TODO PERTENECE A LA GENIAL S. MEYER.
LA HISTORIA ES DE MI RETORCIDA CABEZA…. Y EL TITULO DE KOKO Y YO…
(PARECEMOS ADOLECENTES ENYEGUECIDAS ¡!!!!!!!!)
Nuestro Destino
Sorpresas Inesperadas
La casa estaba en llamas, por completa era una bola amarilla, dorada incandescente de calor, en destrucción completa y Bella afuera, con la mirada de completo espanto. Lo estaba perdiendo absolutamente todo. Su casa, su hogar, sus recuerdos, sus pertenencias. Pero sobre todo su familia, su madre y su padre estaban adentro. Que había pasado, ¿Por qué la casa, su casa estaba en llamas?
Bella dejo caer su mochila contra el suelo, y corrió hacia la casa, esto no podía estar pasando, ¿por qué justo ahora, cuando todo estaba tan bien? Pero alguien la empujó hacia atrás, era un bombero quien le impedía el paso. Las cosas estaban mal, sentía como su cara incrementaba el calor sutilmente a raíz de la cercanía del fuego.
-¡Es mi casa, mis padres están adentro!, ¡déjeme pasar! Tengo que pasar – Bella no podía ver nada, sus ojos estaban completamente aguados por las lagrimas incontrolables que salían de ellos. Esto no podía estar pasando.
- Niña cuidado, el fuego todavía no está bajo control, mantén la distancia por favor. No queremos más heridos. – le dijo el bombero sosteniéndola por sus brazos impidiéndole cualquier tipo de movimiento.
-¡Bella!, cariño, cuidado, ven calma, todo saldrá bien, tranquila aquí estoy. – le dijo Sue, la vecina, conteniendo a Bella, quien estaba entrando en un estado bastante histérico.
-Sue, ¡mis papás están adentro! Hay que sacarlos ahora, antes que algo pase, por favor ¡ayúdame! ¡Por Favor! – Bella estaba perdiendo el control.
Y por eso por detrás de ella un paramédico se acercó a ella, y en uno de sus brazos le inyecto un tranquilizante, y Bella inmediatamente se desmayó en los brazos de Sue.
-Señora, será mejor que la lleve al hospital y si puede es de suma urgencia hacer los contactos para que los encargados legales, no puede quedarse acá sola. – le dijo el paramédico.
En eso, Seth, el hijo de Sue, tomo a Bella y la ingresó al auto de la familia. Y los tres partieron al hospital de la cuidad de Phoenix, tenía que pasar la noche bajo observación, para evitar que Bella callera en una crisis de pánico.
Mientras que en la entrada de la casa descansaban dos grandes bolsas de cadáveres, eran los padres de Bella.
Seth y Sue, estaban en la habitación de Bella. Seth estaba preocupado, no era posible que Jacob le hiciera esto a Bella. Sobre todo con su propia hermana, Leah, no podía, la vergüenza en Seth crecía a montones. El que debería estar velando por el descanso de Bella. No podía seguir así, la desfachatez tenía su límite y ellos lo estaban alcanzando a raudales.
-Te contesta alguien. – le preguntó su mamá.
-No nadie, ninguno de los dos pelotudos. Ojala que todavía no despierte Bella, o si no, no será capaz de sobrellevar el golpe. – dijo Seth con un tono bastante enojado con su amigo, y su hermana.
-Pobre, mi niña. Dicen que el incendio fue intencional. Los compañeros de Billy Black ya están empezando la investigación. No lo puedo creer, no es justo. Bella lo perdió todo, absolutamente todo. – dijo Sue, con los ojos llorosos, suavemente le hacía cariño en su cabello.
- Y ¿Qué va a pasar con Bella ahora?, ¿Se la van a llevar? – preguntó Seth.
-Sí, me comunique con Esme Cullen, una amiga de crianza de Renné, se criaron juntas acá en Phoenix. Pero se casó con el señor Cullen y han estado en distintas ciudades. Gracias a Dios, Renné había hablado recién con Esme. Parece que se iban a juntar. Le conté lo que había pasado y está destruida. Todo esto es muy sorpresivo. Creo que viene con su marido. Me sorprendió la disposición de los dos. De inmediato accedieron a venir por Bella. – le explico Sue.
-O sea que Bella se irá. ¿Pero adonde? – preguntó Seth.
-A Forks, en Washington. Ahí viven. La echaremos mucho de menos. – dijo Sue.
-Sí mamá, pero no sé si todos por igual la extrañaremos. – dijo seriamente Seth. Provocando la pena y vergüenza una vez más dentro de Sue.
La noche pasó, Bella durmió bien, gracias a los tranquilizantes que le pasaron, durmió de corrido. Tanto Sue como Seth, estuvieron con ella todo el tiempo. Mientras que Harry, el padre de Seth y esposo de Sue, también policía, compañero de Billy Black, llegó a primera hora del día siguiente.
-Papá, buenos días, ¿cómo estás? Nos tienes alguna novedad… - le pregunto Seth.
