Miro el teclado por un largo rato esperando a que los argumentos coherentes que comience a redactar perfectamente la historia que esperaba proyectar en sus lectores.
— ¿Qué estas esperando? —Voltea a ver a su acompañante. La castaña miraba a la joven con curiosidad. Summer se sienta en la cama, junto a ella, voltea a ver la pantalla a su costado, donde claramente en pantalla se veía el programa que utilizaba para escribir, pero con las páginas completamente en blanco. — ¿Qué ocurre? —Pregunta Summer.
La joven se encoje de hombros. —No sé qué escribir. —Responde con simpleza. —Quiero decir… Tengo algo en mente… pero no creo que sea buena idea… —Responde con algo de inquietud. —No he terminado las demás historias… abandone fanfiction y sabes lo mucho que detesto dejar historias inconclusas.
—Uhm… Hay un pequeño problema… si no te desases de las nuevas ideas…aunque sea plasmarlas, no podrás abrir paso a distintas formas para terminar las demás historias… —Contesta Summer, sonriendo con confianza. —Deja de reprimir las nuevas ideas en tu cabeza y déjalas salir, de esa forma tu mente estará más vacía y podrás ocuparla en las demás historias sin recordar las nuevas porque ya no estorbaran. —Explica Summer. La joven la mira interesada, para luego pasear su mirada por toda su habitación. — ¿Qué historia tienes en mente ahora? —Pregunta Summer.
La joven tardo varios segundos en contestar con cuatro palabras. —Cálida Sensación de Verano. —Voltea a ver a Summer, la cual lucía confundida ante sus palabras. —Nada…extravagante. Ni historias complicadas. Simplemente los personajes que adoro, disfrutando del verano. —Hablo con tranquilidad, recostándose contra el gran ventanal de su cuarto, sin ninguna expresión emocionante en su rostro. Su acompañante de ojos verdosos la observa un largo rato, esperando a que bajara de la luna, donde sabía que su creadora estaba en estos momentos. Summer dedujo que aterrizo como un meteorito a la tierra cuando su expresión cambio drásticamente con una clara expresión de; ¡Ya sé! Y es que irónicamente, en el segundo que menos lo esperaba, esa chica tenía las ideas que luego se convertirían en una historia si se lo proponía, claro que ella no era quien lo decía, esta afirmación era constantemente dicha por sus amigas, y por esa misma razón si estás leyendo esta explicación es para no causarte disturbios, claro que sí.
Después de todo, tú entraste a leer esto, ¿no es así? — ¡Summer! ¿Qué pensarías si todos los personajes que consiguieron robarse el corazón de las personas aparezcan en una realidad completamente diferente? —Pregunta sonriendo entusiasmada.
— ¿Eh? —Suelta la castaña descaradamente, sin comprender ninguna palabra. — ¿A qué te refieres, Keili? —La joven suelta un bufido desganado, obviamente, Summer no iba a entender lo que insinuaba.
Dejo que las palabras más exactas se formaran en su cabeza, antes de volver a articular un dialogo más específico que explicara lo que quería decir. —Imagina. —Comenzó a decir. —En fanfiction las personas escriben sobre los personajes que más adoran, ¿no es así? —Hace una pausa, esperando a que Summer le siguiera la corriente en su hipótesis. —Bueno, cada escritor crea una versión diferente y única de cada personaje, moldeándolo a la historia que quiere redactar. En todo caso, es como si se creara un nuevo personaje a partir de uno existente. —Explica pensativa, sonriendo con cierto entusiasmo. —En mi caso, yo creo que todos mis personajes podrían estar en el universo que yo misma he creado para ellos, tal vez, esperando a que escriba nuevamente, para traerles a otra aventura. —Termina de explicar, Summer se sorprende levemente a esa declaración. — ¿Lo imaginas? Miles de universos creados donde existente miles de historias con los mismos personajes pero con personalidades y actitudes diferentes y únicas. —Se recuesta sobre su ventanal nuevamente. —Eso quiero escribir, lo que un personaje siente al momento de entrar a esa nueva realidad. —Anuncia con euforia en su voz.
— ¿Y quién será ese personaje? —Pregunta Summer con curiosidad, nuevamente, a pesar de ser su representación, su mente no se conectaba tan rápido cuando esas ideas descabelladas surgían de la nada. — ¿Los RowdyRuff Boys? —Pregunta sintiendo que era la respuesta más obvia.
