Cuenta la leyenda, que siendo Zeus el dios máximo del Olimpo, le encargó a Pandora una caja misteriosa y le ordenó a no abrirla nunca; sin embargo los celos y curiosidad de los demás dioses fue tal, que terminaron abriéndola y de la misma escaparon todos los males del mundo. Sin embargo Pandora logró cerrarla, cautivando dentro de la misma a la esperanza. Y desde ese entonces nació la frase "la esperanza es lo último que se pierde" ya que fue Pandora quien logró atraparla, evitando que se escape; siendo aquello lo que motiva a los humanos a seguir adelante sin importar lo que pase.
¿Cuánto se puede amar y cuanto se puede soportar?
Mientras la esperanza exista dentro de uno, quizá mucho y por mucho tiempo, pero en cuanto la esperanza es derrotada ¿Qué queda?... ¿nada?
Esta es una historia de amor, traición y esperanza, la cual definirá que tan poderosa puede ser esta virtud y que tanto puede llegar a motivar a un corazón roto a luchar por ser sanado.
Mientras la caja de Pandora esté cerrada, la esperanza prevalecerá, pero si esta es abierta, ya no habrá nada por lo cual luchar o esperar.
Cap. 1
Enamoramiento
El primer amor llega como un torbellino, cargado de sorpresas y sin saber cuál será el rumbo que tomará.
Lo conocí durante una reunión en casa de mi prima, y me enamoré de él casi de inmediato. Para ser sincera me hubiese lanzado a sus brazos en los primeros 5 minutos de haberlo conocido, pero sino lo hice, fue porqué noté que tenía novia.
Pero la historia recién empezó aquella noche, ya que luego de un par de meses supe por mi prima que aquel muchacho había terminado con su novia; y luego durante una fiesta en la que coincidimos, logré acercármele y la chispa entre los dos se dio.
Fue mágico, fue esplendido, fue como lo había soñado. Bailamos, nos miramos fijamente y luego sucedió. Nos dimos nuestro primer beso como pareja.
Sí, sí, todo fue felicidad el primer año… pero… uhm… luego de un tiempo la relación se fue enfriando y se transformó en monotonía. No sé cómo, ni en qué momento se volvió aburrido verlo todos los días y sólo dedicarnos a ver t.v o hablar de cualquier bobada.
Sentí que la pasión y el fuego que nos abrumaba los primeros meses, había desaparecido.
En más de una ocasión decidimos darnos un "tiempo" y fue justo durante ese receso que lo conocí. Conocí a aquel muchacho de mirada hélida y dorada, quien me robaría el corazón; sin saberlo, en ese momento y… para siempre.
Era una calurosa noche de verano y me encontraba en casa de mi mejor amiga Sango.
No estábamos haciendo nada en especial, solo rompiéndonos los tímpanos mutuamente, intentando hacer karaoke. Cuando de pronto uno de sus ¡muchos amigos! La invitó a una reunión casual.
Obvio me jaló con ella e inocentemente acepté ¡¿para que acepte?! De haber sabido que aquella noche mi vida daría un vuelco de 180º me hubiera quedado en su casa o me hubiese devuelto a la mía.
Apenas y caminamos unas pocas calles y llegamos a casa de su amigo Jakotsu, el cual aparentaba ser guey, pero en realidad estaba loquito por ella.
En cuanto llegamos, el alegre muchacho nos recibió muy animado y nos retó sin tapujos a una ronda de copas de ron. La idea era embriagarnos o poner a prueba nuestra tolerancia al alcohol. No me había ganado el apodo de vikinga por nada, por lo que gustosa acepté el reto; pero como era de esperarse mi amiga Sango cayó ante la primera ronda, por lo cual sólo quedamos en pie Jakotsu y yo, y vaya que era tolerante aquel majadero muchacho, yo le daba uno tras otro a los vasos de ron y al quinto ya no me acordaba ni como me llamaba; mientras que él se acabó una botella solo y seguía en pie.
Jakotsu: creo que ya es tarde y deberían irse a casa
Sango: yo… to…da… via… puedo seguir bebiendo… no… toy borrasha
Yo: ¡ay vamos, Sango! Te quedaste dormida después del primer vaso y te has perdido toda la competencia entre éste… (Lo quedé mirando) espécimen y yo (sonreí de manera boba)
Jakotsu: ya, ya, chicas, no peleen. Puedo con las dos por lo que las llevaré a casa
Nos tomó a cada una en un brazo y semi arrastrándonos nos sacó de su casa. Ya estábamos con un pie en la calle cuando de pronto oí a Jakotsu saludar amicalmente a alguien, y en cuanto levanté la mirada sentí que todo mi cuerpo se electrocutaba de una manera deliciosa.
