hola a todos les traigo un nuevo fanfic, es futanari y sobre una pareja clásica del animé, no será el típico fic futa de solo sexo, aquí fate va a sufrir enserio pero no se preocupen es nanofate después de todo.
Redemption
CAPITULO I
Un nuevo día comienza en Cardif, hoy es el día de graduación de la escuela secundaria de esta localidad, las familias de los alumnos están más que contentas puesto que sus hijos han alcanzado un nuevo logro en sus vidas, todos están contentos y se puede ver en las calles y en las casas el ambiente a graduación esta en todos los lugares a excepción de la residencia Testarossa.
Fate Testarossa debería de estar feliz, pero no es así, su vida es todo menos feliz.
Su reloj marca las ocho de la mañana con treinta minutos, sabe que si no se levanta su madre vendrá a levantarla a la mala y a su espalda se sumaría otra cicatriz más. Pero no le importa solo por el día de hoy quiere quedarse en cama un poco más, no tiene ánimos de levantarse y mucho menos verle la cara a su madre.
Sus ojos color carmesí comienzan a cerrarse nuevamente permitiéndose unos minutos de descanso más, quedándose profundamente dormida.
En el piso de abajo su madre ya está hecha una furia, pues el fenómeno que tiene por hija no se ha dignado a levantarse, con pasos apresurados a dirige a su habitación por su látigo, piensa en despertar a Fate con unos buenos latigazos para que recuerde que en su casa se hace lo que a ella le venga en gana.
Con látigo en mano, Precia se dirige a la habitación de la rubia abriendo la puerta estrepitosamente, al abrirse la puerta Precia observa a su hija de quince años durmiendo en camiseta color blanco y un bóxer color rojo, la posición en la que Fate se encuentra le garantiza al látigo perfecto acceso a la espalda de la rubia, Precia levanta la mano con fuerza empuñando el látigo colocándose a una distancia prudente para no resultar herida y en menos de un segundo el sonido de el látigo viajando a gran velocidad por el aire se escucha en la habitación, pero el peor sonido que ese instrumento pudo hacer fue cuando impacto directamente en la espalda de la rubia, causando que la camiseta se rompiera y perforando la blanca piel de Fate, la cual solo pudo gritar ante el atroz dolor al que sucumbía su cuerpo.
Fate jadeaba tratando de calmar el dolor en su cuerpo, llevo una mano a donde el látigo había impactado y no se sorprendió al sentir la sangre caliente brotar de la herida.
Precia tomó a su hija de sus cabellos rubios tirándola al suelo de la habitación. Fate calló boca abajo quedando en posición perfecta para el látigo de Precia, la cual volvió a empuñar el látigo haciendo que bajara fuertemente y se impactara de nuevo en la piel de Fate, la rubia ya acostumbrada a este tipo de torturas solo fue capaz de encogerse y esperar a que su madre calamar a su furia, sabía que si hacía algo en contra de esta, todo sería peor.
Después de ocho latigazos más Precia quedó satisfecha dejando a su hija sangrando en su habitación y con la espalda hecha pedazos y la carne al rojo vivo.
Una vez que su madre se fue Fate se permitió derramar algunas lágrimas, odiaba su vida, siempre era maltratada y solo por ser diferente, ella no pidió ser así, pero los demás no la comprendían, incluso su madre, la persona que debería ser su apoyo ante las burlas y señalamientos de la sociedad superficial, era la encargada de recordarle cada vez de manera más horrenda que ella no tenía lugar en la sociedad y tampoco como su hija.
Después de unos tortuosos diez minutos, Fate pudo incorporarse lo suficiente para acostarse boca abajo en la cama, su carne ardía fuertemente, creando espasmos de dolor incontables en toda su espalda, la camiseta que tenía estaba hecha jirones y manchada de sangre por todas partes, el color blanco se había perdido de aquella prenda.
La pérdida de sangre le estaba afectando, su visión comenzó a hacerse borrosa y todo le daba vueltas, después de unos momentos cayó inconsciente.