Para sorpresa de la chica de ojos esmeralda, su creadora niega con la cabeza. —Ellos están en ese universo desde hace varios años ya… no sería lógico. —Sus palabras sonaron muy tranquilas, ya que tenía a otros personajes en mente. —Estos dos chicos… que me hicieron regresar a Fanfiction son los protagonistas perfectos… principalmente porque es la primera vez que escribiré sobre ellos. —Vuelve a acomodarse y observa el teclado con entusiasmo que desbordaba por toda su mirada.
— ¿Ya empezaras a escribir? —Summer se sorprende, se acerca a su acompañante, dando leves saltitos, y observando la pantalla detenidamente.
La joven suelta un suspiro, buscando las palabras. Sonrió con tranquilidad y comenzó a redactar a medida que escribía. —La historia comienza en una habitación con paredes azules que representaban el cielo azul nocturno cubierto de estrellas, el aire cargado de una inmensa capa de calor que anunciaba la llegada del verano a la ciudad…
La historia comienza en una habitación con paredes azules que representaban el cielo azul nocturno cubierto de estrellas, el aire cargado de una inmensa capa de calor que anunciaba la llegada del verano a la ciudad, el clima pesado era demasiado insoportable, considerando que normalmente el invierno parecía ser la única estación exclusiva de South Park. Pero como todos saben, ese lugar era todo menos normal y ordinario.
Un joven de cabellera oscura se encontraba recostado en su cama, leyendo un libro realmente interesado, no era un gran fan de la literatura, pero considerando que los días aburridos y tranquilos habían tocado a su puerta con la llegada de las vacaciones, consideraba que era la oportunidad perfecta para matar el tiempo de alguna forma.
Espera…
—No lo entiendo…Sé que no somos expertas en esta serie pero… ¿Cómo que hace calor? No tiene sentido. Siempre hay nieve. —Protesta Summer.
La escritora asiente, aceptando la crítica. —Lo sé, pero recuerda, cada historia…es un mundo paralelo al original. Y sí el autor quiere un día de verano en una ciudad donde siempre hace frío y hay nieve por todos lados, increíblemente, se puede hacer. —Summer mira al techo de la habitación por un momento.
—Bueno… ya lo hemos visto en varias historias así que…no puedo discutir eso. —Termina por aceptar lo que su acompañante dijo.
—Summer. —La nombrada voltea a verla, prestándole atención. —Solo una cosa. —La castaña asiente, esperando a que termine de hablar. —No comiences a interrumpir la historia, se perderá la continuidad y los lectores no conseguirán seguir la corriente de lo que está pasando, ¿sí? —Pide la joven, en respuesta Summer asiente eufóricamente sonriendo apenada. —Muy bien…continuó…
Summer hace unas señas con las manos, deteniendo la acción de su creadora, la cual era seguir escribiendo, la mira confundida. —Dijiste protagonistas, pero solo te referías a uno, ¿no es así? —Keili le dirige una mirada fastidiosa y sarcástica.
—Estaba a punto de nombrar al otro chico antes de que me interrumpieras. —Contesta con un poco de molestia, sentimiento que aparece cuando te cortan la inspiración como un cuchillo a un pan. Summer suelta una risa nerviosa, antes de volver a ver la pantalla, con la intención de evitar hacer más interrupciones a lo largo de la historia…veamos sí lo logra. La joven suelta un suspiro largo y tranquilo. —Muy bien… ¿Dónde estaba? ¡Ah! Sí… Unas risas resonaron danto a entender que ese chico no era el único en esa habitación y que alguna otra persona estaba en ese lugar…
Unas risas resonaron danto a entender que ese chico no era el único en esa habitación y que alguna otra persona estaba en ese lugar. Sentado en el piso, un chico de ojos verdes jugaba con un conejillo de indias, el joven con cabellos alborotados temblaba levemente, a pesar de que no sentía frío alguno, es más, podía sentir el sudor recorrer por su espalda, pero eso no evitaba que sus constantes y rutinarios temblores cesaran.
