Antes que nada gracias por darle al clik y pensar en leer este fic, cualquier critica constructiva es aceptable siempre y cuando sea con el debido respeto y si tengo suerte con mi fic y me dan reviews contestaré de inmediato, ¡espero les guste tanto como a mi me gustó escribirlo!.
NOTA: No es que me crea gran cosa pero se de casos en los que plagian el fic, asi que agradeceria que no lo atribuyan como suyo y si lo usan me den credito, muchas gracias e intentare publicar un nuevo capítulo cada semana o mes, segun la inspiracion aunque no se cuantos capitulos le hare...Mi saludos y disfruten.
DISCLAIMER: Los personajes e historia de Durarara! le pertenecen puramente a Ryohgo Narita, solo los uso para mi diversion y lo unico que es obra mia es este fic.
ADVERTENCIA: Relacion hombre por hombre, si no te gusta te invito gentilmente por tu bien que no lo leas, si es lo contrario ¡A disfrutar Fujoshi/Fundashi!, y si nunca leiste nada de este género, hazlo, es lo mejor que hay.-¿Saben porque estan aquì, verdad?
Ellos solo se miraron, no habia mucho que responder, la situacion era obvia.
-Hice una pregunta, la cual si la responden, cooperarian con ustedes mismos.
Dio otra calada de su cigarrillo, invadiendo el ambiente de olor limpio con el del humo.
Otra calada. Frunciò el seño, no respondiò.
-¿Saben porque estan aqui?
Preguntò de nuevo el hombre de aparentemente unos sesenta años, quiza un poco menos.
El rubio acomodò su moño y mirò a su por el momento "compañero".
Pero este solo ocultaba una sonrisa molesta y miraba fijamente desde el divan que compartian, al ser en el asiento del costado.
Curiosidad, eso era esa mirada.
Molestia, eso eran esas caladas.
-Si no hablan no se producirà ningun avance.- Sentenciò.
Esta vez el rubio no lo mirò, se apoyò hacia su costado derecho recargando el peso en la mano, mulliendo aquel divàn y simplemente arrojò la colilla del cigarro al suelo. ¿Que importaba responder, ser cortez?
Era el turno del informante para mirarlo, en busca de saber quien deberia responder.
El definitivamente NO queria, para nada, nada de los nadas responder. El siempre era quien indagaba, preguntaba, investigaba, analizaba, etc y ahora resulta ¿Que debia responder y ser psicoanalizado? ¿Estaban de coña?
Riò en tono bajo, si el bartender estaba enfadado, el tambien, pero valla manera diferente de demostrarlo: Risa neuròtica.
-El primer sintoma de la locura.
Sentenciò por sengunda vez al ver la risita incontenible del paciente tan peculiar frente suyo: Orihara Izaya.
No respondiò, mirò devuelta al paciente numero dos: Heiwajima Shizuo y esperò a que el se decida a hablar en algun momento de la terapia.
-Esta bien, yo responderè la pregunta inicial y quiero que nos encaminemos a partir de esto...¿De acuerdo?
El informante asintiò con cierta curiosidad infantil.
Era la primera vez que iba a un psicòlogo.
-Ustedes estan aquì el dia de hoy porque han destrozado casi toda la ciudad de Ikebukuro y han lastimado tambien a las personas que la componen. Consta en actas policiales, no es solo mi criterio hablando, pero llendo mas al fondo del asunto...
Queria irse. Queria irse. Queria irse. Queria irse. Queria irse. Queria irse. Queria irse.
QUERIA IRSE. Prendiò el cuarto cigarro en la sala con intento de porte lujoso, diò la calada numero no sabe cuanto y se quitò los lentes. Su mirada, como animal furioso y enjaulado sobresaltò por una milèsima de segundo al psicòlogo.
-¿Porque han destruido Ikebukuro?
Preguntò haciendo notar su aura profesional en el campo del anàlisis mental a medida que escuchaba otra risa del informante.
-Tch, simple, es la culpa de la maldita pulga.
Bociferó sin tacto, cruzandose de piernas y perdiendo la apuesta no impuesta verbalmente: El que hablaba primero, perdìa.
-Bien, esto es un progreso, como bien saben si no hacen esta terapia, pasaràn un largo tiempo en la càrcel, o si tienen un buen abogado haràn trabajos comunitarios la mitad de su vida. ¿Lo saben, no?
