-¡Hipócritas todas, zorras todas! ¡Brujas, brujas!

Las acusaciones no podían ser más ciertas, y quien las gritaba no podía ser más sincero. Pero ya, a esas alturas, sonaban como un murmullo más en sus débiles mentes.

Tres criaturas borrachas, en medio de una gran sala, llena de brocados, telas, y arcos, propios de la construcción de la sikhara* principal que formaba el palacio de los poderosos Devas, recubierto de piedras preciosas y de oro. Todas muertas de tristeza, llenas de licor, y de remordimientos. Eran patéticas tratando de sobrellevar su culpa, porque aunque tuvieran miles de años encima, eran como cualquier criatura hija de vecino que hasta ahora se daba cuenta de que había desperdiciado el tiempo con una persona que ya estaba muerta. ¿Y qué mejor que el licor para remediarlo?

Pero en este caso era fatal: Una tenía una túnica blanca, y los cabellos muy cortos, se los había rapado, para calmar su propia culpa, así se hacía en su mundo**. La otra era rubia, y tenía la nariz roja, se le veían las piernas, alguna vez fue adorada por los pueblos menores de Midgard. Y la tercera se ahogaba en joyas, pero colgaban degeneradamente en su túnica blanca, y se enredaban en su castaño cabello. Las tres, reinas de sus mundos, criaturas poderosas en el Universo, ahora estaban reducidas a ser tres tontas ebrias y desaliñadas, todo porque habían perdido a quien había sido la mejor de ellas: Frigga, la antigua reina de Asgard, y sí, quizás la única que valía la pena entre ese grupo de diosas poderosas, pero mujercitas tontas y vanas.

-Frigga siempre fue amable con todas nosotras, y siempre nos escuchó, y ahora… ¡pif! Muerta. Ya no está. Quien nos haya metido en la cabeza que no morimos, está mal de la cabeza.- dijo la castaña, tratando de buscar más vino, y con el rostro lleno de lágrimas, y aturdida. En otro tiempo, como la difunta, fue grande. Los mortales la llamaron Juno, o Hera, y siempre se mostraba digna, y altiva. Pero ahora estaba reducida, entre lágrimas y copas rotas, a ser una mujer desconcertada por lo que había pasado. Su mirada estúpida lo evidenciaba.

-Sí, siempre se ocupó de todas, incluso te soportaba cuando tu marido era un pillo, y se iba con ninfas y otras criaturas. Que su marido Odín me perdone, pero el tuyo ya no tenía arreglo, y ella siempre te lo advirtió. Y te ayudó a vomitar, a cuidar de tus díscolos hijos, y a soportarte todas tus estupideces- dijo la rubia, que se llamaba Belisama, y también, como Frigga, fue adorada. Pero esta tenía menos que pagar, menos que las otras dos. Siempre apoyó y fue la confidente del dolor de esa reina, que tuvo que ver a un hijo suyo en prisión, y al otro, con la pesada carga del trono y una historia familiar como para enloquecerse.

Se oyó otro suspiro. O muchos. Era evidente que la anfitriona era el motivo por el que las otras dos dolientes se habían reunido: Había caído en la locura.

-Ah, era más buena que todas las tres. Valía por las tres…¿cierto que era tan buena? Siempre fue mejor que yo. Siempre… ¿cierto que era buena, Hera? ¿cierto que era buena, Belisama? Era buena, sí… era buena…

Quien era autora de semejantes elogios delirantes era otra reina, que se culpaba de la muerte de la soberana asgardiana. Era Laskmí, que en la Tierra era considerada diosa de la belleza y el amor, muy al oriente. Pero había convenido con su marido que no intervendrían ni ayudarían a los asgardianos, en venganza por ellos haberlos abandonado hacía años***. Pero nunca creyó que Frigga iba a morir, y la culpa la asolaba hasta la demencia. Se sentía acusada, y de pronto, se dio cuenta, en un arranque de lucidez, que era una bruja pueril, y que sí, Frigga tuvo lo que ella nunca pudo ostentar, a pesar de sus joyas: Nobleza de corazón, y grandeza. Incluso con ella y su altivez, y su arrogancia desdeñosa. Frigga siempre fue buena amiga, lo que ella jamás pudo cumplir.

-Oh, Laskmí. Pobrecita Laskmí. – dijo Hera, tomando su mano, mientras Belisama tomaba la otra. Ese trío de hipócritas, paradójicamente, había sido el que más había lamentado la desaparición de la reina Frigga, luego de que Malekith, el elfo oscuro, despertó y atacó Asgard. Por culpa y por remordimiento, estaban las tres, ahora, emborrachándose.

– Oh, querida…

Ella se levantó, y las otras vinieron a ver un drama de proporciones éticas.

-No, no me miren a mí. La pobre, la pobre Kali, que perdió a su Loki…¿quién me la consuela ahora? ¡Era tan buen muchacho, siempre lo dijimos! Sus padres nunca quisieron creerlo, pero nuestra Kali sí, y nosotros también. Era tan bueno, tan formal…

-… mataba gente…

-…congeló a Heimdall…

-…destruyó Midgard…

-…mató a su padre…

-¡Pero murió con honor, por todos los demonios!- bramó la aturdida mujer, ante lo que consideraba hechos insignificantes (o así llamaba a los crímenes de Loki****). –Kali lo aleccionó bien, comprendió que la humildad y la muerte por su mundo eran el mejor camino. Qué lástima que no corrió la suerte de mi pobre, pobrecilla sobrina. Oh, qué triste. Será una solterona de por vida. Vayan a verla. Yo no puedo. Yo no puedo- dijo, tumbándose al piso, y diciendo de nuevo "Oh, Frigga, la pobre Frigga"…

Las dos mujeres miraron con preocupación a su amiga, y confirmaron los rumores: Definitivamente, la reina de los devas se había vuelto loca. Atravesaron la gran estancia, mientras veían a los habitantes de palacio y del reino mirarlas como unas locas (murmuraban indignados: eso con Visnú no hubiese sucedido), y dos guardias azules, de cabello largo y negro, se interpusieron apenas llegaron a la gran estancia.

-La Reina trabaja.

-Quítate, palurdo. Laskmí nos envió- dijo la rubia. Los dos soldados se miraron, y pasaron. Vieron una gran mesa, y un montón de papeles. Un pavo real los apilaba, e iba picoteando rápidamente.

-Señora- dijo, con suave voz.

-Cookie Segundo**pp*, te dije que no me molestaran- replicó una voz dura, desde el fondo, en sánscrito. - ¿Y dónde está mi té, el que iba a traer la nueva? Se murió, o qué. ¿Por qué nadie está listo con los informes? Tuvieron horas para prepararse. No entiendo por qué nadie está listo.

Las dos mujeres oyeron pasos, y muchas voces asustadas. El pavo, al ver a las dos ilustres ebrias, sin embargo insistió, y las dos se sobrecogieron al oír la voz acercándose.

-Dije que no más visitas diplomáticas hasta el martes. Pero ya que insistes, más vale que valga la pena- dijo la fría voz, cuya dueña apareció, completamente enjoyada, y con un sari verde esmeralda. Se veía en ella la majestad, la altivez, y un rostro joven y bello, pero duro y apagado. Belisama apenas pudo eructar de asombro, y se tapó la boca.

