperaba que su padre cumpliera su orden, entre un silencio incómodo y un tanto doloroso para ambos. Los seguros de las puertas irrumpieron ese pequeño silencio, y sin decir más el chico salió del auto, sin palabra, gesto o mirada alguna, simplemente siguió su camino hasta estar lo suficientemente lejos de la vista del padre para dar una gran bocanada de aire y reprimir unas cuantas lágrimas de coraje y tristeza que no le iba a dar el gusto de derramar frente a él.

Definitivamente esto no era una gran oportunidad para él, y por más que tratara de buscar una buena perspectiva de esto no la hay, y duda mucho que algo pueda cambiar esto. Minnesota debe de darle una buena razón para que su apatía desaparezca, pero Logan se conoce…y conoce las situaciones que rodean su vida. Nunca ha tenido tan buen suerte como para que esto llegue a suceder, lo sabe. Así que esto tendrá que ser el día a día…simplemente debe encontrar algo con que mejorarlo, solo espera que sea…suficiente lo que llegue a encontrar.