Ehhh… Escrito en un momento de inspiración durante mi viaje en tren. Mejor no digo más.

Adevertencias: Crack. OOC. Me estoy burlando de Madara (bwajajajaja). Sólo tiene sentido en español.

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Kishimoto (por lo tanto, él es el culpable y a quien Madara debería querer matar después de esto).


A Madara no le agradaba Sasori. La primera vez que Pein percibió este hecho, no le hizo caso, pensando que se estaba imaginando cosas. Le dio la misma explicación la segunda vez que fue consciente de ello, y también a la tercera. Sin embargo, ya no había podido seguir ignorándolo, por mucho que quisiera. Y, es que, aunque le costara creerlo, no podía dejar de ver que, cada vez que el marionetista era mencionado en alguna de sus conversaciones sobre el avance de Akatsuki, la nariz de Madara se arrugaba, y sus labios se fruncían levemente, aparentando, de pronto, un niño enfurruñado al que le habían negado un capricho. Y Pein no sabía por qué preocuparse más: si porque el fundador de Akatsuki, el inmortal Madara que tantas generaciones había vivido y que tanta experiencia le habían otorgado, sintiera lo que parecía un resentimiento infantil contra uno de los miembros de su organización, o por las ganas que le solían entrar de pellizcar sus mejillas y revolverle el pelo cada vez que le veía dibujar ese gesto.

Finalmente, decidió que lo más eficaz sería preguntar directamente. Tal vez, así lograría una explicación totalmente lógica que le dejara satisfecho y que –¡por favor!– le ahorrara volver a pensar nunca jamás que Madara resultaba lindo o gracioso.

No obstante, la respuesta que le dio el hombre no hizo más que confundirle:

-Es por su material.-había dicho, apartando la mirada incómodo.

Pein no entendió a qué se refería. ¿Su material? ¿Qué quería decir con eso? ¿El material con el que fabricaba sus marionetas? Y, entonces, a Pein se le ocurrió una remota posibilidad, con la mala suerte de que, al ponerla en voz alta, y debido al caos de confusos pensamientos sobre el significado de las palabras del otro, su lengua se resbaló ligeramente:

-¿Es que eres alérgico a la madAra?

Un silencio sepulcral se formó entre los dos. Y fue entonces cuando, de pronto, y sin poder contenerse, el habitualmente inexpresivo Pein se echó a reír como un poseso. Y, aunque su falta de autocontrol le costó la pérdida de un par de cuerpos, a partir de ese momento Pein comenzó a entender mejor a Madara. Ahora comprendía por qué quería venganza contra su familia –los descendientes de los padres que lo bautizaron–, contra Konoha –los descendientes de aquellos que en su momento se atrevieron a hacer un solo comentario sobre su nombre—y, en especial, por qué odiaba tantísimo a los Senjuu.

También por qué la guarida de Akatsuki era una cueva de piedra y no cualquier otro tipo de estructura hecha de madera.


¿Qué, nunca probasteis a poner el nombre de Madara en el Google y os salió la sugerencia de búsqueda corregida? XD

Lo cierto es que me hacía gracia imaginarme que el origen de la mayor parte de la trama de Naruto pudiera venir de un trauma infantil de Madara con su nombre…

Oh, y disculpas a los fans de Sasori (ahem... conozco a algunas XD).