Nanoha Takamachi caminaba rumbo hacia la residencia de su mejor amiga, Fate, Nanoha era consiente de todo lo que pasaba Fate desde bromas e insultos en la escuela, hasta las peores palizas que le ha dado su madre, la cobriza siempre había curado de Fate cuando quedaba mal herida, hace unos meses la rubia le había dado una copia de las llaves de su casa a la ojiazul, diciéndole que Precia solo estaba por las mañanas y por las noches a muy altas horas de la madrugada.
Al llegar a la residencia abrió la puerta con sus propias llaves y cerrándola nuevamente se pudo percatar de que la casa estaba demasiado silenciosa, la lujosa sala y las demás habitaciones estaban completamente limpias y ordenadas, no había rastro de que alguien estuviera ahí.
Preocupada Nanoha subió corriendo las escaleras que dirigían hacia la segunda planta, apretando entre sus manos el traje de graduación de la rubia, Fate le había pedido a la cobriza que se lo comprará y guardara hasta el día de la graduación, pues sabía que si su madre se enteraba, los más seguro es que acabara con más cicatrices en el cuerpo.
Jadeando, Nanoha abrió la puerta de la habitación de la rubia encontrándola inconsciente en su cama. Rápidamente se acercó y pudo notar la espalda sangrante de la rubia, el olor a sangre estaba impregnado en cada lugar de la habitación. Aguantando las ganas de vomitar por el pesado olor, procedió a tratar de despertar a la rubia, la cual para su suerte solo se había desmayado, Nanoha suspiro liberando la frustración del momento.
Cuando Fate abrió los ojos sintió la felicidad invadir todo su ser, ante ella se encontraba Nanoha arrodillada a un extremo de la cama observándola fijamente y liberando un suspiro, Fate solo pudo esbozar una sonrisa antes de que su cuerpo empezara a sangrar nuevamente causándole un alarido de dolor.
-¡Fate-chan!-
Fate sonrió para sus adentros, escuchar a Nanoha preocupada por ella le hacía sentir que la vida valía la pena, solo porque Nanoha con el tiempo se convirtió en la persona más querida para Fate, la rubia ya no la veía como una amiga. Ella se había enamorado de su mejor Amiga, llevaba tres años callando ese amor, pero hoy sería diferente, hoy en la cena de graduación le diría a Nanoha cuanto la amaba, esperando que con eso su vida fuera más alegre. No tenía miedo, sabía que Nanoha la aceptaba como era, estaba convencida de que tenía una oportunidad y no la iba a desaprovechar.
La cobriza ayudo a Fate a acostarse correctamente en la cama, con manos temblorosas comenzó a quitarle los trozos de camiseta que se le habían impregnado en la piel debido a la sangre seca en su espalda.
Fate se quejaba del dolor en su espalda, su respiración era muy agitada y se sentía demasiado débil, para su fortuna Nanoha se había convertido en una experta tratando sus heridas, por lo que trato de relajarse y dejar trabajar a la cobriza.
-Tranquila Fate-chan, ¿Por qué ha sido esta vez?-
-Porque no me levante a la hora de siempre, además sabes que me odia, ya no necesita una razón para golpearme, solo lo hace y ya- expresó Fate con algunas lágrimas en los ojos que no eran causadas por el dolor de su cuerpo, sino por el dolor de su alma.
-Tranquila Fate-chan, no llores, voy a limpiarte las heridas y a vendartelas, pero necesito que estés tranquila-
Fate dolo asintió dejando a Nanoha curar su ya demacrado cuerpo.
Después de unos minutos la espalda de Fate estaba limpia de rastros de sangre, permitiéndole a Nanoha apreciar con claridad las profundas marcas y la carne desgarrada causada por el látigo de la madre de la rubia. Inconscientemente una lágrima escapo de los ojos de la cobriza, preguntándose la razón por la cual los demás no podían ver la gran persona que era su amiga, siempre era tan atenta, cariñosa, cuidadosa y extremadamente sexy y galante. La gente sólo se concentraba en humillarla y todo porque no era igual a los demás, solo la despreciaba por lo que tiene entre las piernas negándose a conocer el gran tipo de persona que es Fate.
