-Pain Dreams-
Disclaimer: Los personajes son de Stephenie Meyer, la trama me pertenece
Summary: No lo conoce, pero lo ama, nunca lo ha visto, pero lo siente, y verlo sufrir la mata por dentro, a pesar de que sean solo "Sueños" Short Fic M por violencia
N/A: Esta historia contiene abuso tanto verbal como físico, así como lenguaje violento, si se es sensible evite leer, queda bajo responsabilidad del lector hacerlo.
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-Pesadilla-
El estaba atado a una silla de madera, cinta en la boca y ojos vendados, solo esperaba a su verdugo, esperaba la tortura y después la muerte, sus respiraciones expresaban miedo, angustia, ansiedad, terror, en la habitación se escuchaban pasos, se acercaban cada vez mas, el miedo recorría cada una de sus venas, no podía moverse, su camisa blanca estaba empapada por el sudor, había público, ¿Cientos? ¿Miles? Era la estrella del espectáculo, no sabía cuanta gente lo estaba mirando, respiraba violentamente por la boca, sintió una mano acariciar su cabello y un par de senos se acercaron a su cara, contuvo la respiración y esperó mas
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Ella era parte del público, no sabía como había llegado ahí, pero estaba a punto de mirar como torturaban y asesinaban a sangre fría a la persona que mas amaba en la vida, quería gritar, quería pedir que la matasen a ella, que la ataran a ella a esa silla, pero no era dueña de su cuerpo, no era dueña de sus pensamientos y tampoco de sus actos, la mujer de unos treinta años miraba al muchacho asustado mientras se sentaba a horcajadas sobre el, la miró, ella notó la maldad en sus ojos y el terror recorrió sus venas, todo el demás público miraba con admiración, pensando que se trataba de una obra de teatro, solo ella conocía la verdad, solo ella sabía lo que estaba a punto de suceder, la mujer…. Sacó de su femenina bolsa un pequeño cuchillo, de plata, completamente limpio y brillaba ante tanta oscuridad, le quitó la cinta de la boca y la venda de los ojos, entonces pudo apreciar mejor su rostro. Un rostro que parecía tallado por los mismos ángeles, hermosos rizos rubios color oro, lágrimas adornando sus mejillas, ojos… tan azules como el claro cielo urbano reflejado en el mar, labios rosados y carnosos, ansió poder besarlos y tocarlos una vez mas, no había un solo rastro de barba en su mentón, cuerpo escultural, músculos marcados, perfecto, la mujer tomó el cuchillo, y comenzó a hacer pequeños cortes en el brazo de el, al igual que como suelen hacer las adolescentes desesperadas, haciéndolo gritar, gemir, patear, rogar que parase
— ¡No! Por favor ¡Basta! — Empezó a gritar ella desde el público, entonces, la mujer bajó del escenario, la miró con esos ojos rojos, profundos, furiosos, con rabia, el miedo recorrió cada uno de los poros de su piel, empezó a sudar, y por sus venas corria el terror en vivo
— ¡Cálmate! , ¡Cálmate! Despierta — Una voz ajena a todo la despertó de la pesadilla
Abrió los ojos desesperada, no le importó nada, se miró al espejo, tenía el rostro al rojo vivo, y el sudor empapaba su cuerpo, trató de analizar lo que sucedía, pero solo logro distinguír a su madre frente a ella
— ¿Mamá? — Preguntó con la voz rota por el miedo
— Si, Alice… esta es la tercera vez en la semana que te levantas gritando por las pesadillas ¿Qué esta sucediendo?
