Silencio color malva
Capitulo 1
Bella
.- ¿segura que deseas irte? – pregunto por milésima vez y como yo sabía que Ángela no me estaba mirando rodé los ojos de pura frustración, verdaderamente, estaba cansada de esa pregunta
.- completamente – conteste solo sintiéndome un poco culpable por mentirle, muy poco.
No amaba el nuevo mundo, para mí no era exactamente nuevo pero era el destino al donde debía dirigirme si quería cumplir con mis obligaciones, vi el rostro de Ángela que buscaba la manera de vestirme mientras ocultaba su evidente tristeza y esta vez, sí me sentí culpable
.- yo también te extrañare – musite para hacerla sentir mejor, no era correcto hacer sufrir a los demás solo porque yo era desdichada y justo como pensaba, Ángela sonrió completamente complacida con una chispa de alegría en sus ojos negros ¡qué fácil era hacerla feliz!
Ella continuo su labor en silencio acomodando lo pliegues de mi vestido y ordenando cuidadosamente lo lazos que le adornaban, era un traje demasiado elaborado para mi gusto, uno de esos vestidos que se hacen notar, así que no lo usaba con frecuencia, era demasiado grande, demasiado vistoso, demasiado voluminoso, demasiado llamativo… demasiado de todo. Pero el color… el color era exactamente la razón por la que usaba ese vestido, de hecho era el único de entre mis ropas que tenía esa curiosa tonalidad, no era para llamar miradas, era un símbolo de despedida y mi tristeza silenciosa. Si, efectivamente el color malva era exactamente el único de todos los colores que me complacía aquel día.
.- los nobles del nuevo mundo se serán bendecidos al mirarla señorita Isabela – comento Ángela mientras colocaba con cuidado los zapatos en su sitio y me dirigía una sonrisa
No conteste, porque no opinaba igual que ella y estaba decidida a no hacerle pasar ningún mal rato en mi despedida. Tendría que ir al nuevo mundo… a estados unidos, gracias a la decisión por demás precipitada de mi madre de visitar una de nuestros aposentos allá. Se suponía que nuestras visitas molestas y afortunadamente cortas se resumían a eso: visitas, pero por alguna extraña y terrible fuerza del destino mi madre había decidido mudarse allí para hacerla nuestra casa principal y a mí llevándome con ella.
Estados unidos no me gustaba, por lo menos no la parte de él que conocía, ni siquiera yo podría explicar porque, pero visitar la casa de mis antiguos tíos no me llenaba de emoción en lo absoluto, probablemente nunca lo haría. Ángela me despertó de mi ensoñación cuando se levantó algo brusca para alzar mis maletas y caminar hacia la puerta de lo que ya no sería mi habitación. Mire las paredes y repisas vacías con desconsuelo, y caminando como si me dirigiese a una horca, la seguí tan despacio como me permitieron mis pies.
No importaba cuento tardáramos en llegar al carruaje, el tiempo se me hacía demasiado corto, amaba mi cuidad, sus flores en primavera, sus colores de día, sus calles de noche con los pocos autos en las carreteras color gris… si extrañaría todo ello, pero más que nada, extrañaría el sol. Sabía que había lugares más soleados que mi hogar en estados unidos, pero nunca los había visto, la casa antigua de mis fallecidos tíos estaba en medio de un lugar lleno de niebla fría, calles oscuras y bosques altos, un lugar ideal para asustar a los niños pero no para vivir y formar una familia y ser feliz
.- ¿Isabella? ¡Isabella! ¿¡En qué mundo estas niña! ¡Despierta! - la mano de mi madre me tomo el brazo con fuerza antes de arrastrarme dentro del carruaje, yo prefería lo autos, pero mi madre alega odiar esas cosas, y yo no imaginaba el porqué de su empecinamiento.
Nunca admitiría que mi madre había tenido que usar la fuerza bruta para hacerme meter a pulso en el carruaje, aunque mi mente ya estaba resignada a lo inevitable, mi cuerpo al parecer todavía se resistía. Durante el la mayor parte del tedioso viaje que emprendíamos mi madre y yo estuve mirando por la ventaba apretando los pliegues de mi vestido con ansiedad y siendo regañada en algunas ocasiones por hacer alguna expresión inapropiada.