La cobriza ayudo a sentarse a Fate para colocarle las vendas alrededor de su torso, cuando terminó recostó nuevamente a la rubia dándole un medicamento para aliviar el dolor.
Fate se sintió mejor minutos después, ya no le dolía tanto, pero el dolor que ahora sentía era posible de soportar.
La rubia empezó a sentir ganas de ir al baño, se trató de poner de pie pero solo causó que las heridas se volvieran a abrir manchando de sangre las vendas. Nanoha la ayudó a sostenerse y a paso lento llegaron al baño de la habitación de Fate.
-Nanoha, puedo hacerlo sola, no hay necesidad de que estés aquí- un leve sonrojo cubrió las mejillas de Fate, mientras que Nanoha solo negó con la cabeza.
-Dejame ayudarte Fate-chan, además no es la primera vez que veo tu pene- Fate solo suspiró y con la mano que tenía libre sacó su miembro por la abertura de sus bóxers para dirigirlo a la taza y comenzar a orinar, Nanoha no pudo evitar mirar el miembro de su amiga, Fate jalaba la piel hacia atrás para permitirle una mejor salida al líquido amarillento, la cobriza observó la cabeza del pene de Fate, sabía de antemano que el pene de su amiga debería de ser grande cuando estaba erecto, su tamaño en forma flácida se lo confirmaba, un espasmo recorrió su cuerpo imaginándose siendo poseída por una excitada Fate, sacudió su cabeza para borrar sus pensamientos y ayudar a su amiga a volver a su cama y recostarse en la misma.
La rubia se acostó en su cama quedándose dormida inmediatamente, gracias a esto Nanoha pudo observar el cuerpo de la rubia, Fate era muy atractiva pero su cuerpo se veía cansado y muy maltratado, cicatrices inundaban el cuerpo de la rubia, las más prominentes en su espalda y en su abdomen, además de una cicatriz que solo Nanoha sabía que Fate poseía, esta cicatriz se encontraba en su pubis, muy cerca de la base de su pene. Dicha cicatriz fue causada hace cuatro meses por la madre de la rubia, que en un arranque de ira trató de cortar el miembro de Fate.
Esa vez Fate había escuchado en la escuela que la masturbarse se sentía muy bien, ella quería intentarlo por lo que decidió que al llegar a su casa echaría cerrojo a la puerta de su habitación y hacer eso que decían que se sentía tan bien. Cuando llegó a su casa noto que su madre no estaba, sonriendo se dirigió a si habitación y dejó la puerta abierta, pues estaba convencida de que era la única en la residencia.
Con manos agitadas se desfajó la camisa y el suéter del uniforme, aflojandose la corbata procedió a sentarse en su cama. Con movimientos apresurados desabrochó el cinturón y el pantalón, bajándose el zipper del mismo, tocó con su mano el bulto que se estaba formando en sus bóxers, bajándose el pantalón pudo admirar a través de sus boxer blancos que su miembro comenzaba a erectarse, bajándose su bóxer, tomo a su miembro semi erecto envolviéndolo en su mano, con lentitud comenzó a subir y a bajar su mano por su creciente longitud, segundos después Fate tenía una erección a plenitud. La rubia no poseía la circuncisión pero tal era su excitación que la rosácea cabeza de su pene estaba totalmente al descubierto, su pene palpitaba en busca de la liberación y se podían admirar todas las venas que conformaban su miembro eréctil, sin más Fate comenzó a mover su mano de arriba hacia abajo, gimiendo varias veces por las sensaciones que estaba experimentado, los movimientos eran cada vez más rápidos y su mano apretaba cada vez más su miembro, podía sentir en su mano que su miembro se ponía más duro con cada movimiento, estaba al borde del orgasmo y lo sabía. En la planta baja Precia entraba demasiado molesta, y tenía que desquitarse con alguien y ese alguien era Fate.
