"Esta historia participa en el juego de quidditch de enero de la Copa de la Casa 18/19".

Mi personaje: Angelina Johnson

Gracias a Miss Lefroy Faser por ser mi beta en este fic.

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En cuanto abrió los ojos supo que era un sueño, lo cual era extraño ya que por lo general no los tenía.

—Hola, Angelina.

Su mirada fue rápidamente hacia el lugar de donde venía esa voz inconfundible.

Ahí, sonriendo parado en medio de un campo, estaba Fred, vestido con su traje de Sortilegios Weasley, siempre tan extravagante.

—Parece que has visto un fantasma, ¿tan genial me veo?

Angelina sintió un pinchazo en el corazón y se acercó lo suficiente a él para enderezar esa corbata.

—Tú odiabas estas cosas.

—Bueno, es una ocasión especial. Además, no vas a negar que el color resalta mis ojos.

Ella soltó una risa al verlo batir sus pestañas como colegiala.

—Nunca había tenido un sueño como éste.

Fred le dedicó una deslumbrante sonrisa.

—Bueno, siempre me jacté de hacer lo mejor, ¿verdad?

—Eres un presumido.

Era un presumido.

La implicación de esa pequeña palabra los sumió en el silencio. Observó cada detalle del joven frente a ella. Un amigo irremplazable; le faltó tanto por vivir, tantos planes por realizar. El dolor aún seguía presente.

—Te fuiste demasiado pronto.

—Lo sé, la vida me jugó una broma de mal gusto.

—Eso no fue una broma, fue una puñalada directo al corazón…

No fue consciente del momento en que la primera lágrima resbaló por su mejilla; giró el rostro para que no la viera. ¡Ella siempre se jactó de ser fuerte, dura como roca! Mírenla ahora.

Las cosas habían estado difíciles en casa y más ahora que se acercaba el cumpleaños de George. Angelina sentía que no podía con todo, que se escapaba de sus manos, y la frustración a veces ganaba la batalla.

Fred la observó en silencio, con una sonrisa triste en sus labios. Se acercó a ella y la tomó del mentón para que sus miradas se encontraran.

—Lo has hecho mejor de lo que te imaginas, Angie. Y siempre estaré agradecido por ello.

—Siento que no es suficiente, odio no poder hacer más. A veces siento que lo pierdo.

—¡Hey! Vamos, sé que George puede ser un poco difícil pero ¿sabes? Pronto tendrás ayuda y él volverá a brillar.

Angelina observó con algo de alarma la pícara expresión que le dedicaba su viejo amigo.

—¿Qué?

—Todo va a mejorar, te lo juro. Quise ser el primero en felicitarte.

Le guiñó un ojo mientras limpiaba un par de lágrimas de su rostro.

—¿De qué hablas, Fred?

—Es un regalo de mi parte, aunque bueno… ustedes hicieron todo el trabajo.

Todo comenzó a ponerse borroso, aunque pudo escuchar una vez más su voz.

—¡Cierto! Hazle un favor a mi sobrina y tú elige su nombre.

Angelina despertó de golpe. Estaba en su cama con George a su lado. Instintivamente, bajó su mano a su vientre «¿será cierto?». Cerró los ojos sintiendo una dulce calma en el corazón.

—Siempre pude confiar en tu palabra, Fred. Si dices que todo estará bien, es porque así será.

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N/A: Hola de nuevo, y gracias por leer esta pequeña aportación. Al principio la idea era totalmente diferente ¡se los juro! Pero a veces me doy cuenta que me gusta cargar las cosas con sentimientos y la escena se me vino a la mente, cabe decir que es totalmente diferente a la otra idea en mi cabeza. Pero bueno, espero y les gustara aunque sea un poquito a mi me dejó con un buen sabor de boca, gracias por leer y ¡nos vemos la próxima!