Dolor y Venganza
Cap1
Autor: Sakura A. Uesugi S. de Sakuma
(Los personajes, no me pertenecen pero es bueno jugar con ellos un poco n.n espero les guste)
Hacia mas de 2 horas que había caído la noche, la lluvia no había cesado, al contrario su fuerza había aumentado, mientras yo corría por las vacías calles de la ciudad, con las manos y ropa llenas de sangre, perseguido por la justicia.
Doble en una esquina entrando en un callejón sin salida, los había perdido de vista, tome el arma que escondía en mi pantalón y le dispare a la lámpara que alumbraba mi escondite, grave error, lo sé, pero me sentía mas que desesperado, por mas que intentara desaparecer aquel liquido rojo de mis ojos, no podía lograrlo, sentí como si hubiera sido tatuado sobre mi cuerpo.
Unos momentos de silencio… paz… tranquilidad… un disparo… mi cuerpo desvaneciéndose, y mis fuerzas abandonando lo que me mantenía en pie.
Abrí los ojos pesadamente obligado por la luz del sol, intente levantarme pero un dolor en mi abdomen me lo impedía, coloque mi mano sintiendo el vendaje sobre mi cuerpo, intente poner mis pies sobre el suelo y salir de ahí, todo aparentaba ser un frío hospital, pero no pude hacerlo, mi mano estaba esposada a la cama.
Pero que demonios… – en ese instante entro una enfermera
Por favor, no se levante, esa herida de bala casi le cuesta la vida – me dijo obligándome a recostarme de nuevo.
Disculpe ¿Cómo llegue aquí? – mirándola fijamente a los ojos un tanto confundido.
La policía le trajo aquí, y la razón por la que esta esposado, es por que se encuentra arrestado joven – camino hacia la puerta, saliendo de la habitación.
Intente soltarme, no podía estar yo arrestado, acaso ¿no era solo un mal sueño? Tenia que escapar de ahí, yo soy inocente, realmente lo soy. Pero mi escape fue frustrado cuando la policía entro tras el medico.
El joven Uesugi se encuentra fuera de peligro, esta misma tarde será dado de alta – dijo el medico firmando la hoja de registro.
¿Habría algún problema si lo remitimos de una vez?-
Al contrario – respondió el galeno – esta bajo su jurisdicción.
Me levantaron bruscamente de la cama, esposándome ambas manos en la espalda, me vistieron sacándome enseguida del hospital y trasladándome, en una patrulla a firmar mi sentencia.
Entre acompañado por dos hombres de cada lado, como si yo fuera un reo de alta peligrosidad. No me dijeron de que me acusaban solo me habían dado una sentencia de diez años como mínimo, y eso si lograba llevar una conducta impecable. Me registraron quitándome las pocas pertenecías que me quedaban, archivaron las marcas de mis huellas digitales, y me tomaron las fotografías necesarias, a partir de ese momento había dejado de ser Yuki Eiri, ahora solo era el reo numero 187956, que tenia que buscar como sobrevivir a mi nueva vida.
Fui guiado hasta mi celda, estaba preocupado, puesto que no sabia como reaccionarían, los demás reos ante mi presencia, al fin llegamos, pero estaba vacía, no había nadie mas en ella, sentí un alivio, después de recibir las incomodas miradas de aquellos que yacían encarcelados durante el trascurso.
No opuse resistencia, y entre de inmediato dejándome caer sobre una de las dos camas que había dentro, espere a que se fueran, para revisarla toda con la mirada, solo había una pequeña ventana enrejada, un retrete, las dos camas una de cada lado, por su puesto las rejas que conformaban la pared de enfrente por así decirlo, y un póster, si un póster pegado a la pared, su rostro me parecía familiar, había visto a ese chico tantas veces, pero no podía reconocerlo, mi mente estaba hecha todo un caos, tal vez esa era la razón.
Cerré los ojos y me quede profundamente dormido, hasta que fui despertado estrepitosamente, por uno de los guardias, al parecer no había dormido mucho, puesto que había sido trasladado un poco antes de amanecer. Mi nueva vida daba comienzo a partir de este momento.
Hey tu 187956, ¡Levántate! Tienes que presentarte ahora en la cancha, tu rehabilitación comienza ahora –
Si ya escuche – me levante pesadamente, saliendo de mi celda y acatando las ordenes del guardia, seguía tratando de acordarme quien era el chico del postre, ahh no entendía por que mi mente no me dejaba reconocerlo, o era que… ¿me recordaba a alguien?
Había pedido que me dieran un poco de papel y una pluma para escribir, puesto que era lo único que me mantenía fuera del infierno que estaba viviendo, me quede sentado en una de las gradas mientras los otros jugaban o hacían ejercicio, quería plasmar mis vivencias de este lugar, para que cuando saliera, fueran publicadas, pero como era de esperarse, no siempre se puede tener paz.
Miren nada mas, tenemos un escritor entre nosotros – dijo en tono de burla un sujeto de cabello negro, quitándome mi escrito.
Devuélveme eso – le mire fríamente.
¿Ah si? Y ¿Por qué debería hacerlo? –
Taki no deberías molestarlo – inquirió uno de los sujetos que le acompañaban de cabello largo y rubio.
No te metas en esto Ma- mirándome aun con burla, me puse de pie, tomándolo por la ropa - ¡Suéltame bastardo! –
Como gustes - sonreí arrebatándole mi escrito y dejándolo caer desde las gradas.
¡Maldito! – me dijo un tercer acompañante de cabello naranja, bajando por su compañero.
Bien niño bonito si lo que quieres es pelear – Taki se levanto como pudo y se encamino hacia mi, baje de las gradas para enfrentarle bien – Ma, Ken, acabemos con él.
Los tres se abalanzaron sobre mí, golpeándome con fuerza, logre quitarme al pelinaranja rápidamente lanzándolo hacia un lado, contra una de las gradas, el rubio me miro asustado, yendo hacia donde su compañero.
Ahora solo quedamos tú y yo – caminado con paso lento hacia Taki y limpiándome la sangre de la boca.
Agh bien no te tengo miedo – me hizo señas para que me acercara, los guardias nos miraban sin hacer nada, apostando entre ellos de quien seria de nosotros el ganador, todos los reos habían hecho un circulo alrededor de nosotros gritando al unísono ¡PELEA, PELEA!
¡Taki! Déjalo tranquilo – se escucho una voz entre los presentes, pero hizo caso omiso lanzándose sobre mi.
¡Eh dicho que te detengas! - todos guardaron silencio, y el bastardo detuvo su ataque contra mi.
Mj bien tu ganas – todos se hicieron a un lado para que pasara el dueño de aquella voz, que había obedecido, se hizo para atrás, para perderse entre los reos – Ma, Ken vámonos -
Continuara...
Espero les haya gustado… nos vemos en el próximo capitulo.
Sakura A. Uesugi S. de Sakuma
