Hola, soy Yuzu Araki y volví con mi cuenta 2.0 y con otra historia y es de Saint Seiya, ésta la dividiré en varios capítulos por el momento. Hagamos un ejercicio, todos en el fandom inventamos la teoría de que Koga es hijo de Seiya y Saori, y bueno decidí darle una historia digna de esos tres.

Es un AU, es decir nada de Athena, nada de santos y dioses, sólo una familia común y corriente en su día a día como padres.

Lo hice en aniversario de Omega (Para ser sincero la vi pero poco me gustó), ya saben 1 de abril, y eso a muchos… Para que preguntar, es el día negro

Que comience la familia, Yuzu y fuera

POV SEIYA

Estoy en estos momentos durmiendo en mi cama y gozando a plenitud de mi sueño pero de pronto escuchó a alguien cantar o tararear, no sé si sea de la radio pero en verdad se oye hermoso. Me muevo un poco bocarriba mientras esa melodía se escucha en mis oídos como si me ordenara a que despierte, abro lentamente mis ojos hasta que veo a ella.

Una mujer de cabello recogido de pelo morado y hermosos ojos verdes y de un cuerpo digno de una diosa. Saori… Tal como lo supuse está cocinando y está tarareando una canción, usando su delantal rosa y sonriendo tiernamente. De hecho desde mucho tiempo del que recuerdo es lo mismo de siempre, cuando abro mis ojos, todo lo que oigo es una canción que me trae nostalgia. Una que he escuchado tantas veces.

No podía creerlo hasta ahora y aún no sigo creyendo, de pronto algo parado de cabello rojizo está en las ropas de mi novia pero mi nariz me traiciona, es cierto desde que comenzamos Saori comenzó a cocinar rico, de hecho yo le enseñé como, en eso debo que no soy todo un maestro pero vamos, ¿Pensaban que cuando era joven era un mantenido o qué?

Me levanto de la cama rascándome la cabeza y bostezando, mi esposa cocinando y esa punta rojiza a su lado, poco a poco he llegado a comprenderlo. Abro la puerta y camino hasta la cocina mientras me limpio los ojos hasta dar con la mancha rojiza, de hecho es un peinado parado rojizo que cerca de los muslos de Saori, en ese momento ella acabó de preparar el desayuno mientras unos pequeñitos pies se paraban de punta como si quisiera ver que hizo.

Desde ese detalle me doy cuenta que gané otra cosa, algo tan amado y tan precioso. Esa mancha rojiza parada es su cabello, pequeño pero con mechones parados, un niño pequeño como de tres o cuatro años, parado de puntas mientras coge el delantal de mi esposa pidiendo algo. Todo eso es la prueba mostrada ante mí, la prueba de nuestro amor mutuo.

El pequeño de cabello rojizo tiene unos ojos miel, quizás más vivo que los míos hasta yo diría que tiene parecido a mí en ese aspecto. Saori pone su mano sobre los cabellos parados del niño mientras éste cierra su ojo derecho junto a una mirada tierna e inocente como si alguien acariciara un lindo animalito mientras aprieta con su pequeña mano izquierda el delantal rosa.

Gracias por venir a nuestra vida… Ese pequeño es nuestro hijo, Koga, Hoshizora Koga…

EL DESARROLLO DE ESTA HISTORIA…

RELACIÓN, MATRIMONIO Y PARTO ENTRE DOS PERSONAS ES NORMAL

Seiya Hoshizora, 27 años: Ama a su esposa y a su hijo, no importa la edad que tenga si tiene la oportunidad, querrá hacerlo con Saori

Saori Hoshizora, 27 años: Apellido de soltera, Kido. Pasa sus días cuidando de su hijo y a su esposo. Ella es muy amada por los dos, en especial su hijo.

Koga Hoshizora, 5 años: El hijo amado de Seiya y Saori, el ama ganar una pelea y un espíritu libre (Y terco) como su padre. Tiene la costumbre de decir "¡Cuando crezca quiero casarme con mi mami!", es decir Saori

¿Y decían que el Burro Alado no tenía nepe? (Nadaoriginal, te lo digo a ti, sensei)

Seiya como su esposa y pequeño se sentaron la mesa, comenzaron las gracias por el desayuno el cual consistía en el típico desayuno con arroz, carne yakiniku con fideos y taiyaki. El pequeño rojizo cerró los ojos y dijo con linda voz infantil

-Mmm, ¡Se ve rico!- Exclamó el pequeño mientras unía sus manos en señal de su agradecimiento y en menos de nada el castaño como su hijo apuntaron sus paladares a un pan de mikan que cogieron cada uno como un padre león y su cachorro rivalizando por una pequeña presa.

