Los personajes no son míos solo los manipulo ;) XD
EPOV
El desprecio de los demás (8 años)
Edward se puso a tocar el piano. Pudo sentir las notas vibrando de su mano. Sus vellos se erizaron y sus piernas temblaron. Siempre era así cuando tocaba. Era como si la melodía no sonara en el ambiente sino en su cuerpo. Cada vez que llegaba a un agudo lo sentía en su piel. No era difícil, era natural. Las notas brotaban fácilmente de sus dedos. Solo existían ellas. Ningún otro pensamiento se mantuvo en su cabeza…
Cuando dejo de tocar sentía sus dedos adoloridos. Mientras tocaba no noto que le doliera tanto. Se fijó en la hora y notó que se había perdido el almuerzo y la cena. Era la 1 de la mañana. Su mamá no había ido a buscarlo. Salió del salón de música. Siempre le daba miedo su casa. Era enorme y parecía tan vacía. El escenario perfecto para una película de terror. Podía decir que el diseño de esta era sofisticado y elegante aunque no sabía muy bien el significado de esas palabras. Las escucho cuando una señora describía las pocas mansiones que había en Forks. Él estaba en una de ellas. Pero estaba descuidada y casi no tenía muebles. Su padre había estado vendiendo uno por uno para pagar sus deudas. En la noche era especialmente espeluznante porque estaba solo. Sus padres nunca estaban en casa a esa hora.
Fue a la nevera para agarrar algo de comer. Estaba llena de cerveza. Su estómago sonó. Agarró una leche que ya estaba caducada y se la tomó de golpe, sin saborear. Después fue a su escondite. Sabía que era peligroso estar presente cuando su papa regresara a casa y descubriera que su mamá no había regresado. Tenía un escondite que estaba lo suficiente cerca de la puerta para ir a la escuela sin que su padre lo viera. Lo había descubierto un día huyendo de la golpiza de su padre por romper un vaso. Era una habitación secreta. Era difícil darse cuenta porque la puerta era del color de la pared y no se habría ahí sino en el suelo. Tenías que sacar una de las tablas de madera del suelo. El la abrió de casualidad tropezándose en ella.
Se metió ahí y espero que sea el momento para ir a la escuela. Le tomó mucho tiempo aprender a dormir cuando tenía miedo, pero acabo a acostumbrarse a él. Aún tenía miedo solo que era capaz de vivir con él. Cuando el cielo era totalmente claro salió a hurtadillas de ahí. No vivía lejos de la escuela pero como iba caminando tenía que salir una hora antes de que comenzara las clases.
Antes prestaba atención a sus clases y se esforzaba por sobresalir pensando que así su mamá le prestaría atención. Después se dio cuenta que ni a su mamá ni a su papá le importaba. Que lo que hacía él no le importaba a nadie. Solo tenía que mantener un perfil bajo y nadie se fijaría en él.
Por estar distraído en sus pensamientos no se dio cuenta que chocaba con alguien. Era Rosalie. La niña más bella del colegio. La había observado varias veces. Una persona no podía ignorar la belleza de Rosalie. Se había medio enamorado de ella hacía un año. Aunque en realidad no sabía lo que significaba esa palabra. Pero si esa palabra significaba que creía que ella era bonita y que le quería hablar con ella. Entonces si lo estaba. Pero pronto descubrió que como sus padres ella también era indiferente en cuanto a él y al parecer para todos del colegio. No, se recordó. No era indiferente para los del colegio. Ellos lo llamaban cabeza de zanahoria, andrajoso, apestoso…
Había perdido la cuenta de los insultos que le hacían. Su mamá no le compraba ropa y andaba con los únicos tres conjuntos que tenía. Y apestoso, fue porque un mes su papá no pagó el agua y tuvo que pasar ese mes sin bañarse. Ese mes fue uno difícil porque sus padres salieron y no regresaron en tres semanas. Él tuvo que arreglárselas para alimentarse solo. Tuvo que robar comida. No había dinero en casa. De hecho nunca en su vida había tocado una sola moneda. Solo sabía cómo era porque observaba que los demás las usaban, inclusive había unos papeles. Todavía le parecía increíble que el papel valiera más que la moneda ya que esta le parecía más hermosa.
Robar fue difícil para él, pues siempre trataba de demostrarle a su mamá que era bueno, que se merecía aunque sea que lo mire. Pero cuando por fin su madre lo hizo un día. Su mirada fue muy similar a la que Rosalie le dedico meses después. Ese día se rindió. Se rindió de tratar de ganar su cariño. Así que dejo de esforzarse en la escuela. Robar solo fue otro paso más hacia la aceptación del despreció que inspiraba a los demás. Llevaba tres días sin comer nada. Había saciado su sed cuando los aspersorios del vecino se prendían. Así que pasó todo el mes robando comida a las casas cercanas, poca para que no se dieran cuenta de su ausencia. Su mayor preocupación era alimentarse así que la limpieza no estaba en sus prioridades. Fue Rosalie quien dijo que apestaba a queso rancio. Todavía podía recordar la cara de asco que puso. No, se dijo. No es que sea invisible. Solo lo era cuando no poseía nada criticable. Recordaba ese día. También recordaba que se había colado en una casa para bañarse. Se lavó tan fuerte que se raspo en algunos lugares. Luego se robó un par de pantalones demasiado grandes para él. Desde ese día dejo de tratar de hablar con Rosalie. Ella era su vecina más nunca lo había invitado a jugar y nunca se dirigía directamente a él.
