Título: Princeps inferni.
Disclaimer: Ni Naruto, ni sus personajes me pertenecen son propiedad de Kishimoto-sensei
Rating: T
Pareja: Minato x Kushina (Canon)
Dedicación: Al concurso "¡Aventuras Sobrenaturales!" del foro "MinaKushi; ¡Irresistiblemente naranja!"
Advertencias: Universo Alterno. Leve OoC (¡Contradíganme por favor!)
PRINCEPS INFERNI.
.
I
El príncipe y su princesa.
.
Hay cosas extrañas en el universo y la vida en sí.
Existen sujetos raros, capaces de extraordinarias hazañas, o clichés estúpidos que se registran en libros pomposos, como los Record Guinnes. El mundo es variado y existen demasiadas cosas, pero todas se ajustan a un régimen denominado realidad.
Y Kushina Uzumaki conocía bien ese término.
O eso era lo que creía…
Un sudor frio volvió a recorrerle la espalda, cuando intentó sostenerle la mirada al apuesto chico que estaba parado frente a ella.
Lo odiaba. Siempre lo había hecho.
¿Quién en su sano juicio, no odiaría a un flacucho afeminado?
¿A un idiota sabelotodo?
¿A un príncipe de cuento?
Al pensar en lo último, apretó inconscientemente en sus manos su portafolio escolar, no obstante, y aun con las rodillas temblándole, tuvo el valor de mantener sus ojos violetas en los azulados orbes de su acompañante.
—¿Pretendes tomarme el pelo, niño bonito? —chirrió los dientes intentando mantener inútilmente la calma.
—No, Kushina —Minato dio un paso adelante—. Yo no miento —contestó con candidez y tranquilidad, como siempre lo hacía.
—¡¿Acaso pretendes que me crea eso de que eres un príncipe' ttebane?
—Comprendo tu incredulidad —continuó despacio—, pero como te dije. Yo no miento.
Kushina curvó una de sus cejas, manteniendo una postura escéptica.
—Ah si —la pelirroja fingió arreglar la pañoleta de su uniforme mientras hablaba—. Y dime príncipe, ¿Cuál es tu reino?
—El infierno —respondió con naturalidad.
La muchacha alzó la cabeza de inmediato y retrocedió un paso.
Aquel chico debía fallarle la cabeza, pensó con lógica. Seguramente escuchar Heavy Metal y todas esas cosas que hablaban del mal, del demonio y demás, le debía estar afectando el cerebro.
Sea cual fuere la conclusión, él no obraba normalmente, y con certeza llegaría a ser peligroso.
Deseó en ese momento fuertemente, tener a sus amigas en frente y, gritarles: ¡Se los dije, es raro!
Pero abría tiempo suficiente para eso, después, lo importante en ese momento era, alejarse de él, lo más rápido y distante que estuviera en sus manos.
—Tengo tarea extra de parte de Tsunade sensei, ya sabes que me detesta, así que… a… adiós.
Se mordió la lengua al trabarse, dio vuelta e intentó echar a correr, pero, para cuando quiso hacerlo Minato estaba frente a ella, muy cerca, impidiéndole el paso.
—No tienes tarea extra —continuó observándola con sus ojos tranquilos—. Tus padres amenazaron con no enviarte la mesada completa si se enteraban que te metías en problemas —Kushina quiso hacer algo, pero parecía estar atada al suelo con hilos invisibles—, eso fue hace tres meses, a partir de entonces, tú conducta y calificaciones han mejorado.
—¿Cómo lo sabes? —pronunció en un suspiro ahogado.
—Te sorprendería saber las cosas que sé.
Kushina observó los dedos del joven acercarse peligrosamente para tomar sus cabellos, sin embargo observó los mismos dedos alejarse con lentitud. Pudo respirar tranquila.
La muchacha intentó abrir la boca de nuevo, mas su voz parecía, haberse fugado.
—¿Qué pretendo? —siguió Minato, tomando las palabras de la mente de Kushina. Sonrió sutilmente, como el caballero que era—. Que seas mi princesa.
Kushina escuchó recelosa las palabras y sacando fuerzas de algún lugar recóndito de su ser, dio vuelta apoyándose en una pared de aquel solitario corredor.
Nada de lo dicho por él era posible.
Joder, ¿Dónde quedaba la ciencia, y esas cosas a las que nunca les ponía atención?
—Debes ser un hacker —respiró lentamente—, debes tener acceso a mis cuentas de correo, y…
—No —Minato volvió a interrumpirla—. Estas en Konoha, porque tus padres no te dan la atención suficiente, y pusieron como pretexto que la heredera de Uzumaki Securytis, debe recibir la mejor educación de toda la región, y el mejor lugar, por supuesto, es Konoha Gakuen Den.
Kushina supo entonces que Minato no mentía. Porque ese doloroso momento únicamente estaba gravado en su memoria. Su espalda chocó contra la pared, y su cuerpo menudo y de complexión engañosamente frágil se estremeció, cuando él colocó las palmas de sus manos sobre la pared, dejándola en medio de sus brazos.
—Eres extraña —Kushina frunció el entrecejo molesta.
—Si yo soy extraña, ¿Qué demonios eres tú?
—Precisamente eso —se apresuró a decir Minato con serenidad—. Un demonio —Kushina no pudo evitar agitarse—. Escucha, no pienso obligarte a nada, pero para mí sería un honor que aceptases ser mi princesa.