No hablamos, porque mi madre y yo nunca lo hacíamos a menos que fuese necesario, me sentía culpable por eso también, porque una hija debe querer a su madre pero el cariño que tenía por Victoria estaba íntimamente limitado al mero respeto, había sido la culpabilidad de ese hecho el que me había traído hasta ese momento, me había hecho abordar el barco y me hacia dirigirme al mi infierno personal, estados unidos tenía algo que me hacía sentir incomoda y fuera de lugar, además de las lluvias y la ausencia de sol que tenia la mayoría del tiempo. Ya no podría simplemente encerrarme en la mansión esperando a que terminasen los días de visita como siempre. Ahora tendría que salir.
.- madre… - comencé dubitativamente, ya teníamos algunos días viajando y dentro de tres días más llegaríamos, pero yo no podía soportar más la incertidumbre, ella me miro con atención sorprendida de que me dirigiese a ella más que interesada en lo que estaba a punto de decirle – perdóname… pero me gustaría saber que tiene de especial estados unidos para vivir allí, después de tantos años en Londres y…
.- voy a casarme Isabella – me informo con naturalidad y un brillo en los ojos – su nombre es James Cooper – dicho esto se retiro, sin nada más para agregar
Respire profundamente algo aturdida por el shock… ella iba a casarse ¡eso era! Toda la precipitación, los gritos y su emoción por fin tuvieron sentido, estaba emocionada porque deseaba casarse con un hombre al que había conocido en estados unidos y deseaba vivir con el
Solo había un pequeño problema… ¿Qué ocurriría conmigo?
Sabía que mi padre se había llamado Charlie Swan y que cuando era muy pequeña, demasiado para recordarlo, había muerto por culpa de una terrible enfermedad, mi madre me había cuidado sola desde entonces, mi padre había dejado una fortuna suficientemente grande para mantenernos a ambas pero desconocía cuánto dinero era en realidad, mi madre alegaba que era suficiente y yo discutía contra eso.
Pero ahora la nueva noticia me había dejado con mucho mas que pensar para el resto de los días que faltaban para llegar. Para empezar ¿cuando había conocido a ese hombre? ¿Y porque yo no lo conocía? No le di muchas vueltas al hecho de haber sido al ultima en enterarme, siempre había sido así y estaba acostumbrada al mutismo de mi madre que consideraba que hablar de sí misma era una falta de respeto y sofisticación digna de castigo
.- espero que al menos te presentes a las fiestas de gala de tu nuevo hogar Isabella, considero que no desistirás de ponerte en encierro domiciliario tu misma ¿no es así? – comentó mientras retocaba su maquillaje en el espejo de nuestra última parada antes de llegar, su rostro blanco de porcelana se torció y por un segundo creí ver una sonrisa disimulada.
.- hare lo que pueda – susurre, no completamente segura de poder cambiar mi vieja costumbre de encerrarme, durante las visitas mi madre solía decir que había llegado sola, porque yo no me presentaba en lo mas mínimo, pero ahora que se casaba y que debíamos vivir allí permanentemente su reputación estaría comprometida si su única hija no se presentaba a los bailes con ella. No me gustaba pensar que esa era la única razón de su pregunta, pero una voz pequeña al fondo de mi conciencia me susurro que no me equivocaba.
Al día siguiente, muy temprano por la mañana y una vez más demasiado pronto para mi gusto llegamos a mi nueva tortura… la casa nueva.
Vieja, escalofriante, anticuada y desvaía todo eso encajaba bien con la descripción de las paredes viejas de color blanco y los muebles de madera cubiertos de polvo, me alegro que mi madre no notase mi rostro evidentemente lleno de ironía cuando la describió con la única palabra que jamás le pondría "perfecta"
Subí las escaleras cansada y agarrotada con la única esperanza de tirarme sobre la cama y dormir tan profundamente que todo aquello pareciese solo un mal sueño, deseaba despertar en la casa londinense que había dejado atrás, el frio de Minnesota no era demasiado molesto, aunque si era más frio que mi ciudad anterior pero trate de no pensar en eso mientras me arrojaba completamente sin elegancia sobre mi cama, no deseaba saber nada.
.- Isabella… puedes dormir pero hoy hay una presentación en la sociedad por nuestra llegada, será al anocheces así que vístete para la ocasión – eso fue un aviso, en definitiva le preocupaba lo que esas personas pensaran de ella, lo que me deprimió mas porque solo significaba que estaríamos allí por largo tiempo
Pase todo el día en el maravilloso aletargamiento del sueño, soñé que volvía a casa, que caminaba con Ángela por entre las flores y miraba por la ventaba, que contaba los autos que pasaban bajo el balcón de noche y en la luz titilante de la farola que alumbraba mi calle, pero tarde o temprano, siempre se debe despertar.
