Buenos días, hoy como cada vez que empiezo una historia es un día especial. Es un día de nervios y emociones para ver como acogéis la historia, para saber si va o no a gustaros. Hoy de momento solo espero que le deis una oportunidad creo que os puede llegar a gustar.

Muchas gracias a Ladydkl por acompañarme una vez más en una nueva aventura, sé que irá bien porque está aquí apoyándome siempre. Gracias por aceptar y estar dentro del equipo.

Sin más…os dejo con el capítulo.

Los personajes no me pertenecen…

Capítulo 1

POV RICK

Llegaba de nuevo a mi lugar de origen, mi casa… donde nací hacía ya 27 años. Pase toda una vida aquí, hasta que mi todo cambio y mi destino me llevo a Europa para cumplir un sueño, que acabaría volviéndose pesadilla.

Pero un día mi sueño se truncó y tuve que volver a mis raíces. Y aquí estoy de nuevo, en mi casa… en mi hogar para reiniciar una vida nueva, que esperaba poder llenar de nuevos sueños que cumplir un día de estos… porque siempre he necesitado de metas para superarme y ahora… no dispongo de ellas, simplemente intento vivir el día a día casi sin ilusión, sin ningún objetivo que me haga querer ser mejor.

Siempre me he descrito como una persona competitiva, y de eso he vivido, de querer ser el mejor día a día, porque necesitaba estar entre los mejores para poder jugar en la elite. Y ahora ya no soy nada, al menos nada parecido a lo que era.

Cuando todo acabo… me di cuenta de que no podría volver a ser "yo", el de antes. Por eso pensé en volver, a casa, a mis raíces… ya no tenía ninguna ilusión por esta allí, lejos de los míos. Además, mi madre me quería cerca, y la verdad es que no me vendría mal su compañía.

Así que aquí estoy, llegando a esta ciudad que me vio nacer y que tanto me dio, pero de la que salí un día para poder cumplir un sueño, que resultó ser etéreo, que duró muy poco para mi gusto… que se truncó justo cuando mi carrera estaba despegando.

Escuché mi nombre a lo lejos, mientras iba en busca de mi equipaje. Y allí, estaba mi madre, la maravillosa y llena de vida Martha Rodgers. Hacía ya un par de años que la vi por última vez, cuando se acercó al viejo continente donde me hallada a visitarme. Pasaron ya cinco años que me fui de aquí y aunque siempre dije que volvería, aunque fuera en vacaciones, nunca lo hice y ahora tras un último año horroroso, en el que había luchado por ser el de antes… en el que tenía esperanzas de recuperarme… aquí estoy de nuevo, en el hogar que me vio nacer.

Cuando pase el control de pasaportes, sentí esos brazos de mi madre y note como una emoción que me envolvía. La quería mucho aunque nunca hubiéramos estado unidos en demasía, siempre me escuchaba y daba muy buenos consejos… siempre me dejo volar y me apoyo para cumplir mis sueños. Pero este en este año de dolor… de soledad, necesité de ella pero… nunca me atreví a decírselo. Ahora al sentir su abrazo, no pude evitar emocionarme y dejar que dos lágrimas furtivas salieran de mis ojos.

- Cariño… cuanto tiempo – me dijo mientras seguía su abrazo.

- Si madre – le respondí al oído mientras me separaba para mirarme de arriba abajo inspeccionándome.

- Me alegro de que decidieras venir, estás flaco… voy a tener que alimentarte bien.

- Bueno, yo también me alegro – mire a mi alrededor y arrugue el entrecejo - Todo esto ha cambiado un poco, ¿verdad?

- No tanto cariño. Venga… Vamos a casa - dijo y sentí que a pesar de querer huir de este lugar durante un tiempo… siempre había sido mi hogar y quizás ahora pudiera volver a serlo… quizá pudiera encontrar de nuevo esa paz que necesitaba, por fin mi lugar para quedarme y echar raíz.

Por el camino no dejaba de hablarme como siempre… había cosas que no cambiaban. En cambio, mi vida lo había hecho por completo hacia un año y dos meses, cuando ocurrió todo. Ahora no soy el chico gracioso y divertido del grupo, ya no soy el ligón, no soy el que siempre sonríe, porque ese Rick se terminó, se había quedo allí donde todo pasó. Ese día murió.

