Love Live, Las nueve musas del loto.

Hola a todos. Ha pasado mucho tiempo desde que escribí un fanfiction. Hace unas cuantas semanas terminé de ver todo sobre Love Live y me quedé pensando en cómo podría seguir la historia. Bueno, decidí comenzar con éste proyecto para compartir como sería mi visión sobre la historia. Si los logro fascinar con ésta historia me daré por satisfecho, y si los logro fastidiar también.

Los dejo con la historia.

Capítulo 1: La primera piña del verano.

En lo profundo del bosque solo se sentía un desesperante y oscuro silencio que tenía en constante vela a una chica de cabello castaño cobrizo con un moño amarillo corría por los marchitos senderos, escapando de las abrasadoras llamas que la cazaban.

-¡Por favor, qué alguien me ayude…! -Gritaba agitadamente sin cesar, hasta que pisa un charco que no vio frente a ella y cae. Cuando se da cuenta de que estaba tumbada intenta levantarse pero nota que es inútil ya que el lugar donde cayó era un lúgubre y hambriento pantano que se la devoró sin tener oportunidad de nadar a la orilla ya que las llamas la rodearon.

-¡Auxilio, chicaaaas!... ¡Aaaaaaagh…!

Entonces la chica siente un fuerte aventón en su rostro y despierta agitada de su desagradable letargo.

-¡Ah, pant… pant…!

-¡Cielos, Honoka, ya es la novena vez ésta semana!

-Yukiho-chan… Volvi a tener esa pesadilla…

-¿Otra vez?... Onee-chan, me estás preocupando, debemos hacer algo para solucionarlo, luces terrible, llamaré a mamá y papá.

-No Yukiho, ellos están de vacaciones, no sería justo interrumpirlos por algo como esto.- Le insistió, y a pesar de que era notable que su hermana mayor lucía cansada y algo deprimida no encontraba otra solución.

-Pant… Está bien… Oh, mira la hora, ya faltan dos horas para abrir la tienda, Alisa llegará en cualquier momento.

-Es cierto, iré a preparar el desayuno…

-No te preocupes, yo me encargo de eso, mejor ve a prepararte para ir a retirar el encargo del almacén.

-Está bien…

Yukiho bajó de inmediato a la cocina y sacó el arroz de la alacena y lo puso a hervir, mientras preparaba el desayuno meditó sobre el cambio que ha sufrido su querida hermana mayor.

Un rato más tarde cuando terminaba de poner la mesa alguien toca a la puerta, Yukiho va a abrir.

-Alisa, buenos días.

-¿Llego tarde?

-No, aún no abrimos, justo estaba terminando de preparar el desayuno.

-¿En serio? Ay, olvidé que debía retrasar el reloj y salí muy rápido. No alcancé a desayunar...

-Jajaja, en fin, pasa, preparé suficiente.

-Gracias, con permiso.

Cuando Yukiho iba a llamar a su hermana ésta baja las escaleras.

-Oh, Honoka-senpai, buenos días.

-Hola Alisa-chan, ¿cómo va la universidad?

-Bien, pasé todas mis materias sin problemas. Oye, hablé ayer con mi hermana, dice que está preocupada porque no la has llamado.

-Sí, ha sido una semana muy ocupada desde que nuestros padres se fueron de vacaciones a Hokkaido.

-Alisa, es cierto.

-Mejor pasemos al comedor antes de que la comida se enfríe.

-Si…- Dijo Honoka. Alisa lo notó de inmediato, sabía que Honoka no había estado bien desde hace tiempo pero ahora vio que se encontraba más decaída y estuvo sin hablar durante todo el desayuno.

Cuando terminaron Honoka ya iba a recoger los cubiertos pero Alisa la detiene.

-No te preocupes Honoka-senpai, yo me encargo de lavar los platos, es lo menos que puedo hacer por invitarme el desayuno.

-Está bien, gracias. Yukiho, me voy ahora, volveré en un par de horas

-De acuerdo, avísame si pasa algo. Nos vemos.

-Bye bye…

Honoka sale por la puerta trasera y se fue en furgoneta de la tienda directo al almacén. Cuando se va Alisa aprovecha para preguntar a su amiga.

-Cielos, tu hermana no lucía nada bien, se ve muy decaída, ¿qué le sucede?

-Ha estado teniendo pesadillas desde hace un mes y no ha podido dormir bien. No la escuché muy bien cuando conversamos por teléfono y por eso decidí regresar durante las vacaciones de verano. Estuvo disimulando con mis padres hasta que se fueron.

