La hierba se levantaba jugosa gracias al rocío caído la noche anterior. El sol iluminaba el verde prado sobre el cual descansaba un joven entrenador, éste yacía dormido con la gorra sobre la cara, impidiendo con ello el resplandor del sol. Unos centímetros atrás su pikachu se entretenía mirando el paisaje, era extraño para el pokémon volver al pueblo del cual habían salido tiempo hace tanto. El pikachu se recostó en la suave hierba, se enroscó para dormitar antes de que su entrenador lo despertara, pero en ese momento a su nariz llegó un extraño aroma. Se enderezó y agudizó su sentido del oído, esperando captar cualquier ruido, pero sin éxito alguno. Se dejó llevar por su nariz y rastreó la fuente de tan peculiar aroma hasta dar con ella. A pasos pequeños y cautelosos se acercó al chico que aún dormía, trató de despertarlo jalándole la camisa, pero al ver que nada conseguía optó por tratar con un impact-trueno, lo cual sí logró despertarlo.
-¡Pikachu! ¿Se puede saber por qué me despiertas de esa manera?
-Pika, Pika Pi…
-¿Qué sucede?
El chico, al ver cómo su pokémon lo jalaba de la ropa y dirigía una mirada hacia un tronco cercano, se dirigió allí.
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El sol de mediodía le había dado tanta pereza que deseó tomar un pequeño descanso antes de volver a Pueblo Paleta, después de viajar sin descanso había sido buena idea el acostarse, pero su pikachu no pensaba lo mismo, así que lo siguió. Su pokémon se detuvo en la cercanía de un tronco caído, donde la hierba era lo suficientemente alta como para ocultar a un pequeño pokémon y fue allí donde la vio: una pikachu con una cinta rosa formando un moño alrededor del cuello. Se asombró de su descubrimiento, mas al intentarse acercar pisó una rama que crujió bajo su peso, ocasionando que el ruido despertara a la pikachu, quien los miró unos segundos y al sentirse acorralada atacara con un trueno al pokémon del entrenador. La descarga fue fuerte, por lo que el chico se preocupó, pero al parecer su amigo no, ya que parecía como si apenas lo hubiera rozado. La pikachu, al ver que nada conseguía con atacar, se recostó nuevamente formando un ovillo y a continuación cerró los ojos.
-Pikachu, lo mejor será irnos, por el listón se puede ver que tiene dueño, no la puedo capturar. Vamos, mi madre nos debe de estar esperando.
-¡PIKACHU!
Una voz a su espalda lo sacó de su plática, por lo que se dirigió a la fuente de la misma y tras unos árboles se topó con una vieja amiga.
-¿Misty?
-¡Ash!, ¿Qué haces aquí?
-Pikachu y yo vamos de camino a Ciudad Paleta, necesitamos descansar un poco de las batallas, la última que tuvimos me hizo darme cuenta que debemos de mejorar, así que vine a ver al Profesor Oak.
-Ya veo.
-¿Qué ha sido de ti?
-Ahora sigo siendo la líder del Gimnasio Celeste, pero también he entrenado para fortalecer a mis pokémon y mejorar mis habilidades.
-Me encantaría tener una batalla contigo. Así podríamos ver qué tan buenos entrenadores nos hemos vuelto.
-A mí también me gustaría, pero ahora estoy algo ocupada, debo de ir a Ciudad Canela a entrega un Pokémon, pero me temo que lo perdí de vista y no lo encuentro.
-¿Qué clase de pokémon?
-Un pikachu.
-Pikachu encontró a uno cerca de aquí, quizás sea el que estás buscando.
-Eso espero.
Así, los viejos amigos caminaron hasta donde estaba Pikachu, quien al oír pasos acercándose se atrevió a salir de su escondite. Grande fue su asombro al ver que era una vieja amiga, por lo que corrió alcanzarla y trepó a su hombro para saludarla con un "Pika-chaaaa"…
-Hola Pikachu, me da mucho gusto verte. Se nota que Ash es un buen entrenador.
-Hago lo que puedo.
-¿Y dónde está el pikachu que me dijiste?
-Aquí, entre la hierba.
La adolescente se asomó para ver por donde su amigo le indicó, topándose con el pokémon que buscaba. La pikachu abrió los ojos al reconocer el olor de la pelirroja y bostezó. Misty la cargó con delicadeza y fingiendo cierto enojo la regañó.
-Ondine… ya te he dicho que no te separes de mí, ¿qué le diré a tu entrenador cuando no llegue contigo?
-Pika-chuuu…
-¡No trate de hacerse la tierna conmigo, señorita! No me tiene contenta.
-Oye, Misty…
-Dime…
-Me preguntaba qué haces aquí si debes de ir a Ciudad Canela, el camino es más corto desde Ciudad Celeste.
-Lo que pasa es que Tracey se quedó con mi Azurill porque quería dibujarlo, así que lo vengo a ver para que me lo devuelva.
-Ya veo, así que tenemos el mismo destino.
-Tal vez podamos hacer el viaje juntos, como en los viejos tiempos.
-Eso suena bien.
-Y ya que estoy aquí, pasaré a ver a tu mamá.
-Le dará mucho gusto verte.
Así, los entrenadores se pusieron en camino a Ciudad Paleta, sin saber que daría inicio a una nueva aventura.
