Capítulo 1
Y ahí estaba él, entregando su matrícula de la escuela, en la más cursi, superficial y ególatra de las mismas; por mucho que se juró que no lo haría; pero era necesario, porque aparte de ser todo eso también era una de las mejores del país, y él, solamente él, había conseguido una beca. Se resignó y le entregó la matrícula a la recepcionista, una mujer bastante entrada en años, de cabellera larga y rubia, además de alborotada, sujetada por medio de una coleta; llevaba una gorra parecida a la de los conductores de tren y una chaqueta del mismo estilo por los hombros, y no sabía si eran cosas suyas, pero… ¿parecía ebria? Después de darle sobre en mano, la mujer le dio el horario, y la fecha y hora de la presentación.
- Aquí tiene señor Trafalgar *hip*, ¡ah! Y tome *hip* el carnet *hip* de estudiante *hip*.
- Gracias. "Confirmado, está borracha".
Salió del edificio, mientras se dirigía a su piso leía los papeles que le había entregado la mujer; tenía la presentación el día siguiente a las…
- ¡A las ocho! ¿¡Están locos!?
Tuvo suerte de que no hubiera nadie por la calle en ese momento, pues el grito que pegó hubiera asustado hasta al más sereno de los hombres. Lo único que se preguntaba en ese momento era "¿Para qué quieren que vayamos tan temprano?", entonces se percató de la letra pequeña que decía:
Después de la presentación, que transcurrirá de 8:00 a 9:00, se procederá a dar el horario y materias establecidas como una jornada normal de clases.
"Vaya, no sé que es peor" pensó mientras suspiraba pesadamente. Siguió su camino hasta llegar a un bloque de pisos, con fachada en tonos grises y balcones de barandillas metalizadas. Subió hasta el tercero y abrió la puerta que sostenía una C, ahí se encontraba su hogar, no muy grande y quizás para algunos un poco frío. Según entrabas se veía al fondo unas puertas correderas acristaladas que debían dar hacia uno de los balcones de la fachada principal; a la derecha y haciendo esquina había una pequeña cocina que parecía que en pocas ocasiones se había utilizado; la cocina estaba equipada con una pequeña barra que la separaba del comedor, constituido por una mesa de aluminio rectangular y seis sillas del mismo material, detrás de esto había una ventana, que a su vez estaba un poco más a la derecha de las puertas del balcón, entre este y la puerta principal se veían dos sofás grises uno enfrente del otro interponiéndose entre ellos una mesa acristalada. De espaldas al sofá de la izquierda (mirando desde la puerta principal) estaba su habitación, con cama de matrimonio, escritorio, armario y dos mesas de noche a ambos lados de la cama, además de una ventana encima del escritorio y otra sobre la cama. Al lado de esta se encontraba la puerta del baño, equipado con lo básico, lavamanos, inodoro y ducha.
Se sentó en uno de los sofás y empezó a darle vueltas a la cabeza… tenía muchas preguntas; ¿por qué darle la beca a alguien como él? No era el gran estudiante aunque sacara buenas notas; no era obediente, ni mucho menos el estudiante modelo; pero bueno ya no había vuelta atrás, mañana era su primer día. Además no era momento para ponerse otra ves a pensar en ello ya lo había hecho durante todo el verano antes de entregar la matrícula, sólo por ser becado le habían dado tres meses para pensárselo y lo entendía, pues tuvo que renunciar a mucho.
Se despertó con el sonido de un molesto despertador. Durante aproximadamente 5 minutos se debatió entre levantarse o pasar completamente del primer día de clase. Después de hacer su larga lista de pros y contras mentales, quedando empatados no le quedó otro remedio que asistir. Antes de salir se miró al espejo de la entrada, ahora sí que parecía un niño rico, pantalones negros con la raya planchada, camisa blanca de botones, suéter azul oscuro con el emblema de la escuela y zapatos negros.
- Me pegaría una paliza- suspiró.
No le gustaba nada, así que para endulzar un poco el uniforme se fijó a la cabeza su gorra favorita, de terciopelo blanco y pintitas negras.
De camino al instituto vio que delante de él caminaba un muchacho más o menos de su edad, con un extraño color de pelo parecido al de un alga; llevaba el mismo uniforme. Mantuvo la distancia, la verdad es que no le apetecía hablar con nadie y mucho menos conocer a una persona nueva, pero no tardó mucho en volverse a fijar en dicho personaje, pues le sobresaltó un grito:
- ¡Zoro! ¡Oi, Zoro!- el peli verde se volvió, nuestro protagonista lo miró para luego sentir como alguien pasaba corriendo por su lado.
