THE SACRIFICE

Lauren se toma unos minutos para si misma antes de salir del quirófano de la clínica y enfrentar a sus amigos para transmitirles las buenas noticias referentes al estado de Mark.

Aprovecha para quitarse la ropa de quirófano, manchada de la sangre del pequeño cambiaformas, y ponerse algo más cómodo que el vestido que ha usado en la fiesta. Tras ponerse unos cómodos vaqueros, una camisa suelta y coger su cazadora, se dispone a terminar cuanto antes su labor en la clínica y marchar con rapidez en busca de Bo. No sabe nada de ella desde que se separaron en el parque y la angustia de no saber ni su paradero, ni si había logrado detener a Iris, la comenzaba a atenazar. La ansiedad referente al estado de su mujer amada, aparcada por su dedicación a la operación de Mark, comienza a hacer mella en ella.

En el último momento, justo antes de abrir las puertas del laboratorio, se acuerda de la muestra de sangre que Dyson le había arrebatado a Hera. Vuelve sobre sus pasos y, tras recuperar el pequeño dial que contiene unas pocas gotas de la sangre del antiguo, de su bolso de fiesta, lo deposita en la caja fuerte, junto al suero de Evony.

—"Es el momento" —se dice, ahogando un suspiro—, y abre las puertas del laboratorio.

En el pasillo, sentado en una silla, esta Dyson. Junto al él se halla Alicia, acariciándole la mano con ternura. Lauren da por sentado que ella ha venido con Trick, ya que el abuelo de Bo se encuentra apoyado contra la pared del pasillo, sosteniendo una conversación en voz baja con Vex.

Lauren ahoga media sonrisa de satisfacción, pues no es el momento de regodearse en su victoria. Pero está claro que la presencia de la hermosa mujer morena ayuda, y mucho, a clarificar las cosas. Lauren ya se había dado cuenta que la relación entre Dyson y Alicia estaba empezando a ir un poco más allá de la mera amistad, entrando en un terreno que jamás hubiera pensado que Dyson fuera capaz de pisar. El hecho de que fuera una humana la que estuviera consiguiendo deshacer el cerrojo del corazón del lobo era algo que la llenaba de orgullo, satisfacción y, por que no decirlo, de alivio. Contra más cerca se hallaran el lobo y la humana, menos peligro significaría Dyson para su relación con Bo. Una relación que, por fin, parecía haber tomado el camino deseado.

—¡Lauren! —Dyson se levanta con evidente ansiedad y, seguido por Alicia que no le suelta la mano, se acerca hasta la doctora. Trick y Vex desvían la mirada y recorren el espacio que les separa de Lauren con rapidez.

—Buenas noticias —Lauren calma a Dyson posando la mano en el hombro de su amigo—. La herida no es tan profunda como yo había pensado. No hay ningún órgano vital afectado y ha sido cuestión de coser los tejidos desgarrados. Además ha ocurrido algo que creo que le va a ayudar, y mucho, a recuperarse. ¿Podríamos hablar en privado? —Lauren le dedica una ligera mirada de soslayo a Alicia, esperando que Dyson la comprenda.

—Dime —Dyson hace caso omiso de las advertencias de la doctora.

—Esta bien —Lauren ahoga un suspiro antes de continuar—. Ha cambiado, Dyson. El trauma producido por la herida ha acelerado su transformación. Su propio cuerpo se ha defendido de la mejor manera que sabe.

—Excelente —el lobo no puede ahogar lágrimas de alivio.

—¿A qué te refieres? —Alicia mira alternativamente a su compañero y a la doctora, buscando respuestas para algo que no comprende.

—Vamos —Dyson aprieta con fuerza la mano de la mujer morena y tira de ella en dirección al quirófano—. Cuidemos de mi hijo mientras tenemos una conversación. Hay algunas cosas que todavía no te he contado.

—Suerte —Lauren le da una palmada en el hombro a Dyson, transmitiéndole todo el cariño que puede—. "Va a ser una conversación difícil" —se dice la doctora.

—Lauren —Trick reclama la atención de la doctora mientras Vex se derrumba en una silla—. Parece que el mesmer también le ha cogido afecto a Mark.