-Oh, si, si, tambien se que nos monitorean con càmaras escondidas, jejeje, con la fuerza que posee Shizu-chan necesitaràn mas que eso.
La molestia crecia a medida que en un tic nervioso la ceja de Shizuo saltaba cada dos microsegundos.
-Bien, no es ese asunto del que hablaremos Orihara-san, hablaremos del porque se comportan asì con la sociedad.
-¿Con la sociedad?- Preguntaron al unìsono.
Una lamparita se prendiò en el cerebro del psicólogo penitenciario.
-¿Entonces estarìa bien afirmar que ustedes se comportan violentamente con otra masa, con otro sector, con ustedes mismos?
Se quedaron pensando en la pregunta unos minutos.
El rubio, respondió:
-Como dije...Todo es culpa de la maldita pulga.
-Eh~ pero que poco compasivo, usted señorito psicòlogo no acertó a nada, nosotros nos comportamos asi con...Jejeje ¡Nosotros!
El señor simplemente suspirò mentalmente, habia atendido a muchos pacientes extraños, pero estos simplemente se ignoraban y prestaban atención a la vez. Respondian lo que querian responder y no parecia importarles la gravedad de la situacion.
"El psicólogo domina toda conversacion, el psicólogo domina toda conversaciòn, el psicólogo domina toda conversaciòn, el psicólogo domina toda conversaciòn..."
Solo quedaba repetir el mantra y rezar por no salir el loco de esa situacion. En anteriores sesiones semanales solo logró como resultado:
1-Pequeño retroceso en la interaccion de los dos individuos.
2-Violencia fisica y destruccion del despacho psicológico.
3-Intento de manipulaciòn mental por parte de el señor Orihara hacia el personal.
4-Poco razonamiento y entendimiento hacia el otro paciente.
5-Enemistad no muy clara.
6-Llamadas constantes de atencion el uno por el otro.
El simple papel donde el profesional anotaba todo lo dejaba mas claro que agua: Inentendibles.
-Es por eso que como consecuencia dañan a la sociedad señores, hay personas que pueden discutir si, pero lo hacen de una forma mas civilizada...¿Porque ustedes lo exponen tan abiertamente?
-¡¿Ah?! ¿Exponer que maldita cosa?
El rubio estaba rozando el punto 2 de la lista de resoluciones semanales que adquirió como experiencia el hombre que los analizaba.
-Shizu-chan, habla de tus actos circenses de romper lo que se te cruze en el camino, ¿No es asi, doc?
¿Doc?, ya no sabia como guiar al camino de la calma a esos dos.
-¡Rompo las cosas porque tu pulga apestosa siempre que puedes me incriminas en algun nuevo problema!- Inquirió a gritos.
-Ya, calmemonos, solo nos queda esta sesion para decidir si ustedes son libres o no.
Ambos quedaron callados y quietos, como los niños cuando los reprenden por algo que saben, hicieron mal.
-Empezemos con usted, Heiwajima-san, digame ¿Que le molesta de Orihara?
Esta vez habia mas dialogo, habia que intentar sonsacar informacion, solo les quedaban veinte minutos para dar una solucion.
-Bueno...- Suspiró, soltando todo el humo de su boca, mientras de reojo Izaya miraba esos labios soltar esa sustancia gris. Bajo la atenta observacion del psicólogo que notó eso. -Se la pasa llamandome con ese apodo molesto y...- Quedó pensando.
-Si ¿Que mas?, cuenteme.
-Me persigue.
-Si...
-Es pequeño, persigue y molesta como una mismisima pulga.
-Entiendo.
Anotaba en su cuaderno.
-Rie demasiado y siempre sonrie descuidadamente por todas partes, se mueve de aqui para allà y revisa la vida de los demàs.
-¿Cual es el problema con que ria y sonria?
Se sobresaltó, y como respuesta obtuvo una sonrisa que le "molestaba" al rubio de parte de su compañero de divan.
-Bueno...- Pensaba, timidamente, mientras tiraba la colilla al suelo junto con la otra y la pisaba en un ritmo nervioso. -Es molesto, ¡No se que mas decir!, aparte como decia, no solo se mete en mi vida, si no que en la del resto...¡¿Porque la necesidad de molestar al resto?!
