Domo. Esta es la primera historia que escribo del mundo de akagami shirayuki hime, me encanta la pareja Shirayuki x Obi.

La verdad este escrito es de hace mucho tiempo, pero hasta ahora lo público, y no he visto aun la segunda temporada así que esto es más bien como una continuación de la primer temporada.

¿PORQUE?

º

º

º

Solo era el chico que te protegía por mandato del mi nuevo amo, el Príncipe Zen, solo era el chico bandido que te atacó con una flecha y que pensaba que eras un trabajo más para encargarme, entonces dime, ¿porque estos sentimientos se desbordan? Es extraño, nunca sentí algo como esto, es una mezcla de calidez y felicidad cada vez que te veo, es amable, dulce y un bálsamo curativo justo como él te roka, me hace sentir bien impulsándome incluso a atreverme a casi tocar tu mano pálida y hermosa a pesar de trabajar tantas horas en la tierra.

Ahhh, shirayuki, dime porque justamente has tenido que ser tú con tus cabellos de manzana roja y tus ojos como del color de la hierba que crece en el campo. ¿O habrá sido tu sonrisa? ¿Tu risa? ¿Tu amabilidad al tratarme? No estoy muy seguro. Pero lo que si se es que odio que alguien más te toque o te mire, te quiero solo para mí porque soy un bandido que robara tu corazón, dame tiempo y no te niegues, te mostraré la belleza de mi mundo así como tú me mostraste la del tuyo. Quiero verte a mi lado.

Así que es eso...

No lo parece, las pocas veces que pensaba en el amor creí que era algo inútil para los tontos, pero si pudiera describirlo diría que es más bien como el sake, adictivo, no puedes dejar de querer probar más y más hasta embriagarte perdiéndote en ese extraño mundo de colores. Quiero vivir en el mundo en el que estás tú, sin nadie que nos aleje, porque me eh impregnado de tu rostro apacible mientras duermes, de tus manos que acomodan tras tu oreja ese mechón suelto y rebelde…también de la sonrisa que le dedicas especialmente a él.

¿Por qué no me miras de igual forma? No, me equivoco, comprendo. Tus labios no dejan de pronunciar mi nombre una y otra vez en tus sueños, extiendes tu mano como intentando alcanzar algo y yo la tomo en el aire apretándola entre las mías, entonces tu sonríes.

¿Puedo interpretarlo como un te amo? Supongo que sí, y rio de mi propio pensar infantil, pero ahora no puedo dejarte ir jamás, porque me perteneces a mí y solo a mí.

Ojou-san