Pueees, no sé dibujar ni mucho menos que una patata en un palo. Escribir tampoco es mi fuerte, aún así, espero que esto te agrade, Chii =D Un Taiorato como regalo de cumple =3

Es algo cortito, pero tiene la base.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS!


Datos del fic:

tulo: Lágrimas de cristal.

Pareja: Taiorato poliamoroso.

Ranking: T.

Género: Romance.

Advertencias: Más allá del OOC y IC, nada más D:

Disclaimer: Ni digimon ni la película aquí nombrada me pertenecen.


ºLágrimas de cristalº

Si existía algo con lo que ninguno de los dos podía lidiar, eran con las lágrimas de una mujer. Yamato era de los que prefería dejar que se liberase, que descargara lo que llevaba dentro. Taichi se ponía nervioso, se sacudía, rascaba los cabellos y hacía intentos por acercarse.

En ese momento, los dos chicos no pudieron evitar pensar en aquel tiempo en sus aventuras en el mundo Digimon. Donde Sora lloró y la misma situación sucedió con ellos dos. Yamato más maduro y Taichi sin saber qué hacer.

Sora hipaba entre medias de ambos y ninguno sabía bien qué hacer. Lágrimas de cristal caían por sus mejillas, sobre sus manos, que con frenesí querían detenerlas. Yamato recogió una de ellas para llevarla hasta sus labios y así, captar su atención. Sora apartó las manos y Taichi aprovechó para besarle las enrojecidas mejillas.

La mujer los miró de hito en hito, mientras su pecho subía a base de pucheros y suspiros. Los dos asintieron. Uno enterró los dedos en sus cabellos y el otro, besó su cuello.

—Lo… lo siento. Es que esto me puede— susurró enrojeciendo por las atenciones.

—Lo sabemos— murmuró a su vez Yamato besando su oreja—. Nunca debimos dejar de verte la película. Hachiko es superior para ti.

—La tiraremos por la ventana de ser necesario —aseguró Taichi enarcando las cejas.

Sora hipó una risita y negó.

—Algún día seré capaz de verla sin armar tanto escándalo. Lloro como si fuera una niña.

—¿Y qué importa eso? — puntualizó Taichi besándole las sienes.

—Además, nunca podrás verla sin llorar. Eres demasiado buena, Sora —añadió Yamato—. Y tus lágrimas son tu gesto de amor.

—Parecen de cristal —agregó Taichi volviendo a besarle las mejillas donde dos diminutas lágrimas se desviaban de su camino hacia sus labios.

Sora se encogió entre ellos en el sofá. Lentamente, las carcajadas empezaron a aparecer. Sora prometió no volver nunca más una película de ese tipo en su vida. Yamato y Taichi sabían que rompería su promesa sin darse cuenta. Pero ellos volverían a estar ahí.

En cada lágrima.

ºFinº

21 de Marzo del 2016