RED DAWN

PRÓLOGO

NOVIEMBRE, 1989

La caída del muro de Berlín hacía escasos días había debilitado aun más a una Unión Soviética al borde de la extinción. Las reformas llevadas a cabo por el presidente Gorbachov no eran del agrado de los generales más conservadores, cosa que provocaba una peligrosa fractura interna en el país con más cabezas atómicas del mundo. Los rumores sobre altos cargos del Ejército Rojo que, viendo cómo el Occidente capitalista estaba ganando la partida definitivamente al Oriente comunista, conspiraban contra el gobierno ya eran comunes en las calles de Moscú y Leningrado.

MOSCÚ

NOVIEMBRE, 1989

En la nevada capital de la Unión Soviética, el frío había apaciguado los ánimos de los ciudadanos que, al ver la situación en el Oeste y la precaria situación económica, llevaban varios días manifestándose y provocando altercados ante la atenta mirada de las fuerzas del orden. En uno de los monumentales edificios cercanos al Kremlin, una docena de altos cargos del Ejército Rojo discutían animosamente bajo la lumbre.

-Camaradas, Lubyanka informa de que algunos miembros de los antiguamente llamados "Super-soldados Soviéticos", podrían estar en algún lugar de Europa Oriental con la misión de debilitar nuestro control en esos países –dijo el coronel Petkus después de colgar el teléfono.

-Nikolai siempre ha sido un ferviente comunista y jamás perjudicaría a los intereses de la Unión Soviética, Josif. Has de recordar que de no haber sido por América y el resto de los Vengadores habrías podido matarle a él y a su hermana¹. No me fío.

- ¿Y qué hay de los demás? Camarada general Lukin, usted es el supervisor del programa "Dinamo Carmesí" y de "Guardián Rojo", ¿qué hay de ellos? –preguntó otro de los generales allí presentes.

Un hombre de pelo canoso y de aspecto cansado surgió de la penumbra.

-Petrovic está internado en Siberia² y Bukharin está en Nagorno intentando evitar que estalle una guerra en la zona mientras que aparte de ti, claro está, los demás Guardianes Rojos están en paradero desconocido. ¡Nasdrovia! –dijo poco antes de tomarse un vaso de vodka del tirón.- Shostakov fue sepultado bajo la lava en algún lugar de Kunlun hace más de quince años³ pero su cuerpo jamás fue recuperado. Oficialmente en los expedientes figura como desaparecido aunque es obvio que está muerto. Por lo que a Tania Belinskaya respecta, decidió marcharse de la Tierra junto con Krylov tras el incidente de la Zona Prohibida⁴. No tenemos ni la menor idea de dónde está.

-Por suerte no solo dependemos de ellos –interrumpió el Mayor Shatalov, el más joven de la reunión.

-Cierto es, tovarich Shatalov. Aun tenemos algunos soldados buenos dispuestos a liderar el golpe. El proyecto "Hombre de Titanio" sigue en pie y…

-No hablaba de metahumanos soviéticos, general Lukin. Como jefe del Decimoséptimo Directorio tengo contactos en digamos… otros lares.

La docena de hombres reunidos se quedó intrigada mirando al sonriente militar. El Decimoséptimo Directorio era un ultrasecreto departamento que la KGB tenía para relaciones metahumanas y alienígenas. Se encendió un cigarrillo y prosiguió:

-La URSS posee grandes aliados en este mundo y más allá del Sistema Solar, mis queridos camaradas. Es cuestión de pedirles qué quieren a cambio de su ayuda. Es más, eso es algo que ya hice en cuanto ustedes se pusieron en contacto conmigo. –de la chaqueta negra se sacó una diminuta bola negra y la puso sobre la mesa. Ésta empezó a brillar a los pocos instantes y de pronto una imagen holográfica bañó toda la sala.

-Hola a todos, camaradas… –murmuró la imagen encapuchada ante la atónita mirada de los presentes.

WAKANDA

NOVIEMBRE, 1989

La guerra santa encabezada por el señor de la guerra Joseph Kony y el dictador de Canaan había llevado la violencia a las fronteras del Reino de Wakanda. El poder que se obtendría al controlar las reservas de vibranium de esta pequeña nación podría aupar a Kony y a su Ejército de Resistencia del Señor a una posición muy peligrosa para la estabilidad internacional.

Mientras tanto, en algún lugar de los montes selváticos de Wakanda un viejo jeep se desplazaba a toda velocidad.

-Mientras tengan esas armas ultramodernas y el apoyo logístico de IMA mi pueblo no podrá vencer, Steve.

-La ONU ha aprobado una intervención en Wakanda y el Tribunal Penal Internacional ha ordenado la captura de Kony y Magnum. Además SHIELD me ha enviado a mí y a Wilson para ayudaros. No tardarán en venir los refuerzos T'challa. Te lo prometo –la media sonrisa del famoso vengador no tranquilizó al monarca africano.

-Dos hombres contra el peor enemigo al que mi país se ha enfrentado desde el ataque de Klaw⁵ en el 72. Killmonger y el Hombre Mono también se han sumado al Ejército de Canaan. Es una locura…

-Venceremos. Como en los viejos tiem…

Un cohete interrumpió las palabras del Capitán América. Gracias a la habilidad del conductor del jeep, el proyectil no alcanzó su blanco, aunque el vehículo volcó debido a la onda expansiva, quedando completamente inutilizado. Aun así, chofer como los dos héroes pudieron salir de éste con solo algunas magulladuras sin importancia aunque el uniforme caqui de Rogers se había rasgado dejando entrever el famoso traje azul que llevaba debajo.

-Maldita sea. Gracias Oma, has salvado a tu rey y a uno de los mayores héroes del mundo. Cuando todo esto acabe serás recompensado –expresó T'Challa dándole una palmada en la espalda al conductor.

-Abandonemos el camino. Nos están vigilando y este sitio nos deja demasiado a la vista. Id montaña arriba, voy a recoger mi escudo.

Al acercarse a la parte trasera del vehículo algo parecía ir mal. Steve lo había notado y parecía que T'Challa, que se había quedado donde estaba, también. De pronto, varias decenas de soldados se materializaron de la nada y rodearon a los tres hombres.

-Por orden del Supremo Líder de Canaan, Moses Magnus y MODOK, quedáis arrestados. ¡Manos arriba!

Steve Rogers hizo ademán de coger el escudo del suelo pero al verle uno de los soldados le puso el cañón de su rifle en la sien.

-Cualquier movimiento en falso puede suponer tu muerte, Capitán, y, por supuesto la del monarca de Wakanda.

Finalmente los tres hombres hicieron caso a los militares y levantaron sus brazos para que pudieran ser esposados con facilidad. Al cabo de unos minutos un helicóptero también se materializó, aterrizando en medio del camino. T'Challa miró angustiado a sus captores.

-¿Dispositivos de invisibilidad? No habréis…

-Sí, teniente, la Princesa Shuri ha sido reducida y sus soldados se han rendido. El campamento es nuestro. Cambio y corto –se escuchó por uno de los transistores del que parecía el jefe del escuadrón. No había dudas. Aquella batalla se había perdido sin tan siquiera luchar.

Continuará...

REFERENCIAS

Captain America #352 (1)

Champions #8-10 (2)

Avengers Vol 1 44 (3)

Defenders Vol 1 65 (4)

Fantastic Four #119 (5)