—¿Sabes algo de Bo? —la doctora se deshace de pura ansiedad.

—Estuvo conmigo hace un rato —el anciano no puede ocultar su preocupación—. Intentó detener a Iris, pero no pudo hacer nada. Por lo visto la chiquilla está poseída por una fuerza primordial llamada el Nyx, que convierte todo lo que toca en la nada más absoluta. Bo tiene el brazo de color negro, como si algo la estuviera devorando.

—¿Por qué no las has traído aquí? —Lauren eleva la voz, traicionada por los nervios.

—Se marchó —Trick agacha la cabeza avergonzado.

—¿A dónde? —la doctora es pura furia hacia el anciano.

—A su casa. Escucha, Lauren. El padre de Bo le mandó una caja de regalo por su cumpleaños. Creemos que es la caja de Pandora y que se puede usar para detener a Iris. Bo ha ido a su casa a recogerla y ver si puede detener a la chiquilla.

—Lo pillo —Lauren no pierde en tiempo y se dirige con rapidez hacia la salida de la clínica, cogiendo un maletín médico que está situado cerca de la entrada.

—Te acompaño —el anciano empieza a caminar detrás de la doctora.

—No —Lauren le corta con voz dura—. Tú quédate con Dyson y asegúrate de vigilar la clínica. Toma —Lauren le da a Trick las llaves de la caja fuerte—. Esta es la llave de la caja fuerte. Dentro hay una muestra de mi suero y la sangre de Hera. Así que no creo que haga falta que te diga lo importante que es mantener esa caja cerrada y a salvo.

Lauren no pierde el tiempo y se monta con rapidez en su coche. Conduce hacia casa de Bo todo lo deprisa que puede, sin perder el control en ningún momento, pero dominada por una ansiedad rayana en la locura…

—Bo —la voz de Lauren retumba en la casa de la súcubo con una fuerza inusitada, arrancando angustiosos ecos que se repiten, cesando poco a poco en su intensidad.

Bo…Bo…Bo…

—Lauren, cariño —la súcubo sale al encuentro de la doctora con gran rapidez. Ambas se funden en un intenso abrazo, seguido de un ansioso beso que amenaza con atraparlas a ambas en el fulgor de su fogosidad.

—¿Estas bien? —Lauren aparta su boca de la de Bo para fijar su mirada en el brazo de Bo, palpándolo con las manos—. Trick me dijo que una especie de oscuridad te estaba devorando. ¿Qué ha pasado aquí? —la doctora recorre con ansiedad el salón de la casa, reparando en los diversos muebles tirados aquí y allá, hasta detener su mirada en la caja de Pandora, cuyo interior, de una negrura abismal, amenaza con devorarla. La caja —murmura con temor.

—Calma, calma —Bo desliza sus manos por los hombros de Lauren, intentando sosegarla—. Ya ha pasado todo. Era la caja, Lauren. Lo que quería Zee era mi caja de Pandora. Cuando llegué aquí tuve una pelea con Zee, pero yo gané y abrí la caja. Ahora ella y Hera han desaparecido. Y pronto también lo hará Iris.

—¿La caja puede atraparlos?

—En la caja estaba atrapado mi padre, Lauren —responde Bo con seguridad—. Y eso es lo que Zee quería evitar. Que dejara libre a mi padre. Pero yo lo he liberado y él me va a ayudar a atraparlos a todos. Y todo volverá a la normalidad. O eso creo.

—¿Tu padre está en la tierra? —Lauren se aleja unos centímetros de Bo, presa del espanto.

—Si —responde Bo con algo de vergüenza—, pero estoy casi segura de que él no es malvado. Creo que quiere ayudarme de verdad. Por eso me mandó la caja. Para poder traerlo a la tierra y que nos ayudara a desembarazarnos de los antiguos.

—Por dios, Bo —Lauren no puede ocultar su indignación—. Lo has vuelto a hacer.

—¿El qué? —la súcubo se acerca a Lauren buscando su contacto—. ¿Qué es lo que he hecho?

