Disclaimer: Pertenece todo a Rick, lamentablemente para mí y las billones de personas que querríamos tener a los personajes para nuestro propio uso personal, vease: dominio del mundo. xD

Regalo para Vrydeus :3

Me había cagado las patas porque no encontraba dónde mierda había dejado el borrador, shame on me. Éste iba a ser (es) tu regalillo de Navidad, no es la gran cosa, pero bueno, lo he intentado xD.

Austin es un miembro de la cabaña de Apolo, lo nombra Michael en la Batalla de Nueva York. Now, en mi canon personal él y Nico se hacen BFF (¿Qué puedo decir, el hijo del Dios de la muerte y la oscuridad siendo mejor amigo del hijo del Dios de la medicina y la luz? HELL YESH)


Es una mañana de primavera, mientras habla con Austin en la puerta de la cabaña de Apolo sobre la mejor forma de darle a la diana con precisión, en que Nico recibe la extraña petición de Rachel.

Es incómodo, al principio. Porque ahí está él, luciendo como un completo idiota en el estudio de la chica mientras la brisa entra por las ventanas y se siente el olor del polen en el aire, sin poder moverse ni un milímetro. Y no es porque no lo hubiera intentado, sino porque la muchacha lo amenazó con tirarle con un rodillo si lo hacía.

Y ella pinta, mientras él posa con su espada del Estigio elevándose en un ángulo que hace que el brazo se le entumezca; su anillo de calavera brillando con el sol que se cuela en el cuarto. Han pasado quince minutos desde que se encuentra en aquella postura, y lo único que lo ha persuadido de no mandarlo todo a la mierda son los ojos de Rachel. Esas esmeraldas que han pasado todo el tiempo observándolo con una mirada penetrante mientras lo esboza en papel. Sus labios murmurando cosas sobre gamas de colores y esencias.

-¿Y no te arrepientes?-Pregunta cuando ella levanta la vista de su trabajo en progreso y sus ojos conectan. El silencio lo está matando y, de cualquier forma, él siempre ha sido de aquellas personas que se dirigen al quid de la cuestión sin rodeos. Rachel le observa distraída, como despertando del mundo en que se ha sumergido, de su arte.

-Algunas veces- Responde, haciéndole una seña para que vuelva a levantar la barbilla, todo para que el juego de sombras siga igual que antes y la perspectiva no sufra ninguna alteración. Renueva la tarea de pintar su figura sobre la tela, mezclando gamas de colores sobre la paleta y mojando el pincel en agua limpia para que no se contaminen los colores.

Cuando te miro a ti.

Nico le sonríe al momento de presenciar la obra terminada: él parado sobre una esfinge muerta, una mirada desenfrenada en sus ojos. Pose estoica y la espada manchada en sangre, la cicatriz que se hizo el verano pasado en el cuello incluida en el retrato.

- Por Zeus, Rach, así cualquiera pensaría que soy un psicópata- Le dice, sonriéndole divertido mientras ella se ruboriza. Toma un mechón de su cabello pelirrojo entre los dedos y lo coloca tras su oreja, sus manos tocándole la piel por más tiempo del que debería.

-¿Y es que acaso no lo eres?- Pregunta Rachel intentando lo que parece ser un tono inocente, golpeándole el brazo izquierdo en forma juguetona con uno de sus pequeños puños.

-Creo que ambos sabemos la respuesta a eso.- Le dice Nico con tono suave y cálido, acercándose indeciso y bajando la cabeza lo suficiente como para que sus labios se rocen.

Es tierno, el beso. Sabe a todo lo que es correcto en el mundo y tiene un aroma amargo a no me olvides. Pero, después de todo, es lo que necesitan.

Rachel que es gama y Nico esencia. Componiendo una obra de óleo sobre tela, bosquejada por el más fino de los pinceles.

El apogeo del arte en vida.

Todo lo que es correcto en el mundo, un aroma amargo a no me olvides flotando en el aire.