La rubia estaba tan concentrada en las sensaciones que sentía que no escucho los pasos de su madre detrás de ella, Precia escuchó un gemido de parte de la rubia, Fate había llegado al punto de no retorno, eyacularía pasara lo que pasara.
Con fuerza bruta Precia jalo a su hija por su cabello poniendola cara a cara con ella, en ese momento el pene de la rubia comenzó a expulsar el semen bañando el pantalón de vestir de su madre.
Debido al sobresalto causado por su madre Fate no experimento ningún orgasmo, solo vio salir de su miembro la sustancia blanca.
Precia le dio una sonora bofetada a su hija tirándola al suelo y una vez ahí Fate sintió como su pene era sometido a la peor de las palizas de su vida, patada tras patada eran impactadas en el aun erecto miembro, pero lo peor vino cuando Precia saco un abrecartas de su saco para agacharse donde Fate lloraba del inmenso dolor. Precia retiró las manos de la rubia que trataban de proteger su miembro, y con el abrecartas, corto la piel de Fate desde su pubis hasta la base de su pene, sin quedar satisfecha Precia tomo el miembro de su hija y en la cabeza de su pene, cerca del orificio urinario realizo un corte profundo, ganado un alarido de dolor por parte de Fate, aun no contenta, inserto la punta del abrecartas en el orificio urinario de Fate, la cual se retorcía del dolor que estaba experimentando, satisfecha por los resultados la mujer se fue de la habitación de su hija sin dedicarle ningún tipo de curación a las heridas causadas.
Al salir de la habitación de Fate, Precia se dirigió a su automóvil su amante calmaría con sexo salvaje la rabia que tenía dentro de ella.
La rubia estaba aún en el suelo llorando y con sus manos cubriendo su miembro, por los dedos de sus manos resbalaba la sangre producto de las heridas. Minutos después perdió la consciencia por culpa del dolor.
La noche transcurrió rápidamente, Fate despertó en el suelo, su camisa del uniforme blanca bañada en sangre y en sus manos había sangre seca, por suerte sus heridas habían dejado de sangrar. Con un esfuerzo sobrehumano, Fate se levantó ayudándose de la cama para incorporarse, cuando dio un paso un gemido de dolor salió de sus labios, no podía caminar.
Sorprendentemente Fate logro asearse y llegar hasta la escuela sin mucho dolor.
Los problemas llegaron cuando después de permanecer sentada por tres horas, tuvo que salir al receso, al levantarse sintió una punzada atravesarle su cuerpo, Nanoha que se dirigía rumbo a la rubia notó su estremecimiento y se percató que en los pantalones color beige se empezaba a formar una mancha de sangre proveniente del pene de Fate.
-Oh dios mío, Fate-chan, ¿Qué te ha pasado? -
Fate no respondió Nanoha ayudo a Fate a ir a la enfermería de la escuela para que alguien la revisara.
Al llegar a la enfermería se encontraron con la doctora Shamal.
-doctora por favor ayude a mi amiga, está sangrando de sus partes íntimas-
Shamal observó a Fate y con ayuda de Nanoha la sentaron en una camilla.
Shamal le indicó a Fate que se quitara los pantalones, Nanoha le explicó a la doctora la situación de Fate y esta accedió a revisarla sin juzgarla o humillarla.
Con demasiado cuidado Shamal revisaba el miembro de la rubia, Fate tenía tanto dolor que no sentía las manos de Shamal tocando su miembro, suponía que en otras circunstancias tendría una leve erección como mínimo gracias al toqueteo recibido en su miembro.
Después de unos minutos Shamal le aplico un ungüento y puso una gasa en la cortada del pubis, para fortuna de Fate no eran profundas. La doctora le dio el ungüento diciéndole como aplicarlo y los cuidados que debería llevar para sanar, además que no tendría erecciones en un mes, eso a Fate no le importaba, jamas se volvería a masturbar y mucho menos pensaba en tener relaciones, pues, ¿Quién en su sano juicio intimaría con ella?