.- buenas tardes señorita – anuncio una joven de cabello castaño claro y ojos oscuros entrando en la habitación mientras me desperezaba – mi nombre es Jesica, vengo a ayudarle a enlistarse para la celebración de esta noche – en sus manos llevaba una bandeja repleta de comida humeante y caliente, y en ese momento recordé lo muy hambrienta que estaba, comí con gusto animada con los recuerdos de mi sueño
.- muchas gracias Jesica – esperaba la típica reacción de Ángela, que se alegraba con la mas mínima muestra de aprecio pero Jesica solo asintió pensativa controlando su expresión en una máscara de póquer
Me miro unos segundos, y se marcho mientras comía rápidamente para volver con una enorme caja en sus manos que coloco a mi lado con cuidado, me miraba comer con una expresión sorprendida pero tarde a temprano se acostumbraría que solo uso los modales de la mesa cuando me encuentro en reuniones y no en mi habitación cuando estoy prácticamente sola, cuando termine de comer y le hube lavado Jesica señalo la caja que había colocado en mi cama con expresión ansiosa
.- ¿qué es? – pregunte tomando la tapa para descubrirlo por mi cuenta
Era un vestido, sesillo y delicado, corto hasta mas debajo de las rosillas y con zapatillas a juego, no tenia demasiados detalles y no era nada especial pero para mí resulto incluso más perfecto que ningún otra vestido, después de todo, era color malva y ese era el color que había decidido usar de ahora en adelante
.- la señora le mando a decir que es del color que eligió y que desea que lo use esta noche en la cena de presentación – menciono con cierto recelo
Cuando se lo dije realmente solo lo hacía por verla feliz pero escrutando la mirada raramente envidiosa de Jesica me descubrí verdaderamente extrañando a Ángela
Mire el vestido con simpatía, el color malva era ahora mi chiste privado después de todo era el único lugar que verdaderamente reflejaba mis sentimientos por mi nuevo hogar, esos sentimientos que no podría expresar en voz alta, una diminuta sonrisa le pedí a Jesica que me ayudara a vestirme, lo hizo en silencio mientras yo ignoraba la molesta sensación de incomodidad que anidaba en mi estomago como ocurría cada vez que visitaba ese lugar desde la muerte de mis tíos hacia ya casi tres años
Eran la única familia que conocía además de mi madre, un pareja jubilada que no podía tener hijos y vivía con muchas exigencias, cualquiera diría que eran infelices pero, no lo eran, estaban profundamente enamorados de la vida y de ellos y la disfrutaban al máximo, la diversión termino cinco meses antes de mi cumpleaños número dieciséis todo por culpa de un simple y casi predecible accidente
Eran fanáticos de un juego extremadamente peligroso, saltaban desde grandes alturas con paracaídas caseros hasta el mar, un día, no aterrizaron en el mar y los médicos no pudieron hacer nada, dejando todo lo que tenían en nuestras manos los bienes para mi madre y los recuerdos para mi, cada una tomando lo que era para ella más preciado, mientras ella no entendía el aprecio que yo sentía por mis tíos, yo no entendía como esa casa del los espanto era preciada para ella; durante mis visitas mi salidas se resumían a mi ida al cementerio local y el regreso, pero ahora que vivíamos semipermanentemente en este pequeño y frio pueblo de Minnesota yo ya no tenía un fecha tope de la cual sujetarme para soportar
Ya vestida y peinada con ayuda de Jesica me senté frente al espejo para maquillarme, no muy animada por la labor, mi piel era pálida, demasiado para mi gusto particular, y mis ojos y cabello eran de un marrón chocolate poco interesante, no era fea, pero tampoco agraciada y pensaba en mi como una estilo de chica papel tapiz, podrías pasar frente a ella sin notarla pero si te detenías por mera casualidad a mirar no era un insulto ni un halago a los ojos.
Casi a rastras camine y baje las escaleras de una en una, compuse mi cara en una expresión de cortesía para que las personas de abajo no notaran mi incomodidad y mire hacia abajo primero solo para comprobar
Cerca de la mesa se encontramos unos cinco o seis hombres flanqueados por mujeres en orden desigual, mas hacia la sala se concentraban otras quince personas más charlando entre ellos, y no pude notarlo bien pero algunos ojos brillaron expectantes mientras bajaba con cuidado las escaleras, trague disimuladamente, me esperaban.