— No es nada
— Siempre dices lo mismo
— Mamá, estoy bien, solo necesito estar sola — Carmen salió del cuarto dejando a su hija en intimidad, Alice sacó su cuaderno, empezó a escribir en el, escribió su sueño, describió a la perfección lo que sentía, como era sentir la adrenalina al mil por ciento, dio vuelta a la página, ahí pudo apreciar sus perfectos dibujos, los dibujos a acuarela, a lápiz, a crayolas, a gises, de ese escultural cuerpo, de ese rostro esculpido por los ángeles, era una belleza sobre humana, ningún ser en la tierra podría poseer tal perfección y hermosura, el talento y la soltura con la que dibujaba, cada fino trazo, resaltaba cada facción de aquel bello ángel
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El se encontraba tumbado de espaldas su cama, aún dormía, no estaba seguro si soñaba algo, o si solo eran imágenes que pasaban por su mente, jugándole una mala pasada, estaba preocupado, la presión del colegio lo comía vivo, el despertador sonó, lo golpeó un par de veces, pero sabía que tenía que levantarse, le costó quitarse las sabanas de encima, se miró al espejo, era victima belleza personificada, poseía una hermosura sobrenatural, su rostro de casi diecisiete años se reflejaba en el cristal, la piel blanca, cabello semi-rizado y perfectamente rubio, labios rosados y carnosos, esa embriagante, atrapadora, y perdida mirada, con ojos extremadamente azules, caminó aún somnoliento hasta la ducha, se desnudó y se metió en ella, las gotas de agua fría golpeaban su cuerpo desnudo haciéndole quejarse, se apresuró
Entonces… empezó a sentir ardor en sus brazos, como si le estuviesen derramando ácido en la piel, un insoportable dolor, luchaba por todas sus fuerzas contra los gemidos que amenazaban con salir de su boca, se quejó mordió su lengua con tanta fuerza que empezó a sangrar, trató de reprimir los gritos
Estiró el brazo y se examinó, ante el empezaron a aparecer cortes en su piel, poco a poco adquirían color, le dolía, tanto que estaba al borde de las lágrimas, apretó los dientes y espero a ver que mas sucedía, lo estaban cortando, lastimando, hiriendo, pero… no había nadie, nadie lo tocaba, ya no le sorprendió, era la tercera vez en esa semana que sucedía, salió de la ducha y se puso una toalla alrededor de la cintura, tocó las misteriosas heridas de sus brazos, aún estaban frescas, recién hechas, y había pequeñas marcas de sangre en ellas, caminó al espejo de cuerpo completo, se asustó un poco, hacía una semana que aparecían misteriosas marcas de heridas en su cuerpo, nadie se las hacía, jamás en su vida se había auto-lesionado, y ahora le tocaba pensar que algún fantasma lo estaba lastimando, se vistió con unos vaqueros negros y una camisa a botones igualmente negra, peinó su cabello rubio con los dedos, se puso una sudadera para ocultar de su madre las marcas, pero no podía hacerlo de el mismo, tomó un tiempo antes de partir al colegio, se quitó la camisa tirándola al suelo, posicionó otro espejo de cuerpo completo detrás del que siempre usaba, y admiró una vez las marcas en su espalda que habían aparecido hace tres días exactamente, eran marcas de golpes con… ¿Una vara? ¿Un cable? No lo sabía, pero en esos tres días aún le ardía, deseaba que parara, aveces el dolor en su cuerpo era insoportable
La ropa le rozaba y le causaba aún más ardor, no sabía que era lo que sucedía, ¿Quién lo estaba lastimando? No creía en fantasmas, mucho menos en brujas, pero sabía que alguien tocaba su cuerpo para herirlo en algún momento, y el resultado de ello, eran tortuosas marcas que aparecían "mágicamente" olvidó todo y volvió a ponerse la camisa, el rose de la tela le causo un ligero ardor, caminó escaleras abajo y encontró a su madre con el desayuno servido
— Jazz, cielo, hace calor ¿No quieres quitarte esa sudadera? — Dijo Esme Whitlook con voz maternal
— No mamá, estoy bien, tengo algo de frió
— ¿Frío? ¿Con este calor? Déjame comprobar si no tienes fiebre — Se acercó a el tocando su frente y después sus mejillas, todo estaba bien
— No, estas bien, bueno… si tienes frió déjatela entonces, desayuna anda, es tarde
El sonrió y posteriormente rió un poco ante la preocupación de su madre y empezó a comer, de su cabeza no salía el tema de las heridas, era algo que no se habría creído si se lo hubiesen dicho una semana antes, su mamá le tocó el brazo izquierdo, justo en la parte interna del antebrazo y el se quejó
— ¿Qué pasa? — Preguntó ella preocupada — ¿¡Qué tienes!?
— Nada, todo esta bien es solo… — Trató de inventar algo rápido — Me lastimé ayer con la punta de la banca en la escuela
Esme pareció creérselo, pero Jasper sabía que no duraría mucho engañando a su madre.