El chico que aún estaba recostado en la cama, dio un rápido vistazo a su pareja que se encontraba jugando con su mascota, le agradaba ver al rubio mantener la calma, pues por esa misma razón, no intentaba romper el silencio formado en su habitación, no quería alterar la paz interior que el joven de ojos verdosos estaba experimentado desde… ¿nunca? Volvió a posar su mirada indiferente nuevamente en el libro y continuar con su lectura. A pesar de no tener las agallas para cortar con ese silencio sepulcral, su acompañante no tenía lo mismo en mente. —Nhg…O-Oye… Craig. —Escucho su nombre. — ¿Craig? —El azabache se impulsa hacia adelante, sentándose en su cama, de esta forma podía observar al chico con más atención. El rubio, señala a su mascota, la cual estaba muy interesada observando la pared vacía, por más extraño que sonara. — Y-Yo no hice nada. Ngh, el s-solo camino hasta allá. —Advierte sintiendo los nervios recorrer su cuerpo. Por su parte, el chico ahora conocido como Craig, se levantó lentamente de su cama, dejando caer el libro sobre su sabana, se acercó al conejillo de indias y se arrodillo junto a él. Pudo notar como el chico de ojos verdes gateaba por el piso acercándose a él, con la misma intensión, de comprender el; ¿Por qué el animalito estaba tan interesado en observar la pared con tanta fijación? Craig acerco su dedo a su mascota, acariciando levemente el pelaje, tratando de captar su atención, la cual no consiguió. Craig observo al conejillo de indias, el cual se llamaba Stripe, con una extrañez notoria en su rostro.
— ¡AAAAAHH! —Ese grito logro sobresaltar al azabache, quien volteo bruscamente a ver a su acompañante, que tenía una expresión aterradora en su mirada, el chico clavaba su mirada en la pared, la cual había… ¿devorado su mano? ¿Cómo? — ¡Craig! ¡Mi mano! ¡Aah! ¡La pared se comió mi mano! ¡Oh, Dios! ¡Ayuda! —Los gritos de auténtico pavor, no eran de esperarse, y menos cuando eso…había pasado, váyase a saber cómo rayos había pasado eso… de todas formas Craig Tucker ya estaba acostumbrado a los repentinos gritos de su novio.
Se acercó al chico y poso sus manos el brazo que había sido casi tragado por la pared de su habitación. —Cálmate, Tweek. —Pide el joven de ojos azules, Solo dio un pequeño tirón y… ¡sorpresa! Tweek recupero su mano. — ¿Ves? Todo está bien. —Le sonríe con tranquilidad, él sabía perfectamente que ese gesto relajaba los nervios del adorable rubio, el cual le devuelve la sonrisa, tratando de relajar su respiración. Un sordo ruido causo que voltearan a ver a su costado, donde hace unos segundos estaba Stripe, pero no. Ya no estaba ahí. Bueno, la respuesta a la obvia pregunta era increíblemente descabellada, después de todo, la puerta de su habitación estaba cerrada, la ventana fue descartada en todo momento, el animalito no tenía forma de llegar hasta ahí, y a juzgar de que no estaba correteando por el suelo del cuarto. Solo quedaba una opción, Stripe había cruzado la pared de su habitación, a ese lugar desconocido.
— Oh, Dios. ¡Oh, Dios! ¡Stripe esta…! ¡La pared se lo llevo! ¡No puede ser! ¿¡Qué hacemos!? ¿¡Cómo es posible que eso pase!? ¿¡Que pintura utilizaste para pintar tu cuarto!? —Aparentemente al rubio lo comenzó a alterar el hecho de no volver a ver al animalito, se alteró, otra vez-
—Esto nunca antes había ocurrido, Tweek. —Dijo con un tono neutro, mirando la pared con fascinación, con unas intenciones que se volvieron obvias para el rubio de ojos verdosos.
Tweek sentía como su cuerpo temblaba con más intensidad, los nervios se lo comían por dentro al leer los pensamientos del joven con ojos azules. — ¡No estarás pensando hacerlo! ¿¡Qué tal si mueres!? ¡E-Es probable que este extraño portal se haya creado para que unas c-criaturas mutantes puedan llegar aquí y d-devorarnos de un bocado! ¡Oh, Dios! ¡No quiero que eso pase! ¡No quiero perderte, Craig! ¡Es demasiada presión!
— ¡Tweek! —Craig sostiene los hombros del rubio, sintiendo como este temblaba bruscamente. —Cariño, sabes que no cometería una locura sin estar seguro de… —EL sonido sordo vuelve a escucharse, revelando a un Stripe y miro fijamente a sus dueños, anunciando su llegada, los dos chicos observaron a la mascota recuperada unos segundos. Pero para su mala suerte, el conejillo de indias volvió a escapar por ese portal. Esta vez el azabache no lo dudaría antes de dirigirse hacia la pared.