-Querida… creí que te íbamos a ver como tu tía. Con esa túnica blanca y sin pelo- dijo.

-Sí... tu tía cree que…

-Mi tía no sabe que soy Reina encargada. Siéntense, por favor- dijo la mujer a las otras dos, que no dejaban de observarla.

-¿No lamentas ni un poquito la muerte de tu amant…?- preguntó Hera, antes de ser golpeada por la otra. Hubo un silencio incómodo, pero al parecer la emplumada mujer, en su imponente escritorio, no se alteró. Loki, el dios del engaño, el criminal más grande de Asgard, el malogrado príncipe que ayudó a su hermano Thor a salvar su mundo, había muerto. Y ella había sido su compañera de escuela, y se rumoreaba que un poco su amante. Había sido, aparte de la pobre Frigga, la única que lo había visitado en prisión*******. Y ahora estaba ahí, como si nada.

Las dos diosas descompuestas se miraron, sin saber qué hacer. Kali sonrió levemente.

-Ah, sí. – dijo ella, como si fuese una tontería. - Él no querría que yo le guardase luto, no como mi pobre tía, a quien han visto más loca que una cabra, si me lo permiten decir- dijo Kali descarnadamente, sin mostrar un ápice de compasión. –Nos lo prometimos antes de separarnos. Habría querido vengarme en el responsable, pero su hermano lo hizo mejor que yo. Ahora mi ropa es verde, para recordarlo.

Las dos se miraron asombradas, pues esa mujer no se traicionaba ni ante la muerte de por quien había arriesgado su reputación, y había quedado señalada como amante, o por lo menos cómplice. Ah, qué lástima que ese pobre chico hubiese muerto. Sin su madre ya no era nadie, y fue lo mejor que pudo hacer. Pero había dejado a esa pobre doliente, tan bella, tan dura…

Los ebrios suelen imaginarse cosas, sobre todo cuando alguien acaba de morir. Le pidieron, para alimentar sus fantasías folletinescas, que contara la historia de su visita en la cárcel, una vez más. Kali dijo que por magia lo había visitado, tanto como de manera personal.

Se separó entre lágrimas, postrada, rogando por su destino perdido, y no sin antes pedirle que no la olvidara... y lloraron esas mujeres, por tan buen muchacho, ¿quién había cometido la osadía de encerrarlo, y de separarlos así? ¡Ah! Decían. ¡Si Odín hubiese consentido en casarlo contigo, hasta el pobre muchacho y su madre vivirían! Ya que se hubiesen vuelto aliados, y nada hubiesen podido negarle… mugre vida.

Kali tuvo que soportar más hipótesis similares de las dos borrachas, antes de llevarlas escoltadas por sus propios guardias. Apenas cerró la puerta, suspiró, con su ceño fruncido, y se quitó el pesado collar. El poder no le pesaba tanto como las condolencias. Cookie Segundo, su nuevo asistente, volteó los ojos, y con el pico, lo puso a un lado.

-Los consejeros vienen en una hora, majestad.

-Lo sé- dijo, para sí misma. –Diles que no tienen más tiempo.

- Ya lo hice, majestad. ¿Está bien?

-Sí- dijo, mirando hacia la ventana, que daba a un estanque de lotos azules. Hacía un año, ya. Un año de haberlo visitado en la cárcel de compartir mutuos recuerdos y conocimientos. Se habían conocido en la escuela, de muchachos, habían aprendido juntos, matado juntos, crecido juntos. Y ahora no estaba. Compartieron todo, sus cuerpos, sus odios, sus cuitas, sus venganzas.

Habían hecho un pacto sangriento porque él quiso, y ahora, morir. O desaparecer. Porque apenas supo la noticia, y luego de casi enloquecer, el antiguo maestro de los dos, y dueño de las almas, Hades, le informó que el más brillante alumno de la escuela de Yggdrasil no se encontraba entre los muertos. Pero debían callárselo. Lo hicieron.

"Si tan solo pudiese encontrarte. Ahora tú te perdiste, ¿te acuerdas? Como lo hice yo luego del baile de graduación. ¿Dónde estás? Sabes que donde quiera que estés, no vacilaré en recibirte", pensaba, para sí misma. Ah, si la viera ahora. Era reina por poderes, reina en funciones. Nadie le discutiría nada en su propio mundo, ante la ausencia del verdadero rey, Vishnú, y el heredero, Shiva, quienes por congraciarse con Odín, fueron a ayudarlo a reconstruir su mundo. Ella quedó como la única gobernante en el suyo.

Sonrió, apenas el pavo le trajo helados. Esos siempre le gustaron a Loki. Entonces llegó una joven agitada, con la bebida que creyó haberle pedido, pero más bien le trajo cerveza roja de Muspelheim.

-Ese no es mi té. ¿Tanto te tardaste? Bota esa porquería.

-Bueno, era lo único que había en…

El pavo, presente, volteó los ojos. Era lo peor que se le podía decir a una mujer estresada por un duelo mal asumido, y que tenía sobre sí toda la carga del poder. Sobre todo por la cerveza: Esa le recordaba a Kali que ella había hecho el hechizo con el Aether, que había abierto otro portal, y luego había conectado a Malekith con "la mortal esa", Jane Foster. Todo porque se había emborrachado con el demonio Surtur, con tal de liberar a Loki. Y Loki había muerto por su culpa, y ella se atormentaba por eso. No, no era buena idea darle a esa mujer desequilibrada y furiosa la cerveza que le recordaba lo que había pasado.

"Ay, niñita. Hablas con la diosa de la destrucción en persona y tú la contradices", pensó la avecilla, que siguió picoteando.

- Okey… Anjali, o como te llames…bótala. La quiero lejos de mi vista. ¿Respondiste a la invitación de la señorita Yemayá?

-¿Yema… quién?

-Yemayá, mi amiga…

-Ay, señora, usted me envió a buscar té, no a responder invitaciones.

Era el fin de esa pobre chica. Kali, déspota absoluta, reinaba bien porque todo iba a su ritmo. Pero con las piezas que no encajaban, pensó el inteligente pavo, ella las destrozaba.

-Oh, querida… lárgate- le dijo el pavo, escondiéndose debajo de la mesa, como si nada. – Corre. En serio.

La muchachita se quedó horrorizada cuando vio a su reina crecer dos veces su altura, con el cabello vivo, los ojos de fuego y sacar la lengua.

-¡FUEERAA DE MI OFICINAAAAAAA!

La niña salió horrorizada, y de allí salió fuego, mientras se oía un gran estruendo. Varias damas y soldados se acercaron, y encontraron a la reina con la mano apoyada sobre la pared.

-Vayan a trabajar- dijo ella, sin mirarlos. –Cookie Segundo, sígueme. Y que alguien, por amor a Brahma, limpie este maldito desastre- dijo, antes de salir, empujándolos a todos, hacia su habitación.

No tuvo paz, porque luego del escándalo, entró su hermana, molesta. Parvati, esposa de Shiva.

-Tuve que enviar a las amigas de mi tía a sus planetas. Por Brahma, estás horrible. Pero no tanto como esas malditas ebrias. Mi tía anda dormida, por si quieres preguntar. Como siempre.

Ella no la miró. Estaba tomando un baño en el estanque. Era su único momento de paz.

