--Lumos--

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Capítulo 1. Hay un Triangulo.

-Habrá un jardín – dijo la señora Weasley con un amago de sonrisa en sus labios -, Sin gnomos que se oculten entre la maleza, ni árboles de tronco nudoso, ni plantas exuberantes, ni ranas en el estanque. El jardín perfecto con un césped recién cortado. –Concluyó brindando a Harry una sincera sonrisa antes de concentrar su mirada en el movimiento de sus cubiertos que cortaban el pavo en salsa de pimiento servido esa noche para la cena.

-El jardín de la Madriguera siempre me ha parecido perfecto Sra. Weasley – dijo Harry imitando los movimientos de los cubiertos.

-Lo se cariño, pero no es el lugar indicado para una boda – le respondió la rolliza mujer

-George y Ron lo han pagado – intervino el Sr. Weasley – Hace una semana vinieron los diseñadores, ¡JA! ¿Te imaginas Harry?, ¡diseñadores para un jardín!.

-Estuvieron rondando por toda la casa -, prosiguió la sra. Weasley – Tomaban medidas y murmuraban cosas, realizaron unos planos y nos regalaron un bosquejo de cómo iba a quedar. Te lo enseñaría pero Arthur lo quemó.

-Ginny es mi hija y la adoro, estoy feliz por su matrimonio pero este asunto del jardín… me gusta tal y como es y quiero que se mantenga así – dijo el señor weasley mientras señalaba con su mano la ventana cercana desde la cual podía verse parte del exterior.

-Los diseñadores explicaron que lo dejarían tal como estaba Arthur. Lo que te molesta es que tu participación en la boda de Ginny sea solo para llevarla del brazo hacia el altar – dijo enojada la sra. Weasley.

-¡Bah!

-Ginny no tiene la culpa – continuó suavemente la mujer dirigiéndose a Harry – Es la menor y la única mujer de mis siete hijos, a pesar de su ímpetu no pudo impedir que sus cinco hermanos malcriaran la boda.

Harry asintió dándole la razón, conocía perfectamente la sobreprotección que los hermanos Weasley ejercían sobre la menor de ellos.

-Ron, George y Charlie llegaran mañana antes del almuerzo, Bill y Percy arribarán a media tarde y la novia vendrá el mismo sábado en la madrugada – dijo el sr. Weasley en un intento de apartar la conversación del tema de jardín - ¡Mañana tendremos mucha compañía!

-Desde que Ron y Ginny se fueron, la casa nos parece algo grande y silenciosa… Veras, Harry tuvimos siete hijos… como ya sabrás la madriguera siempre fue muy vivaz entre las peleas de Ron y Ginny, los inventos de los gemelos y las protestas de Percy…Ahora que los chicos no están…-dijo la sra. Weasley con pena.

Arthur Weasley observó a su esposa y atrapó una de sus manos sobre la mesa. –No nos quejamos – dijo mirando a Harry-, nuestros hijos y nietos nos visitan frecuentemente y eso hace que no percibamos el peso silencio tan a menudo.

-Lamento que mis visitas no sean tan frecuentes – dijo Harry dejando los cubiertos a una lado en el plato vació.

-No te preocupes hijo – dijo la sra. Weasley haciendo un gesto con la mano como para descartar ese hecho -, sabemos que tu trabajo de Auror absorbe gran parte de tu tiempo.

-De todas manera aceptaste nuestra invitación para pasar unos días en la madriguera antes de la boda, también invitamos a Hermione pero a esa chica creo que no le queda tiempo ni para cuidar de su propia salud – dijo risueño el sr. Weasley.

-¿Cuándo vendrá Hermione? – preguntó Harry con mal disimulada curiosidad.

-El sábado, llegará para la ceremonia – replicó el sr. Weasley.

El resto de la cena transcurrió en medio de tranquilos temas de conversación como la carrera de auror de Harry, la próxima jubilación del sr. Weasley y el viaje que pretendía realizar con su esposa, y todos los galeones que se habían invertido en la boda de la menor de los hermanos pelirrojos.

-De las cinco bodas que se han celebrado en la madriguera, la de Ginny sin duda ha sido la más costosa – afirmó la Sra. Weasley mientras recogían la mesa.