.- Isabella, llegas tarde – mi madre ocupo todo el panorama de mi visión mientras su ceño se fruncía levemente – te presentare ante nuestros vecinos así que haz el favor de comportarte adecuadamente Isabella
Si alguna vez tuviese que enumerar las frases que mas escuchaba de mi madre probablemente una de las primeras seria "compórtate adecuadamente Isabella" podía incluso adivinar que la diría por la mueca de que formaba su rostro blanquecino rodeado de risos rojos. Victoria no espero mi respuesta para tomarme del codo y dirigirme hacia abajo apresurando mis pasos, tuve que concentrarme para no caerme escaleras abajo.
Me puso frente a un hombre robusto pero fuerte de cabello dorado brillante y lustroso y mejillas sonrojadas
.- Isabella, este caballero el señor Louis Newton, tiene grandes e importantes empresas en esta ciudad – ya entendí porque me lo presentaba de primero - señor Newton ella es mi hija, Isabella Swan
.- mi especialidad son el oro y los diamantes – completo el su propia presentación y se inclino a besar mi mano – es un placer conocerla al fin señorita Swan
.- también es un placer conocerle señor Newton
.- todos le esperaban, es usted casi un mito en todo el lugar, Victoria no habla demasiado de ti y la curiosidad se apodera de la gente – rio a carcajadas, una risa contagiosa y alegre, y le sonreí para que entendiese que no me sentía ofendida
.- lamento que ya no tengan mitos entonces, yo los disfruto mucho – dije casi sinceramente, de verdad yo prefería ser un mito allí que una habitante mas pero lo dije en son de broma para que no notara la verdad de mis palabras
.- siento si soy descortés – hablo luego del corto segundo en que soltó su fácil risotada – pero mi muchacho, ese que está allí – señalo disimuladamente a un joven de mi edad que nos miraba desde un lugar prudentemente alejado de la mesa, asentí para que continuase – si bueno, es mi hijo Mike y no he parado de mirarle desde que bajo como una princesa por esas escaleras, es muy tímido y esperaba que tuviese la amabilidad de hablarle
Tenía una sonrisa afable y un tono confidente y me miraba esperando mi respuesta, a mi lado mi madre frunció el ceño levemente, estaba segura de que las insinuaciones del señor newton estaban claramente en su lista de comportamientos impropios, así que en lugar de pensar en si quería o no hablar con el joven newton preferí dar rienda suelta a mi educación
.- perdone ¿pero no sería aun mas descortés de mi parte acercarme de forma tan abrupta a un joven? – espere que se ofendiera pero contra todo pronóstico el hombre rio de nuevo, era toda una caja de risas
.- ¡como pensé! ¡Mi muchacho tiene buen ojo! – se sacudió un poco mas tratando de controlar su propio buen humor y luego un poco entre cortado se dirigió a mí una vez más – lo lamento debo parecerle toda una molestia, pero le pediré que no lo rechace demasiado fuerte cuando haga su patético intento de hablar con usted
.- hare lo que pueda – le asegure sin prometer nada
.- es usted todo un halago para nosotras pero Isabella debe conocer a todos los demás invitados antes de la cena Louis – mi madre hablo con un tono de reproche pero sonreía, al parecer no era la única que decía las verdades en broma
Poco después conocí a Carmen y Eleazar una pequeña familia que trabajaba tenia empresa de sombreros y zapatos, el clima estaba helado pero ambos eran cálidos como el sol, me agradaron casi al instante y me sorprendí de encontrar algo que me agradara en todo el país, pero las presentaciones no se detuvieron, la mayoría eran familias influyentes, eso no era ninguna sorpresa, las familia McConelli que se encargaba del banco más importante de la ciudad, la familia Weber que tenía una empresa de telas y ropa que comenzaba a extenderse, los Price a los que no les tome demasiada atención por su profesión política, los Duming que vendían caballos de raza y otros muchos a los que tuve que decir "es un placer conocerle", de ultimo conocí al hombre que mi madre amaba, james pero no entablemos ningún tipo de conversación animada, solo u par de saludos, era un hombre de pelo rubio y ojos intimidantes que combinaba muy bien con ella así que cuando vi los ojos de mi madre brillar al dirigirse a él murieron todas mis replicas.
