Parte de algo

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Disclaimer: Dragon Ball no me pertenece, su propiedad es de Akira Toriyama

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Este fic participa en el reto "Gazzo III" de la página de Facebook "Por los que leemos fanfics de Dragon Ball"

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Espero que les guste :3

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¿Podría decirse que era parte de algo en este mundo? No tenía un lugar fijo, pudo haber nacido en este planeta pero era un extraño en él. Aunque, tampoco podría irse a su planeta natal con su gente, ya que no se sentía parte de ellos, cabe decir que el planeta ya no existía.

Fue creado especialmente con un objetivo, objetivo que terminó por sacrificarse por el bien del planeta ¿Y qué haría él?

Para empezar, su infancia no fue de lo más normal, ni siquiera para un Namek de la familia guerrera ¡Ni siquiera sabía que era un extraterrestre en ese tiempo! Pensaba que era el último del rey de los demonios ¡El gran Piccolo Daimao! El que volvería a traer desesperación al mundo. ¿Tenía algún objetivo? Matar a Son Gokú y de esa forma vengar a muerte de su padre. Esos fueron sus pensamientos a tan solo salir del huevo.

Tuvo que entrenar duro y crecer rápido, en tres años ya tenía la apariencia de un adulto, ni él mismo se lo creía.

La batalla contra Son Gokú fue lo que inició su cambio, él no era un demonio, solo un niño al que le platearon los deseos de su padre con tal de conseguir la meta de éste, nunca la suya.

Muchas veces se preguntó ¿Por qué después que Gokú murió tratando de matar a su hermano, no dejó que se llevaran al engendro los débiles amigos de él? ¡Ya había cumplido su meta de matar a Son Gokú! Podía cumplir ahora su destino, el de conquistar el mundo y ser su rey. Pero no, decidió entrenar a ese chiquillo. ¿Qué lo hizo entrenarlo? ¿Tal vez el ver como se desperdiciaba tal potencial? ¿Tal vez crear un pupilo que continúe sus hazañas? O tal vez, fue la necesidad de sentirse aceptado, ese podría ser un deseo que tenía reprimido, oculto en lo más hondo de su ser.

El sentirse aceptado por Gohan, a pesar de todos los golpes, rasguños y raspones que éste tenía por causa suya, lo hizo cambiar un poco más. El ser llamado Maestro o incluso Señor Piccolo solamente, pero con el respeto que éste conllevaba, llenaba su pecho de algún tipo de calor que los humanos solían llamar afecto.

Experimentó lo que los humanos llamaban amor fraterno a la edad de ocho años ¿Quién iba a pensarlo?

Piccolo, en verdad, podía ver un poco de sí mismo en Gohan ¿De qué forma? ¿Lo veía verde y con antenas? Pues no, él veía a un niño que fue llevado a una batalla en la que no tenía que ver, que fue obligado a ser más fuerte para sobrevivir, porque era su planeta el que estaba en peligro. A pesar de que él fue el que lo obligó a todo eso, sentía una pizca de compasión por él. Al niño no le gustaba pelear, pero lo hacía porque le tocaba, bueno, en eso era diferente a él.

Aunque suene extraño, el gran Piccolo llegó a sentir tanto afecto por el niño que antepuso su vida misma para proteger la de él.

¿Qué clase de poder tienen los humanos? ¿Por qué esos seres tan débiles e indefensos podían llegar incluso a controlar tus emociones y pensamientos? Lo había visto, no solo es sí mismo, sino, también, así sea un poco, en Vegeta. Y también, aunque aún no mucho, en la androide ¿Qué clase de poder mental tenían? ¿Sería eso a lo que llamaban amor? ¡Él no entendía esa clase de conceptos!

No lo entendió hasta que Dende se lo explicó. El amor era propio en su raza, tal vez, no existía el amor de pareja, pero sí el amor que los adultos sentían hacia los más jóvenes. Todos eran hermanos y se amaban, todos amaban al Gran Patriarca y éste los amaba a ellos. Los guerreros también amaban, pero así como él, sabían ocultar sus sentimientos, no eran tan sentimentales como los de la familia Dragón, que eran todo sonrisas por todos lados.