-Hijo, buenos, me alegro de que te quedaras acá acompañando a Bella y a Sue. Jacob y Leah se los tragó la tierra, no aparecen por ninguna parte. Sue, cuando venia hacia acá me llamo el Dr. Carlisle Cullen, y me dijo que en dos horas más estarán acá. Sue, se la van a llevar con ellos, será mejor. De verdad, tranquila además nos dejarán los datos para ir a verla. Te prometo que no perderemos el contacto, tranquila mujer calma. –Le dijo Harry conteniéndola, estaba rompiendo en un sutil llanto. Tanto tiempo conviviendo con los Swan y de un minuto a otro todo se lo había llevado el viento.
Desde la cama de Bella se empezaron a sentir unos sonidos de ropa moviéndose y era Bella despertándose. La sensación era como despertar de un largo y tedioso sueño dopante. Estaba cansadísima, como destruida por los avatares de las últimas horas. Pero el problema era que no sabía lo que había pasado. Qué bueno sería preguntarlo. Con lentitud, empezó a despegar sus párpados, se sentían tan pesados. Y cuando lo logró vio que la habitación era muy iluminada. Pero se sentía la presencia de personas. Podía escuchar el murmullo, pero no sabía quiénes podrían ser. Si pudiera abrir un poco más los ojos.
-Miren, se está despertando. – dijo Seth.
-Cariño, eso. Dale, tu puedes vamos sal de ese letargo. – dijo Harry.
-Harry. – dijo Bella con la voz muy carraspeada. Esta muy sedienta.
-Bella, amor, ¿cómo estás? – le preguntó Sue con aquel gustoso tono maternal que lo conservaba al igual que Renné. ¡Su mamá!
-Sue, mis papás… donde… que paso… porque me siento así… - dijo Bella, extrañándose por primera vez de la situación. Estaba como amarrada a la cama. Sus ojos le pesaban y su boca estaba amarga, mientras Sue, trataba de encontrar la manera de contarle todo lo sucedido. Pero al momento de mirar quien estaba en la habitación, puede distinguir a dos figuras más, una más delgada que la otra. La más imponente se le acerca y le dice:
-Bella, cariño con calma. Soy Harry, y acá al lado está Seth. ¿Puedes vernos bien? –
Bella levemente asintió.
-Tengo sed. – dijo Bella con la voz sumamente rasgada y todavía bajo los efectos de los tranquilizantes. Seth, salió discretamente de la habitación, y fue en busca de una enfermera para que le llevaran algo a Bella, y al mismo tiempo que le avisaran que había despertado Bella. Pero no tuvo que recorrer mucho, ya que en el mesón de enfermeras en el pasillo había una.
Al momento de volver, vio la disposición de su padre de irse de la habitación, y lo mismo su madre, a lo cual le preguntó:
-¿Van a salir?
-No hijo, solo vamos a chequear los papeles que estén al día, como pronto llegaran los Cullen. Es necesario estar preparados. Atención a tu celular no más por favor Seth. –
Luego que los adultos salieran, Seth se acercó a Bella y tonándole sutilmente la mano, le dijo profundamente:
-Seth, se que no es el momento más apropiado, pero tengo que confirmarlo antes que me arrepintiera, Jacob Black, mi supuesto novio, desde cuando tiene una aventura con tu hermana. Y no me lo puedes negar, ayer, saliendo de unas prácticas los vi, no tengo nada contra ti te lo prometo. El problema es que no lo quiero ver nunca más. Ojala que no se dignen a venir. Pero es verdad lo que dicen por ahí. Las malas noticias vienen todas juntas. – termino diciendo Bella con la voz más clara.
-Bella me muero de vergüenza, no tengo palabras que decirte con respecto a ellos, no puedo. Me siento como traidor, me siento culpable. Lo lamento realmente. – le dijo Seth disculpándose completamente.
-No Seth, ahora hay otras cosas más importantes que preocuparse. De verdad ellos dos ahora no me importan. Ninguno, lo lamento Seth pero de verdad el grupo que éramos antes ahora de verdad que no existe. No sé quien es o son los culpables, pero yo no los quiero volver a ver. – dijo decididamente Bella.
-Mira a pesar de todo, es bueno que no hayan contestado ninguna de las llamadas que les he dejado. – dijo Seth sabiamente.
En eso entran nuevamente Harry y Sue Clearwater. Y con una Bella, más despierta y más consciente de la situación en que estaba. Todo estaba empezando a aclarar. Las cosas malas definitivamente habían venido todas juntas, todo de una sola ves.
-Bella, estás bien… necesitas algo… - le pregunto Sue.
-No Sue, gracias, solo me gustaría poder tomar algo de líquido…-
-La enfermera no ha venido…-
-Entonces parece que no puedes ingerir nada de líquido, es mejor que esperes a los doctores Bella, ellos saben lo que estan haciendo. – le dijo Harry.
En ese instante, la puerta de la habitación se abre, y dos personas hacen su ingreso.