—¿Por qué yo 'ttebane? —repeló tajante, confiada que el perfecto demonio, caballero o lo que fuera, no la lastimaría.
Kushina tentaba demasiado a la suerte.
—Porque eres diferente, porque no esperas de mí, lo que las demás mujeres sí. Porque contigo puedo ser quien soy, sin necesidad de fingir.
Kushina no sabía si halagarse o asustarse por esas palabras. Quizás debería optar por la primera opción, después de todo, ningún hombre se había interesado en ella después de escucharla por dos minutos, hasta ahí duraba el encanto de su belleza.
—Creí que serias más agradecida conmigo, luego de haberte salvado de aquellos tipos en esa ocasión.
—Ya te agradecí por ello.
Kushina recordó el intento de secuestro que Minato impidió, quien sabe cómo; pero ella no tomó tan en cuenta, simplemente optó por dejar de fastidiar al chico.
—¿Qué ocurrirá si me niego?
Los ojos de Minato se sombrearon melancólicos.
—Nada. No te lastimaría —Kushina abrió la boca, pero todo sonido murió en su garganta cuando Minato chocó su nariz con la suya—. No obstante, si aceptas —le habló casi sobre los labios, mirándola a los ojos. La respiración de Kushina se tornó errática—, garantizo que no te arrepentirás. Todo será nuevo, y la monotonía desaparecerá. Cada sensación será única e irrepetible. Morirás cada noche, y renacerás con cada amanecer.
—¿Cómo un vampiro? —murmulló temblando con sentimientos contradictorios.
—No —aclaró Minato respirándole en el cuello. No la había tocado, y Kushina tenía en claro que ese se estaba convirtiendo en el momento más erótico de su vida—. Los vampiros son criaturas que viven con intensidad una experiencia, pero si esta se repite, para ellos pierde su gracia. Los demonios somos diferentes, para nosotros nada es igual, por muy parecida que una situación sea con otra. Todo es nuevo, intenso y diferente.
Minato acercó sus labios a los de Kushina, y la pobre, por primera vez, olvidó el apodo de Habanero Sangrienta. La pelirroja esperó un contacto suave y apremiante, pero no llegó, abrió los ojos y observó al muchacho unos pasos lejos de ella.
—Lo siento —se disculpó cortésmente—. No necesito la respuesta hoy, la eternidad me ha enseñado que debo ser paciente —Kushina parpadeó incrédula—. Nos vemos en dentro de tres días, cuando en el cielo brille la luna llena.
El muchacho rubio giró sobre sus talones, y Kushina miró como se alejaba.
—Más vale que corras Kushina chan, Orochimaru sensei está a punto de entrar al salón.
La pelirroja corrió en dirección contraria a la de Minato, y este rió girando sobre sus pies, observando la prisa de su compañera de clases.
Un par de muchachas de un año inferior pasaron por el corredor sonriéndole, él correspondió cortésmente.
Simpático y agradable.
Así era él, así era la cara que mostraba siempre, pero también estaba aquel rostro de su propia naturaleza, lo que lo hacía ser lo que es.
Un hermoso demonio.
El príncipe de los demonios y del infierno.
Y afuera del prestigioso instituto escolar, brillaba un intenso y cálido sol.
—o—
Los tres últimos días en la ciudad de Konoha se habían tornado en una intensa y prolongada lluvia, todo el mundo hablaba de lo inusual del fenómeno a puertas del verano, siendo aquellas tormentas algo típico del invierno, y lo mucho que arruinaría dichos fenómenos las vacaciones.
Pero a Kushina no le importaba, ella tenía la certeza, de que producía esas cosas, o al menos es lo que quería creer.
En ocasiones se repitió que todo debía ser producto de una alucinación, y era en ese momento que deparaba en la abrupta verdad, emociones tan intensas, debían ser reales, el olor del cabello de Minato no podía seguir tan pegado a su nariz, si lo ocurrido no hubiese sido verdad.
Kushina se acurrucó con una manta sobre el sillón de la sala, mientras empezó hacer "zapping" entre la programación del sistema de televisión por cable, escuchando las voces provenientes de varios canales tomados al azar.
El reloj marcó en ese momento las 00H00 del día domingo.
El televisor se apagó sin motivo aparente.
El cielo de Konoha estaba decorado por enormes nubes grises, como únicos estragos de una tormenta incesante, detenida al fin.
La luna llena y hermosa, iluminó en ese momento, el cielo en medio de la oscuridad.
Y una sombra se deslizo sigilosa en busca de su presa… quien esperaba con calma el ataque.
CONTINUARA…
Notas de la autora:
¡Hola!
Bien, chicas y chicos guapos, he aquí un nuevo fic MinaKushi para todo el fandom hispano.
Quiero darle un agradecimiento especial a Bella por invitarme a participar en este nuevo concurso —chica, gracias por sacarme de mi hueco oscuro. xD—
Bueno, bueno… es obvio, como lo habrán leído arribita, que este fic fue escrito para un concurso, por tanto si les gusto, espero voten por mí, en el poll de la siguiente cuenta:
http :/ www. / u/3054382/ Minkus_BN (sin espacios),
Sus votos se receptaran durante el periodo del 27 de agosto al 05 de septiembre.
Si votan por mí, se los agradecería mucho, mucho, mucho…
Sé que esta historia esta rara… no, demasiado rara, pero realmente me harían feliz, y si comentan aún más, no olviden que el MinaKushi es lo máximo, así que apoyemos con comentarios, historias y más, a esta parejita.
Besitos y ositos de peluche para todos…
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