Después del mes Fate sanó sus heridas y ya tenía erecciones nuevamente, después de lo ocurrido jamas trató de masturbarse nuevamente.
Nanoha cobijó a Fate y comenzó a ordenar la habitación de la rubia que había quedado llena de sangre por todos lados. Cuando hubo terminado sacó de la bolsa el smoking que la rubia usaría para su graduación, el saco y los pantalones blancos al igual que la camisa, el chaleco color rojo al igual que el moño, Todo con unos cómodos zapatos varoniles color blanco, la rubia luciría hermosa de eso no cabía la menor duda.
Pasadas unas horas Fate comenzó a despertarse, al observar su habitación totalmente ordenada su pensamiento se dirigió a la causante del orden en aquellas cuatro paredes.
-Mi hermosa Nanoha - Fate susurró al viento, levantándose con algo de dificultad se dirigió al baño a tomar una ducha, estaba consciente de que tenía que llevar a Nanoha al baile de graduación por lo que decidió apurarse.
Cuando salió de la ducha totalmente desnuda, se impresionó al encontrarse con Nanoha observándola fijamente, la mirada de la cobriza estaba fija en el miembro semi erecto de Fate así como su cavidad vaginal. Fate con sus manos se cubrió su miembro que al ver a Nanoha observándola se estaba erectando cada vez más, por la cabeza de Fate pasaron un sinfín de fantasías sexuales con su ojiazul y eso no ayudaba a disminuir la rigidez entre sus piernas, antes de que Fate se diera cuenta, su miembro tenía una erección completa, Fate se puso roja de la vergüenza, Nanoha solamente observaba.
-Na-Nanoha, perdón, no quería que vieras esto, per- perdoname.- Fate como pudo corrió a la cómoda de su recamara abriendo el ultimo cajón de aquel mueble, sacó del interior unos bóxers color blanco con cinturilla negra, aun con los bóxers puestos el pene de la rubia se podía apreciar considerablemente. Nanoha nunca había visto el miembro de Fate de esa forma, la asustó, sabía que su amiga era diferente, la aceptaba pero sentía que ahora nada sería igual, la cobriza nunca se había imaginado que Fate podía tener esa clase de reacciones físicas en su miembro, y menos que ella se los causara, cosa que para ella y sus principios no era normal, nunca lo había considerado pero la rubia era lo más cercano a un monstruo.
Nanoha salio corriendo de la habitación de Fate, tomó sus cosas y se dirigió a casa de su amiga Hayate.
Cuando la cobriza llegó a casa de su amiga subió corriendo a la habitación de Hayate, contándole lo ocurrido en la casa de Fate. Hayate solo pudo compartir la opinión de Nanoha acerca de Fate, la rubia era todo menos normal, aun así Nanoha se preguntaba el la causa de la cual había cambiado de opinión tan rápido acerca de la rubia, la razón principal a la que se lo atribuía eran sus principios y la impresión que le causo ver a Fate en un estado de total excitación.
Ensimismada en sus pensamientos Nanoha fue traída de vuelta por su amiga hayate cuando esta le mencionó un nombre muy importante para la ojiazul.
-¿Qué has dicho Hayate?- Nanoha preguntó curiosa a amiga que no paraba de hablar.
-lo que has oído Nanoha-chan, Yunno-kun va a declararte su amor por ti esta noche- Nanoha al escuchar las palabras solo pudo emocionarse, pues aunque Yunno no era el hombre más guapo, el chico era muy lindo con ella y a la ojiazul le gustaba demasiado la forma de ser de Yunno, pensó por un minuto como sería tener una relación con él y solo pudo esbozar una sonrisa ante sus pensamientos.
Dejando a Hayate con la palabra en la boca Nanoha corrió hacia su casa a arreglarse para la graduación de esta noche, quería lucir hermosa, pues esta noche sería la novia de Yunno.
