Aver xDD Este fiiic no es miio! Es de una amiga, que le da una pereza horrible subirlo... ... ... ... ... U_u...
Alice Black. Me dió un pinchazo en el corazón. Siempre ocurría esto cuando algo me recordaba a Bella, mi Bella... Habían pasado ya veintidos años desde que la había visto por última vez... Veintidos largos años en los que no había dejado de pensar en ella ni un segundo. Veintidos años en los que no había pasado un sólo día en el que yo no me arrepintiera por haberla dejado... pero también sabía que eso había sido lo mejor para ella. Yo no podía darle una vida normal.
Estuve veinte años viviendo una vida solitaria. Me había alejado de mi familia y lo único que hacía era cazar, buscando en ello algo que me distrajera de mi horrible sufrimiento. Pero un día, sin saber por que, decidí volver a mi antigua vida. Busqué a mi familia y les pedí disculpas por haberme comportado así.
Ahora decía que tenía algunos años más y trabajaba con Carlisle en un hopital.
Dejé los tristes recuerdos a un lado y abrí la puerta de la habitación 137, donde me esperaba mi paciente:
Alice Balck, diecisiete años, había sufrido un accidente con el coche. Sólo tenía una pierna rota.
Allí estaba, acostada en la cama pero, ¡Yo no podía oirla! Podía oir como respiraba, como latía su corazón, pero no su pensamiento. Otro pinchazo en mi muerto corazón.
-Buenos días.-Me saludó ella.
-Buenos días, soy el doctor Cullen.
Al verla, me quedé alucinado. Era igual a Bella, los mismos ojos, el mismo pelo... Otro pinchazo en el corazón.
Entonces la puerta se abrió y noté dos olores muy distintos... Uno era horrible, y el otro era el más apetitoso que había olido en mi vida. Conocía esos dos giré y allí estaban, ahora todo encajaba. Eran Jacbo y Bella, mucho más mayores, pero eran ellos.
Bella estaba preciosa, tenía el pelo un poco más corto, vestía más formal y tenía algunas arrugas indicando todos los años que habían pasado, que había sido feliz. Sus ojos seguian siendo igual de bonitos, marrones... y ahora llenos de lágrimas.
-Mamá, papá.
-Hola cariño, ¿qué tal estás? Casi nos morimos del susto cuando nos llamaron y nos dijeron que habías tenido un accidente...- Dijo Jacob, que me miraba con desprecio.
-¿Que te pasa, papá?.- Preguntó Alice señalando las temblorosas manos de su padre.
Bella se había quedado paralizada en la puerta, mirándome.
-Hola Bella.- Conseguí decir.
-¿Ed... Edward?- Tartamudeó Bella tras unos segundos.
Su voz no había cambiado, era tan duzce... Me hizo recordar todas las veces que ella me había rogado que la librara de la mortalidad, todas las veces que me había dicho que me quería. Si pudieran caer lágrimas de mis ojos, en este momento estaría llorando.
-Estás muy guapa.- Dije tras pasar un minuto disfrutando de su aroma.
-Tú... bueno, tú estás igual que siempre.- Y luego intento esbozar una sonrisa, pero la alegría de su marabillosa sonrisa no alcanbaza a sus ojos, que seguían anegados en frágiles lágrimas, tan frágiles como ella.
-¿Os conoceis?. - Había olvidado que existía más mundo y más gente que Bella y yo. Era algo que me ocurría cuando miraba sus preciosos ojos.