-Oh, Kali… no sé ni sabré jamás qué es perder a alguien a quien amas… era un tipo cretino, detestable y arrogante, tanto como tú. Pero sí habría sabido gobernar… aunque hiciera bromas horribles y bueno, todo eso y ya sabes qué más.

-No inventes, no lo amo.

-Tontita, claro que sí. ¿Acaso crees que no sé lo que hiciste luego de que te enteraste?

-Parvati, solo recopilé sus cosas, medité e hice el duelo de una persona adulta. Como debe de ser.

Esta se asustó, al ver a su hermana abrazándola.

-¡Oye! ¿Qué te pasa?

-Kali, me das pesar- afirmó ella con convicción.

-Púdrete. Claro que no. Gobernar no es fácil, maldición. Lo sabes.

-Kali, es en serio. Si quieres te programo una cita con la Doctora Banshee. Vamos, harías más feliz a mi tía. Y darías a todos la sensación de que estás en duelo y trabajas en ello. – dijo, levantando las cejas. Esta volteó los ojos, fastidiada. Otra que también le tenía lástima.

- Okey- dijo la morena como por desembarazarse de ella. – Pero no en horas de trabajo. Ahora vete.

-Bueno, en fin. Iré con los niños a comer, si tú quieres.

No bajó a comer. Solo se quedó en el estanque, que se iba enfriando, mirando como estúpida los lotos.

"Loki, incluso sin verte me haces pasar muchas cosas. Ah, si te llego a ver…", amenazó, recordando lo que había sufrido cuando se enteró de su destino.

Meses antes

-Loki era tan buen muchacho…- le dijo Kali a su tía, apenas se enteró de la muerte de Frigga, quizás la única mujer a quien siempre admiró por la bondad y la astucia combinadas, algo que ni ella ni Loki mismo pudieron compaginar nunca. Porque ya no había nada que detuviese a ese ente, nada que pudiese llevarlo a tener conciencia, ni amor, ni compasión. Se había perdido, para siempre, su corazón, y nada lo ataría para llevarse en su camino a quien osara interponérsele. Pensaba en él, apenas recorrió los pasillos.

"Cómo habrá sufrido. Sé que esto lo desgarrará, lo partirá en dos. Ya no serás el mismo, Loki. Pobre, pobre de ti ", pensaba, preocupada. Se sorprendió al encontrar, en el Concejo, a sus amigas, con el rostro surcado por las lágrimas, y de blanco, según la tradición deva. Angerboda y Amora la miraban preocupadas. Shiva no quería hacerlo, tampoco Krishna. El rey Rama fue el único que se acercó a ella.

-Asgard estuvo bajo ataque, mataron a su Reina.- le avisó, sin sentimiento.

-Lo sé.

Vio a Angerboda y a Amora acercarse. La miraban con profundo dolor. Ella no entendía.

-Cariño…

-El príncipe Thor y su hermano fueron a destruir al enemigo y la sustancia de su mundo. Kali…- dijo el hombre, frunciendo el ceño. –Loki…

Ella ya no escuchó más, y vio la mirada de Angerboda, asintiendo, y tapándose la boca. Amora la miraba prevenida, y los hombres de su familia, serios y graves, de la misma manera.

-Kali, lo lamentamos mucho- dijo Visnú. Debes calmarte…

Ella los miró, levantando una ceja, y luego, sonriendo para sí misma, mirando al piso. Ah, pueriles. Ya sabía para qué habían llamado a sus amigas: Para que no se volviera loca de furia y dolor y destruyera todo, como la última vez. Y por eso la habían encerrado. Eran tiernos.

-Ah, ahora creen que enloqueceré de furia y los mataré a todos. Qué considerados- dijo, socarronamente. – Señores, soy la Canciller. Ahora le pido, majestad, tiempo de recogimiento. Es personal- dijo. Angerboda se dio cuenta de que las manos le temblaban, y se aproximó hacia ella. Le hizo una señal a Amora, que le tomó la otra mano.

-Está bien, Kali. Lo entiendo.- dijo Visnú, preocupado.

Ella retiró las manos de sus amigas, altiva.

-Salgamos- dijo, y volteó el pelo, que le pegó en la cara al Rey Rama, que la miró furioso. Pero apenas salieron, Angerboda y Amora notaron que sus manos se iban colocando azules, y su pelo iba encrespándose.

-Ahora- le dijo Amora a Angerboda, y las tres desaparecieron. Llegaron a un mundo yermo, y ella comenzó a gritar ensordecedoramente, llena de dolor y de furia. Las dos mujeres se taparon los oídos, e hicieron una burbuja. En eso, apareció Shiva, picado por la curiosidad y el espanto. Se tapó los oídos, apenas vio a su prima transformarse, invadida por el dolor.

-¡Oye, metiche!- le gritó Amora desde la burbuja. –Entra, o te irá mal.

-Así que por eso las llamó mi tío. Sabía lo que se vendría- dijo, horrorizado, al ver a Kali transformarse y comenzar a destruir todo, con una potente onda expansiva. Destruía montañas, ríos, y su grito no paraba. Daba alaridos, y Shiva notó con horroroso dolor, que lloraba sangre. Sus alaridos se convirtieron en verdaderos gritos agónicos, y pronto dejó de desplegar su energía, y comenzó a hacerse cortes ella misma. Sus amigas gritaron de espanto.

-¡Detenla!- le dijo Angerboda, agarrándolo del hombro. Shiva la veía tan asustado como ellas, pero la giganta fue insistente.

-¡Haz algo, tonto!- le gritó, mientras veía a Kali mirar al cielo, arrodillada, con las manos al aire. Shiva entendió que sí, eso también era amor, en su más horrorosa y retorcida expresión, y que definitivamente la habían quebrado. Que Kali ya no sería la misma, y se destruiría si no hacían algo, y eso lo comprobó al verla desgarrarse el rostro con sus uñas, como si exorcizara su dolor autoinfligido, y dando más alaridos, como si con eso quisiera librarse de su propio horror.

Ahora las uñas cortaban su cuello. Sobreponiéndose al horror, se paró al frente de ella , y detuvo sus manos. Ella lo miró como si viera a un extraño, de manera vacía, mientras él hacía fuerza, para detener su poder destructivo, sudando.

-Se destruye a sí misma ya que no puede matar nada. ¡Intenta más!- le gritó Amora al dios, que luchaba, con toda su fuerza, contra la energía de su prima.

-Kali, no… no…- le insistía. Amora y Angerboda corrieron a su encuentro, y vieron a su amiga desvanecerse.

Tres días después

- No quiere comer. Haz algo- le dijo Dhugavatti a Angerboda, que relevó a la anciana, y entró con una bandeja.

-Cariño, a mí también me duele. Más de lo que te imaginas. Pero ahora debes comer. Él no hubiese querido esto para ti. Él también te vio muerta, pero honró su promesa.

-Quiero dormir. Estoy muy cansada.

-Llevas dormida ocho semanas. Come, y sigues durmiendo- le dijo, con una leve sonrisa de bondad. Tocó su rostro, y vio que las laceraciones que se había hecho ya estaban casi curadas. Pronto no se notarían. La giganta sabía que ella lo había hecho porque se culpaba por algo, pero no sabía qué era.

La alimentó, como si fuera una chiquilla recién nacida. Le daba la comida a cucharaditas. Acarició su rostro, con tristeza.