Todo eso, lo entendió después de tantos años gracias a sucesor de una parte suya.

¿Qué podía decir de pequeño Dende? Él todavía era un niño en un cargo muy grande, pero aún así lo amaba porque era algo que él quiso.

Al principio, recordó, el niño verde se enfocó tanto que no salía de la antigua habitación de Kami-sama, revisando pergaminos y escritos que tuviesen algún secreto de cómo ser un buen Dios. Con Dende a Piccolo le tocó actuar de niñera nuevamente, sacando al pequeño Dios de la habitación para que hiciese su trabajo como él quisiera, no como otros se lo indicaban. Recordó que una vez, entre él y Mr. Popo tuvieron que hacer que el pequeño Namek dejara de llorar, puesto, que había dejado morir las plantas de su antiguo dueño.

Mirándolo bien, Dende también ayudó mucho en su cambio. Ayudarlo en el templo lo ayudó a saber más sobre su raza.

¿Saben? Piccolo nunca se imaginó que se adentraría en ese grupo ¿De cuál grupo hablaba? El grupo de los héroes anónimos a los que no les importaba morir por proteger el planeta, sin importar tener algún reconocimiento. Simplemente, una cosa había llevado a la otra. Había pensado que todo finalizaría después de que los Saiyajins llegaran a la tierra, que ya no tendría que pelear junto a ellos, pero su muerte los llevó a Namekusein y a la pelea contra Freezer. Luego se vio involucrado en la profecía del Saiyajin del futuro y terminó por entrar en la batalla contra Cell, sintiendo orgullo por su alumno que los había salvado a todos. Y también, sintiendo algún tipo de vacio porque su objetivo, la persona que debería derrotar, la causa por la cual fue creado, había muerto, sacrificándose por salvar el mundo, y así, evitando que algún enemigo llegara a la tierra si él seguía en la tierra. Finalmente se vio involucrado en más cosas, incluso en la crianza del pequeño Goten, el hijo que dejó Gokú antes de irse.

Podía recordar perfectamente el día que lo había conocido.

Estuvo muchas veces meditando cerca de la montaña Paoz, nadie lo había notado, nadie lo había descubierto. Durante una meditación pudo sentir un ki bastante conocido acercándose, pero, ahora venía con uno pequeño que jamás había sentido antes.

― ¡Señor Piccolo! ―escuchó y abrió los ojos. Estaba flotando, con las piernas cruzadas en posición de loto y los brazos cruzados sobre su pequeño. Gohan venía volando, llevaba una mochila en su espalda y venía con lentitud. No se inmutó hasta que el niño se situó frente a él

―Hmp. Hola Gohan.

― ¿Como va, señor Piccolo?—El Namek hizo una pequeña mueca.

― ¿Qué llevas en la espalda? ¿Vienes de estudiar?—Gohan puso los ojos en blanco, e Señor Piccolo era así, iba directo al grano.

― ¿Recuerda que le conté hace un año que mamá se estuvo sintiendo enferma?

―Ujum― El niño, con cuidado se quitó lo que llevaba en la espalda y sacó un pequeño bulto.

―Soy hermano mayor, señor Piccolo― una sonrisa torcida apareció en el rostro del Namek.

―así que tu padre dejó un legado antes de irse―una pequeña manita salió del bulto y tocó el rostro de Gohan que le dio una sonrisita llena de amor al bebé. Miró a su maestro.

―Quería venir a presentárselo―se lo ofreció y Piccolo dudó en tomarlo―vamos, señor Piccolo. Goten no muerde, aún no tiene dientes―soltó una risita logrando que el Namek frunciera el ceño y tomara al bebé. Le sorprendió el increíble parecido que tenía con Gokú, era idéntico a él. El bebé, no podía pasar de los cuatro meses, tenía los grandes y ojos negros abiertos y una sonrisita sin dientes en su rostro.

―Mamá dice que se parece mucho a papá y yo creo que es muy cierto―el bebé soltó una risita y estiró su manita tratando de tocar el rostro de Piccolo, como si el rostro serio del extraterrestre fuese motivo de risa―Le cae bien, señor Piccolo.