Eran simplemente deslumbrantes. El con una mirada que te recordaba el cielo más puro de la tierra y ella con dos esmeraldas llenas de un amor tan grande como el universo. Era la misma manera que Renné la miraba, con un amor infinito y maternal. En esa mirada le entregaba cariño y amor. Mientras que la mirada azul le entregaba una seguridad que nunca antes había encontrado. Era una seguridad honesta sin secretos ni obstáculos. No como la de Charlie, que sin duda le transmitía la seguridad de un padre, y sobre todo si era policía. Pero desde hace un tiempo esa mirada había cambiado ya no era la de antes. Pero esos rostros los había visto en otra parte. Lo sabía perfectamente. Cuando llegara a la casa vería las fotos y recordaría. Pero el problema era ese, la casa. Algo había pasado anoche. Las miradas entre Bella y la señora que estaba ingresando se cruzaron y todo empezó a ser más claro. La casa se había quemado, lo había perdido todo y lo que no tenía que pasar pasó, sus padres tampoco estaban, no los volvería ver. Por eso estaban ellos ahí. Renné de lo había dicho. Si algo pasaba ellos llegarían al rescate. Sin dudar, llegaran ahí y se la llevarían con ellos. Eran sus padrinos. Pero era más ambos matrimonios tenían ese acuerdo. Si algo le pasaba al otro se ayudarían con los hijos y se harían cargo.
Lentamente se acercaron a la cama de Bella. Mientras el hombre tomaba la ficha médica que estaba a los pies de esta. Estaba revisando lo que le habían suministrado a Bella. La señora, con cuidado se acercó a Bella. Y le tomó la mano cariñosamente, su calidez era asombrante, Bella sintió de una maravillosa manera aquel tacto. Era tan gentil, tan suave.
-Bella… ¿te acuerdas de mí? Soy Esme. – le dijo con un tono realmente tranquilizador. Acariciándole el cabello, mientras Carlisle saludaba a los Clearwater. Bella, miró profundamente a Esme, siguiendo el tacto, era tan delicioso. Era como si siempre hubiera existido aquel enlace entre ellas.
-Sr. Clearwater, soy el Dr. Carlisle Cullen. Conmigo conversó hace algunas horas. ¿Dónde tengo que llenar los papeles para el traslado? – le dijo Carlisle, deslumbrando a todos con un tono suave y seguro, que sin duda llamaba la atención más allá de aun atractiva apariencia, sino más bien por el aura que le rodeaba. Ese hombre era místico.
-Tía Esme. Si me acuerdo de usted, de haberle escuchado a mi mamá hablarme de la promesa ancestral que se hicieron. Aunque nunca pensé que esto se cumpliría…- dijo Bella, pero al mismo tiempo sus ojos se volvían a llenar de lágrimas, se estaba dando cuenta de la realidad, y del profundo cambio que llevaría su vida a partir de ese minuto. Esas personas que habían llegado significaban el cambio radical en su vida. Y lo peor de todo que lo presentía.
-Amor, voy a rellenar los papeles y vuelvo. Quédate acá con Bella, si te necesito te avisaré. – dijo Carlisle, que mirando fijamente a Bella, la hacía encontrar la paz y la seguridad que necesitaba justo en ese tiempo, justo para la avalancha que se le venía encima.
-Bella, como amaneciste… - le pregunto Esme.
-Bien, aquí Sue Clearwater me velo el sueño, con Seth, su hijo menor. Son nuestros vecinos. Tengo sed…- dijo Bella.
-Lo sé cariño pero no sé si puedes tomar agua. – dijo Sue integrándose a la conversación.
-Gracias Sra. Clearwater por todo lo que ha hecho, pero cuando nos avisaron del incendio no pudimos llegar con anterioridad. Y dejar todo arreglados con los tres chiflados por hijos que tengo me costó un mundo. Muchas gracias de verdad. – le dijo Esme, realmente cariñosa y agradecida lo que había hecho Sue. – Bella cariño, como sabrás existirán cambios. Pero quiero que antes fijemos algunos puntos que son trascendentales, sino nada resultará. Primero, quiero que antes de todo seas honesta conmigo, cualquier cosa que desees decir, alegar, gritar, llorar. Dilo sin restricciones, necesitamos que confíes en nosotros sino esto no resultará. Segundo, si accedes a irte con nosotros, lamentablemente el último periodo de la escuela lo pasarás en Forks, donde vivimos. No te quiero incomodar…- no alcanzó a terminar Esme por la interrupción de Bella.
-Calma Esme, si mi mamá me había dicho esto también, en unas de nuestras conversaciones y sesiones femeninas. Todo está claro y créeme que por mi carácter digo las cosas siempre de frente. Y con cambiarme – dijo ahora mirando a Sue – creo que va a resultar muy beneficioso, las cosas, no estan tan buenas como se podrían haber predicho. –
-¿Por qué cariño, hay algo que pueda hacer? – le dijo Esme con un sesgo de preocupación.
-No creo, tía, cuando una tiene un novio que no es capaz de respetarte no hay nada que hacer sino cortar por lo sano. –
-Bella…. Pero cómo… -
-Los vi cuando salí de la práctica, y me vine corriendo para la casa, ahí fue cuando descubrí la casa incendiándose. –
-Será mejor que no se aparezca o de verdad que Carlisle reaccionará peor que Charlie, eres su dulzura y su tesoro. Siempre celo a Charlie por tener una hija, mientras a él le salieron puros hombres. Siempre deseo haber estado más cerca de ti Bella, no sabes cuánto. Pero no podíamos…-
-Si lo sé tía, lo sé y yo también espero que no se aparezca. Si no yo misma lo mato. –
-Bueno aquí nadie quiere ser asesino en verdad, pero es mejor aclarar las cosas Bella, no puedes irte de Phoenix, sin haber hablado las cosas, no es bueno huir de los problemas. – dijo Sue.
