Planes de verano
Un grupo de adolescentes venía caminando por la calle, vestidos con atuendos bastante modernos, charlando animadamente. Tendrían unos catorce o quince años. Algunos llevaban en la mano bolsas de patatas y botellas de coca-cola. Dos de ellos iban cogidos de la mano, lo que generaba risas y cuchicheos entre el resto de sus amigos.
-¿Cuándo vais a madurar?—les preguntó la chica, disimulando su sonrojo.
-Déjalos, May, ya sabes cómo son—le susurró Drew, haciéndoles muecas a sus amigos.
Llevaban dos semanas saliendo juntos, y sus amigos todavía no habían asumido la situación. Eran la primera pareja que se formaba en su pandilla, y en sus mentes, todavía algo infantiles, les resultaba muy curioso.
-No estamos hablando de vosotros—mintió Ash, un muchacho moreno, algo más bajito que el resto—No seáis egocéntricos…
Los demás se echaron a reír, y la joven pareja trató de ignorarles y continuar caminando. Poco después llegaron al parque, donde se sentaron en un banco y continuaron con sus risas y sus anodinas conversaciones.
Era verano, y ellos, adolescentes. No tenían nada importante que hacer, excepto disfrutar y debatir sus próximos planes.
-Estaría bien organizar una salida al pantano—apuntó Ash, deseoso de saltar desde la roca más alta. El año anterior se había hecho un esguince y no pudo hacerlo—Podríamos ir en bici la próxima semana.
-A mí me parece bien—dijo Richie, sonriendo—Incluso podríamos quedarnos en el camping un par de días.
May y Drew asintieron, pero Duplica negó con la cabeza, apenada.
-Yo no sé si podré ir—dijo resoplando—Le prometí a mi padre que le ayudaría a limpiar y adecentar la academia de arte…
-¿Y tiene que ser la semana que viene?—le preguntó Ash.
-Claro, de lo contrario no podrá abrir a tiempo—le explicó la chica—Quiere abrirla dentro de dos semanas…
-¿Y si te ayudamos nosotros?—sugirió Ash, siempre dispuesto—Así acabaremos antes… ¡Venga, di que sí!
-Claro, podemos ir desde mañana mismo, y en dos días hemos acabado—añadió May.
-No es tan fácil—replicó Duplica, con una gota cayéndole de la sien—Pero podemos intentarlo…
De pronto Ash perdió su vista en el horizonte y perdió el hilo de la conversación… A lo lejos venía su amiga Misty, caminando lentamente, junto a ese estúpido.
-¡Hola, chicos!—saludó la muchacha. Llevaba una coleta en lo alto de la cabeza, que se le movía graciosamente mientras hablaba—¿Lleváis mucho rato por aquí?
-Un poquito—le respondió Duplica, mirando con curiosidad al acompañante de su amiga—Pensaba que tú llegarías antes…
-Le he estado enseñando a Rudy la ciudad—explicó Misty—Viene a quedarse unos días conmigo.
Acto seguido, presentó a su amigo y ambos se sentaron junto a los demás.
-¡No sabía que tenías novio, Misty!—exclamó May, con la única intención de burlarse de su amiga. Debía aprovechar la ocasión y vengarse de ella, ya que la pelirroja siempre se reía de su relación con Drew—¡Has tardado en presentárnoslo!
-No es su novio—sentenció Ash, sin percatarse del tono de broma.
Ante la rápida respuesta de Ash, Misty suspiró aliviada. No soportaba que se rieran de ella, y agradeció que Ash hubiera salido en su defensa. Estaba roja como un tomate.
Rudy también se sonrojó un poco, pero disimuló, e incluso saludó a Ash, ya que era el único miembro de la pandilla al que conocía.
-Hacía mucho que no te veía—dijo Rudy—¿Cómo te va?
-Pues muy bien, ahora de vacaciones, así que mejor imposible—respondió Ash, cruzándose de brazos—Bueno, hace un rato sí que estaba mejor…
Todos se percataron del tono despectivo con el que Ash hablaba, por lo que trataron de cambiar de tema e incluir a Rudy en su conversación. El moreno podía ser muy desagradable cuando quería… Suponían que Rudy no le caía bien, ya que habitualmente Ash era muy acogedor y simpático con los desconocidos…
Cuando Misty vio que Rudy estaba completamente integrado en la conversación, se puso en pie, nerviosa, y anunció que se marchaba a comprar algo de merendar.
-Voy a la tienda de al lado, ¿qué queréis que os coja?—preguntó ella, lanzándole a Ash una mirada cómplice.
