Disclaimer: Bleach es propiedad de Tite Kubo, nada más que agregar.
Advertencia: Algo de Ooc, y cursi.
Pareja: Ichigo x Orihime.
Sobre citas y mal entendidos
A pesar de haber imaginado ese momento en muchas ocasiones, Orihime no se sentía preparada. Se había probado la mitad de sus vestidos para finalmente decidirse por el primero que encontró, uno sencillo que Ishida le había regalado en su anterior cumpleaños y uno de los primeros que había tomado.
Su mirada se posó sobre el reloj de la pared, faltaban diez minutos para las tres, hora en la que Ichigo Kurosaki pasaría por ella. Tan nerviosa estaba que se permitió divagar ¿pasaría a recogerla en una carroza? ¿Llevaría flores? ¿La besaría? ¿Participarían en una carrera de macotas de videojuegos? Sus mejillas se tiñeron de rojo recordando un antiguo sueño.
El timbre sonó y ella abrió la puerta inmediatamente, Ichigo estaba al otro lado, llevaba un traje negro y la corbata medio atada. Estaba apoyado sobre el marco con una sonrisa coqueta en su rostro.
— ¿Nos vamos? — preguntó a la vez que le extendía el brazo.
Ella lo tomó y se dirigió a la salida. Se aseguró de cerrar el departamento, Tatsuki solía decirle que debía ser más cuidadosa y desconfiada. Estando junto a Ichigo se sentía segura y eso era todo lo que le importaba en ese momento.
Se dirigieron al parque donde encontraron una competencia de caracoles, no pudo evitar dar saltos emocionada, siempre había querido ver una. Desde donde estaba pudo ver a Chappy con varias rosas. No tardó en llegar hasta su lado.
— ¿Le comprarías una rosa a tu linda novia?
Antes de que Orihime pudiera contradecir al conejo, Ichigo había comprado una rosa. Era la primera vez que le hacían un regalo como ese, realmente se sentía alagada.
—Kurosaki, hay algo que siempre he querido pedirle —comentó Orihime mientras jugaba con sus dedos pues buscaba las palabras perfectas para expresar ese deseo.
—Puedes decirlo con confianza —la animó Ichigo mientras acariciaba su rostro.
—Yo, quisiera que me llamaras por mi nombre.
—Solo si tú también lo haces, Orihime.
El timbre sonó y Orihime supo que se había quedado dormida. Del susto se calló del sillón y se golpeó la cabeza. Unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas, solía pasarle cuando soñaba con el joven Kurosaki.
Abrió la puerta y allí estaba Ichigo pero a diferencia de su sueño no llevaba un traje, vestía una camiseta deportiva con un quince estampado y unos jeans desgastados. Ese aspecto rebelde lo hacía ver tan atractivo.
— ¿Nos vamos? Ishida, Chad y Tatsuki nos esperan para terminar la tarea.
En ese momento Orihime lo recordó, si habían acordado reunirse era para terminar la tarea de historia. Se sintió desilusionada, otra vez había creado toda una fantasía en torno a Ichigo Kurosaki para luego decepcionarse.
—Cuando terminemos podemos ir por unos helados, yo invito —agregó Ichigo a la vez que se señalaba con su mano. Por un minuto a Orihime le pareció ver una de las miradas coquetas con las que había soñado tantas veces pero temía equivocarse nuevamente —. También podemos ir al cine, el viejo dice que es el mejor lugar para una cita.
Notas autora:
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