No tuvo tiempo para impedir el choque. Ella se alejó con una mueca de asco en la cara que ya conocía. A pesar que él se bañaba todos los días desde ese día solo para evitar que la gente lo mire así.
-Tarado asqueroso, ahora voy a tener que quemar esta ropa.
Se fue con sus amigas que también tenían una mueca de asco en la cara. Decidió que ese día no asistiría a clase. Había un par de bicicletas con candados. Con un gancho que siempre tenía en el bolsillo abrió el candado. No sabía adonde se dirigía pero sabía que quería alejarse lo mas lejos posible.
Abandono (9 años)
El día de su cumpleaños, no sabía que era su cumpleaños había dejado de ansiar ese día hace unos 3 años, luego de darse cuenta que solo él lo esperaba con emoción. No se hubiera dado cuenta si no fuera por su mama que por primera vez le obsequió algo. Un par de calcetines rojos. Lo había mirado para dárselo. Y su expresión no era de asco. La sonrisa que puso Edward no podía ser más grande. Por fin su madre le dedicaba una mirada sin desprecio. Era el mejor día de su vida.
Luego se dio cuenta que no era el mejor sino el peor. Ese día su madre dejo la mansión diciendo que iba a comprar, nunca regreso.
Odio (17 años)
Edward sabía donde lo llevaba ya había ido ahí antes. No sentía expectación, no era mas que un desfogue. No sentía el mínimo aprecio por la chica que lo llevaba hacia el cuarto del aseo. De hecho la odiaba. Como odiaba a los demás. Todos eran iguales. Aquellos que lo rechazaron y lo insultaron cuando era pobre y desaliñado ahora lo adoraban y lo aceptaban ya que era rico y atractivo. Años anteriores había hecho cualquier cosa para que lo aceptaran y ahora que se da cuenta que lo único que se requería es dinero y un estatuto en esa sociedad. Ahora lo poseía. Chicas que antes había querido lo miraban ahora. Se había acostado con la chica que una vez deseo. Fue su primera vez en realidad. Llevaba varios años sin sentir nada pensó que eso lo haría sentir vivo. Al principio pareció funcionar. El deseo surgió y fue placentero. Pero una vez que termino no sintió nada. Mas bien lo que sintió fue frió. Ella le parecía hipócrita y no era tan hermosa como había pensado. Se acostó con Rosalie y todas sus amigas que en un principio lo rechazaban. Con todas era lo mismo. El deseo, el placer y luego nada. La verdad para el era lo mismo acostarse con cualquiera. No entendía la manía que algunos hombres tenían como pechos y traseros grandes. Edward aceptaba que si tal vez excitaban mas pero al momento no importaba el tamaño ni nada. Al final solo se reducía al acto. Te corrías igual. Así que Tanya no le parecía mas sexy por mas que se agrandara los pechos. Pero igual se acostaba con ella. Porque podía y porque odiaba todo. Odiaba a la gente de Forks. Ella comenzó a acariciarlo por encima del pantalón. Se puso duro. Ella sonrió. Pero Edward sabía que se hubiese puesto duro para cualquier chica que lo hubiese acariciado. Comenzó a querer besarlo. Pero la aparto. No quería nada de juegos esta vez. No estaba de humor. Le subió la falda y se dio cuenta que no traía ropa interior. Ella sonrió como si con ese hecho tuviera algún poder sobre el. Lo enojó. Tanya era la mas insistente. El hecho que ella creía que pudiera manipular a cualquier chico del instituto con sexo lo asqueaba. La miro fríamente y comenzó a besarle el cuerpo como sabía que la encendería. Se convirtió en una táctica. Ella no era mas una mujer. Se distanció. Cuando logró excitarla bastante la dejó y se fue. Ella tenía que aprender que a él nadie lo manipularía. Para él. Tanya ni ninguna chica significaba algo. De hecho las odiaba. En realidad odiaba a todas las personas y a él mismo. Se sentía inmerso en el odio. Pero el supo que mentía al decir que ninguna chica significaba algo. En su mente apareció unos enormes ojos chocolates que lo miraban recordandole que si hubo y hay una chica que significa bastante para él.
Les gusto? Déjenme un review con su opinión :) Tengo algo escrito ya. Asi que voy actualizar pronto. Mucho mas si me dejan algún review. XD
