Aclaro, que los personajes de Sakura Card Captor pertenecen al grupo CLAMP, yo solo los uso para tejer una nueva historia.
Hola, eh decidido comenzar esta nueva historia pues porque la tengo escrita desde hace un tiempo y me pareció que debía compartirla. Este capitulo es un poco corto y más para presentar la situación de los personajes, que ya no se encuentran en su dulce infancia. Me gustaría muchísimo saber lo que opinan :3
Sin más, espero la historia sea de su grado.
El instituto Seijo, promete ser la mejor de las preparatorias en el pequeño pueblo de Tomoeda. Siendo este un instituto privado, no era de extrañarse que los hijos de las más ricas familias asistieran a dicho internado. Sí, internado.
Se trata entonces, de un gran edificio central en el que se hallaban las aulas y oficinas, dos edificios laterales que eran los dormitorios –obviamente uno de chicas y el otro de chicos- una explanada con pasto, arbustos y jardines que bien podría recibir el nombre de 'bosque' de no ser por su reducida dimensión. En el centro de dicho bosque, se hallaba otro edificio con diversas tiendas y distracciones para entretenimiento del alumnado.
Un día antes del inicio del curso escolar, todos se hallaban terminando sus maletas, pasando el día con sus familiares y claro incluso, haciendo compras de último momento.
En esta situación se encontraban dos adolescentes, en uno de los probadores de las tantas tiendas del centro comercial.
Sentada y bastante fastidiada, una chica de cabello castaño recogido en una cebolla. ¿Hermosa? No claro que no, hermosa se quedaba corto. Alta, con un cuerpo que causaba tantas miradas como envidias. La chica tenía cierto encanto natural en sus movimientos que la hacían completamente grácil a la vista. Sus delicadas pero definidas facciones, le daban un aire de inocencia a su rostro, pero lo que más sobresalía eran sus hermosos ojos que llevaban el color del jade y completaban una sonrisa de millón de dólares. Y ella lo sabía.
La chica miraba su celular en busca de distracción, pues su prima llevaba ya bastante tiempo en el probador.
-Sakura… Saku… ¡Sakura!- giro su cabeza con rapidez al escuchar su nombre en un grito y sus ojos se dirigieron a su prima, quien se contoneaba frente a ella con un vestido azul -¿Y bien? ¿Azul turquesa o cielo? Aunque el rojo me gusta pero dicen que el rosa me va bien y…-
Señoras y señores, Tomoyo Daidouji. Alias la chica más vanidosa, femenina y elegante de Tomoeda. Algunos centímetros más baja que su prima, con un cuerpo que lucía delicado y tan femenino. Su larga cabellera negra resaltaba su hermosa piel pálida. Sus facciones tan delicadas y dignas de la realeza. Cada uno de sus movimientos eran absolutamente elegantes y coquetos. Poseía unos ojos amatistas que solo lograban cautivar a quien se atreviera a mirarlos directamente.
-Maldita sea Tomoyo, compra ambos y salgamos de aquí. Tengo hambre.- La amatista se encogió de hombros, pago ambos vestidos –uno rosa y uno azul- y salieron a la zona de comidas. Su prima estaba de malas y no sería ella quien se llevara la peor parte.
En el mismo centro comercial, pero a un piso de distancia, se encontraban dos jóvenes en la tienda de discos.
-No me jodas Shaoran, simplemente descarga la música de internet y déjate de tanto jodido Cd, estorban bastante…- Hablo uno de los chicos con un acento inglés. Alto, con un cuerpo delgado pero elegante y con la piel tan blanca que semejaba la nieve. Rasgos finos pero varoniles y unos hermosos ojos color zafiro, semejando el color de la noche, tras unas gafas circulares que le daban un aire intelectual. Todo esto complementado con un porte de caballero, tan elegante y Casanova. Claro, cuando se es inglés…
-Deja de joder Eriol y ve a ligar con la cajera. Desde que llegamos no deja de verme y no estoy de ánimos para nada por hoy…
-Para marica que saliste, en fin. ¡Como ordene el señor Li!- Y camino hacia la caja.
Li. Shaoran Li. Vaya si era sexy. Un poco más alto que su amigo, de piel un tanto trigueña, un cuerpo si bien no musculoso pero si marcado gracias al deporte. Un cabello color chocolate, grueso y con un perfecto desorden. Su rostro de facciones rectas y masculinas, y sus ojos de color semejante al ámbar le daban un toque de arrogancia, lo cual lo hacía el sueño de cualquier chica. Claro que eso él lo sabía, y no tenía reparos en ser todo un encanto cuando se lo proponía.
Tomo tres discos, se acerco a la caja –donde Eriol se encontraba bastante entretenido con la cajera- pagó y se llevo consigo a su amigo.
-No te la pensaste dos veces eh, si serás cabrón Eriol- dijo el castaño con una sonrisa burlona.
-Que te digo, no es educado dejar a las chicas sin un sueño como yo por las noches…- le respondió, haciendo una ademan de sufrir.
-Jaja claro 'Lord Hiragizawa' deja de cabrearme y vamos a comer de una buena vez.-
Y ambos se dirigieron al área de comidas, bromeando y por supuesto, mirando a cuanta chica se les atravesaba.
Sakura P.O.V.
Maldita sea, ¿es que nadie podía ver lo cabreada que estaba? Es decir, el día de hoy yo no había tenido intenciones de salir de mi cama, pero no contaba con mi querida prima jodiendo por teléfono para salir de compras.
