La amortencia y el pensadero

Harry, Ron y Hermione salían del despacho del director de Hogwarts. En sus caras se podía ver tristeza y alivio al mismo tiempo. Pero lo que más reflejaban sus caras era cansancio.

-Chicos, no sé vosotros, pero yo necesito descansar. No me acuerdo cuando fue la última vez que dormí unas cuantas horas del tirón.-dijo Harry.

-Sí, yo también estoy agotada.-Afirmó Hermione.

-¿Creéis que podremos dormir en nuestros antiguos dormitorios?-preguntó Ron.

-No creo que haya ningún problema, no habrá nadie por allí, pero podemos ir bajo la capa si queréis.- Respondió Harry.

-Pues vayamos entonces.- sugirió Hermione. Pero en ese momento Harry se acordó de algo, bueno, más bien de alguien, de quien en realidad nunca se había olvidado. Y preguntó:

-Hermione, ¿cómo se hace para comunicarse con un Patronus?

-Pues sólo tienes que convocar tu patronus con el mismo hechizo de siempre, y a la vez pensar en el mensaje que quieres enviar.

-¿Y se puede hacer para que sólo lo vea una persona?

-Sí, piensa en el mensaje, en la persona a la que se lo quieres mandar, y en que sólo ella lo vea.

-¿Ella?

-Sí, Ron en LA Persona para la que es el mensaje.

-¿Pero esa persona no será…?

-Ron, no empieces. Ya nos enteraremos, y lo importante es que sean felices.- Susurró Hermione mientras Harry convocaba su patronus y veían al ciervo plateado alejarse.

Se dirigieron a la sala común de Gryffindorf bajo la capa invisible. Cuando llegaron estaba completamente vacía y se fueron a dormir a sus antiguos dormitorios. Mientras Harry y Ron subían por las escaleras hacia su habitación, Ron comentó:

-Este…, Harry, sé que he sido un poco pesado y terco con tu historia con Ginny, pero quiero que sepas que lo único que quiero es que no sufra y sea feliz.

-No te preocupes Ron, eso lo sé. Es lo que yo más deseo también.

-No me pondré más pesado, de verdad. Me he dado cuenta en estos días, bueno, sobre todo hoy, que hay que aprovechar el tiempo, que no sabemos lo que va a pasar y que es mejor hacer lo que queramos en el momento, no dejarlo para después. Por cierto, hablando de hacer lo que deseamos, ¿me podrías dejar mañana cuando nos despertemos la capa de invisibilidad?

-Claro amigo, ¿pero puedo saber para qué la quieres?

-Es que… necesito hablar con Hermione. Después de lo que pasó tras regresar de la cámara de los secretos, bueno, tú viste lo que pasó, ejem, bueno, pues después de eso, no hemos hablado del tema y me gustaría hablar con ella, saber qué piensa y decirle lo que yo pienso.- Dijo Ron con la cara como un tomate. Harry difícilmente podía aguantar una sonrisa, pero lo hizo por su amigo. Y le preguntó:

-¿Lo que piensas o lo que sientes? Bueno, da igual, no me contestes a eso, pero ¿por qué necesitas la capa?

-Bueno, es que pienso subir a su habitación antes de que baje a desayunar. Es lo primero que quiero hacer nada más despertarme. Como ya te he dicho, me he dado cuenta que no hay que atrasar las cosas que uno quiere. Y pues, como sabes, no podemos subir por esas escaleras por el encantamiento para que no puedan subir chicos. Lo que he planeado es subir con mi escoba y con tu capa puesta para no asustar a las chicas, en el caso de que suban a dormir algunas de las chicas que quedan en el castillo.

-Vaya, ya veo que lo tienes todo bien planeado. Pues ningún problema, toma ya la capa por si te despiertas antes que yo. Pero si tú te vas a quedar con la capa, entonces necesito mandarle un Patronus a la profesora McGonnagall para pedirle permiso para lo que yo planeo hacer.- Y tras decir eso, Harry convocó de nuevo su patronus y Ron se quedó mirando alejarse al ciervo plateado nuevamente.

