One shot de Candy y Terry (los personajes no son míos)
TERRY POV
— Hubiera sido mejor no conocerte Candy... — ahora estoy parado en la ventana, mis lagrimas amenazan con salir, pero no, así ella lo decidió y así será...
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Recargado en la puerta de la alcoba de Susana. Contemplando y tocando el instrumento que "ella" me regalo en aquellos hermosos días en el colegio San Pablo. Hace ya tanto que Candy se fue, y como es de esperarse no he podido olvidarla. Me fui y regresé. — He tratado de querer a Susana pero no puedo...— !Maldita sea, Candy! ¿porque hiciste que cambiara, si tu no ibas a ser quien estuviera siempre a mi lado?, ¿porque hiciste que te quisiera tanto si me ibas a abandonar?.. No, fui yo quien me enamore de ella por su forma de ser. Tarzán pecosa — siempre te voy a amar Candy.
(al otro lado del cuarto estaba Susana, atenta a la melodiosa música triste de la armónica de Terry, llorando por las palabras y la melancolía de "su amado").
SUSANA POV
—¿Porque Candy? !¿porque no puede olvidarte?! — ¿que tiene de especial esa chiquilla que no puede dejarla ir? Frente a mí se encuentra un Crsto, y un jarro lleno de rosas rojas, el aire entra por la ventana y deja caer los petalos de una de ellas, una sola. Vagamente a mi recuerdo se vino el día en que esa rubia me salvó la vida
"—!Por favor Susana!, !no te quites la vida! — me salvó sabiendo que si yo vivía tendría que separarse de él."
— ¿Porque señor, por que?!, que es lo que quieres que yo vea si... !lo amo!, !lo amo!, ¡no es justo! Ella es rica, tiene familia y amigos que la quieren y yo... — como si escuchara mi lamento puse atención y escuche a Terry decir:
—Dios, nunca... yo nunca acudo a ti. Pero por favor, hazla feliz... yo se que ella es fuerte, pero ya ha sufrido bastante — un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al escuchar su voz entrecortada — yo... yo sufría por cosas de "poca" importancia, pero ella creció siendo huérfana, murió su amigo y amado Anthony, sufría con el maltrato de los Leagan, y en cima yo...Por favor no la dejes más sufrir. — Mis ojos no se mueven. Por mucho que lo intente, no puedo dejar de llorar, sigo contemplando las rosas rojas que Terry me sigue mandando por...lastima — !no!, no se lo voy a dejar.
CANDY POV (2 meses después de la despedida en las escaleras)
— ¡Candy!, ¡Candy! — Annie ya llevaba horas hablándome, pero estoy perdida. Ni siquiera sé lo que me ha estado platicando.
— ¿Que sucede Annie?
— ¿En que piensas Candy? — moví mi cabeza negando — siento mucho lo de tú y Terry. Y creo que no fue bueno de mi parte haberte enseñado ese diario en que estaba con ella.
— No le tomes tanta importancia Annie — sonrío, o eso es lo que intento. "No le tomes tanta importancia", jamás había sido tan hipócrita. Le digo que estoy bien cuando en realidad tengo un nudo en la garganta que no me deja llorar, no me deja respirar, no me deja gritarle a Terry que no se quede con ella, que lo amo. Al muchacho rebelde lo amo.
— ¿Segura Candy?
— Segura Annie — cada día siento más difícil el no tenerlo cerca, no quiero estar lejos de él ¡no quiero! Pero si así es como debe ser... entonces lo entiendo. Pobre Annie, ¿que no te das cuenta que la sonrisa es la mejor mascara para esconder el llanto? — Estoy bien.
— Te comprendo si no quieres hablar de ello. !Mira ahí viene Archie! — se levanta de su silla en el café donde de vez en cuando venimos a charlar. Le hizo señas para que nos viera y al parecer Archie llegó corriendo pues detrás de mi se le escucha agitado.
— ¿Que te sucede Archie? — el muchacho elegante se puso pálido y me miró fijamente con una carta en la mano.
— Mira Candy, es una carta de Susana — parecía como si me hubieran encajado varias espinas en el corazón o peor aun, como si tuviera que enfrentarme nuevamente a aquella nuestra despedida. Al parecer mi rostro perdió su total color que, a decir verdad, no ha tenido el tono rosado normal, en su lugar he portado un rosa pálido y sin vida causado por las perdidas que he presentado en los últimos días: Terry, Estear y por poco Albert también.
—De... ¿de Susana? — asintió — ¿que es lo que querrá de mi?
— No tienes que leerla si no quieres Candy.