Sintió como su brazo era estrujado contra el cuerpo de su pareja, que lo abrazo inesperadamente. — ¡E-Espera! ¡Nhg, iré contigo! —Anuncia con miedo en sus palabras, pero no iba a permitir que Craig siguiera a su mascota solo, claro que no, ¿si no volvía? Tweek se moriría, sin mencionar que la espera lo mataría y terminaría adentrándose solo para ir a buscarlo, porque ya había analizado todas las posibilidades y todas las situaciones. El rubio siente la mirada indiferente sobre él, la cual iba a comentarle que no era necesario que lo acompañara porque… —Es mucha presión, sí. Pero no te voy a dejar ir solo. —Hablo Tweek arrancándole sorpresivamente las palabras al azabache.
No objeto nada, cuando el rubio se proponía algo, lo cumplía. Así que sin más que mencionar, solo dio unos paso hacia adelante, sintió como esta acción sobresalto a su pareja, volteo a verlo sonriéndole tranquilamente, antes de volver a caminar dejándose llevar por el portal invisible en la pared de su ya desolada habitación.
—Wow, eso sí que fue repentino. —Afirma Summer. — ¿A dónde los llevo ese portal? —Pregunta Summer con intriga.
La joven sonríe divertida. —A nuestra dimensión. —Anuncia con entusiasmo, sin dejar de escribir toda la escena creada en su cabeza.
Se observaron mutuamente, con la intensión de ver a la otra persona bien, grande fue su sorpresa cuando descubrieron rasgos físicos increíblemente diferentes a los que normalmente estaban acostumbrados.
— ¿Craig? —
— ¿Tweek? —
Se miraron completamente aturdidos, el rubio soltó su agarre repentinamente y comenzó a ver su cuerpo, completamente diferente, eso no era normal, para nada. De repente se sentía más alto, su cuerpo tenía una anatomía más compleja a la de su cuerpo anterior, ¡incluso su ropa era diferente! — ¿¡Qué está pasando!? ¿¡Estoy en el cuerpo de alguien más!? ¿¡Qué es esto!?
Por su parte Craig, se observó detenidamente, ahora por más frustrado que este, no tenía su característico gorro con su chullo, ahora su cabello de un tono azul oscuro era cubierto por la capucha negra que traía la chaqueta que tenía puesta. — ¿Qué rayos? —Suelta de repente, para luego voltear a ver a su acompañante que estaba a punto de colapsar de nuevo. Su mirada penetrante analizo detalladamente a su chico. —Tweek. —Lo llamo repentinamente, sobresaltando al rubio por un momento, que volteo a verlo jalándose el cabello. Le dio un rápido chequeo nuevamente antes de sonreír seductoramente, mostrando una expresión mucho más clara y genuina que ese nuevo cuerpo podía brindarle. —Te ves muy guapo. —Esas palabras causaron que el rubio de ojos verdosos sintiera como sus mejillas enrojecían brutalmente y su expresión mostraba una vergüenza por todos sus poros. Eso causo más adoración por parte de Craig, en cierta forma le agradaba ver esa versión, nueva y extraña de su novio, pero qué más da, demonios, se veía mucho más adorable ahora.
— ¡N-No digas eso! ¡M-Mucho menos ahora, que estas más atractivo! —Confiesa sin darse cuenta, sintiendo los nervios recorrer su cuerpo peor que antes, esa confesión consigue soltar una risa en Craig. —Aunque… tus ojos naranjas…nhg… extraño tus ojos azules. —Comenta, dándole a entender a su pareja que ya no tenía el mismo color de sus ojos. Unos segundos después de contemplarse, comienzan a inspeccionar el lugar, era una habitación blanca, con una puerta frente a ellos que parecía un ascensor. Craig se acercó al aparato que estaba junto la puerta. Presiono el botón más grande y llamativo, esto causo que una pequeña abertura se abriera y saliera una cámara de esta que se acercó bruscamente al rostro del azabache, que por inercia se inclinó hacia atrás. La cámara hizo un extraño sonido, antes de dirigirse hacia el rubio y hacer lo mismo.
Identidad Reconocida.
Después de esta declaración, la cámara volvió a su escondite y la puerta se abrió de par en par. Mostrando el interior del lugar, el cual lucía como una sala de estar con grandes ventanales que reflejaban una hermosa vista al mar, algunos sofás esparcidos cerca de un televisor que colgaba en la pared, y con varias plantas que decoraban el ambiente. Asomaron un poco más la cabeza, para identificar una cocina al otro lado, la cual tenía una barra, con cuatro banquillos, también lograron identificar un metegol y para finalizar, frente a ellos se podía ver un pasillo y los llevaba a quien sabe dónde, pero no había señales de Stripe por ningún lado.