-Lo último que le dijo a Thor fue que sí, era un tonto. Un tonto que lo hizo por su madre, murió para vengarla. No lo juzgues por morir por su madre.- insistió.

-Quiero dormir…- insistió Kali, que cayó pesadamente al lecho. Angerboda salió, apagando las luces. Ella se quedó mirando la oscuridad. Recordaba la socarronería de Loki, y su cinismo. Cuando bailaban juntos, o maquinaban juntos. Él bailó con ella luego de matar a toda su escuela, y la había admirado. Jugaban, creaban, robaban. Siempre tenía una sonrisa maligna en la cara, pero con ella había sido un gran amigo. Y su relación violenta y apasionada no cambiaba las cosas. Él era el único que la había admirado en su monstruosidad, así como ella a él. Extrañaba cuando se tomaban de las manos, o se quedaban ociosos, hablando y burlándose de todo. Cuando la vestía, luego de caer en arranques violentos de pasión, o cuando hacían magia, y él le enseñaba sus descubrimientos. Y cuando se recostaba en su regazo, sin decirse nada. Ahora, nada de eso volvería, y fue tanto su dolor que volvió a dormirse.

"-Esta eres tú.

"-¿A tantos maté?- dijo ella, consciente, por primera vez, de su transformación, de lo que la hizo temible ante el Universo. Un baile de graduación sangriento. Fuego y cabezas, sangre alrededor. Él se lo mostró, orgulloso.

"-Sí.

"-Baila conmigo- le pidió ella. Y lo hicieron, abrazados en medio del caos y el dolor, la muerte que ahora se lo arrebataba".

Apenas despertó, se cayó al levantarse de la cama. Sus piernas no le respondían, y de ella se apoderó la autocompasión. Comenzó a llorar hasta que se agotó, y Dhugavatti la sumió en otro profundo sueño.

-Gastó mucha energía cuando enloqueció. Ahora está como cuando Odín se sume en el sueño. Es mejor así.- dijo la anciana, cansada y con tristeza. –Ahora vivirá como yo, inconsolable por el fin de sus días. No quiero ese destino para ella, pero es terca. Sobre todo luego de lo que hizo…

Angerboda preguntó, y se enteró de que Kali, por intentar liberarlo, hizo un hechizo con el Aether, y escogió a una persona clave para el caos: "La mortal esa". Sabía que habría caos en Asgard, y Loki aprovecharía. Pero no contó con que Frigga moriría, y él la vengaría, para terminar así.

-Ahora puedes ir a matarla, si es que quieres vengar en ella a Loki, pero creo que no aguantará mucho torturándose a ella misma- insistió Dhugavatti. Pero la giganta no dijo nada, y la anciana vio que lloraba, frente al fuego. Era pura compasión, y dolor genuino.

-Creyó que sería como aquí- insistió la anciana. –Que la reina no sufriría. Pero Frigga no era como Laskmí, que es una completa cobarde. Ella no se escondió, luchó por la mujer de su hijo, y ese fue su fin. Y era comprensible que el hombre enloqueciera, y muriera ayudando al hermano. Pero ahora, ¿quién la convence de lo contrario? Debes prepararte. Ella morirá. Morirá porque no aguantará sus propios reproches.- dijo con pesar.

-No si yo lo impido. ¿Se acuerda usted del campamento aquél, al que fueron todos los chicos con engaños?

Dhugavatti bufó. Claro que se acordaba. Kali había destruido todas las Islas Afortunadas, junto a Loki, y mató a casi todo el mundo. Llegó inconsciente, creyendo que había sido herida por defenderlo, cuando en realidad la instigó a eliminar a diestra y siniestra.

-Bueno, había una prueba, la de 'Captura la bandera'. Los tontos se la pasaron cambiándola de lugar, y no le niego que fue divertido. Yo me encontraba fumando, en una cueva, y los vi, muertos de risa.

"-Pfff ¿te imaginas si se mueren?- le preguntó Kali a Loki. – No sería chistoso.

"-Claro que sería chistoso. Como una historia de horror, o algo.

"-'Los muertos por captura la bandera. Le pasó al amigo de un amigo…'

"Rieron.

"-Oye… ¿has pensado qué harás si yo me muero?- le preguntó Kali a Loki. Este sonrió.

"-Vengarte. Y no llorar.

"-Pero a quién le vengo a preguntar- gruñó ella. Él se sentó junto a ella.

"-Kali, por más que lloremos, no volveremos. Será complejo, y difícil. Pero mientras tanto, nuestras lágrimas no nos honrarán. ¿Te imaginas ponerme a dramatizar? Quisiera honrarte con la ira, la venganza, y sobre todo, de una manera digna y poderosa.

"-Eres demasiado grandilocuente. Yo sí lloraría.-respondió ella, sin inmutarse.

"-No. Haremos algo: Si tú mueres, yo demostraré mi dolor, tal y como quieres. Pero si yo muero, vas a perfumarte, vas a enjoyarte, y vas a ser más cretina que nunca. Ahí tienes, así me honrarás.

"-Así que con la 'cretinidad' sabré recordarte.

"-Dices bien.

"-Ay, Loki. Estás más loco que nunca.- suspiró ella, que sacó la bandera.

"-Por eso me aprecias.

"-See… ¿ahora dónde quieres ponerla?

"-En el pico más alto, si te parece.

"Ella sonrió, y los dos salieron, ruidosamente, de la cueva".

Angerboda contó el episodio, y Dhugavatti pensaba.

-Por favor, recuérdale esto. Será la única manera de salvarla- dijo, sentada al lado del lecho.

-Por supuesto que sí. Déjemela a mí.

Ella también había querido a Loki, pero no al nivel retorcido y lleno de locura pasional de Kali y él mismo. Lo había amado, tenido en sus brazos, lo había aconsejado. Pero ella se amaba más, eso siempre primó. Y eso siempre había sido su más grande defensa ante un ser tan impredecible y oscuro como aquel hijo de gigantes al que conoció por pura casualidad y caprichos de la lujuria. Porque sabía que Loki no merecía nada, y porque sabía que no lo valía del todo, es que quería salvar a su única amiga de la desesperación.

"El amor es una enfermedad. Y en este caso, siempre estuvo corrupto", pensó.

Kali despertó, dos semanas después. Lo primero que pidió fue un espejo. Tenía grandes círculos negros sobre sus ojos, hundidos y resecos. Sus labios estaban partidos. Caminó, para sorpresa de sus amigas y tía, hasta su habitación, donde tenía un baúl. Lo abrió, y sacó una túnica verde. Otra pieza. Libros. Cartas. Otra túnica, a la que abrazó, y olió. Las cosas de él, que Frigga le había dado, porque sabía que serían destruidas como infames. Solo ella podía habérselas llevado. Cada una tenía una historia, pero esa túnica, en particular, fue la que usó en el baile de graduación.

-¿Es necesario que haga eso?- susurró Karnilla, y Amora la miró atónita. Angerboda se cruzó de brazos.

-¿Qué? Puede estar llena de moho, o algo.- protestó la pelioscura.

Kali miraba oscuramente a la pared. "Me dijiste que mataría a quien amara. Te maté a ti", pensó. "Te maté a ti".