— No te preocupes, no tengo nada que perder — y es cierto, ya casi todo lo he perdido. Pero ahora que estoy tratando de olvidar, viene a invadirme con su recuerdo. Después de quedarme observando la dichosa carta por fin tomé una decisión — la abriré. Pero en mi casa. Me retiro. — Quise dejar mi dinero para pagar la cuenta pero Archie se negó. Llegué lo mas rápido que pude al departamento que antes compartía con Albert y que me dejó conservar para seguir con mi trabajo de medicina.
Por fin me senté en un sofá, abrí la carta y solo contenía con unas pocas y simples palabras. Mas bien Archie se equivocó, esto no es una carta, es un telegrama.
"""Candy por favor, veámonos en el parque central a las 6.00. Te lo ruego, no faltes"
Atte. Susana Marllow""
—!Oh, Susana!, cómo me estás haciendo sufrir — apreté la carta contra mi pecho — ¿a caso vendrá a decirme que es feliz con Terry y me agradece por habérselo dejado?, ¿vendrá a decirme cuando van a casarse? — ¡no, no pienso ir! — Y sin embargo, la carta dice "te lo ruego, no faltes".
Pasan las horas como tortuga o corre-caminos, pero no puedo quedarme sentada, apenas faltan unos minutos para las 6 y no se si deba ir o no. — bueno, iré. que mas puedo perder.
Llegue al parque central, y eso me di cuenta porque el chofer casi me grito pues me quedé inmóvil. Salí del taxi, sin dejar de ver hacia la misma dirección. A lo lejos, estaba Susana en su silla de ruedas, y por suerte está solo con su doncella. (¿o a caso quería ver a Terry con ella?). Me acerque, mis pies me temblaban, y el corazón me golpeaba como un marro. Fingí una débil sonrisa, no podía hacer más.
— Hola... Susana — hasta su nombre me es casi imposible de pronunciar. ¿Pero acaso me estaré convirtiendo en una Elisa?. Este pequeño chascarrito de mis pensamientos me hizo recobrar la compostura.
— Hola Candy — sus ojos no son los mismos que en aquel día de invierno.— ¿quieres dar un paseo mientras hablamos?— me limité a asentir —Candy yo... — al parecer estaba igual de nerviosa.
— ¿Si?
— Quiero contarte lo que en estos meses ha sucedido — lo sabía, no debí venir. Pero ya que más hago, es demasiado tarde. — Pero no es lo que te imaginas... — ¿a no?
— ¿Entonces? — me empezó a contar lo que había sucedido después de que me fui, de que nos despedimos, de que terry se fue y regresó. Por los periódicos me había enterado ya de eso.
— ...Pero hasta hace unas semanas, lo escuche llorar — llorar, ¿Terry llorando?, !Oh! me parte el alma saber que mi amado Tedius ha llorado — Siempre supe que nunca te olvidó y sin embargo, yo seguía insistiendo en ganar su amor. Pero esa noche ...
""""" —Dios, nunca... yo nunca acudo a ti. Pero por favor, hazla feliz... yo se que ella es fuerte pero ya ha sufrido mucho... yo... yo sufría por cosas de "poca" importancia, pero ella. Sufrió siendo huérfana, murió su amigo y amado Anthony, sufría con los Leagan, y en cima yo...Por favor ya no la dejes sufrir. """""
—Tu fuiste capaz de abrirle el corazón que tenía cerrado, fuiste capaz de amarlo con sus defectos. Y sin embargo cuando yo lo conocí ya no era más aquel muchacho rebelde que tu conociste. Yo lo amé porque es un caballero. Pero tu... tu lo amaste con sus defectos y sus virtudes; con su ira y su dulzura; con su bondad y su rebeldía. Pero aún así... no quise dejártelo. Soy egoísta porque te quité la felicidad — ¿a caso estaba en lo cierto y me viene a invitar a su boda? — Pero no te alteres Candy, no vine por lo que tu crees... esa misma noche ocurrió algo glorioso.
