Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen, como saben, son todos de la maravillosa J.K =)


Introducción:

Los años habían pasado… las risas, los encuentros, los momentos gratos, las batallas, las pérdidas, los sollozos…

Pero a pesar de todo, el trío dorado seguía igual de unido que siempre… Claro que ahora el círculo estaba más grande, Harry se encontraba con Ginny (La cual estaba embarazada de su primer hijo) y Ron, después de su fallida relación con Hermione, ya se encontraba estable con una mujer llamada Laurie.

Luna Lovegood (Mejor conocida como "Lunática" Lovegood) También era parte de ellos, ahora más madura y madre soltera, pero siempre con el tinte soñador que la identificaba tanto… Hermione y ella eran muy buenas amigas, el alma libre de Luna y lo centrada que era Hermione debían complementarse de alguna manera…

Con sus antiguos compañeros tenían comunicación casi nula, pero al menos una vez al año se juntaban todos en Las Tres Escobas a revivir buenos momentos.

Hermione se encontraba soltera, vivía con su longevo gato Crookshanks en un departamento que para su comodidad había elegido por quedar a solo unas cuadras de su trabajo (Siempre eficiente, decía Hermione) ella, a diferencia de sus amigos, se encontraba trabajando en un oficio muggle, algo que les sorprendió a todos, ya que Hermione con sus habilidades pudo haber conseguido lo que quisiese en el mundo mágico, pero nunca dio la razón de porque había tomado esa decisión.

Luna vivía en el piso de abajo, ya que siempre le atrajeron las cosas nuevas, y esta, como dijo ella; "Es algo emocionante y necesario de vivir". Los demás no pensaban lo mismo, todos tenían una casa cálida del Valle de Godric.

De sus tan odiados enemigos, los Slytherin, no tuvieron más noticias. Luego de la caída de Voldemort la mayoría se fue del país con sus familias, huyendo como cobardes. Y la otra parte se camufló entre magos, trabajando desapercibidos por la sociedad. Digamos que eso los hacía internamente felices, aunque ninguno lo mencionara mucho…

Capitulo 1:

-No, definitivamente no, no me gusta ninguno, me rindo, no iré-Dijo por cuarta vez la castaña algo abrumada, comprarse ropa no era de su más mínimo agrado, y menos si no encontraba lo que buscaba.

Su amiga simplemente rió ignorándola.

-Ya encontrarás uno que sea perfecto para ti, ya ha pasado otras veces-Se acercó a otra sección y comenzó a bucear entre los tantos vestidos distintos que habían.

-Sí, pero esta vez no me ánima mucho el ir, tu sabes que las fiestas no son lo mío, menos de máscaras-Hermione comenzó a tomar sus cosas para largarse del lugar, pero Luna la retuvo robándole uno de sus zapatos.

-No creo que puedas caminar sin esto-Se burló.

-Luna, no estoy para juegos, tengo que llegar a alimentar a Crookshanks y luego terminar los informes que solicitaron para mañana… Esto es un caso perdido.

-Piensa lo que quieras, yo seguiré buscando. Además tu sabes que Crookshank ya es lo bastante inteligente para alimentarse solo, si no no estaría tan gordo.

-Me ofendes, Crookshank no está gordo-Soltó una pequeña risa, Luna había ganado, seguirían buscando…

Las dos chicas se voltearon al sentir un pequeño carraspeado producido notoriamente a propósito por la vendedora, quien estaba sujetando unos veinte vestidos distintos los cuales Hermione había despreciado.

-Oh, perdón, no llevaremos ninguno de esos, yo creo que iremos a otro local, gracias de todos modos-Luna sonrió dulcemente y caminó hacia la puerta de salida, seguida por Hermione, quien estaba roja de vergüenza.

-Creo que nunca más volveré a esa tienda-Susurró mientras salían-Cuando entro las vendedoras se escapan para no atenderme, ella era la única que quedaba…

-No seas exagerada, estoy segura de que les agradas.

Hermione se rió pensando que la chica bromeaba, pero al mirar el rostro serio de su amiga se dio cuenta de que no era así, por lo que simplemente siguió caminando junto a ella hasta llegar a una pequeña boutique, se notaba a lo lejos que era de esas tiendas con ropa de alta costura, por lo tanto, de alto costo.

-No, aquí no Luna, tu sabes que no estoy dispuesta a gastar tanto dinero, quizás no sea tan mala idea volver a la tienda anterior…-Dijo algo compungida.