-La señora Clearwater, tiene razón cariño, no es bueno huir de los problemas. Pero si tú tienes la convicción de que nada más pasara entre tú y él, está bien. Pero no sería agradable que si te lo topas de nuevo, en algún futuro cercano, caigas en un hoyo profundo y oscuro. – le dijo maternalmente Esme.
-Yo no sé, lo único que tengo seguro que estoy de acuerdo de irme de acá. Probar una nueva vida. Y lo que todo eso conlleve lo hare…- dijo Bella
-Bella es importante que sepas que en esto no estás sola. Allá en Forks, conocerás a gente nueva y harás nuevo amigos, no estarás sola. Ahora tendrás una familia más grande…-
-Por supuesto que si, además cumpliré mi sueño de tener una hija por fin. – dijo interrumpiendo a Esme, Carlisle. Quien traía consigo unos cuantos papeles, los esenciales para que Bella abandonara el Hospital. – Cariño, estamos listos acá en el hospital, ahora estarás nabo mi evaluación. Lo bueno será que te traigas ese bolso que nos dejaron las chicas con ropa, está en la maleta del auto. Para que Bella se cambie de ropa y de ahí vamos a alimentar a Bella y tendremos que partir de inmediato a Forks. – finalizo Carlisle.
-Si de inmediato voy. Bella, voy y vuelvo… pero seguiremos conversando ¿de acuerdo? –le dijo Esme.
-Dr. Cullen, como este eso significa que me dieron el alta y ya nos iremos a Forks. – dijo en tono de pregunta.
-Bella cariño, no te voy a morder, háblame con confianza – dijo Carlisle, sentándose a un costado en el catre clínico donde estaba Bella – con Charlie siempre pensamos que esta pequeña princesita que había tenido, nos pondría a prueba muchas veces. Y creo que Charlie ya me estaba molestando porque no había sufrido nada. Por eso mismo, Bella por favor, quiero que sepas que nada te pasara con nosotros, si no lo contrario, no dejaremos que nada te pase. Yo me encargare que nada te pase. – dijo Carlisle.
-No sé si sería muy temprano de decir, pero cuando lo miro a usted siento, de inmediato, la seguridad que sentía con mi padre, y con Esme es una fuerza que me regocija el corazón. Me hace olvidar lo sucedido en las últimas horas. – dijo Bella honestamente.
-Gracias, Bella, gracias por tu honestidad, y no es apresurado decir que sientes estas cosas, porque nosotros sentimos lo mismo, deseamos protegerte ante todo y todos. – finalizo Carlisle.
-Dr. Cullen, que necesita además…- le pregunto Harry.
-Tengo entendido que no quedo absolutamente nada de la casa, ¿verdad? – dijo Carlisle.
-Sí, Dr. Cullen, no queda nada. Pero estan los documentos en la comisaría, en el escritorio de Charlie. ¿Los quiere? –le preguntó Harry.
-Si no estaría demás. Es bueno para la investigación. Yo también empezare una por mi cuenta. Así que sería mejor, tener una copia. –
-Y para los papeleos para la escuela de Forks…- pregunto sutilmente Sue.
-No, es preocupación, en ese sentido los papeleos lo hacen ahí mismo. Es bueno tener una posición, como el doctor más encantador de la ciudad…-
-Carlisle Cullen, no empieces a deslumbrar, y por favor donde está tu humildad. – le escueto Esme, con las manos en las caderas. – ya sé de dónde sacaron mis hijos esa soberbia. Como me molesta. –
- Pero yo sé que te encanta…- le dijo Carlisle, provocando unas risas calladas en Bella.
-Bien por lo menos lograste que Bella se riera un poco. Así que hombres por favor abandonen la habitación que nuestra princesa se tiene que cambiar… afuera… afuera Dr. Cullen, aquí no lo necesitamos…- dijo Esme muy cómicamente. Logrando verdaderamente relajar a Bella.
Carlisle, Harry y Seth salen de la habitación. Apenas la puerta se cierra, Seth se vuelve al Dr. Cullen y le pregunta:
-¿Doctor Cullen?, le puedo hacer una pregunta…-
-Sí, con confianza…-
-Sé, que se llevara a Bella a Forks, pero me gustaría poder tener la posibilidad de no perder la comunicación con Bella. Yo se que ahora las cosas dentro de los amigos de Bella estan muy complicadas, pero no la quiero perder. Ella es mi compañera, con ella íbamos a todas partes, es la hermana que realmente es, ella realmente me entiende y todo. Por lo mismo me gustaría saber que ella sabe que puede contar conmigo…-
-Si Seth, calma. En Forks, Bella ya tiene un computador a su disposición y un celular que se lo pasaremos pronto. Bella sabrá que tú estarás ahí para escucharla. –le dijo Carlisle.
-Seth, hijo Bella, está ahora en las mejores manos en que podría estar. Estará mucho mejor que acá y además se le abrirán puertas que desde acá nunca se le presentarían. Calma no la perderemos tampoco. – le dijo Harry.