Aquel muchacho que se acercaba a nosotras de manera despreocupada, era quizá el chico más atractivo que yo había visto. Su larga y despeinada cabellera negra, sus hermosos hélidos ojos dorados y su inexpresiva sonrisa me cautivaron. Estaba vestido con un gabán negro lo cual se me hizo extraño para alguien tan joven, pero aquel atuendo le sentaba de maravilla. Todo su traje negro le quedaba bien, pero lo que más llamó mi atención es que iba vestido de manera muy formal (camisa, pantalón de vestir y gabán negro) pero, con unas zapatillas Vans, las cuales hasta donde yo sabía lo usaban los skaters. Fue por ello que gracias al estado etílico en el que me encontraba, sin el menor tapujo, me acerqué a él, me paré recta cual tabla al frente suyo y le pregunté si era skater. A lo que él respondió secamente que no.
Entonces lo examiné detalladamente y giré a su alrededor cual satélite.
Muchacho: ¡hey Jakotsu! ¿Esta chica es amiga tuya?
Jakotsu: la conozco desde hace poco, en realidad es amiga de Sango y justo me las estaba llevando para su casa, porque como podrás notar están… algo bebidas
Muchacho: ok, me retiro (se dirigió a la casa contigua)
Yo: ¡espera! ¿Por qué en lugar de irte, no nos acompañas a casa de Sango? Ella se encuentra un poco mal y no creo que Jakotsu pueda con las dos. Por lo que sé un caballero y ve con nosotros shiii (le dediqué mi mejor sonrisa y él me miró fríamente) uhmm… ¿acaso tu nunca sonríes? (tiré de sus labios, formándole una sonrisa) mejor. Te ves mucho mejor así (se llevó una mano a la boca y me quedó mirando de manera sorprendido)
Jakotsu: te la encargo Inuyasha. Sango se está quedando dormida, por lo que no podré seguir sosteniéndola por mucho tiempo
Yo: así que te llamas Inuyasha. Mucho gusto (le extendí la mano) yo soy Kagome Higurashi
Inuyasha: (respondiendo al saludo) Kagome ¿eh? Te recordaré como la mujer de mis pesadillas
Kagome: y yo como el chico huraño
Inuyasha: ¡jeh! ¿Qué sabes tú de mí para tildarme de esa manera?
Kagome: sé que no sabes sonreír (le sonreí dulcemente) pero… que eres todo un caballero, ya que a pesar que te desagrado me llevarás sana y salva a casa de mi amiga (enredé mi brazo con el suyo, y aunque me miró de manera desaprobatoria, empezamos a andar rumbo a casa de Sango)
Inuyasha: (mientras andábamos) ¿siempre eres así?
Kagome: ¿así como?
Inuyasha: entrometida y molesta
Kagome: uhm, déjame pensar. Mi novio siempre dice que ando metiendo las narices donde no debo y por ello me meto en problemas y que suelo ser una molestia… pero creo que lo dice porque ya está aburrido de mí, ya que cuando recién empezamos a salir, me decía todo lo contrario
Inuyasha: al menos tu novio, no es una cabeza hueca que cree que la belleza es lo único que importa para tener un futuro asegurado
Kagome: ¿lo dices por tu novia?
Inuyasha: sí. Ella está en la universidad, sólo para asegurarse de encontrar un buen partido que la mantenga por el resto de su vida, y es por ello que ha decidido meterse en un concurse de belleza… para atraer al que según ella, será su candidato ideal
Kagome: ¡auch! Ya veo porque eres como eres. Teniendo a una mujer así por novia tienes motivos más que suficientes para andar con cara de palo (frunció el ceño, para evitar reírse) ¿qué es lo que acabo de ver? ¡Estuviste a punto de reírte!
Inuyasha: (tapándose la boca) estás equivocada, la risa es algo que no es parte de mí. Aquella bobada la eliminé hace mucho de mi vida
Kagome: (lo miré fijamente al rostro) uhm… eso no es cierto ya que… (Sorpresivamente le hice cosquillas, pero nada) ¡Vaya!, si que eres rudo, sin embargo te prometo que la próxima vez que nos veamos haré que sonrías (me empiné para darle un beso en la mejilla y entré a la casa de mi amiga. Ya habíamos llegado a la misma)
Una semana entera transcurrió y durante esos 7 días me dediqué a estudiar para mis exámenes finales y como de costumbre darme un tiempo para ver a mi "novio" al cual me aburría ver.