-¿No me vas a contar lo que planeas?

-Bueno, no es nada emocionante ni parecido, yo también quiero hablar con la persona a la que quiero lo antes posible.

Y dicho esto, los dos se acostaron en sus antiguas camas y se durmieron profundamente nada más dejarse caer.

A la mañana siguiente Hermione fue la primera en despertarse y se le ocurrió despertar a los chicos llevándoles el desayuno. Bueno, en realidad era con Ron con el que estaba deseando hablar y aclarar cosas. Hizo un gran esfuerzo, porque llevarle el desayuno significaba ir a las cocinas y pedírselo a los elfos, ya que no sabía si en el Comedor servirían comidas, y menos aún desayunos.

Pero justo cuando Hermione salió por la puerta-agujero de la sala común, Ron se despertó, se aseó, se montó en su escoba y se puso la capa. Subía ya a los dormitorios de las chicas justo cuando Hermione regresaba a la sala común y se encaminaba al dormitorio de los chicos.

Cuando entró sólo encontró a Harry, que aún dormía. Lo despertó y le preguntó por Ron. Harry le dijo que no sabía donde estaba, que debía estar buscándola porque quería hablar con ella.

Entonces Hermione le pidió a Harry el mapa del merodeador con el que se ahorraría un montón de tiempo buscándolo. Harry aún medio durmiendo lo convocó con un accio y se lo dio a Hermione. Ésta lo activó y vio que Ron se encontraba en su dormitorio, pero se le cortó la respiración cuando vio que en el aseo del dormitorio se encontraba Lavender Brown.

Rápidamente se fue hacia su dormitorio, no sin antes convocar la escoba que habían utilizado para ir a la cámara de los secretos, ya que pensó que si Ron había activado el encantamiento, entonces la única forma de subir sería volando.

Se montó en la escoba sin acordarse siquiera de dejar todo el desayuno que les había traído, y haciendo uno de los mayores esfuerzos de los que era capaz (ya que nunca le gustó nada montar en escoba, y mucho menos, manejarla ella) llegó a su dormitorio, donde se encontró a Ron parado. Ya se había quitado la capa. Cuando la vio llegar se sorprendió muchísimo:

-Hermione, yo creía que estabas en el aseo, oí la ducha y pensé que eras tú y te estaba esperando.- En ese momento le volvió la respiración a Hermione, que ni había querido pensar qué significaba lo que había visto en el mapa.

Ron se quedó observándola por un rato a la vez que sonreía.

-Ron ¿por qué me miras así? ¿Y por qué sonríes?

-Verás, es que tengo la poción de Amortencia frente a mí.

-¿Qué? No te entiendo.

-Verás, cuando vimos en clase de Slughorn la poción de la Amortencia, y tú explicaste lo de los olores y todo eso, ¿recuerdas?

-Sí. – dijo Hermione, confundida y ruborizándose como cuando lo hizo en dicha clase de pociones.

-Pues es que los olores que tenía para mí eran: el desayuno de Hogwarts,- y le señaló a su mano izquierda, en la que llevaba todavía el desayuno (que ella había olvidado)- el olor a escoba,- y le señaló su mano derecha, en la que llevaba la escoba con la que había subido- y el olor a tu perfume- al decir esto último se puso completamente rojo.

-¿De verdad cuando olías la Amortencia te olía a mi perfume?- preguntó Hermione radiante de felicidad- Pues entonces te darías cuenta de qué perfume llevo desde hace unos años.

-Pues claro que es verdad, ¿por qué te iba a mentir? ¿Qué has dicho del perfume?

-Que te debes haber dado cuenta de que, desde que me regalaste aquel perfume en la Navidad que pasamos en Grimmauld Place, no me he puesto otro. Es como llevar una parte de ti conmigo.