Cuando horas más tarde, Harry entró a la habitación que solía ocupar Ron, no pudo evitar que un suspiro de alivio escapara de su interior, llevaba tres días en la Madriguera y desde el primero, había deseado preguntar por la llegada de Hermione. Cambio sus ropas por un pijama verde botella satinado con rayas blancas en los laterales que le había regalado la última vez que la habían visto. Deposito los lentes sobre la encimera aledaña a la vieja cama y elevó ligeramente la colcha para introducirse en ella. Cerró los ojos pensado en Hermione y en como reaccionarían Ron y él cuando la volviesen a ver.

Tal y como había mencionado el sr. Weasley, George, Charlie y Ron llegaron a media mañana de aquel viernes. Charlie llevaba el rojizo cabello largo y alborotado, su piel cetrina exhibía las ya acostumbradas quemaduras producidas por los dragones con los que trabajaba y su rostro seguía siendo afable y bonachón. Apretó con fuerza la mano de Harry en forma de saludo antes de dirigirse a la cocina guiado por su madre.

George parecía el mismo bromista de antaño, aunque Ron le había comentado en varias ocasiones lo difícil que se le hacia, a pesar de los años transcurridos, sobrellevar la perdida de su gemelo Fred. – Gracias a Dios cuenta con el apoyo de Alice y el pequeño Fred – le dijo un día Ron mientras tomaban el té. George le dio un fraternal y fuerte abrazo revolviendo con una de sus manos los ya alborotados cabellos negros de Harry, luego siguió a Charlie lanzando comentarios burlescos acerca de su pronunciada barriga que entre Kacity, la esposa de Charlie, y la sra. Weasley le habían creado.

-¿Cuándo llegaste? – le preguntó Ron.

-Llevó aquí desde el lunes, ¿Cómo te fue con Agnugk? – quiso saber Harry.

-¡Ah! –exclamó Ron haciendo un gesto con la mano para quitarle importancia al asunto – El muy tonto se oculto en Relt Holton, precisamente ese lugar que parece haber creado una xenofobia por los ingleses, fue fácil dar con él.

La puerta de la cocina se abrió y por ella apareció el Sr. Weasley con gesto adusto seguido por George, Charlie y la sra. Weasley.

-Dejaremos todo como esta, lo prometo papá – dijo George

-¿Qué sucede? – cuestionó Ron.

-Papá dice que arruinaremos su jardín – contestó Charlie.

-Nunca te habías interesado por el jardín – apuntó Ron observando a su padre.

-Arthur, ya habíamos hablado de esto anoche – agregó encolerizada la sra. Weasley.

-¡No, no y no! – gritó el sr. Weasley -. Con Bill tuvimos que colocar esa extraña carpa, para Charlie se trasladaron crías de dragones que incendiaron parte del cobertizo, Percy trajo tantos invitados que tuvimos que empequeñecer la madriguera para darle más espacio a todos ellos y los juego pirotécnicos de George dejaron goteras en el techo…

-Papá reparé las goteras cuando regrese de la luna de miel – dijo George.

Arthur Weasley continuó como si no hubiese oído – Y ahora con Ginny piensan destruir ¡mi jardín!, ¿Qué sigue Ron?, dímelo ahora para irme preparando.

-Oye papá no pienso casarme, o al menos no lo haré hasta que Hermione se decida – dijo Ron.

-O puede que se decida por Harry – apuntó Charlie.

-Si se decide por Harry de todos modos la boda será en la madriguera, así que vete preparando para un montón de prensa sensacionalista papá, estoy seguro que a esos buitres les encantará ver lo que guardas en el cobertizo.

El sr. Weasley miró a Harry, Harry miró a Ron – Es una posibilidad – añadió el menor de los pelirrojos.

El resto del día pasó ultimando pequeños detalles para la boda, limpiaron el modificado cobertizo, adecuaron las habitaciones para recibir a los invitados que se quedarían en la casa, fregaron pisos y paredes y dieron algunos brochazos de barniz donde la casa lo requería. Cuando Bill y Percy llegaron a la Madriguera, los seis brujos estaban completamente exhaustos por el trabajo físico realizado durante el día. Los recién llegados se ofrecieron a preparar la cena, algo que preocupó a Harry, y que sintieron todos cuando la comida estuvo sobre la mesa, la carne de res que había guisado Bill estaba cruda a pesar que este insistía que era a termino medio, y Percy cuya ensalada se veía deliciosa, y seguramente lo hubiese estado, si el muy tonto no hubiese confundido los pimentones enanos con los chiles mexicanos que había comprado la semana pasada el sr. Weasley para preparar una poción anti gnomos que le había recomendado su amigo Fignol Tineasg.