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Caminó hasta el colegio, no dejaba de ver sus preciosos dibujos, el perfecto rostro del muchacho, la tenía atrapada, estaba segura que todo era un simple sueño, pues era imposible que un ser humano posea una belleza tan extrema, llegó a pensar a los mismos dioses le habían otorgado tales dones
— Me he vuelto loca, estoy enamorada de alguien que no existe — Susurró para si misma
Le esperaba otro día atrapada en la preparatoria, donde no tenía un amigo, donde era tachada por "la loca" "la rara" sabía que le temían, los humanos le temían a lo diferente, a lo nuevo, en lo único que tenía esperanza y compañía era en su misterioso amante de sueños, en sus dibujos y en los pensamientos que escribía, a pesar de que solo en su cabeza podía verlo y sentir su compañía, no le gustaba soñar, soñaba que lo lastimaban, lo soñaba siendo torturado. Lo amaba, estaba enamorada de el, no lo conocía, pero lo amaba, no sabía ni siquiera su nombre, sabía cual era su aspecto, había visto también su cuerpo desnudo, y el sabor de sus labios, sabía que ella el la amaba a ella. En sus diecisiete años, había tenido una sola relación, completamente fallida, con James, un chico atractivo, pero no era para ella, deseaba que este muchacho misterioso apareciera en el mundo, por primera vez en su vida podría sentirse deseada, feliz, no solo físicamente, intelectualmente, artísticamente
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Esme se dirigía al trabajo, había estudiado psiquiatría, había estado en diferentes conferencias por todo el mundo, y atendido pacientes psiquiátricos en diferentes hospitales extranjeros, había ofrecido entrevistas, además de haber publicado ocho libros de psicología para niños, jóvenes y adultos, pero ahora, a sus treinta y nueve años, prefería llevar una vida mas tranquila, aún era joven y tenía ambiciones de continuar, seguiría, solo había tomado un descanso, sentía que había pasado demasiado tiempo lejos de su hijo, quería verlo y apoyarlo, cuando era un bebé lo llevaba consigo a sus viajes, pero empezó a dejarlo a cargo de familiares, decidió verle enfrentarse al mundo, ella tenía profundos deseos de que su hijo creciese a su lado, de verlo superarse.
Por otro lado esperaba ver a Carlisle, otro médico especializado en pediatría, mantenía una relación sentimental con el desde hacía tres años, al principio su realción con Jasper no había sido nada buena, pues su padre acababa de dejarlos, y Jasper aún tenía apego a el, siempre había tenido un profundo cariño a su padre, y alegaba que Carlisle deseaba quitarle el lugar, también se había sentido algo celoso hacia su madre, por mucho tiempo fue el único que la protegía, el único que la cuidaba, y que hubiese alguien mas le provocaba celos
Con el tiempo, el muchacho no tuvo más opción que aceptarlo, al principio era solo aceptación, después, se fue formando un fuerte lazo entre ambos, al punto en el que Jasper se dirigía verbalmente a Carlisle como 'padre' y Carlisle a Jasper como 'Hijo'. El Dr. Cullen era soltero, no tenía hijos y había tenido algunas relaciones fallidas en el pasado, estaba absolutamente enamorado de Esme. Al llegar a su consultorio, Esme se sentó en su escritorio, se relajó y espero la primera cita, una chica sería la primera que atendería, según lo que le había dicho, ella deseaba hablar acerca de sueños y pesadillas que no podía controlar, y le atormentaban, era victima de una madre controladora, con la que no podía hablar sin que pensara que estaba loca
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N/A: ¡Hola! ¿Qué tal? Ya ando por aquí otra vez. Bueno, primero que nada, como ya se han dado cuenta, esta historia es violenta. Me encantaría tener muchos lectores, claro, pero prefiero que si se es sensible, o simplemente no es lo suyo leer este tipo de cosas, se abstenga de hacerlo. No quiero comentarios negativos o que contengan insultos. Acepto de críticas, con el afán de apoyar a que la historia sea mejor. Críticas constructivas, esta historia es un Short-Fic, tiene solo cinco capítulos. Estaré aquí actualizando a más tardar cada dos semanas, por favor, déjenme Review si les ha gustado. Lo agradeceré, hasta pronto ¡Muchas gracias por la oportunidad!
