Capítulo 1
Un terrible cosquilleo recorrió cada uno de los átomos que conformaban mi existencia, de pronto una luz azul tan clara como la pintaban en los cuentos infantiles que hablaban acerca del cielo terrenal fue todo lo que pude vislumbrar.
¿Dónde estaba? ¿Por qué me sentía tan pesada? No podía recordar nada de lo sucedido, el dolor constante que golpeaba mis membranas se iba agudizando con tal frecuencia que mi capacidad de razonamiento se veía afectada. Quise decir algo pero no escuchaba mi voz transmitirse al pensar lo que quería hablar.
-Ha despertado, señor Furg.- escuché la inconfundible voz de Grys.
-Hola, K, ¿cómo te sientes?- preguntó Furg, acercándose a mi lado derecho mientras su compañero permanecía al pie de la cama.
-Rara.- dije mentalmente pero ambos sanadores me observaron inmóviles como si no me hubieran escuchado.
-Oh, olvidé decirte K, para hablar debes abrir la boca.
¿Abrir la boca? ¿Y cómo rayos hacía eso?
Al momento de levantarme todo el cuarto dio vueltas alrededor de mí y tardé varios segundos en enfocar mi sentido óptico de nuevo. Y entonces pude ver la monstruosidad en la que había despertado: tenía un par de piernas largas, pies con cinco dedos y uñas, tenía un abdomen bastante plano, tenía un par de protuberancias en mi pecho, dos brazos a mis costados y un cosquilleo en mi espalda.
-Toma, sujeta esto con las manos.- dijo Grys ofreciéndome un trozo de polímero vitrificado*. Sujeté el objeto sin darme cuenta de la cantidad de fuerza que estaba aplicando y lo levanté sobre mí quedando horrorizada con lo que veía: mis ojos se habían convertido en dos cuencas grandes de color marrón, tenía un par de mejillas rosadas, una pequeña… ¿cómo decirlo? ¿Nariz? Al centro de éste, y una delineada y delgada boca que por algún impulso que sintió mi cuerpo abrí y pude ver dentro de ésta una dentadura blanca.
-Has quedado perfecta, K.- comentó Furg.- Diseñar un cuerpo así no fue fácil. Los humanos son seres bastante complejos. Pero ahora, luego de casi dieciocho horas en cirugía, finalmente eres carne y hueso, listo para ser enviado a la Tierra.- mi pecho se contrajo al escucharlo.
Entonces los eventos acontecidos las horas pasadas se repitieron en mi mente y recordé por qué había aceptado aquella misión, por qué dejé que me hicieran eso…
-Oh, hola K.- saludó el principal Herg, de pie mirando hacia la vía láctea, con una lluvia de estrellas fugaces frente a nosotros.
-Acepto la misión.- dije apresuradamente sin darle tiempo a que me explicara. Lo conocía bien, sabía que una vez que empezara a entrar en detalles pasarían eternidades hasta que me dejara salir de ahí. Herg volteó mirándome fijamente.
-Me encanta tu determinación y seguridad, pero es necesario que sepas a lo que vas a enfrentarte allá.- señaló con sus pensamientos aquél planeta azul enorme que giraba sobre su órbita al momento de trasladarse alrededor de la estrella Suprema* y pude verlo frente a mí como si lo hubiera acercado a nuestra galaxia.
-Ya Furg me explicó la misión, principal. Tengo que ir a la Tierra, infiltrarme en el gobierno, tomar posesión y dar entrada a nuestro equipo para poder conquistar a aquella raza… mmm… no recuerdo cómo se llaman…
-Humanos.- acertó Herg.- No es tan sencillo como lo crees, pequeña K. Para eso deberás ser sometida…
-A una cirugía.- lo interrumpí bruscamente.- Ya también me lo han explicado, debo ser hecha una de ellos, aunque aun no entiendo por qué, señor, ¿no sería más fácil llegar, como hemos hecho a otros planetas, y tomar posesión de ellos?
-Oh no. Recuerda que al asentarme como autoridad de ustedes prometí que no usaríamos la fuerza bruta. K, somos seres superiores a ellos, nuestro desarrollo y modo de vida es único e incomparable; los humanos apenas y logran asemejarse a microorganismos unicelulares con muchas limitaciones.
-En pocas palabras, son basura espacial.- Herg asintió.
-Por eso es necesario que llegues ahí siendo una de ellos, debes ganarte algo a lo que ellos llaman confianza, con eso se te otorgarán muchos privilegios que te llevarán a quedar en el poder y una vez que vean tu potencial te elegirán como su presidenta, mejor conocido como principal, y entonces ahí entrarás anunciando nuestra existencia, demuéstrales que vamos en paz con el único motivo de enseñarlos a ser superiores.
-¿Y qué sucederá después, señor?
-Al lograr exitosamente que los humanos se sometan a nuestro modo de vida y deseen donar sus cuerpos para que podamos operar desde ellos y hacer de esa basura espacial, como la llamas, un planeta funcional, ganaremos esa galaxia y tú K, serás quien la controle.
-¿Qué… seré qué…?- Furg había olvidado explicarme aquella parte de la misión. ¿Yo? ¿Gobernar una galaxia? No podía pensar en otra cosa que no fuera el momento en que diera inicio todo.
-He visto tu potencial. Eres valiente y a nada le temes. La manera en que has peleado por ganar estrellas es admirable. Por eso le he pedido a Furg que te eligiera, de entre todos nuestros guerreros. No hay qué te detenga y una vez conquistada la vía láctea, si tú lo quieres, tengo otros planes para ti, pequeña.
-¿Otros planes?- estaba apenas visualizándome como líder de una galaxia cuando me dijo eso. ¿Acaso mi ración alimenticia el día de hoy venía con algún premio?
-Teniendo bajo nuestro control este Universo, comenzaremos a salir a tomar posesión de otros.
-¿Otros Universos?- Herg asintió.
-Sé que cada uno de nosotros tiene la capacidad de liderar. Como te lo dije, somos seres únicos, superiores, y por ello debemos predominar.
-Ya veo.
Hubo un momento mudo, en donde ni él ni yo hablamos. Supe que estaba controlando mi mente, mostrándome sus anhelos, lo que sería, la visión de lo que planeaba… y aquello me agradó más de lo que pensé.
Gente bonitaaaaaaaa! Les traigo nueva historia, inspirada por la película de Elysium y La huésped (súper recomendadas las dos). Antes de que lo digan, ya sé que estoy pendiente con dos historias :p
Espero que les guste, contraté una musa que me OBLIGA a escribir todos los días, así que ya llevo varios capítulos avanzados por si me piden actualizar pronto jaja :p
