Titulo: Atalo y no lo dejes ir.

Parejas: BalthazarxDean, LuciferxDean, GabrielxSam, BennyxCas, CrowleyxMeg, insinuación y mención de OtrosxDean.

Personajes: Balthazar, Dean, Lucifer, Gabriel, Sam, Castiel, Meg, Benny, Azazel, Alister, Bobby, Danny, Jack, Ian, Travis, Zacarías, Miguel, Rachel, John, Mary, Darren.

Rating: M (+18)

Capítulos: 42 (incluye 2 epílogos)

Género: Drama, Angts, Hurt/confort, Romance, AU.

Disclaimer: Los personajes de supernatural pertenecen a Eric Kripke.

Advertencias: Este fic contiene violencia, sexo no consentido (No es explicito, solo mención e insinuación)

Resumen: Balthazar es un hombre atractivo, con un empleo estable, una buena situación económica y un gusto especial por el mundo del BDSM. Una noche acude a una fiesta organizada por uno de sus mejores amigos y conoce a un hombre que lo cautivará al instante, pero el collar en su cuello indica que ya tiene dueño y las cosas que se dicen de este, no le gustan para nada a Balthazar, ¿Podrá ayudar al rubio a salir de su prisión? ¿Podrá enseñarle que el dolor solo se infringe para buscar placer y no para herir? ¿Podrá enseñarle que el verdadero amor no lastima? AU.

Capitulo 1

Totalmente cautivado.

Balthazar siempre había conseguido las cosas que se proponía, logró convertirse en un importante hombre de negocios, mantenía inversiones en varias áreas diferentes y era reconocido entre sus pares como un enemigo de temer. El dinero no era problema y tampoco lo era el conseguir personas con las cuales pasar una grata noche de diversión. Balthazar tenía una buena vida pero sentía que algo le faltaba, algo que lo llenara por completo. Fue así como a sus veinte cinco años entró al mundo del BDSM, le habían llamado la atención algunas cosas pero que su amigo de la infancia, Crowley, le contara sobre las fiestas que realizaba en su casa, Balthazar terminó de encantarse con ese nuevo mundo y sentía que allí podría encontrar una relación que lo llenara por completo, ya que el BDSM se sustentaba en tres pilares, Sano, Seguro y Consensuado. Él siempre fue un amo por naturaleza, le gustaba dar órdenes, le gustaba que la otra persona se sometiera y entregara por completo, y por supuesto, él era muy respetuoso con sus ligues habituales, se aseguraba de que todo fuera placentero para ambas partes, porque no se trataba de dar órdenes, someter o aplicar dolor por el simple gusto de hacerlo, si no que se trataba de alcanzar placer, a través de un dolor controlado, hacer que la otra persona agonizara en placer, no que agonizara de dolor. Había oído historias de amos que lastimaban gravemente a sus sumisos/as pero quienes se movían en ese círculo, procuraban advertir sobre estos irresponsables que causaban tanto daño y daban una mala imagen sobre quienes practicaban el BDSM.

Esa noche Crowley haría de anfitrión de una gran fiesta para el círculo de BDSM de la ciudad, Balthazar no estaba de humor para fiestas pero su hermano menor lo convenció. A veces sentía envidia de Gabriel, este había conocido a Sam en una de esas fiestas y ahora llevaban cinco años de una maravillosa relación ¿Por qué Balthazar no podía tener algo así? A pesar de todos los sumisos que había conocido, ninguno lo convencía del todo y sentía que algo faltaba, el sexo no era malo pero no lo satisfacía por completo, solo conseguía saciar su cuerpo pero su corazón anhelaba mucho más. Esa tarde recibió la visita de Castiel, su hermanito menor y un novato en todo ese mundillo.

-¿Realmente no piensas ir, Balthy?- preguntó el menor serio- Vamos, que las fiestas te encantan-

-No lo sé, Cassie… no estoy de humor-

-¿Otra vez con el temita de tu edad? Apenas tienes treinta, Balthy, y si aún no has encontrado a alguien con quien pasar el resto de tu vida, no es por tu edad, ya llegará alguien a tu vida, solo tienes que ser paciente-

-Eres tan optimista, Cassie- el mayor lo abrazó sonriendo- ¿Qué haría sin mi pequeñito? El idiota de Gabe se la pasa con su gigantón para todas partes, Cassie hazme un favor y no te comprometas aún, te quiero solo para mi, pequeño-

Balthazar se arregló para ir a la fiesta. Se colocó un traje negro, una camisa con los primeros botones abiertos y se miró al espejo asintiendo, quizás hoy sería su noche y conocía a alguien interesante en la fiesta, o por último tendría una noche movidita.

El lugar estaba lleno como siempre, Balthazar conocía a la mayoría de las personas en esa fiesta, muchos eran buenos amigos suyos y venían en compañía de sus sumisos/as. No tardó en encontrarse con Gabriel y Sam, el segundo lo abrazó sonriendo.