La chica lo tenía absolutamente todo y aun así salimos de las tiendas con cinco bolsas… bueno, ese era su problema. Dinero lo tenía, lástima que no pudiera comprar más neuronas…
-¡Listo Saku! lamento haber tardado tanto, pero es que deberías haber visto al chico de la caja… era un sueño, aunque no le vendría mal un corte…- Yo solo asentí mientras tomaba un porción de pizza.
Ahí estaba. Realmente quiero a mi prima, crecimos juntas y por eso no me explico en qué momento se convirtió a esto. Siempre hemos estado juntas en todo y aproximadamente durante segundo año de secundaria fue cuando se dio cuenta de que los chicos, bueno, no eran tan desagradables como creíamos hasta ese momento. Sip, mi prima se volvió toda una zorra. De ahí tanto encanto, faldas y maquillaje. No es que yo sea un pan de dios, pero tampoco es como si fuera por la vida ligando con cualquier idiota. Tengo mis reglas saben…
-Pero mira quienes vienen ahí…- voltee hacia donde Tomoyo apuntaba, su tono me había llamado la atención.
Mierda. Justo hoy que no estoy de humor, me vengo a topar con el idiota más grande de Tomoeda.
-Señoritas, ¿les molesta compartir la mesa? Miren que la compañía no será mala…- bueno, Eriol no era el problema. De hecho el me agradaba bastante. Claro, alguien debe agradarte después de todo si compartiste algunos de los mejores besos de tu vida con él…
-Jaja encantador Eriol, simplemente encantador… deja de joder y siéntense ¿quieres?- Mi prima me quito las palabras de la boca.
-¿Te molesta si me siento a tu lado, linda?-
Ahí estaba, el gran Shaoran Li señoras y señores.
Ok, si era bastante atractivo, pero eso no le quitaba lo idiota ni el hecho de que lo odiara desde que llego a mi vida en la primaria. ¿Por qué? Bueno, ni yo lo sabía bien, pero el hecho de que en un principio yo fuera amable con él y todo para que simplemente me mandara a la mierda, era algo. Me cabreaba que hubiera sido el único que no cayera ante mis encantos, aun…
-Por supuesto que no mi querido Xiao Lang- respondí, extendiendo una de mis mejores sonrisas mientras lo veía fruncir el ceño. Le enojada que pronunciara de esa forma su nombre.
-Gracias, mi cerecito- no supe que tanto fruncí mi ceño. ¿Cerecito? Vaya, sí que me cabreaba aquel estúpido sobrenombre que usaba conmigo.
-Vamos Shao, deja a Sakura en paz. Deberían madurar de una buena vez y ser más, no sé… íntimos- Y ahí estaba mi prima con sus estúpidos comentarios. Ella intercambio saliva con el idiota de Li hace algunos meses y de un día a otro me decía que no era tan malo y que debería conocerlo mejor.
-Qué más quisiera, pero esta muñequita simplemente no se resiste al gran Li- se encogió de hombres y dio una mordida a su emparedado.
Vaya idiota.
-Quien sabe Shao, tal vez este año sea diferente- dije, de la forma más provocadora que pude y dirigiéndole mi mas encantadora mirada. Después de ver su arrogante expresión, di un sorbo al refresco y continúe con mi comida.
Jaja, diferente. Sí, claro…
Shaoran P.O.V.
Estúpida chiquilla. ¿Quién rayos se creía Sakura Kinomoto?
Desde que llegue a Tomoeda me tope con ella y me encontré odiándola desde entonces. Aun recuerdo cuando se acerco a mí el primer día, con su inocente sonrisa, ofreciéndome su amistad porque me veía muy solo… vaya una zorra. Realmente me desagradaba la forma en que usaba sus encantos para ir por ahí consiguiendo lo que quería. Si, la chica estaba bastante bien, pero eso no le quitaba lo egocéntrica, vanidosa y zorra.
¿Qué le costaba ser un poco más como su prima?. Tomoyo, vaya que si me agradaba. Pero ese fue un episodio ya cerrado, la chica me dejo de interesar cuando me di cuenta de que no habría más futuro a su lado que compras, besos y manoseos…
Seguimos comiendo, natural. Eriol –mi amigo de toda la vida- seguía en sus intentos con Tomoyo… esos dos eran bastante parecidos, realmente se me hacia raro que no formalizaran nada aun… nunca había pasado de su relación de amigovios, aunque eso parecía bastarle a ambos.
-Y dime Xiao,- me dijo la estúpida, ah como le gusta joderme- ¿será que este año tendremos la desdicha de no verte más? Digo, no te vendría mal volver a tu país natal…-
Jaja, vaya chica. La verdad no veía nada cerca el día de mi regreso. A mi madre le importaba muy poco lo que hiciera de aquí a los 23 años –cuando tomara el poder de las empresas Li- y solo se encargaba de mandarme mis jugosas mensualidades. La vida aquí me gustaba demasiado y además, no pensaba darle el gusto a esa estúpida mocosa.
-Puedes dormir tranquila querida, que yo me quedo en Tomoeda por un muy largo tiempo. Y aun más en el instituto, así que mejor nos vamos conociendo más mi cerezo…-
Y ahí estaba, su ceño fruncido. Al menos algo hice bien hoy.
Esa era mi relación con Sakura, siempre con esas falsas mascaras de cordialidad por parte de ambos, aunque sabíamos perfectamente bien a quien teníamos enfrente. ¿Qué si eso iba a cambiar? Jaja, claro. El día en que yo acceda a cortar mi encantador cabello, Sakura y yo nos llevaremos bien.