En eso por el pasillo se ve a dos personas corriendo hacia ellos, son una pareja, y Seth le cambio completamente eran Jacob y Leah. Y Harry y Carlisle se dieron vuelta, y vieron la cara que tenia Seth, de una molestia absoluta. Mientras que las caras de Jacob y Leah, no cabían de la expresión de sorpresa, pero nada de arrepentimiento o vergüenza.
-Leah Clearwater, se puede saber ¿Dónde mierda te habías metido?, como es posible que ninguno de los sea hayan dignado de contestar algunas de las llamadas. Su "amiga" lo perdió todo y ustedes parrandeando por ahí, ¡qué vergüenza me das hija!, estoy realmente decepcionado de ti. – le dijo severamente Harry.
-Pero papá, no sabíamos nada, ¡cómo querías que supiera si no estábamos acá! – le respondió Leah.
-Por eso mismo me pasé toda la noche, llamándolos. Sobre todo a ti Jacob, tu supuesta novia, ¡perdió todo, perdió su casa, sus cosas y sobre todo a sus padres! Y ¿tú?, ¿Dónde estabas?, ella te necesitaba más que nunca, y tú como si te hubiera tragado la tierra. – le alego Seth.
-Que te pasa pendejo…- le iba a devolver el golpe Jacob, pero ahora físicamente. Pero alguien lo detuvo, aquel hombre que no lo conocía, pero con una mirada completamente fría, que le congelo hasta el alma.
-No te atrevas niñito, que aquí el verdadero amigo de Bella ha sido este joven. Yo que tú me voy antes que algo malo suceda. – le dijo Carlisle.
-¿Quién se cree que es usted?, no me toque…- le dijo sin respeto alguno Jacob.
-¡Jacob!, más respeto al Dr. Cullen. Leah, que vergüenza me das, me has decepcionado completamente. Será mejor que los dos se vallan, no es conveniente que Bella los vea. No es el mejor momento. Váyanse antes que los vea. – les dijo Sue, quien había salido de la habitación luego de escuchar el alborotado ambiente.
-Pero mamá déjenme explicarles… por favor, necesito ver a Bella. – dijo Leah, casi suplicándoles.
-No Leah, ustedes dos, le han hecho un daño inconmensurable a Bella, tienen que esperar que Bella quiera hablar con ustedes…-
-Sue…-
-No Jacob, ahora no. Tu también me has defraudado, nunca imagine que le hicieras esto a Bella, y sobre todo con Leah, sobre todo tú hija, supuestamente Bella era tu amiga… cómo pudiste. –
-Por favor, Sra. Clearwater, no me diga que está pasando lo que estoy pensando…-
-Dr. Cullen, no creo que sea bueno que Bella lo vea exaltado. Está a punto de salir. – Sue no alcanzaba de terminar cuando la puerta de la habitación de Bella se abre. Y de ella sale Esme y Bella.
Y Bella los miro inmediatamente y su cara se descompuso. Pero Esme la tenia abrazada maternalmente. Hubo a su vez un cruce de miradas entre Esme y Carlisle, quien comprendió y confirmó lo que estaba pasando. Por lo cual se enfureció un poco más.
Harry contuvo a Leah, quien iba hacia Bella, mientras Seth con cuidado, se empezó a despedir de Bella. Susurrándole palabras de apoyo y de despedida en su oído. También le prometió que apenas ella tuviera modo de comunicarse, él estaría ahí para ella y para todo lo que necesitara.
Bella asintió. Luego esta miró a Sue, quien tenía los ojos llorosos. Y su expresión denotaba un arrepentimiento profundo sobre lo que estaba pasando. Pero Bella le dijo:
-Sue, calma si tampoco me voy a ir del país, mediante Seth nos comunicaremos. No nos perderemos. – dijo Bella, abrazando fuertemente a Sue.
-Bella...- le trato de empezar a decir Jacob pero fue imposible, Carlisle y Harry se le habían interpuesto en el camino.
-Jacob y Leah, ahora mismo no les puedo decir nada. Pero eso mismo no insistan. De las únicas personas que deseo recordar de este lugar, realmente son Harry y Sue, y Seth. Pero de verdad, les quiero decir que desde este minuto para mi ustedes ya no existen. – les dijo Bella, especialmente sorprendiendo a Esme y Carlisle por la madurez de su actitud y comentario – Ya estoy lista, creo que nos podemos ir ya… quiero salir de este hospital por favor. –
Bella no dirigió ni una mirada más hacia Jacob y Leah, Carlisle soltó a Jacob. Y los tres, Esme, Bella y Carlisle, se encaminaron en dirección a la salida del hospital. Mientras se iban, Harry y Sue los siguieron. Y dándose vuelta hacia Jacob y Leah, Seth les dijo duramente:
-Espero que hayan disfrutado de su apasionada noche, porque ahora las cosas cambiaron completamente. Y si por mi fuera, yo ya te abría matado Jacob, y como me arrepiento de ti ser tu hermano Leah, que no sabes cuánto. – dijo Seth, pero al querer irse Jacob lo sujeto firmemente del brazo.
-¿Que mierda está pasando Seth, porque esta actitud hacia nosotros? – le reclamo Jacob.