Esa noche tuvieron que irse a la cama con un pedazo de torta de calabaza que la sra. Weasley había guardado del día anterior y un vaso de leche. Bill, Charlie y Percy compartieron la habitación del segundo piso aledaña a la que al día siguiente ocuparía Ginny. Harry, Ron y George ocuparon la habitación que Harry había estado habitando, solo que ahora contenía un camarote, del cual Ron y George se adueñaron, adicional a la cama que Harry ocupaba.

-Estoy muerto – dijo George dejándose caer sobre la división inferior del camarote, no sin antes cambiar sus ropas por un pijama utilizando la varita. Ron y Harry imitaron su accionar

-Y aun falta todo el ajetreo del día de mañana que te aseguro será el triple – dijo Ron cansinamente. George y Harry asintieron lúgubremente.

-¿Sabes a que hora llegará Hermione? – preguntó Ron a Harry cuando ya todos ocupaban su respectiva cama.

-No, tu madre me ha dicho que llegará para la ceremonia, supongo entonces que será después del almuerzo.

-JAJAJAJA– la estrepitosa carcajada de George irrumpió en el interior de la habitación – Us… Ustedes… son únicos – dijo entrecortadamente.

-¿A que te refieres? – Preguntó molesto Ron.

-Si…, ustedes dos son el únicos par de tíos que conozco que "aman" a la misma chica y se tratan como si ese hecho fuese insignificante – Manifestó George.

-¿Y que quieres que hagamos?, ¿Qué nos agarremos a golpes como antes? O ¿Qué diseñe todo un complot para alejar a Harry de Hermione? – repuso Ron.

-Esa aptitud se calificaría como normal, en esta ocasión – comentó George.

-Ya hemos pasado por eso George, recuerda que en una ocasión tu te llevaste un par de golpes por entrometido – intervino Harry.

-Si lo recuerdo…, pero lo dije aquella vez y lo repito ahora, ustedes deberían tener los suficientes pantalones y decidirse de una buena vez.

-La que puede decidir es Hermione – dijo Ron acostado boca arriba sobre la división superior del camarote mientras observaba con tranquilidad el techo de la habitación

-¡Disculpa!- replicó sarcástico George al tiempo que se ponía de pie con una clara expresión de estupefacción en el rostro observado alternativamente a Ron y Harry –Realmente, ustedes son los tipos más cínicos que he conocido, no tienen las suficientes pelotas para aceptar que gran parte de culpa en esta situación recae absolutamente sobre ustedes dos, par de idiotas.

-¡Oye! – dijo Harry ofendido, al tiempo que se incorporaba hasta quedar sentado sobre el colchón de su cama – Fue una situación difícil, y aun lo es, lo admito, no es fácil saber que Ron, quien es mi mejor amigo, esta enamorado de la misma chica que yo, y que él hará cualquier cosa, al igual que yo, por conquistarla.

-Ustedes están locos –dijo George soltando unas cuantas mal disimuladas carcajadas

-Nosotros hemos aprendido a vivir con esta situación –dijo Ron a George – al principio fue difícil, hubo peleas, malas palabras, golpes y la peor parte siempre se la llevaba Hermione…

-Por eso se fue – interrumpió Harry –Nuestra aptitud hizo que Hermione aceptará el trabajo en América.

-Huyó – apuntó Ron – Y ahora debemos conformarnos con verla de vez en cuando.

-La culpa de todo esto no la tiene nadie, ni Ron, ni Hermione, ni yo, si miras todo claramente, podrás darte cuenta que esto no es una tragicomedia de amor - odio y engaño. Al principio cuando miras el todo puedes sacar conclusiones erróneas, pero cuando conoces los detalles y los meditas te das cuenta que las cosas pasaron porque simplemente así es la vida, y desafortunadamente ni Ron ni yo hemos dejado de amar a Hermione. –dijo Harry.