La noche paso tranquila pero el pie de mi madre repiqueteaba con fuerza como siempre que estaba ansiosa
.- no llegan… - susurro quedamente y apenas pude escucharle
La puerta sonó sorpresivamente solo unos minutos antes de la cena, y mi madre casi corrió a abrirla, yo y pude adivinar que casi todos los demás invitados dirigieron sus ojos hacia la puerta de entrada
Fue esa la primera vez que los vi
Eran hermosos, tanto, que era doloroso verlos, ambos llegaron a pie, sin un carruaje o auto que les condujera y sin embargo eran más hermosos que cualquier ángel que haya visto jamás en pintura o sueños. Eran muy pálidos, más que yo, y sus ojos grandes color miel eran hipnotízantes, caminar con soltura pero me parecía que casi flotaban sobre el suelo que repentinamente me pareció aburrido y sucio, eran una pareja, una pareja de ángeles en la tierra
La mujer, de aspecto tan hermoso que bajaba todo el autoestima de golpe, tenía una hermosa sonrisa en su rostro en forma de corazón su vestido, del mismo color de sus ojos caía con gracia hacia abajo mientras su brazo colgaba del hombre, que era tan hermoso como ella, el cabello de la mujer de un castaño claro le daba un aspecto delicado, y el hombre, tan hermoso como un dios griego tenía el cabello rubio muy claro y los ojos del mismo dorado brillante
Pero lo que más me impresionó fue la mirar que el hombre le dirigía
Era de completa adoración, como no hubiese nada en el mundo que fuese más importante y cuando ella alzo la mirada para responder a alguna frase que yo no había escuchado sus ojos correspondieron sus sentimientos con la misma fuerza, mirarlos me había dejado sin aliento.
.- Isabella ven aquí – mi madre me llamo visiblemente nerviosa mientras hacía ademanes con las manos para que me acercara, tarde un poco en hacerlo y me situé junto a ella, de cara a la hermosa pareja – querida, ellos son el doctor Carlisle y la señora Esme Cullen, ella es mi hija Isabella.
.- Estamos encantados de conocerte, hacia un tiempo que habíamos escuchado de ti – respondió Esme con una sonrisa amable y cálida, era la primera en hablarme con familiaridad y no me molesto en absoluto
.- es un placer conocerles – y esta vez no fue una molestia repetirlo
.- lamentamos haber llegado tan tarde, fue completamente mi culpa, el hospital me necesito el último minuto y no pude denegar, lo lamento – me gusto como utilizaron las frases en plural para dirigirse a nosotras por igual tampoco era algo que hubiese escuchado con frecuencia en aquella reunión
.- no hay ningún problema, un doctor como usted es una persona ocupada además llegaron antes de la cena – mi madre por otro lado si se dirigía a ellos de manera individual
Pasaron tratando de mezclase con las personas que habían reanudado sus platicas, pero en mi opinión eran intentos vanos, resaltarían incluso entre un millón de personas, Mike Newton que había estado vacilando toda la noche para acercarse a mi casi corrió presuroso al verme sola en medio de la habitación, pero yo estaba mirando a los Cullen en ese momento y no lo vi llegar
.- bue-buenas noches señoritas Isabella – dijo con un tono sonrosado en las mejillas que me recordó a su padre, Mike era parecido pero más joven y más delgado, sus ojos eran de un azul brillante diferente a los verdes del señor Louis Newton pero la forma en que se achicaban por la sonrisa era la misma
.- buenas noches joven Mike – conteste un poco desentendida tratando de escuchar las palabras a mi lado que eran intercambiadas por los Cullen y mi madre
.- ¿estás pasando bien la fiesta?
