Advertencia: esté es un proyecto de mi loca imaginación, contiene lenguaje vulgar, escenas sexuales explicito, carácter de los personajes fuera de lo real, personajes de mi propia autoría y Crossover.

Descargo de responsabilidad: Todo personaje usado entes Fic a excepción de uno o dos no me pertenecen sino a sus respectivos dueños y/o compañía de distribución.

Espero les guste…

Sed

Capítulo 1

En el frio de invierno las calles, se vuelven más oscuras, los caminos más largo y los vientos más fríos. Las calles desoladas de invierno, traen consigo el suspenso, el frio que carcome, el miedo imaginario y los ruidos incipientes, el horror a algo inexistente.

El taconeo sobre el asfalto hacía eco en las calles desolada del gran Buenos Aires, los suspiros friolentos se escuchaban con más continuidad que antes y halo vapor de la calidez que se escapaba entre los finos labios se veían como una nubecita.

La joven pelinegra de unos 18 años, caminaba entre aquellas vacías, solitarias calles a deshoras de la noche de vuelta a casa, sus manos navegaban por todos sus brazos para darles una protección o calor a sus entumecidos miembros, sus dientes castañeaban siendo junto con el taconeo los únicos ruidos perceptibles. Un silencio mortal. Un silencio gratifícate. Un silencio terrorífico.

Apuro sus pasos con ansias a querer llegar, el bolso que llevaba cruzada chocaba en sus piernas entregando consigo otro ruido a la orquesta. Un súbito miedo se apodero de ella, sus corazón latía desmesuradamente sin comprender, sus ojos marrones se abrían en una alerta y una sensación que se instalaba en el pecho.

El miedo a la muerte se sentía.

Doblo en una esquina desconfiada y apuro sus pasos. Su pelo largo ondeaba fuertemente sobre su espalda mientras el bolso pegaba en sus piernas haciéndola trastabillar en ocasiones. Diviso a unas cuantas cuadras una estación de servicio y un halo de tranquilo comenzaba a surgir

Cruzo la cuadra siguiente confiada, suspirando un alivio… efímero.

Una mano grande salió de las sombras apoderándose de su brazo y tirándola con fuerza a la oscuridad. Trato de zafarse pero el pavor se apodero rehuyendo a las órdenes que le dictaba a su cuerpo y razón. El sujeto la estampo contra la pared del callejón.

–Ahora te tengo muñeca –una voz ronca se escuchaba. Unos cuantos pasos que se acercaban, se sentía en el lugar. Se acercó tambaleante a la joven acorralándola en la pared y con sus manos sucias y tosca tocaba su cuerpo, su aliento a cerveza rancia la apabullaba, cerca de su boca. El sujeto la beso con descaro, manoseándola.

La chica comenzó a chillar de miedo su cuerpo comenzó a sufrir espasmos y sus ojos marrones, llenos de lágrimas. Su corazón empezó a bombear con rapidez y sus oídos a sentir un zumbido.

La sensación de muerte volvía. Con ella su miedo tan atroz.

Junto de algún recóndito de ella, la fuerza y valentía, empujando al abusador fuertemente, comenzó a correr pero el jalón de su bolso la hiso detener haciéndola caer al piso, miro para atrás vio como la sujetaba para que no escapara, como pudo se liberó saliendo como podía a la entrada del callejón, la tenue luz de la calle se veía, y la esperanza de haberse salvado florecía.

Salió de la negrura, respirando hondo y agradeciendo al ser místico que la salvo. Corrió hasta verse segura y llegando a la estación de servicio, suspiro. A minoro la marcha y agradeció al ver un auto conocido para ella.

–Oh gracias a dios llegue… –tomo aire calmándose y miro sonriendo al joven. Acercándose –Nathan…

Él se voltio y todo se volvió oscuridad…

Abrió los ojos de a poco entornando su vista a lo que parecía era un piso. Lo miro por unos segundos vacilante, perdida sin darse cuenta. Parpadeo unas cuantas veces, reaccionando de golpe, movió su cuello dolorido y observo con cautela todo el lugar. Era grande y más allá de su posición estaba oscuro. En su mente las imágenes de la noche se visualizaron con un rollo de fotos, el miedo a lo desconocido surgía como el paso de un hombre. Sus pupilas danzaban con pánico.

–Nathan…–susurro al recordarlo– ¡Nathan! –grito mientras trataba de levantarse pero quedo en el intento. Observo con premura su cuerpo, chillo del asombro al verse que estaba atada en una silla. Empezó a temblar, no sabía dónde estaba ni menos porque estaba en ese estado, su llanto cedió al imaginarse su destino, que no estaba muy lejos de lo que pensaba –Nathan…–volvió a llamarlo entre sollozos temerosa de que algo le haya pasado a su compañero, ella lo había visto estaba segura.

Unos ruidos de pasos se sintieron y la luz artificial inundo todo el lugar encegueciéndola, el golpe de una copa se escuchó seguido de un arrastre de una mesa.

La sensación de muerte se percibía tenue.