-Mmm ¿Como lo que dije de la sociedad?, cuando corren y rompen señales publicas, comercios y demas...
-No, no, se mete en la vida intima, privada, de los demàs ¡Y no se porque!
-Am, etto...Jejeje, Shizu-chan si que es un organismo unicelular eh, pues claro, DAH, soy un informante, es mi oficio, ¿Usted entiende verdad?, usted es psicoanalista, por eso es que nos pregunta, un informante es como eso, solo que no busca solucionar complejos mentales, simplemente con la informacion que obtengo, la hago dinero.
-¡Ja!, ¡¿Y que dinero sacas de obtener informacion de todo Ikebukuro!? ¿¡Informacion mia!?
-Calma Sr. Heiwajima, estamos creando un progreso en que se exprese, pero omita la violencia y gritos.
-...-
-Bien, es cierto lo que dice Orihara, es su trabajo, pero ahora hablando con usted.
Miró al informante con un semblante serio.
-¿Porque persigue a Heiwajima?
La pregunta definitiva. Esa que no queria responder.
-Para que deje de ser así.
-¿¡ah!? ¿Asi como?, yo soy como quiero maldita pulga, si no me soportas simplemente vete ¡Dije muchas veces que no te queria ver en Ikebukuro!
-Porfavor Heiwajima, usted ya hablò, dejeme ahora hablar con Orihara.
-Es solo qu-
-Prosiga, Orihara.
-Bueno, no hay mucho mas que decir...Hagamos un trato, si nos libera...
-Orihara-san ¿El es asi como? ¿A que se refiere con esa oracion "Para que deje de ser asi"?
-Oh, simple je, su personalidad es patètica.
-¡Mas que la tuya no cre-
-Shizu-chan, es mi turno de hablar, pero que mal educado eres please.
-¿¡AH!?- Apretó el cojin del divan con fuerza, empezando a desmenuzarlo en particulas efímeras de relleno.
-Cuide los muebles, porfavor.
Ya no sabia que hacer: Ambos criticaban la personalidad del contrario, pero se les trenzaban las palabras y hacian un hilo de conversacion incoherente. Shizuo odiaba mas que se meta en la vida del resto que en la de el, pero tambien odiaba que lo incriminara en problemas. Izaya simplemente respondió que odiaba su personalidad.
¿De que iba todo esto?
-Orihara, le pido que lo piense bien y me responda claramente: ¿Que odia de su personalidad?
-¿Yo?
-Si.
-¿De Shizu-chan?
-No me llame-
-Si.- Interrumpió el analista.
-¿Su personalidad?
-...Si.
-¿Que odio?
-...Si...
-¿Que odio yo de la personalidad de Shizuo-chan?
El rubio quebró los lentes en su mano, pedazos azules de cristal salieron volando esparcidos por el suelo del living.
-SI.- Los nevios lo acabarian matando. Solo le quedó pensar que si su cerebro salia vivo de esta sesion se compraria el BMW que tanto deseaba pero no se atrevia a comprar por deudas. Seria su premio al hombre mas paciente del mundo.
-¿Todo lo que odi-
-SOlO RESPONDA, PORFAVOR.
-Bueno pero no te enojes~- Susurró haciendose el inocente.
-Mira pulga, ¡No quiero permanecer ni un segundo mas asi contigo!
-¿Ve?, eso odio, grita mucho, destruye mucho, hace lo que no debe hacer, todo lo contrario a lo que yo predigo.
-¿A lo que usted predice?
-¡Si!, todos se asustan de el, pero sigue ayudandolos a todos ¡Es molesto!
No entendia nada, ¿No era eso una virtud?, probaria algo nuevo.
-¿No es eso bueno?, sigue esforzandose por ayudar.
-No, no es bueno, el deberia odiarlos, por temerle y por no agradecerle todo lo que el hizo.
Shizuo lo miró entre sorprendido y extrañado. ¿No era eso raro?
-Pero entonces usted no deberia molestar al sr. Heiwajima, si no a los que le temen ¿No seria eso mas logico?
-¡Pero es la culpa de el!
-¡Porque siempre me echas la culpa!
-Calmense, con esto entendí todo...Involucraro a todo Ikebukuro solo por caprichos, por la tipica negacion de admitir que tienen virtudes ambos.