-Cada uno la amó a su tiempo, Harry no se interpuso en mi relación con Hermione, cuando terminamos él aun vivía su feliz idilio con Ginny… -

-Tampoco Ron se entrometió durante mi relación con Hermione y mucho menos termine mi noviazgo con Ginny por ella... simplemente las cosas cambian y la relaciones se van deteriorando

-Lo se, lo se, conozco toda la historia -dijo George – Solo que es extraño ¿No creen?, ustedes dos son amigos, aman a la misma mujer y ella los amó a cada uno en su tiempo, ahora ustedes quieren recuperarla, y ella… ¿Qué piensa ella?... ustedes no lo saben… hace dos años que no la ven y… ¿si ella esta con otro tío?, ¿Si Hermione se enamoró de alguien más?

-Si es así, supongo que tendremos que aceptarlo ¿No crees Harry? – Preguntó Ron.

-Supongo que no hay otra salida – aseguró Harry

-Este asunto es de locos, lo peor de todo es que ustedes tres siguen siendo amigos, ¡Es increíble! – dijo George impresionado.

-Tendrías que haber vivido en nuestro pellejo para entender toda la situación –apuntó Harry mientras Ron hacia un enérgico gesto en apoyo a lo que Harry había dicho.

-Ok…veamos… ¡Ron! – dijo George mirando directamente a su pelirrojo hermano -¿Que harás si Hermione escoge a Harry? –

-No lo se – musitó Ron con los brazos atrás del cuello y sus ojos fijos en el techo de la habitación.

-Y tu Harry ¿Qué harías si se diese lo contrario?

-Es algo complicado, llevamos casi cinco años envueltos en esto, no se como reaccionaria, lo que si se es que sería muy doloroso – confesó con seguridad.

-Lo mismo digo – añadió Ron.

George dio un largo suspiro y movió la cabeza de un lado a otro negando. –Veremos que sorpresa nos traerá el día de mañana – agregó antes de meterse en la cama.

Aunque Ron y Harry estaban acostumbrados a este tipo de interrogatorios cuando inevitablemente se encontraban con algún tercero que conociera parte de la historia, nunca podían evitar meditar por largos periodos de tiempo sobre el asunto después que se hubiesen librado del interrogador. A finales de sus veintinueve años de edad, la vida pasada se ve más larga de lo que realmente a sido, y los acontecimiento futuros se perciben envueltos en una estela brumosa que solo deja incertidumbre y malestar, piensas que quizás estas muy viejo y ¿si realmente vale la pena persistir en el intento de convencer a una mujer que parece nunca decidirse?, piensas que estas muy mayor, ya rayas el tercer piso, deberías buscar una buena mujer, casarte y tener hijos, luchar por tu familia, acumular buenos tiempos y morir en paz dejando un gran legado pero… cuando piensas en ella, cuando la recuerdas y en las pocas ocasiones que tienes para verla, tocarla y besarla, te das cuenta que a pesar de tus meditaciones, todo seria una gran mentira, vivirías un engaño, y posiblemente nunca serias feliz, porque solo amas a una y desafortunadamente para Harry y Ron, es la misma mujer… y ella… ¿A quien amaría Hermione Granger?.

Y con esta pregunta rondando en las mentes del moreno y el pelirrojo, cayeron profundamente dormidos, tratando que el sueño, renovase las energías que el trabajo físico y mental del día les había robado.

Pero desafortunadamente, no pudieron contar con las horas necesarias para llevar a cabo tan ardua tarea:

-¡Ronald, George! Llegaron los jardineros – escucharon horas más tarde la inconfundible voz de Bill desde el umbral de la habitación que ocupaban.

-¡Diseñadores! –gritó una femenina voz amortiguada proveniente, al parecer, del primer piso

-¡Es lo mismo! – Vociferó Bill desde la puerta de la habitación – ¡Van a diseñar un jardín!

-No es lo mismo – gritó la misma voz a la que reconocieron como la voz de Ginny.