Ambos abrieron la boca y devoraron el pan al mismo tiempo, en menos nada el fondo se volvió de brillos y flores mientras ambos hacían una especie de mirada bien kawaii que significaba que estaban felices

-¡DELICIOSO!- Exclamaron ambos airadamente como si explotaran de la emoción mientras la hermosa, canoníca y sensual Saori se reía por lo bajito por la reacción de esos dos burros con alas

-Jejeje, ustedes dos son exagerados, ¿Siquiera están masticando bien?

Ambos hicieron un guiño de ojo mientras sacaban la lengua como si fuera un motivo de disculpa, la pelimorada quedó en pausa por un momento hasta que fijó sus verdemarinos en el pequeño ojimiel

-Koga, ¿Hay algo que quieras para tu cumpleaños de este año?

-¿Cumpleaños?- El pequeño inocente con su mirada se detuvo para ver a su madre hasta que quedó boquiabierto, sus ojos castaños dibujaron una estrella de cuatro puntas en cada uno como si se emocionara de algo, era su cumpleaños así que pudiera pedir lo que quiera, el pequeño apretó el pequeño puño y en menos de nada respondió

-Quiero a mami…

De pronto Seiya escupió lo que tomó de desayuno mientras no se la podía creer, de hecho eso era común cuando se trataba del pequeño Koga

-Quiero casarme con mami cuando crezca

-¡JAMÁS, NUNCA!-El pobre padre explotó de ira al estilo anime, señalando con el dedo con una cara furiosa exagerada pero cómica y una vena roja en su cabeza- ¡NI DE BROMA!

Saori quedó boquiabierta, de hecho era común que su esposo mostrara territorio, quizás lo hizo con pretendientes como Julián Solo y Hades Hernstein pero… ¿En serio con su propio hijo? Yendo al tema, el ahora apuñalado Seiya señalaba con el dedo como si fuese un padre dando una reflexión hacia su hijo aunque lidiaba con pequeñas nubes de humo, al menos no llegó a un punto donde fuera un motor a punto de explotar.

-¡NO LO PERMITIRÉ!

La respuesta del pequeño rojizo fue inflar las mejillas, apretando los puños y haciendo un lindo bufido de enojo, en sí era conmovedor que nunca y en pleno desayuno, a primeras horas del día y por alguna extraña razón Saori sonreía

-Bien, entonces quiero ir a una cita con mami sin Seiya- Recalcó el pequeño y como se esperaba el pobre castaño se levantó de la mesa y trató de reafirmar su liderazgo de la manada, de manera exagerada y humorística obviamente

-¡CUÁNTAS VECES TENGO QUE DECIRLO, SAORI ES MI ESPOSA!- El pobre hombre movía su cabeza de un lado a otro como sintiera que alguien se burlara de él aunque sea a sus espaldas- Y ESPERA, ¡ESO ES TAN CRUEL! ¡DEFINITIVAMENTE TE VOY A SEGUIR!

Ahora se escuchaban las carcajadas de una mujer haciendo que el pobre ojimiel quedara mudo y a la vez destrozado en junto a un mohín de tristeza, de todas las personas en el mundo no creía que esa persona pudiera reírse de él

-SAORI, ¿TE REÍSTE? ¿NO ES ASÍ?- La mencionada se tapó la boca pero su risa era imposible de contener mientras que el pobre Seiya ahora hacía un puchero de estar totalmente enfadado.

Después de la risa ocasionada la humilde pelimorada usó la servilleta para limpiarle la boca a su pequeño hijo, sobretodo la mejilla izquierda donde habían manchas de comida. La hermosa mujer hacía una sonrisa tierna y caritativa, de esas que hace una madre con tal de enseñarnos algo

-Por favor Koga, no hagas tanto ruido mientras comes

Ahora ambos se levantaron de la mesa, Saori se inclinó para tocarle el cabello a su pequeño pegaso como lo llamaba mientras éste sonreía

-Hijo, ¿Qué te parece si nosotros tres nos vamos al parque de diversiones? Y cuando volvamos, mami te hará tu pastel favorito de fresa para ti

-¿De verdad?- El pequeño Koga sonrió alegremente mientras le rodeaban varios brillitos como si aceptara la palabra de su primogenitora- Supongo que no hay opción, ¿Puedo jugar con Ryuho?

-Claro o de paso con Soma y Yuna

-¡Yuna, qué bien!