Cuando llegamos a la que había sido mi casa desde la infancia, todo era distinto, olía diferente, absolutamente nada seguía en su lugar. Mi habitación ya ni si quiera existía. Estaba claro que el ciclón Martha paso por allí con su fuerza y determinación.

- Lo siento mucho – dijo a modo de excusa - pero necesitaba un gimnasio y…

- ¿Cuántas veces los has usado madre? – Pregunte conociendo la respuesta de antemano.

- ¿Un par de veces? Es que es demasiado para mí - dijo sonriendo - te he preparado la habitación de invitados.

Pero yo no tenía ni ganas de sonreír, y mucho menos de discutir con ella. Así que la seguí al que sería mi rincón el tiempo que estuviera allí.

- Tranquila, que me quedaré poco tiempo, en cuanto consiga un trabajo…

- Ya lo tienes cariño… - me respondió decidida - te he conseguido uno.

- Mama… - le recrimine… no iba a dejar perder tiempo, ni instalarme siquiera.

- Te va a gustar. Es sobre lo que te gusta, de lo tuyo...

- Madre la verdad es que… - como explicarle que no quería dedicarme a nada que tuviera que ver con el deporte, que me dolía, que me recordaba mi sueño frustrado y me hacía sentir fracasado.

- Hijo, ese mundo es bonito, tú lo conoces, lo disfrutaste un día. Además eres profesor titulado, por lo tanto, puedes hacerlo.

- ¿Qué quieres decir?

- Que te he conseguido un puesto de profesor de gimnasia en tu colegio. Y además te he ofrecido como entrenador de equipo del colegio, Dios sabe que les falta tu mano... los estuve viendo y son un fracaso de equipo.

- Madre no – intente interrumpirla, pero ya sabía que no podía detener a Martha Rodgers si tenía una decisión tomada.

- ¡Vamos! a los niños les hará ilusión, además, si no les ayudas, no podrán participar en el torneo este año, no puedes hacerles eso - dijo desapareciendo sin dejarme acabar.

Estaba completamente hundido, quería huir de todo y mi madre, va y me vuelve a meter de lleno en ese mundo. La verdad es que estaba muy enfadado, no con ella, si no con la vida, por haberme traído aquí lejos de todo lo que me hacía feliz… de todo lo que me hacía ser el Richard Castle que todo el mundo quería… ahora solo era un sombra de ese Castle que fui.

Ahí estaba, en lo que sería mi nueva habitación, esperaba que por poco tiempo, aunque, la verdad, es que no lo sabía exactamente. Me deje caer sobre la cama y cerré los ojos. Ojala al abrirlos todo esto desapareciera y todo fuera como hace dos años, cuando pensé que nada ni nadie podía pararme, cuando mi sueño estaba cumpliéndose. Pero abrí los ojos y allí estaba, en mi antigua casa… y sin ningún motivo que me levantara el ánimo.

POV KATE

Mis apuntes estaban esparcidos sobre la mesa, me hallaba rodeada de ellos, hojas y más hojas con resúmenes, anagramas y sinopsis. Estaba cansada, pero tenía que darlo todo para los futuros exámenes, los últimos ya, aprobarlos y terminar de una vez por todas. Sabía qué era lo que de verdad quería hacer con mi vida. Estaba estudiando algo que sabía que no era lo que de verdad me gustaba… lo que de verdad quería hacer.

Pero ser hija de dos abogados lo hacía complicado, el tener que hacerlo tú también, estar a la altura de tus predecesores, en un principio… quise hacerlo para sentir su orgullo, pero ahora, tras la marcha de mi madre, ya no estaba tan segura de querer hacerlo… ya no sentía esa seguridad de querer ejercer, pero necesitaba acabar, porque era como una manera de demostrarles que estaba a su altura, que me sentía orgullosa de ellos. Además estudiar lo mismo que ella, por lo que se desvivía, hacía que la notara más cerca, más unida a esa persona que había desaparecido de una forma brutal de mi vida…

Pero lo que más me acercaba a ella lo que más me recordaba a esa personita tan amada por mí, que ese momento, veía por la ventana que venía corriendo hasta la casa. Entro cual vendaval y me saludo con su voz cantarina.