-¡Ok como digas!, Chicos será mejor que despierten, esto es un caos aquí afuera, mamá quiere que se apersonen del arreglo del dichoso jardín y papa discute con los jardineros…

- ¡Diseñadores! – arremetió Ginny

-…Y Ginny esta como loca porque su manicurista no ha llegado – continuó Bill fingiendo no haber escuchado la voz de hermana.

-¡Te escuche! – exclamó la pelirroja desde abajo

-Enseguida vamos – respondió Ron con voz adormilada.

Media hora más tarde encontraron un verdadero torbellino de gente que iba y venia dentro y fuera de la casa. La señora Weasley discutía con una mujer nervuda con cabello gris espinoso acerca de unas flores que se habían quemado y no estarían disponibles para la boda, Alice y Fleur habían llegado, cada una con sus respectivos hijos, y se movían presurosas de un lado a otro trasladando una gran cantidad de telas y accesorios de un inmaculado blanco perlado desde el interior de la casa hacia lo que parecía ser un proyecto de jardinería en el exterior de la Madriguera –hola chicos – dijeron rápidamente al pasar junto a ellos. El señor Weasley discutía con un hombre que había detenido sus labores para encararlo y replicarle lo difícil que se tornaba su trabajo si cada vez que daba la vuelta se encontraba con el molesto hombre pelirrojo siguiéndole los talones, Percy trataba de disuadir a su padre para que dejara en paz al hombre, que había resultado ser el jefe diseñador del jardín, cuando Percy vio que ya habían bajado se acerco con paso apresurado hacia George y tomándolo de una de las muñecas le dijo:

-Ven y arregla el problema, al fin y al cabo has sido tu el de la dichosa idea, yo tengo que ir a casa de Ginny por que ha olvidado lo zarcillos que su prometido le había regalado para el día de hoy.

Charlie y Bill, trataban de capturar las ranas y los gnomos que se habían rehusado a colaborar al parecer por influencia del propio señor Weasley, Penélope, la esposa de Percy, y Kacity trataban fervientemente de recibir todas las mesas, sillas, manteles, copas, vajillas y cubiertos que en ese momento estaba entregando la compañía a la que Bill y Percy habían contratado para el trabajo. En medio de todo el bullicio y el hervidero de gente, una radiante pero preocupada Ginny Weasley surgió de la habitación contigua a la cocina llena de hollín en su rostro.

-¡Oh Ron! , gracias a Merlín que apareciste, tenemos un problema con el grupo musical que Alfred había contratado para la boda, parece que cancelaron a última hora. Alfred acaba de hablarme por la chimenea y me ha dicho que las alianzas no las han entregado aun y que ha tenido que ir personalmente hasta la joyería para reclamarlas, pretende quedarse allí hasta que las entreguen, me pidió que hablara contigo para que consiguieras un buen grupo para esta tarde, contrátalo por seis horas, por favor.

-Pero Ginny ¿Dónde encontraré un grupo para esta tarde? –preguntó Ron quien ahora se había contagiado de la preocupación de su hermana

-¡No lo se Ron, pero hazlo! –repuso Ginny decida – ¡Hola Harry!, podrías acompañarme, necesito tu ayuda.

Harry miró a Ron y este le devolvió una angustiada mirada. Ginny caminaba a través de la estancia con paso presuroso, subió las escaleras que llevaban al segundo piso y se introdujo en la habitación que desde niña le había pertenecido.

-Siéntate Harry – le dijo Ginny señalando un sencillo sillón de la habitación. –Quiero pedirte algo y espero no te incomode mi petición.

Harry asintió invitándola a continuar pero con la intriga a viva voz por lo que Ginny tuviera que decirle.

-Alfred mi novio, -prosiguió Ginny – quiere hablar contigo antes de la boda.

De repente, Harry se puso de un color verdoso muy feo y clavó los ojos en Ginny.

-Le he contado todo acerca de nosotros, de lo que tuvimos y de lo que significaste en mi vida, lo hice porque no quería empezar mi matrimonio con secretos, no tengo nada que ocultarle y no deseo hacerlo ¿Espero que no te moleste?

Harry negó con la cabeza y el insaludable color verde se había tornado azulado.

-Hablará contigo, por más que le he preguntado no he podido sacarle el tema de conversación, pero sea lo que sea te pido que seas sincero con él, háblale con la verdad, pero sobre todo debes hacerle entender que entre tu y yo no hay nada más que una bonita amistad, no creo que el dude de mi amor… pero por si acaso…¿Harías eso por mi Harry? – finalizó Ginny.