Volvió a oler la túnica, de manera sensual y perversa, como si extrajera su aliento, y su esencia. Su violencia y su amor. Luego la echó al fuego. Comenzó a hacerlo con todo, menos con las cosas más valiosas, que mandó a guardar y a conservar. Luego se echó a llorar, otra vez. Ya no le importaban sus celos, o su maldita autosuficiencia, nada. Para ella, Loki se había vuelto bueno.

No quería hablar. La culpa no la dejaba. El horror no la dejaba. No tenía cabeza todavía para pensar cómo revivirlo. Lo haría, lo juraba. Así pasó, dos meses.

Alfheim

-Oh, no… pobre…

-Sí, Thor lo lloró mucho, aunque no lo creas. Siempre fue noble en eso, incluso con Loki. Y no nos digamos mentiras, el tipo hizo su parte.

-Sí, aunque me caía tan, pero tan mal en la escuela… Atenea decía que a pesar de ser tan cretino, era un buen sujeto. Pero ella fue novia de Seth, ya sabes. Ama los tipos malos y rudos.

-Sip, todos lo odiaban. Pero bailaba bien.

-Jah, eso sí. Él nos salvó del hermano loco de Heimdall. Insultaba bien.

-Que ni qué. A mi hermano siempre lo fastidió, pero es que Apolo es insufrible.

-Pienso lo mismo.

-Oye…¿ has sabido de Kali? Supe que lo visitó en prisión. Pobrecita.

-Nos informaron que tuvieron que encerrarla. Imagínate cómo quedó.

-Bueno, yo también quedaría así si me mataran a mi Safo.

-¿Sigues con ella?

-Sip, vamos a casarnos en un planeta donde sea legal. Zeus la hizo inmortal.

-¡Bien por ti!

-¿Y tú qué? Me imagino que tienes a ochenta asgardianas babeando por ti, como siempre.

-Bueno, tú sabes como soy…

-Ay, Fandral. Siempre supe que no sentarías cabeza. Pero bueno, pobrecilla Kali. Aunque te confieso que me caía tan mal como su nov…

Fandral, uno de los Tres Guerreros, y quien se encontraba hablando con su antigua novia, Artemisa, sobre su vida y cuitas, se topó con Angerboda, que iba imponente, bella y de negro. Estaba al lado de una vieja con el vestido propio de los dos iban severas, al lado de Amora, que los miró con una sonrisa maligna.

-Ho… hola, maestra.

-Fandral. Estás muy bien, por lo que veo- dijo, levantando la ceja. Artemisa miró hacia otro lado, luego de saludarlas.

-Seee… oiga…

-Les presento a Dhugavatti, tía de Kali. Qué casualidad, estaban hablando de ella- dijo la giganta, punzante.

-Bueno sí- dijo Fandral, enfrentándose a esa mujer que siempre hubiera querido liarse. – No fue desconocida su cercanía con Loki, y lamentamos lo que le ha pasado.

-Ella está bien. Loki le hizo prometer que sería digna. En cuanto a mí, lamento mucho lo que le ha pasado. Pero en fin. ¿Cuándo fueron sus funerales?

-Hace unos meses, maestra. El maestro Hades nos acompañó, sabía que siempre tuvo afinidad con él.- le informó Fandral.

-¿Odín mostró pesar?

-Tanta dignidad como en el funeral de la señora Frigga, maestra- dijo Fandral, extrañado de que ella le preguntase esas cosas.

-Ah. Bueno.- insistió Dhugavatti. – Estamos aquí porque estamos renovando el vestuario de mi sobrina, que ha decidido usar los colores de su antiguo amigo. Gracias por ser tan expresivos- dijo, y apenas se fueron, Fandral suspiró de alivio, mientras Safo llegaba de los baños.

-¿Qué onda? Parece que les pasó una tormenta encima. Amor, ¿estás bien?

-Sí, Safo- le dijo Artemisa a la muchacha, de cabello corto. – Solo que hablábamos de lo que habla todo el mundo, de la muerte de Loki.

-Ah. ¿No que te caía mal?- preguntó, y Fandral suspiró, cansadamente.

Mientras tanto, Angerboda estaba en otra mesa, contándole todo a Yemayá y a Astarté, otras dos amigas. Seth, también en la reunión, y usurpador del trono de su hermano, Osiris, las miró sonriendo, apenas quedaron, luego de mucho vino, los tres, en la mesa.

-No creo. El Loki no es bobo. El Loki no se deja matar así. Hades nos entrenó bien para eso.- afirmó.

Angerboda asintió, pensando que podría ser cierto.

-Pero lo que nos contó el tonto hermoso ese asgardiano, ¿qué?- insistió la anciana. – Todo el mundo vio su funeral.

-Bueno, seee…- insistió Seth, ya medio ebrio. – Pero siempre se puede cambiar el cadáver, y en el caso de Loki… pffff no sé… supongo. Pero sería una idiotez, digo yooo- insistió. – Que Loki se dejase matar de una manera tan estúpida.

-He visto, en nuestro mundo, morir a guerreros de maneras más estúpidas. Y no es divertido cuidarlos- insistió la vieja Dhugavatti. – No sé cómo será en la casa matriz, que controla Hades, pero las criaturas mueren de maneras que no querrías saber. En mi sección, por lo menos, es así *********.

Angerboda ya no parecía estar prestando atención, pensaba en Hades, y de pronto, entendió todo. Iba a expresar una idea, pero en eso, vieron dos manos que golpearon su mesa.

-¡Jah! ¡Mándale a decir esto a Kali, maestra! ¡Me alegra que su maldito hijo de perra haya muerto!

La anciana Dhugavatti palideció de furia, y vio a una rubia platinada, con mirada malvada,y a un pelinegro guapísimo, con túnica dorada. Apolo y Afrodita. Marido y mujer, luego de la larga sucesión de amantes y esposos que habían coleccionado entre los dos, que se rieron. Seth apretó los labios.

-Repite eso, imbécil, y te arranco la boca.

-Bueno: Díganle a la PERRA de Kali que me ENCANTA que su amante haya muerto.

Seth se levantó, pero Angerboda lo detuvo con la mano y los miró, con una sonrisa de pesar.

-¿Quieren que les cuente una noticia peor?

-Adelante- dijeron los otros dos confundidos.

-Dormí con tu marido tres meses después de que te casaras con él. – le dijo a Afrodita, que abrió la boca estupefacta. La giganta de hielo pasó a donde Apolo.

-Y tres veces, pero…- dijo, para mirar a Afrodita de nuevo. – Adivina qué: No se puede arreglar lo que es inservible- dijo, mostrando su dedo meñique, en alusión a la virilidad del dios, que se puso furioso. La anciana y Seth comenzaron a reírse.

-¡Maldita puta…!- gritó Apolo, enfurecido.

-Kali te manda saludos. Ah, sí. Durmió con él también. – le informó a Afrodita. – Y tampoco le gustó, según recuerdo, dijo, Ares, ese sí que rendía mejor. ¿No fue con ese al que engañaste al pobre y bonito, ahora multimillonario Hefesto, Afrodita?*****. Ay, no debiste dejarlo, sí que escoges de mal. Bueno, los amo, adiós…- dijo, y sus dos acompañantes los empujaron al salir. Luego de oír una bofetada, y varios reclamos, Seth hizo un escudo protector, sin mirarlos. Les habían lanzado un rayo por la espalda.