-Y tú crees que el resto del mundo son unos estúpidos. Imbécil, Bella los vio en la escuela ayer en la tarde al igual que el resto de la escuela. Y toda la secundaria sabe de su tórrida aventurilla. Y para más remate, ninguno de los dos calientes, fue capaz de contestar las miles de llamadas que les dejamos…- dijo Seth.
-Seth por favor, lo podemos explicar…- le suplico Leah
-A mi no me tienes que explicar nada. La vergüenza que generas, la haces tú misma, la que va a tener que sobre llevar la vergüenza sobre haber traicionado a su amiga eres tú y no yo. Y en cuanto a ti Jacob, mejor será que no te vuelvas aparecer en mi casa, porque si no soy yo el que te saca la mierda, lo hará mi papá. – dijo Seth, saliendo finalmente del hospital.
-Que hemos hecho Jacob…- le pregunto con resignación Leah.
-La hemos fregado Leah, y fuimos tan estúpidos que no nos dimos cuenta… somos unos imbéciles. – dijo Jacob, pero a la vez abrazando fuertemente a Leah, resignándose en vivir sus sentimientos, pero no los llevaron a cabo de la mejor manera.
Estaban en las ruinas de la casa de los Swan, no podían creer que lo rápido que se había esfumado todo. Era como si nada hubiera estado ahí hace algunas horas. Esme la tenia fuertemente abrazada, mientras Bella observaba anonadada los escombros de su casa. Mientras Carlisle, caminaba entre los escombros. Buscando alguna evidencia que le sirviera, o algún elemento que se pudiera rescatar dentro de tanta cosa quemada.
-¿Cuándo van a ser los funerales de mis padres? – le preguntó en bajo tono Bella a Esme.
-Todavía están examinando los cuerpos. Parece que es posible que encuentren algo, sorpresivamente lograron sacarlos del fuego sin ninguna quemadura aparente. Carlisle me logró decir que los cuerpos estaban completos y estos están siendo sometidos a un profundo peritaje. Lo más probable que con todo lo que le tengan que hacer, se demoren. – le dijo Esme.
-Por lo cual, tengo pensado dejar que hagan los peritajes, les tenemos que permitir, ya que es posible que encuentren nuevas cosas. Siendo de esta manera, apenas los liberes haremos las ceremonias correspondientes. Pero sobre todo tu escogerás donde quieras que los enterremos. – le dijo Carlisle, reuniéndose nuevamente con las mujeres.
-Todavía no lo sé, ambos son de Forks también. Igual que ustedes, o sea los cuatro se fueron a Chicago a estudiar, pero no lo he decidido todavía, me gustaría esperar. – les dijo Bella.
- Esta bien corazón, cuando tu consideres que estés bien lo decidiremos. Has encontrado algo más Carlisle, o nos podemos ir ya… tengo miedo de que los niños estén destruyendo tu casa, no me he podido comunicar con ellos todavía. – le explicó Esme.
-Sí, no hay nada más que hacer. Tranquila que yo los llamo para ver que estén bien. Preocúpense de que no necesiten nada para el viaje, dentro de media hora partimos hacia Forks. – dijo Carlisle.
-Lista Bella, ¿estás lista para dejar todo esto atrás y empezar una nueva vida? – le preguntó Esme. Esperando que le dijera honestamente si estaba lista para empezar este nuevo camino.
-Sí, Esme, estoy lista. Vamos. En una de esas pensar que voy a tener nuevos hermanos sea algo bueno…-
-Claro que lo va a ser, y ellos estarán fascinados de tener a la hermana que nunca pudieron tener. –le dijo Esme dándole la confianza que le faltaba.
Esme y Bella avanzaron hacia el imponente auto que estaba en la berma. Bella se dio vuelta una última vez hacia lo que había sido su casa en los últimos diez años. Definitivamente esta era una despedida a la antigua Bella y una bienvenida a una nueva vida.
Ya habían salido de Phoenix, Carlisle se había comunicado con los chicos y al parecer todo seguía en orden. Pero verdaderamente Bella no se acordaba de quiénes y cómo eran los hijos del matrimonio Cullen. Esme le había dicho que eran tres, como los tres chiflados. Cada uno en su propio mundo. El mayor era Emmett, tenía 19 años, estaba en el último año de la secundaria, este año se graduaba y según Esme, lo que deseaba hacer era seguir su carrera deportiva pero ahora profesionalmente. En la escuela era el capitán del equipo de football americano, eso significaba que era un chico popular. Esme también dijo que tenía una novia, su nombre era Rosalie. Capitana del grupo de porristas. Típico pensó Bella, la barbie y el ken de la secundaria, lejos que si eran la pareja y los reyes de los populares de la escuela.
Pero sin saberlo eso le incomodaba un poco a Bella, ella era en Phoenix una chica más ni popular, ni rechazada. En verdad era del montón. Pero en fin ella era capaz, de acomodarse a las distintas situaciones.
Mientras tanto el segundo, Jasper, con 18 años, también en el último año de la escuela, no pertenecía a ningún grupo, Carlisle sólo comentó que era brutamente intelectual e inteligente, simplemente era el genio de su generación. Pero no de la familia. El deseaba seguir una carrera, y lo más probable que se iría becado a Inglaterra, pueden ser tanto en Cambridge u Oxford. Lo más seguro que seguiría una carrera humanista. También tenía una novia, se llamaba Alice, era de la generación del tercero. O sea tenia la edad de Bella, en palabras de Esme, Alice era un duende con baterías eternas que no paraba nunca de moverse de un lugar a otro. Pero solo una persona en este mundo la podía parar. Ese era Jasper. Por algo eran unos novios inseparables.