-Me vale recordarte que esta es tu oportunidad para hablar con Lucas, necesitas ese contacto para tu nuevo negocio ¿O no?, lo que ganes si todo resulta bien será mucho más de lo que gastes aquí, además mira ¡Son hermosos!

-Sí, pero puedo hablar con él en otra ocasión…

-Sabes que no ¡Vamos!-Sujetó a la castaña del brazo y la acarreó hacia la sección de gala, ahí comenzó a sacar vestidos de diferentes colores y largos, cada cual más bello, refinado y costoso…

La castaña entró al probador mientras Luna se acomodaba en un asiento, Hermione tardaba horas probándose cosas por lo que prefería descansar sus pies mientras tanto.

-¿Y Hermione? ¿Te gusta alguno?-Preguntó la rubia después de haber pasado diez minutos.

-Pues… El rojo me sienta bastante bien, pero aún no estoy segura…

-¡Déjame verte por favor! Estoy segura que te ves bellísima.

-Me da vergüenza…-Respondió acongojada.

-Ay Hermione, no seas así… Entraré a la fuerza si es que no sales tú.

-Ya, está bien, está bien-La puerta del probador comenzó a abrirse, dejándola relucir, se veía perfecta, luna quedó sin palabras.

-Llévatelo-Fue lo único que pudo decir.

-Pero…

-Nada de eso, llévatelo.

Hermione agachó la cabeza algo avergonzada y entró nuevamente al probador para volver a ponerse su ropa, con el dolor de su alma le hizo caso a Luna, compró el vestido y luego buscaron una máscara que le viniera a juego.

Volvieron a sus departamentos ya entrada la noche, Hermione guardó el vestido con extremo cuidado en su ropero, alimentó a su gato y decidió darse un baño de tina antes de continuar con lo pendiente de su trabajo, luego de tanto caminar quería relajarse un poco, estaba exhausta, y así aunque tratase de avanzar en algo no podría rendir de la mejor manera. Luna por su parte decidió ir a visitar a su padre un rato, vivir lejos de él era realmente difícil para ella, por lo que iba constantemente a verlo para asegurarse de que estaba bien. Además su hija Kim adoraba jugar con los raros artefactos que adornaban la casa.

La castaña pasó la noche en vela, trabajando y preparando su discurso hacia el señor Lucas Gray, necesitaba ese socio para el nuevo proyecto que tenía planeado presentarle a su jefe, era alguien fundamental, lleno de contactos y muy inteligente, ella realmente lo admiraba. Por estos mismos motivos se encontraba algo perturbada, si un mínimo detalle salía mal sería difícil remediarlo…

Cuando ya eran las seis de la mañana decidió tomarse una ducha corta, se vistió como normalmente iba a su trabajo; una blusa, pantalones de tela negros y chalas con taco bajo. Tomó café con una tostada y luego de lavarse los dientes se apresuró en tomar su maletín y una chaqueta por si hacía frío.

-Buenos días Marta, ¿Alguna novedad?-Preguntó a su secretaria al llegar al destino.

-Buenos días señorita Granger, el señor Hayes solicitó que fuera a hablar con él inmediatamente apenas llegara, tiene el agrado de comunicarle algo.

Hermione solo asintió sonriendo en modo de agradecimiento y luego de dejar sus cosas ordenadas encima de su escritorio emprendió camino hacia la oficina de su jefe. Tocó la puerta con los nudillos y esperó que la dejara pasar. Tardó un poco porque al parecer se encontraba hablando por teléfono (O al menos eso alcanzaba a notar desde afuera por el ruido). Luego de escuchar el ronco "Pase por favor" tan característico de su jefe entró en la habitación y esperó silenciosa lo que éste tenía que decirle.

-Me han dicho que su proyecto ya está casi listo ¿No es así?-La castaña asintió-Me alegra mucho, usted siempre me sorprende con cosas novedosas y creativas, no sé qué haría sin su persona-Sonrió satisfecho.

Hubo un silencio algo tenso para la castaña, quien aún no entendía para que la requería su superior.

-Te estarás preguntando para que te llamé ¿No?

Hermione asintió algo ansiosa.

- Ya hablé con Lucas Gray y aceptó gustoso el trabajar junto a usted-El señor Hayes esperó la respuesta de la castaña, pero ella estaba sin habla, pasmada-¿No me dirá nada?

Hermione sacudió la cabeza algo conmocionada, no podía creerlo… Por una parte no cabía en sí de felicidad, un gran peso se le había quitado de encima, pero por otra sentía que todos los discursos y persuasiones que había creado hacía el muchacho habían sido en vano… Al menos le quedaba el consuelo de que ya no tendría que ir a esa fiesta de disfraces.