-Hola Balthy, ¿Cómo estás? Qué bueno que viniste-

-Bien, Sammy, agradécele a Cas que consiguió sacarme del departamento- admitió el mayor sonriendo.

-Menos toqueteos, Sammy, no me obligues a castigarte- dijo Gabriel fingiendo seriedad y el menor lo abrazó.

-¿De verdad me castigaras, Gabe? ¿Eres así de malito?- el castaño suspiró.

-No uses tu miradita de cachorrito, sabes que no me puedo resistir a ella- Balthazar se rio.

-A veces me preguntó quien domina a quien- Gabriel bufó despacio.

-Yo también, Balthy y te aseguro que muchas veces no soy yo, ¿Me traes una copa de whisky, Sammy?-

-Claro amor- dijo el alto dándole un besito en la mejilla- ¿Quieres una Balthy?-

-Sí, gracias Sammy, eres un encanto, precioso-

Balthazar se quedó mirando a su alrededor, Castiel estaba hablando con Meg muy a gusto, su pequeño hermanito aún estaba en la fase de curiosear y todo le llamaba la atención, así que se aseguraba de mantenerlo siempre vigilado, aunque Castiel no era descuidado y jamás se iba con un desconocido.

La fiesta contaba con un espectáculo en vivo, Balthazar se dio una vuelta por el lugar pero nada llamó su atención. Decidió ir a tomarse una copa antes de marcharse y entonces lo vio, un chico de unos veinticinco años, con un hermoso físico, vestía unos jeans negros ajustados y una camisa gris con la mitad de los botones superiores abiertos, enseñando una vision de su pecho digna de contemplar. Se acercó descubriendo esas hermosas esmeraldas y algo dentro de él se encendió.

-Hola- saludó manteniendo la mirada en esas esmeraldas. El rubio ni siquiera lo miró a los ojos al hablar.

-Buenas noches, señor- respondió cortésmente y Balthazar sonrió un poco al pensar que acababa de dar con un sumiso. Iba a decir algo más cuando reparó en el collar de su cuello y suspiró resignado.

-¿Y tu Amo?- preguntó intentando que no se le notara la decepción en la voz.

-Tenía asuntos que tratar con el señor Welling- Balthazar arqueó una ceja cuando escuchó el apellido de Crowley.

-Ya veo, no te había visto antes por aquí, ¿Quién es tú Amo?-

-El señor Lucifer Pellegrini-

-No me suena, ¿Son nuevos?- el rubio mantuvo la mirada en el suelo.

-Sí señor, llegamos a la ciudad hace un mes-

Balthazar asintió para luego tomar una copa de whisky. Ese chico era muy hermoso pero estaba ocupado y ni de broma se metería con un sumiso con dueño. Balthazar siempre ha sido muy respetuoso con otros amos, todos ahí lo eran y la mayoría, tenía un solo sumiso/a. Volvió a mirar a ese hombre y entonces se preparó que el collar de su cuello, lucía algo apretado y logró distinguir una marcas que sobresalían en su cuello cerca del collar. Seguro que había tenido una noche muy apasionada con su amo, la sola idea lo deprimió aún más, por fin encontraba una persona de su gusto pero estaba ocupado. Finalmente decidió que lo mejor era buscar por otro lado pero había una cosa que deseaba conocer antes de dejarlo ir.

-¿Cuál es tu nombre?- no le pasó por el alto el gesto de sorpresa que hizo el rubio y por primera vez, esas esmeraldas lo miraron, sin duda ese chico era hermoso.

-Me llamo… Dean…-

-Yo soy Balthazar- respondió sonriendo- Un gusto conocerte, Dean, disfruta de la fiesta, nos vemos-

Balthazar se alejó de ese lugar con resignación pero no pudo apartar la mirada del rubio durante la siguiente hora. Escuchó unos pasos y se giró para encontrarse con su amigo en compañía de un hombre desconocido.

-Balthy, quiero presentarte a alguien, su nombre es Lucifer Pellegrini, acaba de unirse a nosotros hace una semana y hoy es su aparición oficial, seguro que lo verás muy seguido por aquí-

-Un gusto conocerte, Lucifer, yo soy Balthazar Novak-

-El gusto es mío- respondió el hombre- Gracias por la bienvenida, Crowley-

-Espero verte en la fiesta del viernes-

-Claro, ahí estaremos, ya es hora de que me vaya, aún estoy con la mudanza y tengo cosas pendientes-

-Ok, nos vemos Lucifer-

Balthazar se despidió del hombre y vio como este se iba hacia la entrada, seguido del chico de los ojos verdes. El mayor suspiró resignado, sin duda no era su día de suerte, el único hombre que lo que había cautivado y ya tenía amo. Decidió ir por otra copa de whisky, esa decepción no lo privaría de una noche de placer.