-Caramba, no me lo esperaba pero fue una suerte que se ganaran ese premio…

-No fue ningún premio, ella usó sus ahorros para que fueran y no la vieran así como está… Creo que ya sé por qué está así.- Alisa lo comprendió de inmediato.

-¡Claro, hoy se cumplen cinco años desde que todas las de μ's cantaron juntas por primera vez!

Desde el día en que μ's se disolvió sus amigas Emi, Nozomi y Nico partieron a diferentes rumbos. Nico decidió ir a probar suerte en una audición de Idols que se realizaba en la ciudad de Kioto, Emi ganó una beca para estudiar artes en Moscú, mientras que Nozomi decidió viajar a Sudamérica a buscar nuevas energías. Un año más tarde, luego de graduación de Honoka su amiga Kotori fue contratada por un reconocido diseñador y viajó a Milan donde se ha creado una gran reputación, Umi fue aceptada en la Universidad de Chintai. De Maki, Rin y Hanayo no había rastro. En los cinco años que han pasado desde el último espectáculo de μ's Honoka no había cambiado mucho, creció unos cuantos centímetros más pero mantenía el mismo peinado de entonces, pero lucía una expresión más cansada en sus ojos. Luego de graduarse entró a un instituto y obtuvo un título de administración, se quedó en Tokio y ayuda a dirigir la tienda Homura que pertenece a sus padres. Sin embargo desde la separación de sus amigas nada fue lo mismo para ella y la chica alegre y radiante de aquel entonces solo lucía como una mujer triste y desganada ya que no había vuelto a ver a ninguna, excepto Umi con quien aún mantenía contacto.

Una hora más tarde Los dos sacos de harina, las judías dulces y otros ingredientes para dulces ya estaban cargados en la furgoneta. Honoka cierra la puerta de la furgoneta y se acerca un hombre con una forma.

-Ya está Honoka-chan, si necesitas algo más no dudes en llamar. ¿Segura que no necesitas ayuda para descargar las cosas? Puedo decirle a uno de mis empleados que te acompañe hasta la tienda.

-No, así está bien, aquí tiene el… ¡Oh oh, olvidé el dinero! ¡Perdón, tomaré un taxi y volveré pronto!

-Ey, tranquila, no te preocupes, tu madre ya me había pagado por el encargo antes de irse. Solo firma aquí.

-Uff, menos mal, no sé dónde tengo la cabeza. Gracias, nos vemos la próxima semana.

-Maneja con cuidado. Adiós.

Y Honoka puso en marcha el motor. Cuando estaba a medio camino de la tienda decidió aparcar la furgoneta en una bajada y revisó su celular. Revisó el registro de llamadas y solo estaban las últimas llamadas que le hicieron Umi y Emi hacía un par de semanas. Antes de guardarlo se quedó un momento mirando la fotografía que se tomó con sus amigas luego del show que realizaron con A-RISE y todos los otros grupos de school idols. Vinieron a su memoria aquellos recuerdos de sus días en la preparatoria, cuando ensayaban sin cesar para sus conciertos, cuando se juntaban a pasear, también las divertidas aventuras y desventuras de aquél entonces. Ella extrañaba todo eso y no pudo evitar comenzar a llorar.

-Chicas… Sé que prometimos que μ's terminaría… Pero nunca debimos separarnos… Sniff… ¡Ya nada es lo mismo…!

Justo al lado de ella un muchacho pelirrojo de ojos color ámbar que vestía una chaqueta marrón con una hoja de maple estampada en su espalda se giró y notó a la chica melancólica en su furgoneta.

-Chicas… (¡TANK!) ¡Ah…!-Un sonido metálico se escuchó y el auto comenzó a moverse hacia delante, los frenos se habían cortado.

-¡Señorita, señorita…!

-¡Ah… el freno de mano! (¡CHUNK!) ¡Esto debe ser una broma!

El freno de manos también se averió y la furgoneta comenzó a rodar sin control por la calle en bajada. Honoka entró en pánico y el chico corrió tras ella.

-¡Ah, qué hago!

-¡SEÑORITA, SALTE DEL AUTO!

-¡AH, PERO!

-¡YO LA ATRAPARÉ, RÁPÍDO!

-¡YIA!

-(¡Grab!) ¡La tengo! (¡CRASH!).

Sin dudarlo más abrió la puerta y saltó a los brazos del chico, él la atrapó y la furgoneta chocó contra un poste de luz. Los dos se quedaron pasmados unos segundos y luego se miraron fijamente a los ojos. Los dos se sintieron agitados.