Cuando me vi libre de mis exámenes decidí pasar una temporada en casa de Sango. En vista que sus padres estaban de viaje, había espacio más que suficiente en su casa para pasárnosla bien. Por lo que esa noche realizamos una pequeña reunión entre amigos, a la cual asistió Inuyasha Taisho. Sip, ya sabía su apellido después de haber sometido a un pequeño interrogatorio a mi amiga Sango, la cual sin que yo se lo preguntará, me informó que Inuyasha me detestaba ya que nunca, ninguna mujer se había atrevido a tratarlo como lo hice yo, por lo que en respuesta me encogí de hombros y le dije que siempre había una primera vez para todo.
Aquella noche la casa de mi amiga se vio invadida por al menos 8 chicos y 3 chicas a parte de nosotras y fuera de lo que muchos con mente pervertida pudieran pensar. Nosotros nos las pasamos muy bien jugando Monopolio, sí aquel juego de mesa que en sus buenos años entretuvo a muchos.
Luego de un buen par de horas de juego, terminé por llevar a la bancarrota al buen Inu, por lo cual no paraba de reírme de él, y cuando por desgracia volvió a caer en una de mis propiedades con hotel incluido, él no tuvo mejor idea que pagar su deuda con un avión de legos que había estado construyendo.
Inuyasha: estoy limpio. Me llevaste a la quiebra, te quedaste con todas mis propiedades y casas, por lo que acepta lo único que tengo y salda mi deuda (colocó el avión de lego sobre el tablero, ocasionando que todos los presentes riéramos)
Kagome: está bien, aceptó tu soborno, pero igual seguirás estando en deuda conmigo y como pago quiero que sonrías para mí (me miró de manera fría y cruel) ok, ok, entiendo que eso es pedir mucho. Muy bien, será para otra ocasión entonces
Inuyasha: no creo que tengas tanta suerte ¡bruja! Tú y yo, no, nos volveremos a ver nunca más en esta vida
Kagome: sí, sí, lo que digas vampiro
En cuanto la reunión llegó a su fin, Sango me abordó con preguntas tales, como si me gustaba Inuyasha o si sentía algo especial por él. A lo cual le respondí que simplemente me agradaba mortificarlo y que no pararía hasta hacerlo sonreír de manera voluntaria (sí estaba obsesionada con ver su sonrisa, aunque fuera una vez)
2 semanas enteras transcurrieron y aquella noche una nueva reunión se suscitó en casa de Sango; para celebrar la graduación de la universidad de su amigo Miroku.
Moría de ganas de asistir, pero… el aburrido de mi novio no se le hacía una buena idea, y él prefería pasar la noche conmigo en su casa viendo una película rentada. Por lo que a regañadientes lo arrastré hasta la fiesta y no supe hasta el final de la misma si había o no sido una buena idea llevarlo. Ya que Inuyasha se encontraba entre los presentes y aunque casi no intercambiamos palabras, mi novio hirvió en celos durante todo la fiesta.
Luego de unas 4 horas, siendo ya de madrugada, decidió marcharse disgustado, quien sabe por qué, dejándome sola a mi suerte en casa de mi amiga.
En vista que ella estaba encaramelada con Miroku y yo hacía mal tercio decidí salir de la casa en busca de un taxi que me llevará hasta mi casa, pero como era muy tarde, ninguno pasaba por la zona.
Caminé un par de calles, cuando de pronto vi a Inuyasha sentado en la vereda, contemplando el vacio.
Kagome: ¿qué haces acá?
Inuyasha: estaba esperándote
Kagome: ¿por qué?
Inuyasha: porque supuse que el cretino de tu novio te dejaría sola
Kagome: (me senté a su lado) ¿en qué te basas para llamarlo cretino?
Inuyasha: simple. Durante toda la fiesta estuvo callado, con cara de aburrido y no me quitó su celosa mirada de encima, por lo que deduje en el acto que es un cretino
Kagome: (reí por lo bajo) en realidad yo tengo la culpa, ya que lo arrastré conmigo a la fiesta, cuando él no quería, y no lo culpo por estar del humor que estaba
Inuyasha: ¿lo estás justificando?
Kagome: no lo sé. Simplemente estoy tratando de ponerme en su lugar y para serte honesta… creo que lo nuestro ya no existe
Inuyasha: ¿lo nuestro? Quieres decir que nuestra tacita amistad ya no va más
Kagome: (reí mucho) se dice tácita, no tacita. Y por nuestro me refiero a la relación entre mi novio y yo
Inuyasha: logré hacerte reír, eso es bueno (sonrió con naturalidad)
Kagome: ¡uoh! No lo puedo creer, sonreíste ¡al fin sonreíste! ¡Lo logré!, ¡lo logré!