Harry asintió pausadamente antes de ponerse de pie hasta quedar en frente de Ginny – Haría lo que estuviese a mi alcance para verte feliz Ginny, te mereces eso y mucho más.

-¡Oh Harry! – exclamó Ginny al tiempo que arrojaba los brazos al cuello de Harry y enterraba su rostro en el pecho de este mientras unas tímidas pero felices lágrimas surcaban su rostro.

Segundos después una pequeña lechuza gris irrumpía en la habitación de Ginny con un howler de su manicurista anunciando su próxima llegada. La pelirroja respiró aliviada y secó las pequeñas lágrimas de su rostro. – Hoy nada debe empañar tu felicidad pelirroja – le dijo tiernamente Harry antes que Penélope golpeará la puerta de la habitación para anunciar que la manicurista ya había llegado.

-Iré abajo para tratar de colaborar en lo que pueda – dijo Harry

-Gracias Potter – respondió Ginny con una radiante sonrisa dibujada en su rostro antes que Harry saliera completamente de la habitación.

Después de la manicurista llegó la de la limpieza facial, la estilista, la maquilladora y finalmente la modista con el vestido de novia oculto en una bolsa negra. Para medio día, la Sra. Weasley, Fleur, Kacity, Penélope, Alice, Ginny y todas las mujeres que habían participado en el arreglo de la novia, se habían encerrado en la habitación de esta para según ellas, ayudar a la novia a vestir su traje.

-Creo que debieron lanzar un hechizo para ensanchar la habitación no creo que once mujeres quepan en una habitación en la que ha duras penas caben cuatro personas – dijo Ron quien había logrado contratar un grupo musical de brujos llamados "Los Taciturnos" para que animaran la fiesta de Ginny, no sin antes convencerla que el nombre nada tenia que ver con la espontaneidad y la excelencia que demostraban en su trabajo.

-¡Son buenos te lo juro! – le había escuchado decir Harry antes que las mujeres la encerraran.

Una hora después Percy Weasley llegaba con un humor de perros a la Madriguera – ¿Porque nadie contesta la maldita chimenea? – preguntó al entrar en la casa

-Ah..ah…déjame ver – dijo George llevándose un dedo a la barbilla – será porque todos estamos sumamente ocupados

-Llevo una hora tratando de comunicarme con Ginny, no encontré los malditos zarcillos en su casa, he tenido que venir hasta aquí para preguntarle ¿donde recuerda haberlos visto por ultima vez?, ¿Dónde esta? – preguntó alterado

-En la habitación – respondió Charlie – Pero te recomiendo que…

-Tú no me recomiendas nada – vociferó Percy

-Déjalo –dijo George con una traviesa sonrisa en su rostro.

Diez segundos después, un griterío de mujeres se oyó y expresiones como ¡largo, que haces aquí, no puedes ver, Percy Weasley sal de aquí inmediatamente! Se pudieron escuchar. Percy bajo las escaleras con la túnica y el cabello desarreglado y con una clara expresión de susto en su rostro.

-¿Por que querías entrar Percy?- le interrogo Penélope segundos después desde el rellano superior de la escalera, con cara que parecía decir "habla ahora o calla para siempre"

-Los pendientes de Ginny, no los he hallado – respondió rápidamente Percy.

Penélope hizo un gesto para quitarle importancia al asunto –Ginny los ha encontrado en su bolsa hace una hora, creo que olvido avisarte, pero comprende estamos muy ocupadas, así que por favor ¡NO VUELVAS A INTERRUMPIR! ¡Y ESO VA PARA TODOS! –añadió antes de introducirse nuevamente en la habitación dando un tremendo portazo.

Percy observó a todos los presentes incluyendo Bill, Ron y el señor Weasley, con una cara de desconcierto que hizo que todos excepto él, prorrumpieran en una sonora carcajada. El almuerzo de ese día corrió por parte de Charlie, quien hizo un pedido vía lechuza para evitar lo sucedido en la cena la noche anterior, los niños y ellos comieron en medio del ajetreo de los diseñadores que aun no terminaban su labor y el bullicio proveniente de la habitación de la novia. Harry, Ron y George fueron los que mas rápidamente devoraron la comida ya que se habían saltado el desayuno y el hambre los estaba azotando.

