Éste es mi primer fic con una pareja que siempre me gustó y que a pesar de ser simples personajes secundarios, les dí su propio protagonismo aqui.

No soy dueña de ningún personaje que esté involucrado aqui, ¡Qué más quisiera yo!; todas son locuras mías plasmadas en "papel". Espero lo disfruten. Primer capítulo dedicado a mi linda Rom: ¿lo que nos obligan a hacer ellas, no crees?


Definitivamente cómo cambiaba todo. Eso lo llevaba pensando desde muchísimo tiempo atrás, mucho; antes de que me encontrara sumergida en recuerdos, antes siquiera de entrar a Hogwarts. Ah, pero cómo dolían, se arremolinaban en mi mente como queriéndome decir que era mala idea enterrarlos, como si de un tesoro se trataran, un tesoro que ahora estaba contemplando con cierta amargura y pesadez. Un tesoro que enterraba en lo más profundo de mi ser para que pudiera seguir siempre hacia adelante , sin voltear atrás, como la astuta e inteligente alumna de Hogwarts, como la bella y admirada chica de Slytherin tanto por hombres como por mujeres de cualquier casa incluyendo a la que pertenecía, como la siempre elegante y orgullosa Daphne Greengrass.

Sin embargo, el destino forjado por muchos que ambicionaban poder y riquezas afectó al que yo tan decidida comenzaba apenas a considerar, ni tiempo hubo para decisiones, sólo se podía en mi mundo luchar en la adversidad para, por lo menos, sobrevivir.

Extrañaba enteramente ser una niña y acurrucarme en los brazos de mis padres cuando llegaban, aquellos brazos que ahora nunca volvería a sentir. Ni siquiera con 22 años de edad podía luchar contra la terrible pérdida de ellos en la Batalla Final, donde ganó Potter y compañía. Ahí, en esa época, todo por lo que creí vivir, todo el mundo que construí tantas veces en mi mente, se esfumó sin siquiera comenzar a proyectarse en la realidad; la vida de mis padres les fue arrebatada, apagada como una vela con el soplo del viento. Al menos su muerte salvó a mi hermana y a mí de convertirnos en "aprendices" y futuras asesinas para las filas de Tom Riddle; habían muerto por proteger a su familia, por asegurar el menor sufrimiento a sus dos hijas, para compensar todo el amor que nos tenían y que poco llegaban a mostrar por sus innumerables viajes de negocios.

Recuerdo bien esa noche, yo contaba con 15 años y Astoria con 13. El señor Malfoy había aparecido aquella vez algo apresurado y tenso en la chimenea del recibidor de la mansión Greengrass. Cuando mis padres lo vieron, supieron que no eran buenas noticias. El rostro del señor Malfoy mostraba que los días de oscuridad habían vuelto, puesto que ya no sólo estaban en peligro los jóvenes varones sangre-pura. Ya que el "Lord" había regresado, quería reclutar a más sangres-puras para sus filas, considerando ahora a las familias que no había considerado antes pues la última vez era tan "poderoso" que según él no requería de más. Mis padres sabían a qué se refería, había mandado a uno de sus "fieles" seguidores porque quería a sus dos únicas hijas para entrenarlas y utilizarlas como peones más en su gran juego. Y a pesar de que el señor Malfoy no había podido detener la iniciación de su único heredero por el simple hecho de que su vida y la de su familia dependía de ello, no quería, y aún me sorprende un poco eso, que sus más allegados, y posiblemente únicos, amigos vivieran el infierno personal que él compartía con su esposa, por lo que intentaron buscar una vía de escape juntos, haciendo que la amistad no sólo se volviera a forjar ya que mis padres habían cortado relación con ellos desde que Lucius se había vuelto mortífago sino que se acentuó y fortaleció, creciendo más que la amistad que tanto mi padre como él llegaron a tener desde sus tiempos en Hogwarts .

Mi padre jamás fue seguidor del "Lord", para él era ridículo que un mestizo infundara temor y un liderazgo que jamás mereció por el simple hecho de no ser sangre pura, y aunque el exterminio de muggles no estaba en sus ideales, creía que la sangre pura era de suma importancia en la línea familiar; no odiaba a los muggles pero tampoco mostraba aprecio por ellos, como los Weasleys, simplemente no le importaba en absoluto.

Por mucho tiempo creí que a nuestros padres les dábamos igual, siempre estaban de viaje por asuntos de negocios que ayudaran a incrementar la ya exagerada cantidad de dinero que nuestra familia poseía. Astoria y yo fuimos cuidadas la mayor parte del tiempo por nuestros elfos domésticos personales y conforme fui creciendo, me hacía cargo de mi hermana menor.

Mi padre, bastante diestro en las maldiciones, encantamientos y magia oscura, que nunca supe si llegaba a ocupar antes de que todo comenzara, fue el profesor personal perfecto para mi hermana y yo; y mi madre, una bruja excepcional con talento natural para la realización de pociones, era nuestra tutora mientras entrábamos a Hogwarts; sin embargo fue lo único que hasta ese tiempo habíamos obtenido; nos trataban como alumnas y no como hijas las veces que podían dedicarse a mi hermana y a mí, sus ausencias estaban llenas por costosos regalos que tenían abarrotadas varias habitaciones de la mansión. Y sólo hasta esa tarde pude ver lo tanto que nuestros padres nos amaban. Ellos ofrecieron sus servicios al "Lord" a cambio de dejar que nosotras "creciéramos y aprendiéramos" lo suficiente; a ese mestizo le convenía porque mis padres eran bastante buenos en la magia de cualquier tipo y si ellos se habían encargado y se encargarían más de nuestra educación personal con la magia oscura, seríamos igual de hábiles que ellos: el plazo, 3 años para ambas.

Ese fue el primer derrumbe personal que noté de mi vida.


Algo corto, lo sé... espero publicar seguido para compensar eso n.n ¿Reviews? no sean tan crueles, soy novata en esto.