-¿Ven? Si ni con el pito acierta, cómo será con aquello- dijo Angerboda en voz alta, causando las risas de todo el restaurante.

-Todo muerto es bueno- insistió Dhugavatti, deleitada con esa pequeña victoria moral.

-Ni que lo digan- dijo Seth. – Ay, se les vino encima algo peor.

-No puede ser…- insistió Angerboda, y volteó los ojos muerta de irritación, al ver a Sigyn de luto, con Theoric a su lado. Se miraron, como dos viejos enemigos naturales, pero esta la abrazó, llorando. La giganta abrió la boca, desconcertada, y no sabía qué hacer. Seth le aconsejó abrazarla, y eso hizo.

-Dile a Kali que todo rencor ha quedado olvidado. Y contigo también.

-Okey…

-Aunque me hizo daño, hizo parte de mi vida. Y por lo que hizo, mi admiración, mi respeto y todo lo que pensaba de él, ha vuelto. Dile eso a Kali, que sé que lo valorará tanto como yo. Iré a visitarla.

Seth miró extrañado a Dhugavatti, que levantó los hombros.

-Dile que Loki si, Loki sí era un gran hombre.

Luego de despedirse, Angerboda pensaba en la nave "todo muerto es bueno". Y pensaba en la puerilidad del asunto. Antes, Loki era el innombrable. Ahora, era el que todos querían amar. Estaba de moda dejar de verlo como un criminal, para el que ahora era el grande, magnificente y sacrificado. Ella, como Seth, tenía sus dudas, y sabía que él jamás lo habría hecho de gratis.

Brahmapura/Mundo Deva

Palacio de Visnú

Kali oía alrededor los mantras de los habitantes de Palacio, que rogaban por las dos almas que habían ido a lo que era más alto que ellos mismos. Las campanas sonaban, y pronto oyó otro ruego por su tía Laskmí, a quien no había vuelto a ver. Estaba de blanco, arrodillada, inmóvil.

-Lo reviviré. Lo reviviré como sea.

-Sabes que eso va contra las reglas universales- dijo un anciano sabio, que era el guardián del templo. – Podemos apelar a la fórmula de la reencarnación, pero él no es de nuestro mundo.

-Me importa un comino- insistió ella, duramente.

-Kali, esto irá mal. Eres poderosa, sí, más que todos nosotros. Pero si vas contra el Universo, terminarás perdiendo. Eso fue lo que causó, en primer lugar, tu desgracia, y luego la de ese joven. Ir contra las reglas- afirmó, solemne.

-Tengo que arriesgarme. Le dije que lo haría.

-Querida, tienes toda una vida por delante. Vendrán otros novios. No te faltarán pretendientes.

-Nadie será como él, lo sabes- insistió Kali, dura, y levantándose. – Él era el único en el Universo que amaba lo que soy en verdad. Y yo lo amaba a él.

-¿No que tenía novia? Pregunto…-insistió el viejo. Ella lo miró con sus ojos terribles, pero luego asintió, pensando en Sigyn.

-Y yo otros. Pero no es lo mismo. Sé que hay gente como nosotros que ha regresado de la muerte. Debe ayudarme.

-Me niego, son órdenes del mismo Brahma.

-Entonces, hallaré a alguien.- dijo ella, mirándolo con desdén. El viejo suspiró.

-Ay, niña.

-¿Qué?

-Mirándome así me lo recuerdas. Parecen dos gotas de agua.

-Qué oportuno- dijo ella, retirándose. Todos se inclinaban, y murmuraban detrás, pero ella no les puso atención. Solo lo recordaba a su lado, riéndose de alguna maldad, o cuando criticaban a todos los de su alrededor, en el lecho. Él hubiera matado al anciano, eso era de seguro. Y sí, sí estaba obsesionada. Tanto como él, al fin y al cabo. Se acurrucó, frente al río, y prendió una vela, para tener un poco de paz. No lo logró. Volvieron los recuerdos.

"-Naaah. Tú no me lloraste. Vamos.- dijo ella, volteando los ojos, cuando él le contó que la había creído muerta y casi enloquece.

"Loki asintió, alzando los hombros, y acercándola contra su cuerpo. Estaban recostados luego de haberse "divertido", como siempre, un rato.

"-No me creas, como siempre.

"-Jah. ¿Habrías enloquecido si me vieses ahí, al frente, muerta?

"-Un poco, tal vez.- dijo, mirándola a los ojos, y quitándole un mechón. Le sopló otro.

"-Tu pelo es una alimaña.

"-Qué poético. Así conquistarás seguramente a cualquier otra chica. Wow.- insistió ella. Él sonrió, y le apretó la nariz. De pronto, se convirtió en ella.

"-Hola, mírenme, soy Kali, tengo un pelo horrible, y te digo que no te creo nada, Loki, nada nada nada. Eres un completo idiota, obvio e insensato.- dijo, ladeando la cabeza, y batiendo las pestañas. Ella lo miró indignada, y se convirtió en Loki. Se miró las uñas.

"-Me creo lo mejor de los Nueve Mundos, y me importa un comino si te digo que eres un completo ente insignificante, que depende absolutamente de mí. Y pienso que eres linda, pero eres un poco tonta y tu pelo está horrible. Por nada.

"La falsa Kali sonrió, y se rió, para abalanzarse sobre su versión falsa, y besarla. Luego de otro rato, la verdadera miró a su compañero, el reo por quien conectaba con sus cubos mágicos, escéptica.

"-Igual, no creo que me hayas llorado.

"-Que sí. Fue duro, horrible y cada rato olía tus cosas de manera pervertida, como nos gusta- insistió. - ¿Es suficiente?

"-Eso me 'derritió'.

"-¿Gracias?

"-Loki…

"-Sí, te extrañé, me volví loco, te busqué. Pero nadie me quiso decir nada. Madre me hablaba de ti. Solo con ella podía. ¿Ya?

"-Sigue…

"-A veces no te diferencias de las otras.- dijo él, levantando las cejas, incrédulo y sarcástico. Ella lo miró indiferente.

"-Enjuíciame.- le dijo, haciendo una mueca.

"-Ya lo hicieron. Y bueno, a mí también.- insistió él, bajando los ojos, burlón.

"Los dos se miraron largamente, y se rieron por el amargo apunte compartido.

"-Bueno- dijo él, acomodándose encima de ella. –Hay algo que podemos hacer mejor…-dijo, sonriéndole. Ella le apretó la nariz, y él se quejó.

"-Auch. Recuerda que soy un pobre reo que no verá nada de esto en….

"Ella lo calló con un beso."

Ella cerró sus ojos, con dolor en el pecho, y corrió a su habitación. Iba a tomar la daga, pero oportunamente entró Cookie Segundo, que la miró horrorizado.

-¡No!

Ella la soltó, y lo miró como si fuera un tipo raro. Entonces miró la daga en su mano, y entendió.

-¡No era para matarme, era para raparme el pelo!- insistió.

-¡Peor aún!- dijo el animal, que tiró la daga lejos. – Ahora venga, que hay alguien que la visita, señorita.

Ella lo miró con una tristeza más bien cómica, pues era producto de su fastidio. Hizo un puchero.