-Muchísimas gracias, no sabe cuán feliz estoy por el favor que me acaba de hacer, es un alivio… En serio se lo agradezco-Del rostro de Hermione surgió una enorme sonrisa, llena de gratitud-Si me permite seguiré con mis labores, ahora que ya tengo como socio al Sr. Gray puedo comenzar con la siguiente etapa.

El señor Hayes asintió, dejando salir a la chica de su despacho.

La jornada laboral de Hermione terminaba a las cinco de la tarde los viernes, por lo que ese día saldría más temprano. Planeaba pedir una cita con Lucas para hablar de negocios, pero al llamar a su oficina le informaron que el caballero se encontraría en reuniones toda la tarde y no tendría tiempo para ello. Estaba algo desilusionada, lo único que quería en estos momentos era poder hablarle de todos los planes y proyectos que tenía, pero no quedaba más que esperar hasta el lunes… Decidió volver a su departamento a contarle las buenas nuevas a Luna.

-¿¡En serio! Eso es genial Hermione, ¡Me alegro mucho!

-Yo igual, estoy feliz ahora que no debo ir a la fiesta de disfraces, era algo que me tenía consternada.

-¿Cómo que no irás? Tu vas si o si. No estuvimos todo el día de ayer caminando por nada, si quieres te puedo acompañar, Kim se quedará con su padre por el fin de semana-Sonrió.

-¿Estás loca? Ahora no tengo excusa para ir, además estoy cansada… Anoche no dormí nada y no tengo ánimos para salir, en serio…

-Vamos Hermione, te hará bien distraerte un rato… Di que si, di que si-Luna tomó del brazo a la chica y comenzó a moverla a la vez que le rogaba.

La castaña la miró indecisa, Luna siempre lograba que hiciera cosas a las que no estaba acostumbrada, y está vez estaba logrando convencerla nuevamente.

-Solo si me prometes no ir con un vestido muy llamativo… No quiero ser el centro de atención-Rió.

-No encuentro que de llamativo tienen mis vestidos… Pero está bien, si quieres préstame uno tuyo.

-¿El blanco?-Luna asintió feliz, era su favorito-Está bien, anda a mi departamento para que nos arreglemos, yo iré a dormir un rato, o no resistiré hasta más allá de las doce despierta hoy.

Luna asintió feliz nuevamente, por primera vez podría salir a una fiesta con su amiga y eso le alegraba. Hermione subió a su pieza y a penas se recostó cayó en un profundo sueño.

A las siete en punto estuvo Luna tocando la puerta de la castaña, la cual tardó un poco en abrir, ya que aún seguía durmiendo.

-Mira, traje algunos tips de la revista corazón de bruja para que el maquillaje no se salga al pasar de las horas-Dijo Luna sonriendo dulcemente mientras entraba al departamento.

Hermione tardó en reaccionar ya que aún estaba algo somnolienta.

-Genial, pero tú sabes que no quiero nada muy sobrecargado…

-Sí, lo sé, pero los labios te los tendrás que pintar rojos, para que combinen con tu vestido, eso lo sabes.

Hermione rodó los ojos y simplemente asintió, no le gustaba la idea, pero ya no tenía ganas de seguir discutiendo sobre esas cosas, fue a su baño a darse una ducha y cuando salió Luna tenía todo preparado para que se arreglasen. Le pasó el maquillaje que la castaña tendría que usar y los recortes de fotos en los cuales aparecía la forma en la que se los tenía que aplicar, Hermione volvió al baño mientras Luna se maquillaba en el espejo de su pieza.

Luego de tener el maquillaje puesto se pusieron un líquido incoloro en el pelo, el cual, según Luna, le daba más vitalidad y brillo, lo había comprado en el mundo mágico cuando fue a ver a su padre. Hermione rogaba que la palabra vitalidad no fuera literal, sería el colmo que en medio de la fiesta su cabello se comenzara a mover solo.

Al ponerse el vestido y mirarse en el espejo Hermione era otra, siempre que habían ocasiones donde tenía que ir de gala recordaba la cara de sus dos amigos en la fiesta de la copa de los tres magos mientras bajaba las escaleras, sonrió para ella misma algo divertida.

-¿Vamos?-Preguntó Luna ansiosa, ella igual se veía hermosa, el vestido de Hermione le sentaba a la perfección, y se había hecho algunos bucles en el cabello.

-Sí, vamos-Sonrió mientras tomaba las llaves de su auto, la máscara y un abrigo para la vuelta.


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