-¿¡AH!?, no puedo creerlo, el psicologo esta mas loco que nosotros...Adios pulga, arreglatelas con este, yo vere como puedo huir de aqui y no ver mas tu estúpida cara.
-Eh~pero que malvado, ¡Ven aqui!, con tu color de cabello haràs que todos te encuentren al primer intento de busqueda.
-¿Que problema hay con mi pelo?, intento de plumero.
-¡Es demaciado rubio!
-No tengo la culpa de que no te guste ¡Mejor que te desagrade!
-¡Pues para tu mala suerte no me desagrada!
-...¿Eh?...
No podia mas, mientras el pelinegro se sonrojaba y dirigia una mano hacia su bolsillo y el rubio hacia una cara de what the fuck, el pobre analista dejó escapar ese suspiro que estuvo conteniendo desde el inicio de sesion.
Pero abrió los ojos como platos al notar que Orihara sacaba una navaja de su bolsillo.
-¡Asi no van a poder salir de aqui y compartiran celda!- Gritó, perdiendo todo profesionalismo.
Ambos lo miraron y se reacomodaron en el divan, ya que estaban muy tensos.
-Me han desquiciado, serè mas directo, generalmente el psicologo busca que ustedes tengan las herramientas necesarias para descubrirse asi mismos, solucionar los problemas y ser automatas, pero aqui les dir-
-¡Pero porque debo oir esto si la pulga es quien me ha metido en este li-
-¡HABLO YO, JODER!
-Ok...- Susurró el pelinegro y el rubio solo asintió. Por primera vez ambos concordaban en no hacer enojar al pobre hombre. Ya bastante edad tenia como para sufir el primer paro cardiaco de su vida. Otro crimen mas a la lista, otros años de carcel. Estaban encerrados.
-Como decia antes de que ustedes, personas adultas, truncaran todos los años de estudios en siquis humana con solo unos malditos veinte minutos de charla...Ustedes sienten un profundo afecto, el uno hacia el otro, quieren ser amigos, pero no se porque aun no quieren admitirlo ¿Porque?
Eso fue un baldazo de agua fria.
El bartender rebuscó mas cigarros, hallando solo la caja vacia. Al demonio, su droga diaria no estaba para ayudarlo.
El informante queria reir y decir "¡Jajaja, si claro!" irónicamente, pero su boca en una mueca de sorpresa no reaccionaba, y no podia hablar.
Ninguno coordinaba una palabra coherente.
-Buscan llamarse la atención, buscan negar todo a golpes, destruyendo la ciudad, usted Orihara provocandolo para que valla a buscarlo enfurecido y usted Heiwajima Shizuo...
-Dígame.- Prosigió esperando su sentencia.
-Le gusta verlo, y que sea tan animado, solo que como usted no se anima a formar amistad con el, cuando ve que le sonrie a otros, se enerva ¿Me equivoco?
-...-
-Tch...
-¿Me equivoco, Shizuo, Izaya?, no hay tiempo, su libertad depende de que se entiendan y firmen el acta de no volver a cometer esto.
Pensaron como al principio, en silencio. Pensaron en quien de los dos se rendiria en la apuesta, a hablar primero. Pero esta vez era distinto, el primero que hablara, admitiria lo que el sabio y agotado psicólogo habia dicho.
-¿Amigos? ¿Quiero ser su amigo?
En un tono por demas serio el rubio se acostó en el divan, mirando el techo.
Un click hizo en su mente.
-...Amigos...- Susurró e Izaya desde arriba sentado, lo observaba atento, su cabello rubio que no le disgustada sobre el verde y acojinado divan, su cuerpo tendido, y la sonoridad de la palabra "amigos", hizo un gesto de disgusto y no porque miraba al rubio.
-Si, amigos.- Dijo el psicólogo.
-Firmarè.
-¿Eh?
Preguntaron al unísono el rubio acostado y el analista quien arremangado de mangas, pelo alborotado y sudor de tanto nervio, pegó un pequeño salto en su sillón individual.
-Si, firmarè asegurando que no me portarè violentamente en Ikebukuro.
-¿Ya no me acosaràs, no me incriminaràs en cosas locas?- El psicólogo atónito observó la escena con total fascinación; quienes hace minutos se odiaban ahora con la firma del documento se sentian mal, sus expresiones lo indicaban.