–Por favor suéltame…–exclamaba en un intento de salvarse de algo que ella estaba segura –Por favor suéltame te lo ruego. Yo, yo, yo, no le hecho nada estoy segura, por favor, si, si quieres dinero te lo daré pero…

Unas estruendosas carcajadas llenas de maldad se escucharon detrás de ella, alguien se acercó, tirando la silla para atrás la sostuvo mirándola con diversión maligna. Sus ojos se abrieron desmesurados al ver quien se trataba.

–No digas estupideces mujer ¡Tú! ¿Darnos dinero? –Sonrío tan fríamente, asustándola –apenas tienes donde caerte muerta Lilith. No ofrezcas dinero que no posees.

–Nathan… ¿Qué haces? Si es una broma, es bastante buena me has asustado mucho. Por favor suéltame ¿Sí? Mis padres deben estar preocupados. Vamos –las lágrimas caían desesperada por su redondo rostro.

–Sabes si te voy a liberar –sonrío con una dulzura que le helo los hueso –chicos liberémosla. Así esta cómoda.

Dos chicos más se mostraron ante ellas reconociéndolos enseguida, Eddy y Navarro eran los mejores amigos de Nathan y compañeros de la universidad de ambos. Estudiaban distintas carreras pero todos se encontraban en el patio para el receso.

Nate dejo bien la silla mientras Navarro le desataba la mano. La repugnancia subió a la boca de su estómago al ver como Eddy le besaba de forma casta las piernas cuando la desataba. Chillo con fuerza y al verse liberada tomo una decisión que le costaría mucho.

La muerte estaba a su lado, lo sentía pero no se entregaría sin afrontarla.

Pateo la cara del moreno Eddy y salió corriendo a la puerta, lucho con el cerrojo hasta abrirla, suspiro sin sentimiento. Elena la novia de Nate se encontraba bloqueándole el paso.

– ¿A dónde crees que vas Lilith? –dijo tranquila la mujer rubia cuando la empujaba adentro del cuarto.

–Elena por favor dile a tu novio que termine esta bro…-chillo cuando sintió la picadura de cuan un mosquito fuera de una aguja en su hombro y el jalón de los pelos tiradola al piso.

–No te iras a ningún lado muñeca –habló Eddy con voz enfadada fricándose la cara del golpe – ¡dulei! Vamos ya quiero comenzar déjame enseñarla a esta zorra con quien no se debe meterse.

–Espera que aún falta gente a la fiesta…–sonreía abrazando a su chica por la cintura.

Lilith se quería levantar, quería hablar, quería huir pero por alguna extraña razón no podía, su cuerpo dejo de responderle, su vista se nublaba a ratos, su respiración agitada se volvió pausada, tranquila, su cuerpo cedió al piso e igual a su conciencia.

Voces se escuchaban, suspiros extraños se percibían, el dolor en todo su cuerpo comenzó a sentir con más fuerza. La joven abría los ojos despacio mientras un quejido de dolor se escapaba entre sus finos labios. Entorno la vista a un punto, el sollozo quedo se escuchó, comenzó a llorar mudamente mientras las lágrimas brotaban de sus ojos empapando la cara, su cuerpo temblaba como una hoja en plena tormenta. Deseo morir pero la muerte no la deseaba llevársela, no en ese instante.

La pobre joven estaba desnuda, maniatada a lo que era una barra cruzada en el techo, mientras Eddy y Navarro la violaban sin consideración, sin arrepentimientos, ambos entraban y salían de su cuerpo, mientras manoseaba, contaminaba su cuerpo con sus manos con sus alientos, los dos jadeaban complacidos en su oído mientras la penetraban con fuerza. Lejos se veían unos cuantos espectadores de la morbosidad, deleitándose, esperando sus turnos

Lilith cerró los ojos asqueados, derrotados, esperando que todo se acabe y con ello la muerte se la llevara.

Nathan miraba sonriente, orgulloso de lo que veía esperaba junto con su novia a que sus amigos acabaran, así poder seguir.

– ¿Acaso no lo disfrutas Lilith? Eddy y Navarro te están dando lo que a Ti en tu vida nunca te darán –la miraba con diversión maligna.

Ella solo lo miro con sus ojos perdidos, sin mostrar ninguna emoción, el miedo se había ido, la valentía la siguió, la resignación había ganado. Nate frunció el ceño al ver que no reaccionaba, que no lloraba; entro en cólera, se arrimó a ella con furia sacando de encima a sus amigos. Corto la soga que amarraba de sus manos y la dejo caer.

– ¡Vamos llora! –Le exclamo a gritos. – ¡Pide socorro! –La tomo de los pelos acercando su cara con la suya, arrodillándola. – ¡Suplica vamos! ¡Dime que te libere! ¡Dime que quieres volver con tu familia, vamos! –Ella solo lo miraba. – ¡grr…! –Gruño enojado, tirándola de cara al piso. Se desabrocho los pantalones y sin previo aviso se metió en su cavidad. La comenzó a penetrar bruscamente, tomándolo de los pechos apretándolos con fuerza mientras la traía hacia él. –Mira lo que te hago ¿he? Acaso te gusta ¿he? Qué te tome así –aumento su velocidad. –dime que me amas como sé que lo haces ¡vamos dilo!