Inuyasha: tonta, lo único que lograste es que estirará los labios en diferente dirección
Kagome: di lo que quieras, pero lo hiciste y es por ello (palmeé su hombro) que saldo tu deuda. Ya no me debes nada (sonreí entusiasmada)
Inuyasha: ¿deuda? ¿Cuál deuda? (hizo memoria) ¡oh, la del monopolio! Vaya que eres boba (volvió a sonreír)
Kagome: con que eso es. Burlarte de mí, te hace sonreír, bueno si ese es el caso, adelante, te permito burlarte de mí todo lo que desees
Inuyasha: no digas tonterías, ello sería una ofensa. Tú lo que debes hacer es valorarte y no permitir que nadie te humille o trate mal. Eres una mujer grandiosa, por lo que mereces ser tratada como tal y ser feliz
Kagome: ¡wuo! Yo… no me esperaba algo así, es decir… yo creí que tú me detestabas
Inuyasha: es verdad, te detesto, porque estás al lado de un tipo que no te aprecia y te detesto por haberte metido en mi corazón sin mi permiso
Kagome: … ¿debería tomar ello como una declaración de amor?
Inuyasha: deberías tomarlo como el hecho de que me gustas Kagome Higurashi, me gustas mucho y quisiera arrancarte de las manos de aquel sujeto, para hacerte feliz y no verte suspirando y sufriendo por aquel bueno para nada que tienes por novio
Kagome: yo… yo… siento lo mismo que tú, es decir… tú también me gustas mucho, no sé en qué momento nacieron estos sentimientos por ti, pero de verdad me gustas mucho
Inuyasha: te gusto, me gustas, pero tienes novio
Kagome: y tú novia
Inuyasha: tenía. Terminé con ella al día siguiente de que te conocí, ya que me gustaste desde que cruzamos palabra
Kagome: en ese caso… si termino con mi novio… tú y yo ¿podríamos estar juntos?
Inuyasha: haz lo que sientas que debas hacer. No sólo termines con él para pretender iniciar una relación conmigo, ya que yo no soy el reemplazo de nadie. Si deseas acabar tu actual relación es porque no te sientes a gusto
Kagome: tienes razón. Mi novio no me hace feliz, al igual que yo no lo hago feliz a él, por lo que no tiene sentido que continué a su lado. Gracias por el apoyo
Inuyasha: es tarde lo mejor es que te lleve a casa de Sango
A la mañana siguiente le conté todo lo ocurrido a Sango y ella me aconsejó que terminara con mi relación y me diera la oportunidad de ser feliz al lado de Inuyasha. Ya que confiaba plenamente en que él era el adecuado para mí.
Haciendo caso al consejo de mi amiga, fui en busca de mi novio y le pedí terminar, pero la situación se torno caótica, ya que él no lo tomó de buena manera y me agredió verbalmente diciéndome que era una cualquiera, una zorra calenturienta que lo único que buscaba era verme libre de él, para irme a revolcar con aquel sujeto extraño (Inuyasha) del cual no había parado de hablarle en las últimas semanas.
Con rabia contenida, me retiré de su casa, no sin dejar de escuchar sus últimas arrogantes palabras, las cuales aseguraban que yo volvería a su lado de rodillas pidiéndole volver, ya que sin él yo no podría ser feliz.
En cuanto estuve cerca de la casa de Inuyasha lo llamé desde un teléfono público y llorando por el dolor que me consumía, le pedí que me dejara verlo.
Él de inmediato accedió y sin pensármelo dos veces, me dirigí a su hogar.
Una vez estando entre sus brazos lloré con mucha fuerza y él me permitió desahogarme todo lo que fuera necesario.
Me escuchó paciente y atentamente y una vez que estuve calmada, me colocó frente a un espejo y me hizo auto prometerme ante el mismo, que no permitiera que la persona que ahí se reflejaba saliera lastimada de nuevo. Así como me dio su palabra de que se encargaría de protegerme y hacerme sonreír siempre, aunque a él mismo le costará hacerlo.
Le agradecí su apoyo y le prometí que lo haría sonreír de manera natural y voluntaria sin necesidad de usar mis manos, a lo cual ambos reímos y la magia se formó, ya que entre risas, acercamos nuestros rostros y nos fundimos en un fantástico e inolvidable beso.