-Le conviene- insistió el pavo, y apenas ella salió, este volteó los ojos. Los devas estaban locos. Apenas salió, se encontró a Hades, hablando con Angerboda, Amora y su tía. Este la miró despectivamente.

-Péinate. Pareces una maldita cacatúa.- le dijo por todo saludo.

Kali no sabía aún por qué estaba ahí, y lo miró como al pavo. Hades suspiró, porque la incomprensión de su antigua alumna era evidente.

-Y no tienes ni idea de por qué ando por aquí.

-Bueno…

-Vine hasta aquí a decirte que Loki no se encuentra entre los míos. De nada- le dijo, volteando la espalda, pero ella lo asustó, apareciéndose al frente. Estaba estupefacta, y expresaba su felicidad compungidamente.

-Gracias- le dijo, apretando los labios.

-Por supuesto, guárdate esa información. – le advirtió. Ella asintió, colocando una mano en su corazón, y viendo a sus amigas y a su tía.

-Fue idea de Angerboda- dijo esta. – Oyó a Seth hablando de muertos, y pues lo más obvio era preguntarle a Hades.

-El tipo es un genio, después de todo- dijo la giganta abriendo sus manos, con resignación. Kali la miró sonriente. Era tan buena amiga.

- Loki vive, como te dije- insistió Hades. - No sé dónde está, pero pronto lo averiguaré. Apenas sepa, te digo.

-Gracias- dijo ella, que lo iba a abrazar, pero él la apartó, con otro típico gesto desdeñoso.

Apenas Hades desapareció, vinieron, de nuevo, los soldados.

-¿Y ahora, qué?- preguntó ella. Kali se abrazó con su tía. Temía que se la llevaran o firmaran algo para ejecutarla con motivo de su demencia.

-La necesitan en el Concejo.

La peinaron, y la engalanaron. Fue altiva, pero más cansada. Se encontró a Shiva, que le sonrió, y besó su mano.

-Creí que no te recuperarías.

-Sí. Gracias por salvar mi vida. Vine con tía Dhugavatti y Angerboda. No estoy sola- le advirtió, diciéndole "si me piensan encerrar o matar, estas dos me desaparecen en el acto. No bromeo". Pero Shiva le sonrió.

-Estás mejor de verde.

-Gracias. Era su color- dijo, altiva. Ya tenía esperanzas.

-Lo sé.- dijo este, molesto, luego de querer darle un cumplido. Ese maldito parecía dejar su huella en todo. Y cómo lo odiaba, pues pensó que siempre moriría de manera infame, y cuánto deseó su ejecución cuando se informó que había sido derrotado en la Tierra. Pero ahora moría con honores, siendo el más grande ejemplo de redención. Maldito, se había salido con la suya.

Visnú anunció silencio, y se aproximó a Kali. Se transformó, para su sorpresa, al quitarse sus ostentosos ropajes, y quedarse con su armadura. Shiva hizo lo mismo, irritado.

-Kali. Al igual que a ti, la pena y la culpa nos asolan. Tu tía no ha podido recuperarse del deceso de su amiga.

Kali pensó en Laskmí, y sus aires conspiradores de hace unos meses. Y al igual que ella, había pagado, pero al ver el rostro de su tío, entendió que la situación era peor de lo que pensaba.

-Shiva y yo nos hemos puesto al servicio de Odín. Así obtendremos redención. Nos iremos a reconstruir su reino, y a donde nos envíe, ya que solo con servicio pagaremos nuestras culpas.

Kali no le creyó. Sabía que si Thor no estaba, y Loki tampoco, el viaje a Asgard tenía otros motivos. "El trono. Los otros ya deben estar como buitres sobre él", pensó, y vio a Zeus reírse socarronamente, o al mismo Seth, tomando vino. Pero su tío parecía realmente alterado.

-Solo así salvaré a tu tía- le dijo, con un gesto de tristeza.

Tal vez, luego de todo, Visnú no tenía tan oscuras intenciones, ya que le comentó, ahí mismo, que ella se había rapado el cabello y se negaba a comer. Shiva también estaba con la misma cara.

-Le hice una promesa a Thor- le dijo, apretando los labios. Ella entendió que el honor se sobreponía en este caso a la política, pero no la eximía.

-¿En qué puedo… ayudarles?- dijo por fin. Mataría a quien fuera, tan solo por vengar su dolor. Visnú negó con la cabeza, y puso la mano sobre su hombro. Creó el símbolo del Om, y se lo puso como un collar, en el cuello.

-Gobernarás hasta que volvamos. Cuidarás de mi esposa, de nuestra familia y de nuestro Reino.

Ella miró a Dhugavatti y a Angerboda, que también se miraban, estupefactas. Las dos le dijeron "¡Acepta!", y se tomaron de las manos, emocionadas. Comenzaron a mirar con odio alrededor, pues todos los hombres protestaban, o hablaban, sorprendidos. El trono supuestamente debía ir a Krishna o al Rey Rama, que se veía indignado ante la elección. Krishna parecía indiferente, ya que nunca tuvo apetito por gobernar.

-Tío, yo…

-Eres la más capacitada de los que quedan para hacerlo. Y a pesar de que seas una mujer, eres fuerte, y lo que necesito en estos momentos angustiosos- insistió Visnú. – Tu palabra no será contradicha. Te doy autoridad para castigar o eliminar a quien se oponga a tus designios, y por ende, al reino – afirmó, y selló su palabra creando el Om. Ella volvió a delinearlo. Eso significaba firmar.

Ella sonrió levemente, bajando los ojos. Era su momento glorioso. Sí, Visnú le había dado el trono, tal y como le había dicho a Loki. "Ojalá estuvieras aquí para verlo", pensó, diciéndole a su amigo. Sonrió levemente, e inclinó su cabeza.

-Bien, partiremos. Que viva la Reina- le dijo, y apenas él y Shiva desaparecieron, ella se sentó en el trono, lentamente. Vio cómo Angerboda y su tía comenzaron con los vítores, a los que el concejo se sumó. No sintió nada cuando su hermana tuvo que inclinarse ante ella, con sus dos hijos. Ganesha la abrazó, y ella pensó que si alguien hubiese matado al niño, ella hubiese hecho lo mismo que Loki, porque era al único a quien quería. Kartikeya era más escéptico, como el Loki de los dos hermanos, y solía entenderse más con ella. Este la miró, inclinándose, y ella sonrió, significativamente. Él hizo lo mismo.

-Majestad.

Tuvo que ir a visitar a su tía Laskmí, y la encontró tal y como Visnú la describió. Recostada sobre sí misma, con su cráneo rapado y su sari blanco. Ella tal vez estaría igual a no ser por Hades. Se sentó a su lado.

-Tía…

-Oh, Kali- dijo con voz débil. Su bello rostro, marcado por las innumerables lágrimas, estaba ajado y apagado, como el de ella. – Oh, Kali. Frigga, Frigga era tan buena. Era mejor que yo. Pero no hablemos de mí. Tu corazón está roto, porque Loki también ha muerto. Y eres tan joven, y ya con esta desgracia encima… no lo olvidarás, lo sé. Oh, mi pobre Kali- dijo abrazándola. – Mi pobre Kali…

La vio echarse a dormir, y miró a su tía, que lanzó otro hechizo como el que le hizo a ella.

