Mi pirata & yo

Era un día nublado, parecía que el cielo estaba por definir una mala jugada, las nubes se empezaban a juntar para demostrar lo que llamamos "tormenta", me encontraba navegando junto a mi padre, además de nuestros acompañantes, el comodoro y su tripulación, viendo el mar agitándose ante el extraño barco que calmaba su paz, sintiendo la fresca brisa que el destino me mandaba, con tan solo 12 años de edad, disfrutaba de aquella magnifica escena que era perfecta para pintar en un cuadro y atesorarlo por años.

-Kagome- escuché la voz de mi padre pronunciar aquel nombre que, él y mi madre decidieron darme.

-¿Qué ocurre padre? ¿Hay algo que le incómoda? - pregunté sin dejar de observar aquel bello escenario

-¿Qué te parece la vista?- Colocando sus manos sobre mis delicados hombros

-Muy conmovedora-

-¿Estas lista para conocer Francia?- preguntó entusiasmado

-Más que lista padre- una sonrisa se dibuja en mi rostro

Sin embargo, así como esa sonrisa apareció se desvaneció, la voz de ese sujeto me hacía frustrar y más por las presiones de mis padres

-Gobernador Higurashi-

-Oh comodoro Hoyo, ¿sucede algo?- aleja sus manos de mis hombros y se dirige al comodoro

-Me gustaría hablar con usted sobre los términos del futuro de su hija kagome-

-Con mucho gusto… siendo usted un hombre joven de 22 años… siendo un gran oficial...-

Si como escuchan o "leen" mi padre el gobernador de Inglaterra, mi lugar de nacimiento, mi nombre Kagome Higurashi, hija única del gobernador y no nadamás eso, también estando comprometida con el comodoro Hoyo, con una diferencia de 10 años,-¿No es mi mucho verdad?- El comodoro es guapo pero para cuando yo cumpla la mayoría de edad, el ya no estará en tan buenas condiciones, en fin, no importa lo que yo piense, sigo siendo una pequeña mujercita sin autoridad, navegamos por las aguas para llegar a Francia, me encanta el mar, pero mi padre me prohíbe viajar sola, ya que una señorita como yo no es indicada para viajar con bárbaros, como el les dice, le he rogado tanto que muy apenas me ha dejado viajar con el…

-¿Le gusta el magnifico paisaje señorita Higurashi?- Alejándose mi padre y él aprovechando el momento para acercarse

-Es muy bello, hay cosas que nos faltan por apreciar y por conocer…. ¿No cree comodoro?- Dejo de ver el mar y lo miro fijamente a los ojos, de una manera ¿como decirlo? retándolo.

-Kagome, ¿que te e dicho sobre los modales? - Algo frustrado

-Oh padre, soy cortés-

-Hija mía deberías apreciar más a quienes están interesados en ti-

-Querido padre solo soy una niña de 12 años ¿Cómo enamorarme de alguien mayor que yo?-

-Por eso mismo, este viaje sirve para que se conozcan más- Sonriendo

Me alejé de ellos, me acerque al timón, era tan bello, si pudiera tomarlo y cambiar el rumbo, pero un gran estruendo se escucho y escuche a mi padre gritar junto a los demás.

-¡RÁPIDO¡ PREPARAR LOS CAÑONES¡- Gritaba el comodoro

-¡Kagome¡ ¡Kagome¡- Gritaba mi padre mientras corría a mi dirección

Yo sin inmutarme, quería observar más.

-Los peligros del mar- digo sin dejar de mostrar una gran sonrisa

Me aleje mas para que mi padre no me mandara al camarote a esconderme como una chica indefensa, ¿acaso seria posible verlos?, un barco muy cerca de nosotros con aquella bandera negra y con esa calavera que los identificaba…. Muchos sujetos con armas y con ropas extrañas…. ¿Seria posible?... si… eran ellos…. Los hombres de quienes las personas huyen… los hombres que roban las cosas importantes…. Aquellos hombres que siempre quise conocer…

-Pirata- dije en susurro

-¡AL FIN TE ENCUENTRO¡ - me carga y corre hacia los camarotes -¡Debemos escondernos¡

-¡No padre¡ bájeme¡ quiero verles¡- Gritaba y traba de zafarme de su agarre

-¡ES PELIGROSO¡ EL COMODORO ME ORDENO QUE NOS ESCONDIÉRAMOS¡- decía mi padre y en su rostro observaba el miedo nacer.

Observe detalladamente el barco, mientras mi padre me alejaba, note a un chico, pudiera decir que casi de mi edad y detrás de él, un sujeto de cabello plateado y ojos dorados, ¿ojos dorados? tal vez él era el capitán y ese niño seria algún familiar suyo ya que sus rasgos eran idénticos.

-Compórtate como una señorita y quédate aquí-

-Pero padre-

Me obligo a esconderme debajo de la cama para así él salir del camarote, cuando se marchó yo salí de ese maldito escondite, no podría salir de dicho lugar ya que los guardias estaban del otro lado de la puerta.

–Maldición-me dije para mis adentros

Vi una ventana era mi única salvación, me asomé y ví a ese sujeto de cabello plateado hablando con mi padre, ambos parecían molestos, el sujeto tomo una cuerda y salto hacia su barco, mi padre le grito a uno de los tripulantes y este bajó, yo decidí salir por la ventana para observar mejor, claro, sin que nadie me viera, entonces vi cuando el barco se alejó pero lo que llamo mi atención fue ver un bote muy pequeño que de igual manera se alejaba, logre ver a mi padre y al comodoro con una gran sonrisa, no comprendía hasta que la explosión alteró mi tranquilidad, y pasó, el otro barco estaba ardiendo en llamas, aquella vela negra de piratas estaba siendo consumida por el fuego, volví a mirar a los hombres y estaban contentos, mi padre y el comodoro, habían quemado ese barco.