-¿E-está bien?

-Si… ¡Ah!

Un par de policías que estaban se acercaron de inmediato a constatar el accidente.

-¡Chicos, se encuentran bien!

-¿Alguno de los dos se lastimó?

-No, estamos bien.

-Suerte que él estaba cerca.

-Tendrán que acompañarnos a la comisaría.

Ya en la pequeña comisaría Honoka le explica a los policías lo sucedido, el chico lo confirmó como testigo del siniestro. El policía le pasó el bolígrafo a Honoka y dijo:.

-Gracias al cielo solo fue un accidente menor. Tome ésta forma y preséntela en la aseguradora. Una grúa está llevando el vehículo a su domicilio en éste momento, solo firme aquí.

-Ok…

-Ahora muchacho, antes de firmar necesito que me muestre su identificación.

-Ah, aún no la tengo pero aquí tiene mi pasaporte.

-¿No es de aquí?

-No, mi madre es japonesa pero yo llegué hace un mes a éste país, soy de Canadá.

-Entiendo, veamos… Mmm… Bien, ahora firme aquí…Listo, muchas gracias por su colaboración, caminen con cuidado.

Los dos salen de la comisaría, ella se coloca frente a él y hace una reverencia.

-Siento mucho los problemas que te causé, no fue mi intención molestarte.

-Oh, basta, no es necesario tanto formalismo, no es nada, solo pasé por ahí en el momento indicado.

-No, en serio, te lo debo por (¡Rnnnn!). Disculpa, debo contestar.

Comienza a sonar su teléfono con el ringtone monofónico de Start Dash, es su hermana y contesta de inmediato

-¿Aló?

-¡Honoka, aquí está la furgoneta destrozada, estás bien, te pasó algo, en dónde estás!

-Yukiho, descuida, estoy bien, me encuentro fuera de la comisaría, se cortaron los frenos pero logré saltar a tiempo gracias a un chico.

-Ah… que alivio… Ya temía lo peor, ¿quieres que te mande un taxi?

-No, descuida, regresaré caminando, estaré de vuelta en un rato. Por favor no llames a mamá y papá, no quiero arruinarles las vacaciones.

-Ok, no diré nada, ven pronto. Nos vemos… Ah, y dile a ese chico que venga contigo, debemos agradecerle. ¡Adiós! (¡Click!).

Apenas termina guarda rápidamente su celular y se vuelve al chico.

-Era mi hermana, ya se enteró de lo que pasó. Disculpa, no te he preguntado por tu nombre.

-Me llamo Richard, Richard Bluhart pero puedes llamarme Rick.

-Kousaka Honoka.

-Eh, dime Honoka, ¿qué era…?

Ella se pone nerviosa.

-¿Qué te pasa?

-Ah, nada, es que me llamaste por mi nombre…

-¡Ah cierto, perdón, perdón! Se me olvidan algunas costumbres de acá… Eh, sé que no me incumbe pero cuando pasé por tu auto noté que estabas afligida por algo.

-No quisiera hablar de eso con alguien que acabo de conocer…

-Entiendo… Bueno, no quiero incomodarte, mejor me voy… Si necesitas algo por lo del auto aquí tienes mi tarjeta.

El chico le entrega una tarjeta y se retira pero antes de que pudiera dar el segundo paso ella lo agarra de la chaqueta.

-Espera, no quise ser grosera, por favor acompáñame, tengo que regresar a la tienda y quisiera…

-De acuerdo...

Ya habían recorrido unas cuantas diez cuadras y les faltaban unas veinte más. Como Richard vio que ella lucía algo sudorosa y angustiada por lo que pasó una hora atrás decidió detenerse en un parque cercano e ir a comprar un par de sodas a la máquina expendedora. El regresa y le entrega una lata.

-Toma, está helada.

-Gracias. Dime, ¿qué te trajo aquí a Japón?

-Bueno, me trasladé para estudiar arquitectura en la universidad de Tokio, vivo cerca de aquí con mis tres hermanos que llegaron antes que yo, soy el menor.

-Yo vivo en mi casa con mi hermana, está de vacaciones por el verano… Mira, no sé si deba contarte esto pero últimamente he tenido pesadillas y no ando muy bien...

-Ya veo, me ha pasado antes y no es nada simpático… Espera… ahora que te veo más de cerca te me haces familiar… ¡AH, ERES TÚ!

-¿Eh?