-La hemos perdido.- insistió Kali. –Cuiden de que no le falte nada- le dijo a dos apenadas damas de compañía, que asintieron.

Solo se dio cuenta de que tenía una nueva camarilla, integrada por su tía y amigas, cuando hizo su primera y sangrienta reunión en el Concejo. Lo primero que hizo fue declarar honores para Frigga, y a Loki le declaró un día honorario, y un bloque donde se honraría su casco. Todos tuvieron que aceptar en silencio, menos el Rey Rama, que golpeó la mesa.

-¡Esto es una ofensa!

Krishna, al frente de él, le pidió que se controlara.

-Viejo, no ofendas a mi prima. Es nuestra Reina, ahora.

-¡Reina porque Visnú está loco! ¿Cómo podría aceptar de una criminal honrar a otro maldito criminal? El bastardo la instigó a destruir varios mundos, y quién sabe qué más hicieron. Y él mismo destruyó la Tierra, e hizo montones de barbaridades en la tal Nueva York. ¿Y ahora me piden honrarlo? Jamás. ¡Jamás me arrodillaré frente a dos fenómenos monstruosos!- bramó, y tardó menos en recuperarse, porque Kali desapareció y apareció rápidamente, y lo decapitó, ante el grito de horror de todos, y la elegante sonrisa de Angerboda, Dhugavatti y Amora, que tenía a Cookie Segundo en el regazo . Ella los miró desdeñosa, y tomó la cabeza de Rama. Caminó encima de la mesa.

-Para que sepan la seriedad de mis intenciones, hablaré en lengua común. A los que no la entiendan, Angerboda traducirá- afirmó en sánscrito.

-Señores- declaró, juntando sus dos manos, y soltando la cabeza cortada. – Como su nueva líder, y ante mi juventud, no tengo tanta experiencia en asuntos de Estado como ustedes. Apenas he podido ocupar mi lugar de Canciller en estos últimos años, con gran guianza de nuestro Rey, ahora ausente. Así que aceptaré sus consejos de buen grado, aun cuando no estén de acuerdo conmigo. Pero eso sí, permítanme- dijo sonriendo bondadosamente, colocando su mano en el cuello . – Convencerlos de mi punto de vista, aún para llegar a un acuerdo provechoso para nuestro Reino. Ningún tema será tabú entre nosotros. A excepción… de mi propia naturaleza o la de Loki ODINSON, quien murió honorable y bellamente para vengar a su madre, y COLABORÓ de manera desinteresada y VALIENTE con Thor para salvar a Asgard de su caída. Porque si llegan a decir una maldita cosa, entonces quedarán como este sujeto- dijo, tomando, furiosa, la cabeza de Rama. – Y les rebanaré a todos sus malditas cabezas…

Angerboda seguía traduciendo con la sonrisa protocolaria.

-¡Así que si alguien tiene otra maldita cosa que decir sobre mí o Loki ODINSON, dígalo en este maldito momento!- gritó, furiosa, y ante el silencio de horror de la concurrencia, solo suspiró.

-Eso pensé- dijo, y Angerboda terminó su traducción, con la misma sonrisa elegante. Con esto confirmaba su nuevo cargo de Primera Ministra y Canciller, y Amora el de Guardia de Palacio. Todos los demás miembros de la Corte tuvieron que ver, con horrible resignación, cómo se le daba una estatua en la galería de los ilustres al criminal asgardiano, y también cómo se le daba un lugar especial para su casco.

-Todo muerto es bueno…- le susurró Hanaman, el cara de mono, a Krishna, que levantó los hombros.

-En este caso sí, no puedes negar que Loki se sacrificó. Me caía bien, a pesar de ser tan loco y odioso en la escuela. Tocaba bien la lira, hermano.

-Sí, pero nuestra prima insiste en obviar sus crímenes.

-Y mejor para tu cabeza que lo aceptes- insistió Krishna, y Hanaman se quedó viendo la enorme estatua, altiva y orgullosa, como había sido el asgardiano en vida.

-Y tu mérito fue ser amante de mi prima, Lokillo- dijo, tocando la placa. –Por Brahma, nunca te soporté en la escuela.

Tiempo presente.

Ya había salido del estanque, y revisaba con Cookie varios documentos. No hallaba coherencia.

-Vaya que el Tesoro está malgastado. Ostentamos mucho sin darle nada a las provincias. Debemos pagar sueldos atrasados, y por supuesto, reforzar nuestras guarniciones militares.- dijo. Se refugiaba en el trabajo para distraerse de su única pasión y obsesión :Encontrar a Loki.

En eso, entró Angerboda sin anunciarse.

-¿ Y cómo te fue?- le preguntó a la giganta, que regresaba de un viaje protocolario por todos los demás reinos de Yggdrasil. Ahora era Canciller, y cuando Kali necesitaba interpretar un asunto por sí misma, tomaba su forma, y la giganta la de ella, en Palacio, para hacer ver que el poder nunca estaba ausente.

-Bien, aunque era lo que me temía. Los demás reyes miran con codicia el trono de Asgard. Thor parece feliz con la mortal esa, y ni se ha enterado.

-¿Entonces?- preguntó Kali, sin mirarla.

-Pienso que deberías ir a Asgard otra vez. Quién sabe, a Loki le gustaría saber que puedes guardar el trono para él…- dijo, insinuándole que hicieran lo mismo que los otros. Ella se quitó las gafas de aumento, ya que a pesar de ser poderosa, no podía leer bien.

-Sería bastante obvio, y creí que mi tío y Shiva ya trabajaban en eso.- afirmó, mirando hacia los lados.

Angerboda sonrió, y le sacó una carta. Era del mismo Odín.

-Desea verte.

-Ah, no. No quiero ir a un lugar que me trae tantos recuerdos. Y menos ir con él para hablar de Loki, a quien tan poco honró.

-Créeme, cariño. Lo ha honrado- le dijo significativamente. Ella la miró a los ojos.

-Pero me dijo que te contara hasta que fueses por ti misma. No sé por qué tiene interés por ti. Seguro al pobre viejo le vino un acceso de remordimiento por como trató a Loki, y quiere hablar de eso contigo.

-¿Tengo que hacerlo?- dijo Kali incómoda. Angerboda asintió.

-Ser reina tiene su precio. Y todo muerto… es bueno.

Eso pensó ella de Loki, cuando le habló de su madre, al año de conocerse "Será la única persona que querré jamás. Mataría por ella"- le afirmó. Y aun así, si este estuviese vivo, la culpa no la dejaba en paz.

*Sikhara, una construcción emblemática de la antigua India.

** El dolor hindú se expresa a través del color blanco.

***Como se vio en el fic '¿Por qué encerraron a Loki, si era tan buen muchacho?'.

**** Para Laskmí, diosa despreciativa con sus humanos adoradores, los crímenes de Loki en 'Thor' y 'Los Vengadores', son deslices, como se vio en el anterior fic.

***** En el anterior fic, Cookie primero fue un pavo que era regalo de Kali a Loki. En este ya se verá cómo se consiguió al segundo.

******* De eso se trata el fic: '¿Por qué encerraron a Loki, si era tan buen muchacho?'.

******** Dhugavatti es la vieja diosa viuda que cuida de las almas en la cosmología deva.

El capítulo del Concejo, inspirado en la escena de O Ren Ishii tomándose el poder ante la yakuza.