Para las tres de la tarde, el jardín estaba casi listo, la manicurista y demás mujeres que no pertenecían a la familia, habían abandonado la casa y casi todos los niños estaban listos y arreglados para la boda. Bill, Charlie y Percy, estaban ya preparados y las mujeres exceptuando la sra. Weasley se habían arreglado, pronto empezaron a desfilar túnicas de gala en diferentes colores y modelos, peinados y joyas vistosas llevadas para la ocasión. La novia parecía estar lista aunque ninguno de los varones presentes en la casa la hubiese visto aun, la señora Weasley salió de la habitación de Ginny y se dirigió al señor Weasley diciendo:

-Ginny desea hablar contigo Arthur.

Cuando el señor Weasley hubo entrado en la habitación, la señora Weasley rompió el mutismo que parecía haberse apoderado del ambiente para reprender a Ron, Harry y George por no estar listos aun.

-¿Qué crees que le dirá Ginny a papá? – preguntó Ron a George media hora más tarde cuando se encontraban engalanándose en la habitación.

-Supongo que quiere tranquilizarlo y pedirle su bendición, para papá ha sido difícil toda esta situación, Ginny es su única hija y la quiera más que nada en el mundo, le duele perderla, todo ese cuento del jardín es pura patraña para tratar, a su manera, impedir la boda.

La puerta de la habitación se abrió y Charlie asomó la cabeza por ella.

-Cielos Charlie, podrías la próxima vez tocar, que tal que estuviese en paños menores – se quejó Ron.

-No hay nada que no haya visto antes, ayude en alguna ocasión a cambiar tus pañales – dijo Charlie –Harry, Alfred acaba de llegar y quiere hablar contigo, te espera en el jardín, y ustedes dos – añadido mirando a George y Ron – mamá quiere que bajen pronto, los invitados empiezan a llegar… Y no Ron Hermione no ha llegado aun – concluyó al ver que Ron abría la boca para decir algo.

Harry salió apesadumbrado de la habitación dirigiéndose directamente al jardín, rogando para que su antigua historia con Ginny no arruinara su futura boda. Alfred OHara, era un chico de cabello castaño y ojos de un color azul intenso, su piel era clara pero tostada indicando que acostumbraba a recibir la luz del sol, probablemente por su trabajo, Harry debió admitir que no sabía absolutamente nada de aquel hombre.

-¿Harry Potter? – le preguntó en cuanto estuvo lo suficientemente cerca.

Harry asintió y Alfred le estrechó la mano.

-¿Quería conocerte?, Ginny me habló de ti…me imagino que te preguntaras que rayos quiero hablar contigo pero para mi es importante lo que quiero preguntarte. – dijo.

Harry asintió pero no agrego ninguna palabra.

-Amo a Ginny con todo mi corazón y hoy voy a casarme con ella, pretendo hacerla feliz, tener una vida plena y tranquila a su lado, deseo formar una familia y complacerla en todo cuanto ella requiera para ser dichosa. No deseo que en un futuro te des cuenta que la quieres y desees reconquistarla, quiero que quede claro que si eso llegase a pasar, te mataría antes que pudieses llegar a cruzar siquiera una palabra con ella. No me importa que seas el héroe del mundo mágico – concluyó el joven brujo con expresión molesta.

Harry sonrió con pesar – No te preocupes, aquello de darme cuenta que la quiero y que desee reconquistarla ya me sucedió…pero con otra mujer, estoy sincera y profundamente enamorado de otra chica y por el tiempo que llevo en esto, creo que nunca la dejare de amar.

-¿Hermione Granger, es verdad? – Pregunto Alfred.

Harry asintió nuevamente.

-Ginny me comentó algo, recuerdo que una vez Ron Weasley me habría dicho algo exactamente igual a lo que tú me dijiste hoy… La tienes complicada Potter

Por cuarta vez en la tarde Harry asintió, el ruido de gente entrando en el jardín los distrajo por unos segundos –Me alegro que todo haya quedado claro – dijo Harry antes que la Sra. Weasley tomara del codo al novio para guiarlo hasta un espacio en el altar donde debería esperar a Ginny.