— ¿Crees que entrar sería allanamiento? —Pregunta Tweek, temeroso ante la idea de entrar en una casa ajena, ser descubierto, que no le creyeran que solo querían recuperar a su mascota y terminen llamando a la policía, condenándolo a pasar años en la cárcel. Craig no pudo lograr pronunciar una respuesta a la pregunta cuando una voz de computadora resonó por el lugar.
Bienvenidos, Craig Tucker y Tweek Tweak.
Por favor, sigan las luces del pasillo.
No fue la voz que le helo la sangre, sino que escuchar sus nombres en una cálida bienvenida era el temblor que recorrió su espalda como un balde de agua fría. El rubio volteo a ver a Craig que no decía ni una sola palabra, simplemente se quedó estático, tratando de descifrar a que se venía esa inesperada invitación a entrar. Dio unos pasos hacia adelante, al menos no era una alarma que los declaraba como intrusos. Después de alejarse de la puerta, esta se cerró de golpe, consiguiendo alterar más al rubio, ya que no había formar de regresar.
Por favor, sigan las luces del pasillo.
Esa voz otra vez, bueno, no es como si tuvieran muchas opciones, las demás puertas que se mostraban estaban cerradas, la única posibilidad era caminar por el pasillo, como se les estaba pidiendo. Craig frunció el ceño desconfiado y entrelazo su mano con la de Tweek quien agradeció ese gesto porque en esos momentos sentía demasiada… ¡Presión! Dieron unos cuantos pasos desconfiados, pero a medida que caminaban siguiendo las famosas luces del pasillo, la caminata se volvió más tranquila, hasta que las luces detuvieron su andar frente a una puerta. El joven con ahora ojos anaranjados dio un vistazo por todas las puertas, notando que en cada una había un cartel con un nombre, esto causo que fijara sus ojos en el cartel frente a él, el cual decía…Tweek Tweak, mientras que la puerta frente a esta decía…Craig Tucker… Eso era demasiado… ¿Qué estaba pasando? Y como por arte de magia, ambas puertas con sus nombres se abren, revelando sus habitaciones, o mejor dicho, las habitaciones que siempre desearon tener. A pesar de ver el hermoso cuarto frente a sus ojos, Tweek se negó a entrar, no quería arriesgarse a que esa puerta se cerrara, y lo dejará encerrado, lejos de Craig.
Por otro lado, era evidente que esperaban, quien sea quería que entraran en sus habitaciones, cosa que no pasaría. Tironeo un poco el brazo del rubio, dándole a entender que seguirían caminando buscando por el pasillo, no entrarían a una muerte segura, bueno… no tan así, solo exageraba…Su adorable Tweek lo estaba contagiando aunque no lo admitiera. Cuando estaba por alejarse de ahí, Tweek no se movió, volteo a verlo confundido, descubriendo que el chico de ojos verdosos fijo su mirada en el conejillo de indias perdido, durmiendo sobre la cama de la habitación de Craig. Sin pensarlo demasiado el azabache entra a paso veloz arrastrando a Tweek quien le balbuceaba incoherencias con respecto a entrar sin pensar en las consecuencias… La puerta se cerró, dejando a ambos chicos encerrados. Bien… cayeron justo en el juego…
Craig podía sentir la mirada de reproche por parte de su novio. —Lo siento, Bebe. —Se disculpa desviando la mirada, evitando sonrojarse. Al menos su mascota seguía viva. —Encontramos a Stripe. —Anuncia sonriéndole, tratando de quitar la molestia en el rostro de Tweek sin conseguirlo.
La pantalla que estaba colgada en la pared, que tenía una puerta de cada lado, se encendió de repente, llamando la atención. Una chica de ojos verdes y cabello castaño sonreía radiante.
— ¡Buenos días! ¡Summer al habla! Ahora que todos los huéspedes han llegado. ¡Pueden disfrutar de estas increíbles vacaciones veraniegas! Como ya sabrán, contamos con múltiples actividades para que gocen de su estadía completamente. —Hablaba la chica en el televisor, confundiendo cada vez más a los dos chicos que la observaban aturdidos. —Desde leer un libro en la comodidad de su habitación… —Ese comentario causo que Craig volteara a ver el libro que estaba reposado en su cama, con una cinta roja, marcando la página donde se había quedado. —…a poder pasar una tarde en la playa con sus amigos disfrutando el sol. —Termina por decir, asustando a los dos presentes sin saberlo. — ¡Sean libres de disfrutar este lugar que fue creado especialmente para ustedes! ¡Nos vemos en el almuerzo! —Anuncia finalizando la transmisión, el televisor volvió a pagarse y la puerta de la habitación volvió a abrirse, permitiéndoles volver a salir.