- Hey Luffy donde te metiste venías detrás y ya no estabas…- había dejado de mirarle fijamente ahora fijaba su mirada en el chico que había gritado.
- ¿Pero es que no te has dado cuenta de que por aquí no es por donde venimos al instituto?- lo miró el pelinegro con cara entre feliz y cansada.
- Ah… ¿No?
- No.- dijo con cansancio en la vos.- Pero bueno… por aquí también se puede ir ¡Vamos!- exclamó feliz y con una amplia sonrisa.
El chico que había llamado al otro también vestía el uniforme, aunque llevaba los pantalones remangados casi hasta las rodillas y portaba un sombrero de paja y… ¡unas chanclas! "Bueno, al menos, yo no soy el que va a llamar la atención".
Por fin llegó a la entrada del instituto que tenía como nombre "New World High School". Leyó el cartel de la entrada que decía:
Presentación en el gimnasio norte.
- "¿Gimnasio norte? ¿¡Es que hay más de uno!?"- suspiró.- "¿Y dónde se supone que está?"- Entonces se oyó un grito.
- ¡Vamos Drake que ya llegamos tarde y quiero coger uno de los últimos asientos!- Esto lo gritó una chica de cabello largo, lacio y… ¿rosa?
- Ya voy Bonney…- dijo con pesadez.
Este último tenía el pelo anaranjado y una cicatriz en forma de "X" en el mentón. Decidió seguirlos. Lo más probable es que también fueran al gimnasio norte; mientras lo hacía se fijaba en las personas que lo rodeaban… "Aquí todo dios se viste como le da la gana".
Todas las chicas vestían con faldas, unas más largas otras más cortas, pero le parecía extraño que la chica a la que seguía no la llevara; en vez de eso tenía puesto unos shorts del mismo color que el pantalón del uniforme masculino y las mangas de la camisa estaban remangadas hasta los hombros, para rematar el conjunto llevaba puesto un sombrero ruso de color verde esmeralda.
Por fin llegaron al gimnasio, era descomunal. Vio un tablón de anuncios en el cual ponía el número de la fila donde tenían que sentarse, a la clase a la que pertenecía le tocaba las dos filas que iban antes de las últimas, donde se sentaba 2º de Bachiller. Ya era la hora de que comenzara la ceremonia, así que entró, buscó la última de las dos filas que le correspondían a su clase y se sentó en el último asiento libre, se encontraba al lado del pasillo. Se fijó en que al chico que se encontraba a su lado no le pararon de temblar las piernas durante toda la presentación.
Fue un tostón, y abrió la ceremonia el director, llamado Sengoku, un tipo con una trenza en la barba y una gorra blanca en la que ponía "MARINE", además portaba en la parte superior de la gorra una gaviota. "Si es que es normal que la gente se vista como le venga en gana, con semejante director…". Después habló el subdirector, un hombre más o menos de la misma edad que el director, en cambio este tenía el pelo totalmente blanco y largo recogido con una coleta y una cicatriz en el ojo derecho. Aparte de estos dos había en total tres personas más, y suponía que tendrían que ser el jefe de estudios, el secretario y la orientadora, y así era.
Ya terminada la reunión vio como los alumnos se levantaban y se disponían a ir despejando el gimnasio progresivamente. Los que suponía que eran sus nuevos compañeros ya se habían levantado y hecho un corrillo al lado de las dos filas donde antes habían estado sentados. Allí también se encontraban los dos chicos que había visto en la mañana.
- Oi, Luffy, ese chico me da mala espina- dijo un chico de nariz larga el cual era el que había estado sentado al lado de nuestro protagonista.- Creo que me va a dar la enfermedad de Silomirodirectamentemedaelyuyu.
- Tranquilo Ussop, seguro que es buena gente SHISHISHISHI.
- Hola chicos- dijo un hombre de cabellos pelirrojos y extraña cicatriz triple en el ojo izquierdo-Ya sabéis que este año seré vuestro tutor ¿no?- dijo el hombre con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿¡En serio!?- dijo Luffy saltando a sus brazos y colgándose como un monito entusiasmado.
- Además tenemos un compañero nuevo este año- dijo esto acercándose por la espalda a nuestro protagonista y dándole una buena sonrisa, sin percatarse de que todavía tenía al monito colgado del cuello y la cintura.
- Hey…-dijo con indiferencia "que gente más rara".
- ¡Hola! Soy Luffy ¿y tú?- dijo el pelinegro descolgándose de su improvisada rama y acercándose a Law.
- Law, Trafalgar Law.