―Hmp. Si tú lo dices―Sacó al bebé del bulto y lo tomó del pie dejándolo boca abajo. El pequeño Goten se balanceó soltando risitas de alegría, definitivamente era un niño muy alegre. Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Piccolo.

―Gah―dijo el bebé estirando aun su diminuta mano―Gah.

―Cuando hace eso―dijo Gohan―Es que quiere que lo tome de la mano―Piccolo miró al niño―Me di cuenta que así es que el demuestra su afecto.

Piccolo tomó al bebé y lo colocó en su brazo, sosteniéndole la cabeza con la mano.

―Gah―volvió a decir el bebé estirando su manito y Piccolo le dio la suya. Definitivamente era más grande su mano, sin embargo, el bebé tomó uno de sus dedos y lo apretó con fuerza.

―definitivamente le agrada, señor Piccolo―Gohan sonrió y Piccolo se sintió descubierto ¡No era posible! Primero, Gohan lo atrapaba con ese poder humano ¿Y ahora el pequeño? De manera inmediata entregó al bebé al hermano mayor.

―Debo irme.

―Pero, señor… ―y el pequeño Goten, ante el brusco movimiento anterior frunció su pequeña nariz y empezó a llorar. Gohan empezó a consentirlo con tal de calmarlo.

―Es muy probable que Dende me necesite―y como un cobarde, salió volando.

Sin embargo, siguió yendo a la montaña Paoz y, de vez en cuando, cuidaba al pequeño Goten.

Definitivamente el amor era un arma muy peligrosa, podía controlar incluso al ser más orgulloso y frío. Podía calentar corazones con una gran velocidad.


Piccolo abrió los ojos y salió de sus pensamientos cuando escuchó la risita. Miró a la bebé de cabello negro caminando por la sala, tomando los juguetes y lanzándolos a otro lado. Gohan le había pedido que la cuidara una vez, y no se había resistido a cuidarla otras veces, definitivamente ella lo tenía dominado.

Una vez, escuchó a ChiChi decir que él era mejor abuelo que el mismo Gokú, tal vez, tenía algo de razón.

Sintió que le jalaban la capa y miró los grandes ojos negros que lo miraban, y una pequeña sonrisita que lo adornaba un diente apareció en el rostro de la pequeña Pan.

― ¿Qué pasa, Pan? ―le dijo― ¿Tienes hambre?

―Pi-Piccoyo―dijo la bebé y él se sorprendió. La había escuchado hablar muchas veces, decir mamá o papá, junto con otras pequeñas palabras, pero nunca se imaginó que diría su nombre. El Namek sonrió y tomó a la bebé en brazos, miró a ambos lados y expandió su ki para ver si nadie venía, entonces levantó a la bebé y la soltaba en el aire mientras ésta reía.

Definitivamente se acostumbraba a esto de ser cautivado por los humanos.


Nota: Bueno,ni yo misma sé como hice este OS. Tenia pensado desde hace tiempo algo, no me gustaba como quedaba e incluso pensé en retirarme, pero ayer, exactamente a la 1 AM me llegó un poco la inspiración, gracias a una amiga que me apoyó mucho.

La verdad, al principio pensé que sería fácil, pero se me dificultó mucho. Me vi bastante la saga Majin Buu, pensé que el capitulo de ayer me inspiraría y ¡Nada! ¡Fue a esa hora que me vine a inspirar!

Me gustó mucho como quedó, tal vez, no tenga mucha relación con la imagen pero me siento orgullosa. Intenté tomarme un poco la imagen más a lo que quería expresar que lo que mostraba.

Sobre el título, tuve demasiadas dudas, soy súper mala para elegir títulos pero bueno, esto tiene que ver con algo de lo que salió en el fic.

Espero que no haya quedado tan corto, pero como vuelvo les digo ¡Esto apareció solo hace unas horas! ¡Yo misma estoy impresionada!

PD: Que Pan le diga a Piccolo: Piccoyo, fue tan tierno / Por eso quise incluirlo en el fic.

Espero que es haya gustado, y espero su review diciéndome que les pareció :3 :3