Si uno firmaba el contraro...No se perseguirian mas.
El juego del gato y el raton quedaría obsoleto.
No se verían mas.
-Si, firmaré.
-Bien, aquí tienen, realmente fueron un caso dificil, pero mi tarea no termina aquí.
Acercó una mesa ratona de madera que brillaba casi tanto como las làmpara de bronce lustrado y colocó un papel prolijamente sobre la mesa, junto con la pluma al lado.
El informante tomó la pluma y comenzó a leerlo. El sabía de contratos, ya que siempre hacia firmar a sus clientes muchos de confidencialidad.
El rubio desajustó su moño y se lo quitó, sintiendose asfixiado y perturbado.
-¿No termina aquí? ¿A que se refiere?
-Deberàn hacer un ejercicio, intenten llevarse bien, buscar algo en comun e iniciar a partir de ese punto.
-Entiendo.- Respondió Orihara mientras resonaba la pluma sobre el papel con una neurótica firma, digna de un neurótico dueño.
-Tch.- El rubió le arrebató violentamente el papel al contrario y firmó de igual manera. -Si no queda otra opción.
-No leeràs el papel, ¿Shizu-chan?
-No.
El psicólogo sonrió un poco ante el pequeño avance de que el rubio no se sobresalte al segundo por el apodo que el otro nombraba.
-Bien, pueden retirarse con calma del establecimiento, seran escoltados por diez guardias.
-¿Diez guardias?- Preguntó el informante.
-Tal y como usted dijo, una càmara no es suficiente para detener a Heiwajima Shizuo.
-Jejejeje, cierto ¿Nee, Shizu-chan?
-Càllate pulga y marchèmonos de aquí.
-Okiii~
Y asi el psicologo pensó en irse comprando el BMW que tanto queria, con una sonrisa de satisfacción los despidió fuera de la càrcel, viendo como Shizuo con las manos en el bolsillo de su pantalon caminaba rigidamente cual robot y Izaya miraba entre tanto hacia el costado, donde se encontraba el rubio.
-Oye, ¿Quieres ser mi amigo?
El morocho rio por lo bajo.
-No.
-Yo tampoco.
-Que bueno.
Ambos sonrieron.
-¿Vienes a mi casa o voy yo a la tuya?
-La mia, mas comoda.
-Vale.
Caminaron un poco mas, hasta que Shizuo decidió frenar.
-Hay que buscar que nos gusta a ambos en comun.
-¡Cierto!
Continuaron caminando, ni sabian para que habian frenado, y sin dudas no querian hablar sobre la patètica escena en donde un psicologo les echaba las verdades en la cara cual mierda al hombre mas fuerte de ikebukuro y al mejor informante.
Suspiró pesado y le propinó un leve golpe de rendicion al bartender. Este solo sonrió y cubrió sus ojos ante el sol que anunciaba en descenso que el atardecer ya acabaría.
Habia roto sus preciados lentes.
-En un rato serà de noche.
-Si, hay que tener cuidado con el peligro.
-Nosotros èramos los peligrosos.- Aseguró Shizuo.
-Cierto, bueno, eso no quita que por tu seguridad iràs a mi casa ¿No?, vendràs a toda costa.
Se miraron fijamente y sonrieron.
-Despues de todo puedo destruir tu habitación, en la firma no decia nada de no romper habitaciones ¿Verdad?
-Verdad.
El rubio simplemente cerró los ojos y siguió caminando.
-Solucionaremos esta noche en mi habitacion, todas las diferencias ¿Eso quieres decir, verdad?, lo haràs.
-Ya càllate maldita pulga.
Una punzada de angustia y preguntas invadió sin previo aviso el pecho del informante.
-Por cierto, ¿Tu cama es còmoda?
Ahora era el turno de sonreir ampliamente para el informante...No de esas sonrisas que a Shizuo le molestaban, si no de esas que nunca hacia, una sonrisa dedicada solo a el.
-Ya veràs que si, si no la rompes.
AUTORA: MigLi-Chan
Amo esta pareja desde hace como un año y medio, y no podia evitar hacer un fic, el yaoi es uno de esos generos que mas me apasionan. Recien terminado de escribir asi que si notan HORRORE ortograficos pasenlos por alto XD.
¿Revs motivadores o criticas constructivas?
Addio 3