- Hola Katie – me dijo abrazándome, como hacia siempre al llegar a casa.

- Hola preciosa - dije acariciando su melena negra y suave, exactamente igual a la de mi madre.

- Mañana empiezo el cole – me dijo mientras se servía un vaso de zumo de la nevera – estoy nerviosa.

- Pero… ¿Tienes ganas? – le pregunte, sabiendo su respuesta de antemano.

- Si… aunque… no pueda jugar en el equipo – era algo que deseo siempre, pero ser chica no le ayudaba, aun vivíamos en la era prehistórica, en cuanto al futbol se trataba.

- Lo sé cariño… sé que quieres hacerlo pero… bueno siempre podemos jugar nosotras dos, ¿quieres?

- Vale… pero me apetecía hacerlo en el equipo.

- Bien - tendría que estar estudiando, pensé, pero salir un poco, hacer ejercicio y pasar tiempo con ella conseguiría desatascarme esta cabeza mía, a la que ya no le entraba nada más, aunque quisiera – No soy el equipo de los chicos, pero puedo hacerte unos goles – le dije guiñándole un ojo – mientras, ella, entusiasmada sacaba el balón de su mochila - vamos a jugar un rato fuera ¿quieres?

- Vale, pero seré yo quien te marque a ti-dijo muy decidida.

Salimos al patio y durante un buen rato disfrutamos jugando. Cuando paso todo… decidí que tenía que volver a casa y pedir el traslado de Universidad a mi ciudad natal, fue sin duda la mejor decisión.

Mi hermana pequeña solo tenía seis años y perder a su madre con cuatro años había sido un verdadero drama para todos, pero ella… más que nadie notaba ese hueco que quedo en nuestra familia. ¿Cómo iba a quejarme? no podía hacerlo. Ella era solo un bebe prácticamente, no había podido disfrutar de su madre como yo lo había hecho… ella casi no llego a conocerla, a disfrutar esa gran persona, la gran mujer que tuvimos la suerte de tener como madre. Ahora me tocaba a mí cuidar de ella, ahora me tocaba enseñarle lo que era la vida… ocupar un poco del gran vacío que dejo cuando murió.

-Chicas estoy en casa - escuche gritar a mi padre al entrar en la casa. Nosotras nos encontrábamos en el jardín de atrás y él nos solía llamar al llegar. El también había sufrido lo suyo cuando murió mi madre, tomo un mal camino, del que le costó salir, pero ahora estaba recuperado, feliz y me ayudaba mucho con Sophie, además, había vuelto a trabajar, lo que le ayudo para tener la mente ocupada y recuperarse lo suficiente para volver a empezar a vivir como lo hacía antes, disfrutando de nosotras, jugando con la pequeña de la casa a futbol, su gran pasión y cocinando muchas de las veces en que yo me recluía en mi habitación para estudiar.

- Hola mis chicas - dijo besándome la cabeza, y se agacho para coger a Sophie que vino corriendo a saludarle. Veía como mi padre saludaba siempre a la pequeña de la casa, haciéndole cosquillas y parecía como si nada de aquel drama nos hubiera sucedido, como si el tiempo estuviera parado y al entrar encontrara a mi madre haciéndonos la cena.

Les deje solos y volví a encerrarme en la habitación, quería acabar con esto… con mis estudios, porque sabía la ilusión que les hacía a mis padres, pero luego… retomaría mi vida y algún día trabajaría de lo que realmente me llenaba, de lo que me gustaba y me hacía sentir bien. Note las lágrimas bañando mi cara, y me las seque con rabia, las pocas veces que me permitía llorar era cuando estaba sola, cuando nadie podía verme. No podía permitirme que me vieran bajando la guardia, no podía porque yo era la fuerte, la que asumió el papel de mama en la familia cuando ella nos dejó, ser el pilar que mantuviera a esta familia unida, en pie y fuerte para poder vivir y salir hacia adelante.

CONTINUARÁ…

Para que no se os haga muy larga la espera, mañana habrá un nuevo capítulo para que empecéis con la rutina de leer el fic…leer es bueno ;)

Gracias a todos los que habéis leído el primer capítulo y espero que no sea el último.

Los comentarios son siempre bien recibidos.

XXOO

Twitter: tamyalways.