Volteo su cabeza a mirarlo a los ojos, sonrío débilmente dejando caer su cuerpo que se sacudía a cada arremetida.

– ¡Maldita perra! –le dio la señal a los demás a que se acercaran, Nate se acomodó en una pose cómoda y dejando que Navarro penetrara en la otra cavidad, prosiguió. Eddy tomo la cabeza de ella metiendo su miembro completamente en la boca. Los tres la penetraron si consideración, sin lastima, sin arrepentimientos.

La violaron día y noche, sin descansó, intercambiando poses, haciéndolo individuales, grupales, en parejas, utilizaron cualquier elemento que se encontraba con ella hicieron el uso de su cuerpo como una muñeca de trapo, le consumieron hasta la última ápice de energía. Toda una fila de personas que ella conocía, que dijeron ser sus amigos, compañeros, la mujer a quien la había considerado una hermana hasta incluso la persona a quien había confiado su educación estaba ahí ultrajándola, lastimándola, matándola.

Lilith los contemplaba, miraba sus rostros cada expresión cada sonido de su voz, los suspiros, cada palabra que decían, cada forma de ultrajarla que tenía, cada risa, contemplo todo, guardo y repitió mentalmente sus nombres y apellidos. Hiso una lista de ellos y los observo, todo. Miro con desprecio y rencor a Nathan, el odio emanaba a cada segundo en su ser, una sensación de sed se apodero de ella y la caprichosa necesidad de vivir surgió, estaba dispuesta a todo con total de vivir y vengarse de ellos de cada uno en la forma correcta, más de aquel a quien había albergado algún sentimiento, del cual se había enamorado, de Nathan Drake.

Su cuerpo se desplomo sobre el frio suelo, completamente magullado, lastimado, sucio y sin fuerza. Su razón y su sed se diluían junto con cada latido de su corazón, su vida escapaban en cada exhalación necesitada. Sus labios temblaba, sus palabras se ahogaban su garganta y su cuerpo comenzó a tiritar.

–Nathan…–pronuncio bajito con repulsión. El hombre la miro con cierto interés –Nathan –volvió a pronunciar. Él se agacho, le corrió un mechón de pelo, observando su desfigurado rostro. Movió su cabeza y con fuerza le escupió el rostro, sonrió débilmente por su hazaña y se durmió.

La muerte se cansó de esperar. El juego ya había terminado. ¿Su vida también?

Nate se limpió el rostro con rabia, maldiciéndola. La levanto de los pelos manteniéndola en el aire, eufórico comenzándola a golpearle el vientre, la lleno de zurdazos limpios, descargando toda su ira en ella.

– ¡Drake basta! ¡Está muerta! ¡Para! –Elena se acercó tomándolo de los hombros tranquilizándolo. Hiso que la dejara en el piso, lo abrazo mirando a los demás –desháganse de ella. Háganlo bien, nadie debe de saber que Lilith Alborán pasó por aquí, ni menos todo lo que hicimos a esa pobretona pero háganlo ¡ya!

La envolvieron en unas sábanas, metiéndola en una bolsa la subieron en la cajuela del auto y salieron de la ciudad. Condujeron en silencio la ruta hasta que dio la noche, pararon en un descampado y haciendo una fosa común se deshicieron de ella. La enterraron, junto con ella las culpas, el horror, la maldad que unos pocos hombres poseían, la tierra cubrió toda huella, toda prueba que lo inculpaba, toda muestra de flagelos.

Subieron al auto acelerando de golpe, dejando atrás el vivido recuerdo de que alguna vez conocieron a una joven de 18años de pelo largo y negro como la noche, una joven que sonreía y amaba, que luchaba día a día para su familia, una chica ejemplar. Lilith Alboran.

"–Una vez que alguien ha rechazado la Fe, es imposible para él atravesar las puertas del cielo.

–…–silencio.

Entonces, sólo te preguntaré una vez: ¿Este es tu deseo para formar el contrato?

Es mi deseo. Quiero que lo cumplas"

Continuara…

Nota de Autor:

Buenos días, tarde o noche depende que momento lo hayan leído. Soy la autora de este humilde Fic y como todos le agradezco que lo hayan leído.

Como verán es solo una introducción a lo que sería la historia principal, sé que con los correr del tiempo se volverá confuso pero se los explicare en lo posible, siempre.

No les diré nada ni adelantare solo lo posible que actualizare la historia, cada semana.

Este es solo un proyecto, si veo que contengo éxito implementare la misma táctica en otras historias.

Kuroshitsuji –serie/manga creado por Yana Toboso.

Nathan Drake, Elena, Eddy Raja y Navarro (UNCHARTED) –es un juego de serie que le pertenece a Naughty Dog.

Aclaro ninguno de ellos me pertenecen sino a sus respectivos creadores, mi uso es meramente para divertirme. Esta historia es sin fin de lucro solo diversión…

Espero sus comentarios alguna duda mande PM.

B ye, bye.