Cada uno le dijo las chucherías que querían y la chica trató de memorizarlas, pero no lo logró, ya que no estaba prestando atención.
-¿Alguien me acompaña?—insistió ella, mirando de nuevo a Ash.
Rudy estaba a punto de levantarse para acompañar a su amiga, cuando Duplica le pegó un empujón a Ash y estuvo a punto de tirarle del banco.
-Anda, ve tú, que siempre te haces el remolón—le dijo la peliazul, riéndose.
Ash protestó un poco, pero accedió, y se marchó con Misty a comprar. No comprendía qué rayos pretendía ella.
-Ash, ¿nunca te das cuenta de nada?—le regañó ella.
-¿De qué hablas?—inquirió Ash, todavía algo molesto.
-Te estaba haciendo señales para que vinieras conmigo—le explicó Misty, exasperada por lo despistado que era su amigo—Quería hablar contigo…
-¿Qué pasa?—le preguntó Ash, temiendo recibir una de sus habituales reprimendas. Misty era su mejor amiga, pero a menudo discutían por tonterías—¿Qué he hecho esta vez?
-¡Nada, no has hecho nada!—exclamó Misty, riéndose—A ver, Ash, me ha parecido que te ha molestado que venga Rudy…
Ash resopló. Claro que le había molestado. No hacía falta ser muy lista para darse cuenta.
-Ya sabes cómo es, insistió en pasar unos días aquí—dijo Misty, apenada—Casi me vi obligada a invitarle…
-Bueno, la cuestión es que está aquí—se lamentó Ash—Ya sabes que no me cae bien, y no pienso disimular delante suyo aunque sea tu amigo.
-Vale, no te pido eso—musitó Misty. Le dolía ver su amigo enfadado—Solo te pido que no cabrees conmigo, que yo no le habría invitado…
Misty apreciaba a Ash más que a nada en el mundo, y no podía permitir que él lo pasase mal por su causa. Y sabía que la presencia de Rudy le incomodaba mucho…
Ash asintió con la cabeza, confuso. No comprendía por qué Rudy le caía tan sumamente mal. Pero su mera presencia le hacía sentir furioso. Casi sentía ganas de pegarle un puñetazo.
Y no había motivos aparentes.
Llegaron a la tienda y pidieron lo primero que se los ocurrió, ya que ninguno de los dos había memorizado los pedidos de sus amigos. Ambos salieron riéndose de la tienda.
-Mist, la próxima vez pon otra excusa—le dijo Ash, divertido—Van a pensar que somos tontos, cuando vean que no hemos acertado una…
La pelirroja se acercó a su amigo y le rodeó el cuello con los brazos, obedeciendo a un tonto impulso. Se detuvo a escasos centímetros de distancia, y ambos se miraron confundidos.
-Ash, eres mi mejor amigo—le susurró ella, tragando saliva.
Los corazones de ambos latían desbocados. Ash sentía cómo la cabeza le ardía y las manos le sudaban. Misty se apretó un poco más, y Ash puso sus manos sobre la fina cintura de la chica. Estaba completamente sorprendido por la reacción de su amiga.
-Y no quiero que nos enfademos nunca—prosiguió ella, con el pulso al borde de la taquicardia.
-No me había enfadado contigo—dijo Ash, en un ronco murmuro—Pero no quiero que pases más tiempo con Rudy que conmigo. Es verano, y quiero aprovecharlo para pasarlo bien con mis amigos. Y él me sobra.
Misty abrazó al muchacho con énfasis y él la apretó contra sí.
Llevaban muchos años de amistad, pero aquella era la primera vez que se daban un abrazo tan largo, y tan sentido… Ambos debían reconocer que se encontraban muy bien en los brazos del otro…
Si todas las estúpidas discusiones que solían mantener a diario hubieran terminado así, hubieran resultado muy gratificantes.
Misty se mordió el labio con nerviosismo, y miró a Ash. Ambos se sonrieron. No comprendían muy bien qué estaba pasando entre ellos últimamente, ni qué extraños sentimientos albergaban sus estómagos… Pero se sentían bien.
-¡Ey, Ash!—exclamó una chiquilla que venía corriendo hacia ellos.
Ambos se separaron al instante y se rompió la magia.
-Hola, Dawn—saludó Ash, tratando de sonreír.
Una historia completamente nueva, con Ash y Misty adolescentes, simple e inocente, solo para disfrutar. Espero que os guste!
Naliaseleniti