"""""— mis ojos no se mueven, echa un mar de lagrimas sigo contemplando las rosas rojas que Terry me sigue mandando por...lastima — !no!, no se lo voy a lo abandonó fue porque no lo quería tanto — las ventanas cerradas se abrieron de par en par.— Pero que frío tan espeluznante . La Jarra con las rosas cayó al suelo, parece que Terry se durmió porque no despertó. Pero que es esto ? — Detrás de la jarra con rosas estaba la biblia y se abrió en una pagina con este verso
"No tiene sentido el que todos tengan la misma suerte; el justo y el malo, el hombre puro y el que no lo es, el que ofrece sacrificios y el que no los ofrece, el que jura y el que teme hacerlo. Ahí está todo lo malo en todo lo que se hace bajo el sol: que todos corren la misma suerte; es por eso que los hijos de Adán están llenos de ideas malvadas y sus pensamientos se descarrilan a lo largo de toda su vida esperando acabar entre los muertos. Pues mientras uno se encuentra entre los vivos se siente seguro "Perro vivo vale más que león muerto" Los vivos saben que morirán, los muertos nada saben. No tienen nada que esperar, son sólo un recuerdo olvidado. Pudieron amar, odiar, tener ambiciones: todo se perdió y nunca más tomarán parte de todo lo que se hace bajo el sol."
"16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvado por él."
—Fue, como una revelación, no me mires con esos ojos Candy — la miré algo desconsertada, no entiendo nada de lo que me quiere decir — no estoy loca pero... comprendí que amaste tanto a Terry, que lo dejaste libre, lo dejaste para que me salvara. No lo estoy comparando con Dios pero... tu amor por él es tan puro, tan noble, tan desinteresado y tan grande que no me atrevo a competir contra eso, no puedo competir contra ti — con la mano me indicó hacia el kiosco del jardín, y ahí estaba él... tan elegante y buen mozo, tan bello como un mismo ángel que ha bajado del cielo, vestido de blanco como aquella vez en Escocia. Como siempre con su porte galante, recargado en un poste del mismo kiosco y en las manos llevando un ramo de rosas — no quiero ser mala Candy, no quiero ser condenada. Terry es y será siempre tuyo.
TERRY POV
Ahí estaba ella, como lo prometió Susana, a pesar de insistirle en que no sería un buen plan. Con el tiempo que tuvimos, las doncellas y yo arreglamos el kiosco con un arco de rosas rojas. Y yo, compré un ramo solo para ella. Que hermosa se ve. Sus ojos verde esmeralda lucen tan tristes y sorprendidos parece que han llorado, extiendo mi mano para que suba conmigo. Atrás de ella, vienen Archie y Annie que no paran de llorar pues fueron también nuestros cómplices. Candy no sabe si acercarse o echarse a correr y Susana le da un empujoncito para que alcance mi mano. Ella me sostiene y siento como si toda mi vida hubiera estado destinada para estar viviendo este momento, tan solo para tenerla entre mis manos. No dejo pasar ni un solo segundo más y atraigo su rostro al mío, aliviado de tener su frente junto a la mía.
—¿Que está pasando Terry?
—Mi Tarzán pecosa, ¿que no lo ves? — me hinco y le ofrezco un botón de rosa roja que llevaba conmigo — ábrelo.
— ¿Que es... !Oh! — sus manos tiemblan, y sus hermosos ojos comienzan a verter lágrimas de felicidad al ver mi anillo de compromiso.
— ¿Te casas conmigo Tarzán pecosa ? — apenas pronuncié palabra, ella asintió emocionada y me echo las manos al cuello
— Si Terry, si, si, si. — tapó sus ojos con sus preciosas manos blancas tan puras como ella.
(Terry la tomó de las mejillas con dulzura. Se quedó unos momentos observando cada detalle en su rostro, haciendo eterno el instante en que contemplaba los ojos de su amada. Candý parecía que vivía dentro de un sueño, del cual jamás quería despertar. Ahí estaba con él, con ese atractivo muchacho que le robó el corazón, ahí estaba ella con su único y más grande amor: Tedius Granchester. El chico rebelde acercó lentamente para besarla, como cuidando de no profanar nuevamente aquellos dulces labios que tocó una vez. Fue Candy terminó con aquella larga espera, cerró la poca distancia que les quedaba y besó a Terry. Esta vez ambos correspondieron aquella muestra de cariño diferente de aquel día en Escocia, con un sentimiento lleno de la ternura que se habían estado guardando para el momento que volvieran a reencontrarse, aunque jamás imaginaron que así pasaría. Terry la abrazaba cada vez más fuerte y pronunciaba más aquel beso que se prolongó tanto como su separación.
Los presentes lloraban al contemplar la escena, pues todos sabían el dolor por el que habían pasado estos amantes al encontrarse separados. En un momento en el que sopló fuerte el viento, se escuchó un sutil suspiro, el cual a pesar de eso fue percibido por todos menos por Candy y Terry).
— ¿Que fue eso?— Preguntó un tanto asustada Annie.
Susana seguía conmovida viendo la emotiva escena con una sonrisa encantadora. Ella quien por fin supo que se sentía plena y completamente feliz, contestó — fue el suspiro, del amor de una rosa.
FIN