—Separarnos de nuevo —Lauren sacude la cabeza, desesperada por los actos de Bo.

—No entiendo nada de lo que dices, cariño —Bo se apega a Lauren, depositando un tierno beso en la comisura de los labios de la doctora, buscando su contacto, su amor.

—Bo —Lauren encara la mirada de Bo, deshaciendo el beso—. Desde que Kenzi se fue me he mantenido a tu lado sin pedirte nada. Me he limitado ha darte lo que necesitabas en cada momento, obviando mis necesidades. He sido tu amiga. He tenido que aguantar todas las tonterías y las humillaciones a las que me ha sometido Tamsin. He tenido que ceder de nuevo en que te alimentaras de Dyson. Y cuando te acostaste conmigo en el laboratorio, me guarde las ganas de decirte que quería hacerlo contigo todos los días de nuestra vida, y, en cambio, estaba dispuesta a aceptarlo como algo de un solo día. Entonces tú me sorprendiste y me descolocaste en la fiesta, declarándome tu amor y dándome lo que llevo tanto tiempo esperando. Y ahora que estamos juntas, vas y traes a la tierra al único ser capaz de separarnos.

—Por favor, Lauren —Bo se desespera ante la diatriba de Lauren—. Mi padre era la única opción de arreglarlo todo. Y te prometo que él no nos va a separar.

—Tú y yo matamos a Eros —Lauren se aparta de Bo, presa de la desesperación—. Y lo mismo hubiéramos hecho con Zee y con Hera. Tengo su sangre y puedo volverla humana. A ella y a todos esos diosecillos de pacotilla. Incluso Iris se hubiera tenido que rendir ante nosotras. No necesitábamos a tu padre para nada —los ojos de Lauren se anegan de lágrimas—. Ahora él reclamará a su Reina de la oscuridad y te hará dominar el mundo a su lado.

—Lauren —Bo intenta abrazarse de nuevo a Lauren. Esta se resiste—. Dale un poco de crédito y verás como no es así.

—Tu padre es el mal absoluto, Bo. Lleva tiempo maquinando la forma de controlarte y, al final, lo está consiguiendo, pero yo no pienso permitir que eso pase. No ahora que he oído de tus labios que yo soy con quién tú quieres estar —Lauren se dirige a grandes pasos hacia la salida de la casa.

—¿Qué vas a hacer, Lauren? —Bo coge una cazadora y sigue a la doctora al exterior de la casa.

—Escucha, Bo —Lauren se para una vez ha salido de la casa, justo al borde de la carretera. Coge con sus dos manos la cara de Bo y se funde con su amada en un intenso beso. Separa los labios de los de Bo y coge aliento para continuar hablando—. Tengo un plan que creo que va a servir para librarnos definitivamente de tu padre. Tú solo preocúpate de que él no te domine del todo. Resístete a su influjo todo lo que puedas. ¿Podrás hacerlo? —Lauren deja una suave caricia en la mejilla de Bo con una de sus manos.

—¿Qué vas a hacer? —las manos de Bo no pueden retener la de Lauren. Los ojos de la súcubo amenazan anegarse de lágrimas. Su voz se quiebra.

—Hazlo —Lauren le grita a Bo mientras rompe el contacto con su amada y, con rápidas zancadas se planta en medio de la carretera—. Resiste a tu padre.

—¡Lauren! —el alarido de Bo se ve amortiguado por el rugir del camión que, a gran velocidad, recorre la carretera. Sus faros iluminan la silueta de Lauren momentos antes del brutal impacto.

El cuerpo de La doctora es proyectado a gran velocidad hacia atrás y la doctora golpea con brutalidad el asfalto. Su cuerpo desmadejado se convulsiona. Una gran mancha de sangre comienza a rodearla.

—¡No! —la desgarrada voz de Bo acompaña al veloz movimiento en pos del cuerpo de su amada. ¿Por qué? —las lágrimas anegan la voz de la súcubo. Sus manos apenas atinan a sujetar la de Lauren.

—Volveré —susurra la doctora justo antes de que el último hilo de vida abandone su cuerpo destrozado…