-O estoy loco o tú eres una de las nueve chicas que estuvo en aquél concierto de idols en Nueva York hace años.

-¿Qué, acaso viste el concierto?

-Claro, lo emitieron por la televisión esa noche en mi país y también en el resto de América. Dime, ¿Qué sucedió con su grupo?- Dijo él, apenas lo escuchó ella dejó caer su lata y se cubrió los ojos. Se dio cuenta de que metió la pata al tocar un tema sensible para ella.

-Sniff… ¡Buaaaaaaaaaaaaaaaa…!

-¡Changos, changos, changos, que idiota soy, debo pensar antes de hablar, perdón, perdón, soy un tonto!... Eh, ten, toma mi pañuelo.

Le dejó su lata y se alejó un momento, esperó un par de minutos a que se calmara.

-No fue mi intención… Yo…

-No, está bien, descuida, últimamente estoy algo sensible… Mira, no creo que lo sepas pero después de nuestro último concierto el grupo se disolvió y dejamos de vernos. Acordamos que todas seguiríamos con nuestras vidas y nos mantendríamos en contacto pero no hay sido así…

-¿No?

-Así es, desde entonces he dejado de ver a cada una de mis amigas, no he sabido nada de ellas excepto por dos. He tenido esas horribles pesadillas y no las he llamado para no preocuparlas pero me siento muy sola…

-Ya veo… Pero eso no es bueno para ti, no puedes mantener esos sentimientos ocultos en tu interior, eso te hace daño, lo sé por experiencia.

-Lo se… Es solo que estoy preocupada y además… Ah… No importa…

-Hey, arriba ese ánimo, ya límpiate esas lágrimas, no puedes andar así de triste por siempre… Dijiste que me ibas a dar algo al llegar a tu tienda y lo quiero ya.

-¡Qué, oye, solo te importa tener algo a cambio, que te pasa!

-¿Ves? Te enojaste y olvidaste tu tristeza por unos segundos.

Se queda callada por unos segundos y no puede evitar soltar una carcajada.

-¡Mjjj… Jajajajajajaja! Ay, ustedes los extranjeros son raros...

-Ah, what?

-Ay, no me había reído así en días… Gracias Bluhart-kun.

-No hay de qué… Bueno, mejor seguimos, aún falta bastante para llegar allá.

-Tienes razón, vamos.

Ya era mediodía y la chica pelirroja aún esperaba ansiosa en la puerta del negocio viendo si su atolondrada hermana se divisaba por la calle.

-Yukiho-chan, deberías entrar, Honoka-senpai debe estar por llegar.

-Se ha tardado mucho, ya va siendo la hora de almorzar, ¿dónde está?

-Recuerda que dijo que volvería caminando, igual la distancia de esa comisaría es bastante grande si vas a pie.

-¿Y si le pasó algo en el camino?-Dice Yukiho, comienza a imaginar cosas en su cabeza.

-(¡Y si se topó con una jauría rabiosa de perros…! O le robó un ladrón… ¡No, quizás un sujeto quiere propasarse con ella!).

-Yukiho, para, con esa cara estás espantando a los clientes.

Cuando estaban llegando Honoka busca la forma de la policía en su bolso.

-¡Se me olvidó, debe estar por alguna parte…! Uff, aquí está, menos mal.

-Mejor guárdala o podría (¡Fuiiiim!) ¡Pasar eso!- Dijo él, el viento sopló tan fuer que la forma salió volando

-¡Ay, que se la lleva el viento, no, vuelve acá!

-¡Changos, no la pierdas de vista!

Los dos corrieron a buscarla. Justo entonces en la calle Yukiho ve a Honoka y a Richard que corre tras ella.

-¡Honoka!

-¡Yiaaah!

-¡No escaparás!

La chica pelirroja toma la escoba y corre para auxiliar a su hermana.

-¡Aléjate de mi hermana, pervertido!

-¡Qué! (¡POW!) ¡D-ay…! ¿Alguien anoto la matrícula…? Ah… (¡Paff!).

-¡Bluhart-Kun!

Richard cae noqueado por el fuerte golpe que Yukiho le dio con la escoba. Alisa agarra la hoja.

-¡Onee-chan, estás bien!

-¡Yukiho…!

-¡Descuida, ese tipo ya no te puede hacer daño, llamaré a la policía!

-¡No, no entiendes, él me estaba ayudando a recuperar la forma!

-¿Hablas de esto?

-Entonces el chico al que acabo de golpear era… ¡Ay, pero qué hice!