Y por ultimo Edward.
-Bueno Edward, es otra cosa, es especialmente único. Bueno Bella, lo que pasa es que él es nuestro único hijo biológico, pero eso no significa que los demás sean menos hijos. No al contrario. No sé si te lo puedo describir, es como una obra de arte del surrealismo, la tienes que ver por ti misma para entenderlo. Y eso que te lo dice su propia madre. – le comentó Esme. Las cosas con Edward no se podían describir, había que experimentarlas.
-Tanto Emmett, como Jasper, entonces ¿son adoptados? – pregunto Bella.
-Sí, pero todos son nuestros hijos por igual, al igual que tu. Que ahora eres nuestra hija. – le dijo Carlisle.
Bella luego cerró los ojos deseando que Morfeo la llamara a sus brazos, quería dejar descansar un poco la cabeza, hoy era su primer día, sin sus padres. Y se sentía extraña. La llegada de los Cullen fue tal como una llegada de los ángeles guardianes. Quizás era cosa del destino. Que si echaba de menos a sus padres, pues si, extrañaba los abrazos calurosos de Charlie, las bromas que compartía con Renné. Pero sobre todo extrañaría por siempre aquel brillo de los ojos de sus padres. Aquello que nunca más vería.
No supo ni cómo ni cuándo, pero de repente sintió la suave voz de Esme.
-Bella, corazón, hemos llegado, es muy tarde son como las tres de la madrugada. Es mejor que pases directo a tu habitación, para que sigas descansando. – le dijo Esme que le estaba haciendo cariño en el pelo.
-Si… no hay problema !hay que me duele el cuello!, pero estoy bien, no te preocupes. – le dijo Bella saliendo lentamente del auto. Mirando hacia enfrente se encontró con un espectáculo. Una mansión entre puros árboles frondosos, o sea una mansión en pleno bosque de Forks. La casa estaba completamente iluminada, en la entrada se encontraban dos jóvenes. Ambos estupendos por igual, definitivamente una pieza de belleza humana. Ambos con una mirada clara, eran estupendos. El más grande de aspecto físico debería ser Emmett, quien tenía el cabello castaño, como ella. La estaba mirando con una sonrisa muy gentil en su rostro. Mientras Jasper, era rubio como Carlisle, y su mirada le transmitía una tranquilidad única. La invitaba a estar en completa armonía con la paz de la naturaleza.
-Chicos no creen que es muy tarde, para que ustedes estén levantados a estas horas. Mañana igual tienen escuela. – les dijo Carlisle.
-Si papá lo sabemos, pero queríamos conocer a nuestra hermana nueva, de verdad que las descripciones que hacían de ella no le hace juicio. Es tan pequeña como Alice. Si parece de estas haditas de las cajas musicales. – dijo Emmett.
Bella estaba completamente impresionada. Las palabras de Emmett, le significaban mucho, le decían mucho. Estaba siendo esperada.
-Que bueno Emmett, bueno ya al viste, ahora a la cama. Todo estamos cansados. – dijo Esme en un tono muy particular que los llevo a todos a obedecer sin chistar.
Tanto Emmett como Jasper, luego al interior de la casa, le dieron la bienvenida con un caluroso y grato abrazo a Bella. Pero ella sabía que faltaba uno. Edward. Pero ahora en este minuto no le importaba sólo deseaba una cama, para seguir durmiendo luego vería quien era ese ser tan especial.
La casa tenía tres pisos. En el primer piso, estaba la cocina, el comedor y el living, claro que en grandes dimensiones de los cuartos, no como era en su casa en Phoenix, si de verdad el conjunto de la cocina con el living era el área que ocupaba la destruida casa. Increíble la grandeza de los Cullen.
En el segundo piso había tres habitaciones, cada una con su respectivo baño. Y también estaba el escritorio del Dr. Cullen que se compartía con otro escritorio más, que le pertenecía a Esme. La habitación más grande del segundo piso era la del matrimonio Cullen. Su vista daba completamente hacia el patio interior de la mansión. Mientras que los cuartos de los hermanos eran del mismo tamaño y daban hacia los costados de la casa.
Finalmente en el tercer piso estaba la que sería la habitación de bella. Era un piso distinto. En el centro del piso había un espectacular piano de cola. Y el piso en sí no tenia murallas como el resto de la casa si no grandes ventanales, que las reemplazaba. Se podía admirar toda la propiedad. Y a lo lejos un brillo distante del reflejo de la luna en el agua. Estaban cerca de un río. De repente se abrió una de las puertas, de ella emergió una figura alta, de contextura física masculina, traía el pelo en completo desorden. Pero como estaba a contraluz no lo podía ver bien Bella. Pero a medida que se les acercaba le resultaba más sencillo distinguir las formas.
Alguien encendió la luz principal y Bella descubrió la razón de su existencia en ese mundo.