Por otro lado Seiya enfadado tomaba tranquilamente su café como si sintiera que alguien le quitara a su mujer, el mocoso siempre tenía una buena forma de hacerlo quedar mal pero esbozó una sonrisa, no lo culpaba, era su madre y era como el ser que más amara después de todo Saori lo dio a luz y ese pensamiento de salir con ella bueno eso era porque aún era un niño pequeño que al pasar del tiempo se iría madurando.

El castaño miraba con detenimiento el café mientras veía su reflejo, pareciera que desde su infancia hasta su adultez fueran días pasajeros, la semana pasada Saori lo trataba como un criado como si fuera alguien muy inferior, luego se confesaron y se sinceraron, se casaron anteayer, Koga nació al día siguiente y ahora ya formaba una familia.

El café como siempre estaba delicioso mientras la vista era agradable: Saori sonriendo con Koga mientras le limpiaba la carita y la otra mano acariciaba su cabello haciendo que el niño se riera, en verdad era muy tierno y conmovedor digno para recordar, de nuevo probó su café. Quién diría que una hermosa mujer con porte de una diosa y un mocoso le producían una calidez que llegaba al fondo de su corazón.

(…)

Finalmente era de noche cuando la pareja Hoshizora querían acostarse, Koga agarraba con su manita la sábana mientras que la alzaba su otra manita como si quisiera necesitar algo

-¡Papi, papi!- Llamó mientras subía lo que más pudo a la cabera en el lado izquierdo donde estaba Seiya mientras Saori estaba a su lado derecho, el pequeño rojizo se acostó bocabajo mientras extendía sus brazitos y miraba a su padre

-¿Qué pasa Koga?- Preguntó

-Ya sé lo que quiero para mi cumpleaños- El pequeño sonrió con todos los dientes aunque Seiya debía estar precavido, posiblemente sería lo mismo de esta mañana mientras Saori sabía exactamente lo que quería decir su pequeño pegaso… Quedó con cara de WTF junto a un sonrojo mientras ambos padre e hijo estaban con una mirada maliciosa, sobretodo Seiya que sonreía burlonamente

-Oh, creo que eso puedo hacerlo- Decía el castaño mientras la pobre Saori estaba roja como una olla de presión

-¡No! ¡Claro que no puedes!- Ahora era la pobre pelimorada que hacía un puchero de enojo mientras el pequeño rojizo seguía insistiendo

-Quiero un hermanito…

Seiya no decía nada, esa mirada maliciosa más esos encantadores rojizos miel daban a entender a que no había objeción y aparte ambos no jugaron al caballero y a la diosa desde un largo tiempo.

-¿Tú también Seiya?- La pobre ojicristal ahora estaba en problemas, ese tipo de cosas era difícil de explicar y más a alguien pequeño como Koga. La pobre pelimorada con ambas manos abiertas en junta a una sonrisa torcida como si tuviera miedo de algo trataba de darle algo conciso, simple pero entendible teniendo en cuenta que su hijo tenía cinco años.

-Um, Koga… Hay varias cosas… Cosas complicadas que se tienen para tener un hermanito

El afortunado castaño alzó a su hijo mientras que Saori sentía que con esa proposición y la complicidad sobretodo la del pequeño rojizo le hacían derrumbar, si Koga quería a alguien con quién jugar pues tendría a ese hermanito o hermanita.

-Bueno, bueno- El burro alado sonreía brindando confianza a su pequeño- Papi tendrá que empezar a partir de esta noche, ¿Verdad Koga?

-¡SÍ!- El pequeño alzó las manos ya que estaba muy feliz de que al fín tendría a alguien con quién aunque sea todo el día mientras que Saori trató de reclamar a ese par de burros, sobre todo al castaño

-¡SEIYA, ¿POR QUÉ NO ESCUCHAS A LA GENTE CUANDO ESTÁN HABLANDO?!- En eso le dio un coscorrón a su marido al estilo don Ramón y en menos de nada se cruzó de brazos reafirmando su decisión, nada de hermanito

-Qué cosas dices delante del niño… Idiota- Ladeaba su mirada mientras el sonrojo se dibujaba en sus mejillas, ella al igual que Seiya no tuvieron desde hace mucho tiempo esos momentos desenfrenados. No se iba a hablar más, Seiya ya entendía mirada a lo cual asintió mentalmente con OK, y de Koga pues el pequeño inclinó la cabeza de lado no entiendo lo que pasaba ente ambos pero al menos se llevaría una buena sorpresa para el próximo año.