.- si, es excelente ¿Cómo te ha parecido? – mentí con descuido poniendo más atención, deje de escuchar a Mike cuando comenzó a hablar sobre lo que había observado desde su esquina
.- ¿entonces cree que podrá hacer algo? Sé que usted es el mejor medico que se puede encontrar y yo… - escuchar a mi madre titubeando definitivamente era algo para los libros de historia
.- entiendo su situación Victoria, y le prometo que hare lo que esté a mi alcance, estoy seguro de que si sigue las indicaciones que le he dado la situación mejorara – le aseguro sin dar detalles de lo que ocurría
.- entendemos que tenga premura pero hemos tenido algunas problemas familiares, entiendo que debe ser angustiante para usted la espera
.- lo sé, les agradezco mucho su discreción – concedió mi madre sin poder evitar el uso del plural – la boda será dentro de dos meses, estaría orgullosa de aceptarlos como mis invitados – sugirió con algo más de altivez
.- y nosotros de asistir, Victoria, no pierdas la fe, continuaremos investigando, ten por seguro que no abandonare tu caso – no podría estar segura pero casi creo que la voz de mi madre temblaba por contener algún sollozo cuando contesto
.- cuento con ello señor Cullen
.- ¿Isabella… esta escuchándome? – hablo la voz de Mike, ya no tan parlanchín y mucha más nervioso que al principio, le mire con atención, y fue un error, porque noto la diferencia con mi anterior mirada – te hablaba de que si ibas a la tiende a mi padre yo podría regalarte algo para tu madre y para ti, estoy seguro de que algo te gustara
Me sonrió con confianza y pensé en cuantas chicas soñarían con una propuesta como esa, o más bien, a cuantas chicas el joven Mike les había propuesto aquello y ellas le habías respondido con sonrisas brillantes
Hubiese sido todo un alago, pero a mí no me gustaban los regalos
.- muchas gracias, estoy segura de que hay muchos objetos hermosos en su tienda Mike pero, ¿no se molestara su padre si los regala? – pregunte tratando de no darle una negativa tan dura, no parecía tan mal chico
.- en absoluto, mi padre admira que un hombre regale prendas de valor a mujeres que le igualen- insistió y reprimí un suspiro ¿es que no entendía las indirectas? – estoy seguro de que te encantaran – al parecer no
.- es tentador y halagador de su parte, pero no soy muy asidua a las joyas y no deseo abusar de su hospitalidad ahora si me disculpa es hora de la cena
La comida fue bastante silenciosa, y por más que pasee la mirada no pude encontrar a los Cullen comiendo con nosotros, nadie más pareció notar la ausencia, los platos dejaron de desfilar un buen rato después y poco a poco todos se levantaron de la mesa, ya había pensado que los Cullen se habían marchado cuando los vi caminar entre las personas, mi curiosidad pudo más que mi educación
.- señor y señora Cullen – ambos voltearon hacia mí con sus sonrisas amables – no tuve la oportunidad de hablarles después de mi presentación, y durante la cena
.- ho cariño, lo siento tuve un pequeño mareo antes de sentarme y Carlisle tuvo que ayudarme un poco, lamento que te hayas quedado esperando – contesto con amabilidad la señora Cullen entendiendo hacia donde iban mis palabras
.- valla, que inoportuna he sido ¿ya se siente mejor?
.- mucho mejor corazón, muchísimas gracias, y no debes preocuparte podemos hablar ahora ¿está bien? – su tono era suave como las campanillas de viento y casi olvide como respirar
.- claro – caminamos todo juntos hasta unos sillones de la sala que aun quedaban desocupados, estaba mas ansiosa por esta plática que con cualquier otra pero no sabía porque
.- y dime pequeña Isabella ¿estás en la escuela?
.- tenía un maestro particular en Londres, pero ahora estamos en plena mudanza y solo pienso dedicarme a organizar un poco y tal vez haga algo de música
.- ¡música! ¿Qué instrumento tocas? – hablo con interés Esme mirándome con sus grandes ojos hermosos
.- el piano – de repente y solo con mi simple respuesta ambos quedaron en silencio, y se dirigieron una mirada elocuente, que no pude descifrar
.- eso es maravilloso, yo… tengo un pasatiempo como decoradora de interiores, si necesitas algún tipo de ayuda, por favor házmelo saber ¿si cielo? – contesto ella reaccionando primera ante la tención
.- será mi primera opción señora Cullen – musite con calma
.- ya es algo tarde, y nos encantaría hablar más con usted señorita Isabella pero ya es hora de volver a casa, las calles han sido peligrosas durante la noche estos días – hablo entonces Carlisle tomando la mano de su esposa aun un poco crispado pero disimulándolo con una sonrisa que no le llego a los ojos
.- si, he escuchado de eso – conteste recordando las escuelas noticias sobre asesinatos en Minnesota solo habían sido algunos hombres con antecedentes dudosos y público en general, y yo sabía que los crímenes eran algo inevitable, ya sea en Londres o en la gigantesca América
Luego de eso todo fue típico y aburrido cada invitado se marcho con una educada despedida y la casa volvió a estar vacía una vez más, subí a mi habitación echando un pequeño vistazo hacia donde mi madre andaba, estaba segura de que ella no tenia intenciones de hablarme sobre sus confidencias con los Cullen así que lo deje pasar y subí pesadamente hacia mi habitación, recostándome sin cambiarme con lagrimas en los ojos, de verdad… de verdad me quedaría allí. No había nada que objetar al respecto
Excepto una cosa: yo no era feliz