Delante de ella había un hombre, no un adolecente. Había un hombre alto de mirada profundamente intimidante, tan verde como las ramas de los pinos, de los robles o de cualquier árbol afuera de la casa. Su pelo era maravilloso, mezcla entre rubio oscuro, con castaño y con mechones bronce. Estaba sin camisa. Solo con unos pantalones de pijama, sueltos que por obra de magia no caían de los huesos de sus caderas. Su pecho deba el aspecto de dureza extrema. Con cada músculo bien definido, y debajo de sus pectorales, el más adorable y venerable set de cuadraditos, emulando perfectamente a una tabla de chocolate. Como la que se deseaba comer en ese instante Bella.
-Buenas noches, espero que hayas tenido un buen viajes. Compartiremos el piso…- dijo Edward con una profunda voz, notándose que se acaba de despertar.
Pero Bella no era la única sorprendida en ese piso. Delante de Edward se encontraba la persona más maravillosa que nunca antes había visto. En ese instante esa chiquilla despertaba en él una sensación distinta. Profundamente extraña. Lo llamaba a venerarla, a adorarla, a que su completa existencia girara únicamente en torno a ella. A prácticamente besar sus pies cada paso que daba. A cuidarla sobre cualquier acción. No sabía lo que era. No sabía si habían sido aquellas posas de chocolate fundido, la forma en que lo miraba. O si había sido aquella boca, que le provocaba dar gracias por haber escogido los pantalones más holgados de su closet al momento de salir de la habitación. O quizás esa piel, blanca como la nieve que caería en unos mese más en Forks, o quizás la expresión de su suave reflexión, que le invitaba a ser probada tal cual como un chocolate blanco fundido. La figura de ella era de ensoñación. Siempre había sido un tipo que prefería a las mujeres ridículamente voluptuosas. Pero en cambio aquella chiquilla era la representación de la armonía, como las esculturas que estaba estudiando. Como sería esculpirla, seria tal cual de seductor como lo hacía Miguel Ángel en sus obras…. Estaba perdiendo lentamente la cordura. Eso lo sabía. Pero también sabía que cualquiera lo haría al mirar a ese ángel caído del cielo. El problema era que había caído justo delante de él. No podía haber sido de otra manera. Porque en ese piso de la mansión Cullen estaría un demonio como él y en frente de su habitación, el ángel más cándido y perfecto que había pisado esta tierra.
-Buenas noches, mi nombre es Bella, un gusto conocerte. – Edward estaba rogando que ojala no estuviera soñando. Esa voz… era la voz de sus sueños. Aquella que le decía que llegaría pronto a su vida. Le cambiaría todo. Alice, la maldita duende tenía razón. Era una premonición. Desde ese instante nada sería igual.
-Y el mío es Edward, espero que logremos llevarnos bien…-
-Y porque no seria así hijo. – pregunto Esme.
-Por que las sorpresas inesperadas, no siempre tienen los mejores resultados madre. – dijo Edward en un tono que dejo completamente sorprendida a Bella. Ese tono no era intimidante para ella, pero si sabía que para el resto de la humanidad quizás sí. Porque esa mirada no le provocaba ningún temor, sino todo lo contrario, un deseo profundo de saltar hacia él y capturar sin duda alguna a los labios masculinos más sexy que había visto en su existencia.
-Bueno, espero ser todo lo contrario, espero ser el mejor resultado que puedas evaluar. – dijo Bella sin pensar ni un segundo en lo que estaba diciendo. Edward interpreto eso como un sutil desafío y eso le fascino, por fin una mujer a su altura. Definitivamente era lo que estaba esperando. Sin duda alguna esa sería una sorpresa inesperada. Pero con los más gratos resultado posible.
-Bueno niños, es tarde a dormir, mañana tendrán todo el día para conocerse. Vallan a dormir. – dijo Carlisle cortando en cierto sentido la burbuja que envolvía a Edward y a Bella.
-Será, buenas noches mamá – dijo dándole un beso en una de sus mejillas – papá –dándole un abrazo – buenas noches Bella – dándole un inesperado (para todos) beso en la frente de esta, dejándola sin respiración por unos segundo. Dándose apresuradamente vuelta, y completamente sorprendido por su acción, Edward se encaminó a su habitación. Dándole la mejor vista a Bella en siglos. Primero en su amplia espalda se encontraba un tatuaje digno de ser considerado una obra de arte. Era como una especie de escudo antiguo, casi medieval se podría decir. En su centro un león, emulando al león de Inglaterra medieval que ella había visto hace unas semanas en arte (un ramo en la escuela de Phoenix) y debajo de este la inscripción, también en letras pero esta vez renacentistas. Del apellido Cullen. Este dibujo ocupaba la parte superior de su espalada. Solo la mitad de la completa espalda. Mientras tanto en la parte baja de esta, casi donde cambia de nombre y donde los pantalones por arte de magia seguían puestos, se podía ver otro tatuaje. Se leía BAD BOY. Luego entro a su habitación. Dejando a Bella con una gran interrogante.
¿Cómo dormiría esta noche, con un demonio enfrente de su habitación?
Realmente las mejores sorpresas, eran las inesperadas.
Nos vemos en el cap. nº 2
Dedicación absoluta a la madrina de este fic por excelencia .