Tweek tironea suavemente la chaqueta negra de Craig. —E-Ehm… ¿Craig? —Suelta, tratando de llamar su atención. Lográndolo, ya que el azabache no tardo en volver a agarrar la mano de Tweek, entrelazándola con fuerza, si algo había aprendido de South Park, las cosas que parecían buenas, no lo eran. Agarró a Stripe con su mano libre y lo dejo caer dentro de su bolsillo que estaba en su chaqueta cerca de su pecho, procurando que no caiga.
Cuando ya había asegurado que las dos cosas más apreciadas estaban seguras, volteo a ver al rubio con un ceño fruncido. —Nos vamos. —Afirma con determinación, comenzando a caminar rápidamente por el pasillo, tratando de encontrar la salida, en otras palabras, regresar por sus pasos para escapar de ese lugar lo más rápido que pudieran. No confiaba en lo más mínimo en esa casa, simplemente era una locura confiar en una chica que ni siquiera sabía quién era y les aseguraba unas vacaciones gratis en un lugar de ensueño, sin mencionar que sabía quiénes eran ellos dos, no. Claro que no. Craig no era un idiota, no se quedaría ahí por mucho tiempo más.
— ¡Los atraparé, Rowdys! —Una voz resonó por el pasillo, causando que detuvieran su escape de repente, ¿no eran los únicos ahí o lo estaba imaginando? Su respuesta llego tan rápido como esos dos chicos se aproximaban a ellos a paso veloz. Pudo divisar a un pelirrojo y a un azabache aproximarse sin detener su carrera.
— ¡Cody, estás haciendo trampa, otra vez! —Acusa el pelirrojo, antes de pasar a su lado, ignorando la existencia de la pareja por completo.
— ¡Eres un tramposo! —Grito el segundo chico, a lo lejos pudieron notar como un chico de cabellera rubia y con los ojos vendados se acercaba corriendo. Craig volteo a ver a ambos chicos que se detuvieron al final del pasillo donde había una pared y el camino se dividía en dos, sonrieron complacidos esperando a que el tercer joven se estrellara contra la pared debido a que no lograba ver por dónde iba, hecho que sucedió. Las risas de los dos chicos resonaron por el pasillo, mientras el rubio se caía de espaldas al piso.
Tweek volteo a verlo, leyendo su mente. Ellos no eran los únicos ahí, al menos no ellos dos, tal vez ese trío sabía cómo salir de ese lugar, porque si mal no recuerda, no había forma de regresar a su habitación, a su verdadera habitación después de todo, esa puerta no tenía ningún aparato para abrirla desde dentro. No, no sonaba mala idea pedir un poco de ayuda.
Craig camino mostrándose seguro mientras que Tweek temblaba, abrazando su brazo, temiendo por sus vidas. —Disculpen. —Hablo el chico de ojos naranjas. Las burlas de los chicos hacia el joven rubio tirado en el suelo aún adolorido cesaron cuando reconocieron la presencia de otras personas. El chico en el suelo se quita la venda, al no escuchar más las risas de sus amigos quienes miraban a los dos jóvenes con curiosidad, el rubio revelo sus ojos azules al levantar un poco la cabeza para ver lo que sus amigos presenciaban, esbozando una sonrisa eufórica.
— ¡Genial! —Anuncio con un tono de voz entusiasta. — ¡Nuevos personajes! —Craig y Tweek miraron al joven rubio, aturdidos. ¿Qué dijo? ¿Personajes? ¿Qué rayos estaba diciendo?
— ¿Qué? —Suelta Summer al notar como dejaba de escribir, dando un finalizado al capítulo. — ¡No! ¡Por favor! ¡Síguelo! —Suplico la castaña.
La joven soltó un bostezo, negando con la cabeza. —Ya es muy tarde, debo ir a dormir… —Hablo cerrando la laptop y dejándola junto a su mesa junto a la cama, apago las luces y se recostó en la cama. Summer soltó un bufido, frustrada.
— ¿Prometes seguirlo?
—Eso creo…
—Eso no es una respuesta.
—Si me dejas dormir, lo intentaré.
—Bueno… Nos leemos luego…
—Bye…