Harry se ubicó en el asiento que le correspondía en el espacio reservado para los invitados de la novia, ahora podía apreciar el nuevo jardín de los Weasley, a lado y lado crecían frondosos árboles, los más cercanos eran de hermosas rosas blancas y tenían anudados en sus troncos cintas blancas que formaban una cadeneta envolviendo el lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia, donde la cinta se anudaba al árbol había una hermoso arreglo de flores blancas y rosas. Sobre el altar se levantaba una pequeña carpa blanca cuya base, del mismo color, era de madera labrada a mano y parecía realmente fina, en conjunto un lugar muy bonito y sencillo, dos palabras que describían perfectamente a Ginny, seguramente estaría feliz al ver el resultado.

-¿Qué quería Alfred? –preguntó Ron situándose a su lado

-Asegurarse que en un futuro no me metiera en su matrimonio – respondió Harry

Ron rió suavemente - ¿Le contaste lo de Hermione? –

-En cuanto se lo dije estuvo tranquilo, A quedado todo muy bonito ¿No te parece?

-Si – dijo Ron mirando a su alrededor – Gracias a Merlín, porque ha costado una fortuna hacer todo esto

-Cuanto falta para que Ginny salga

-Unos minutos

-Creo que Hermione no llegará para la boda – dijo Harry

-¿Por qué dudas de mi puntualidad Harry Potter?, prometí que llegaría para la boda y así lo hice

Harry y Ron se fijaron en la persona que acababa de interrumpir la conversación, allí envuelta en una vestido de tonos cafés en degrade se encontraba Hermione Granger, con sus hombros desnudos y unos bellos pendientes que Ron reconoció porque él se los había regalado dos años atrás. Lucia una hermosa y sincera sonrisa, y sus ojos despedían un gran brillo de felicidad, Ron fue el primero en reaccionar y se puso en pie para abrazarla con fuerza y levantarla mientras la hacia dar vueltas, cuando la puso nuevamente sobre tierra, Ron se acercó a su rostro y sin previo aviso le estampó un rápido y fugaz beso en los labios – Estas más hermosa que nunca – le dijo.

Hermione le golpeo suavemente el hombro por su atrevimiento. Luego se dirigió a Harry – ¿Tú no me vas a saludar?- le preguntó.

Harry se puso de pie y llegó a su lado simulando una tranquilidad que no sentía, por unos instantes se había quedado mudo contemplado lo hermosa y esplendida que se veía su querida castaña.

-Yo también voy a robarte un beso Hermione – le dijo suavemente. Y sin más preámbulo se acercó lentamente a sus labios y a diferencia de Ron, beso delicadamente el labio inferior y luego el superior deleitándose con las sensaciones que llegaban a su cuerpo.

-Umgh –

Un carraspeo los hizo separarse. – De saber que avisándote podría robarte un beso de verdad, lo habría hecho sin duda – dijo Ron.

-Parece que las cosas no han cambiado – dijo Hermione con una suave sonrisa en el rostro.

Harry y Ron asintieron dándole la razón.

-Será mejor que ocupemos nuestros asientos, acabo de ver a Ginny salir de la Madriguera – dijo Harry.

Hermione soltó una suave carcajada antes de decir: -¿Sabias Harry que la familia Weasley tienen un sentido del humor muy negro?

Harry y Ron se miraron sin comprender

-Nos han ubicado uno al lado de otro – continuó Hermione – Y a mi me han puesto en medio de ustedes dos.

Harry y Ron observaron la tarjeta de Hermione donde se indicaba su ubicación comprobando lo que ella decía.

-Entonces esta será una entretenida velada – añadió Ron antes de tomar la mano de Hermione y sentarse al lado derecho de ella.

-Es una posibilidad – agregó Harry sentándose al lado izquierdo y tomando la otra mano de Hermione quien alcanzó a lanzar una pequeña carcajada antes que la marcha nupcial anunciara la entrada de la novia.

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Bien ya estuvo el primer capitulo, espero haya sido de su agrado.

Dejen su opinión acerca del capitulo por favor, para mi es realmente valiosa.

LilythWH