Ron se quedó de piedra. Nunca nadie le había dicho nada tan bonito. Entonces se quedó pensando en la escoba que llevaba Hermione y le preguntó:

-¿Has subido volando? ¿Tú sola?- Ella asintió- ¿Por qué lo has hecho?

-Necesitaba hablar contigo cuanto antes. Después de lo que pasó ayer, cuando dijiste lo de los elfos, y bueno, después…Quería saber qué sentiste

-¿Has subido volando sola, en escoba?, ¿has afrontado uno de tus mayores miedos por verme?-

Ella volvió a asentir y dijo un tímido sí. Él tras escuchar eso, no se reprimió ni un segundo más, y la besó. Esta vez fue a ella a la que se le cayó todo lo que llevaba en las manos, por lo que tendrían que buscarse otro desayuno.

-¡Ejem, ejem!

Lavender acababa de salir del baño. Hermione no sabía donde meterse y Ron, con la cara más roja que su pelo, se puso en medio de las dos, porque sabía de lo que eran capaces y del carácter de las dos. Después de un momento de tensión Lavender dijo:

-No te preocupes Ron, ya superé que no estuvieras enamorado de mí. Es lógico, si os habéis pasado desde los once años prácticamente sin separaros, a pesar de que os llevarais como el perro y el gato. Lo raro sería que no os hubierais enamorado- Ahora tanto Ron como Hermione estaban como un tomate- Además Hermione, te debo una bien grande, me salvaste la vida y no sé como te lo voy a agradecer.

Hemione se acercó a ella, le tendió la mano y le dijo:

-No hay nada que me tengas que agradecer, tú hubieras hecho lo mismo por mí, no tengo ninguna duda. ¿Amigas?

-Amigas- le contestó Lavender y se dirigió a la puerta. – Nos vemos luego, voy a desayunar.

Ron se había quedado muy sorprendido y sólo atinó a decir:

-De todas las chicas que habrá en Hogwarts, tenía que ser ella la que estaba en el baño.-

Hermione no dijo nada de que ella ya lo sabía y la había olvidado. ¿Para qué hacerle saber que se había puesto celosa? Y en ese momento comprendió cómo se sentía Ron cuando ella estaba cerca de Krum aunque no estuviera pasando nada. Esto tenía que arreglarlo, no podía ser que ambos estuvieran celosos cada dos por tres y eso sólo lo podría lograr de una manera:

-Ron, ¿quieres salir conmigo?

-¿Por qué siempre tienes que hacerlo todo tú primero? Me besas primero y ahora me pides salir.

-¿Qué mas da? ¿Ahora me vas a salir machista?

-No es machismo, es que me quitas las partes buenas.

-Bueno, vale. No he dicho nada. Es sólo que pensé que si empezamos a salir y confiamos el uno en el otro, pues ya no habrá más celos tontos.

-Hermione, ¿quieres salir conmigo?

-Pues claro, ¡Me encanta esa idea! ¿Se te ha ocurrido a ti sólo?

-Ja, ja, ¡Qué graciosa! Oye, un momento ¿Es que estabas celosa por Lavender?

-¿Pues qué esperabas después de lo del año pasado?

-Vaya, no soy el único celoso.

-He aceptado salir contigo, espero que así no haya más celos por medio.

Ron se quedó pensativo un tiempo y su cara empezó a entristecerse. Hermione preocupada le preguntó qué le pasaba y él contestó:

-Es que no puedo creer que el día o los dos días más felices de mi vida, sean por otro lado los más tristes.

Hermione sabía perfectamente que lo decía por Fred, bueno, y por Remus y Tonks y todos los demás, pero sobre todo por Fred. Le dio un abrazo y le dijo:

-Sólo piensa en lo que él te habría dicho si se hubiera enterado de por qué es el día más feliz de tu vida.

-Me habría dicho que ya era hora y que no dejara que nadie me lo estropeara. Bueno él hubiera hecho todo lo posible por hacerme pasar la mayor vergüenza del mundo con sus bromas, pero no me habría importado nada porque esto no hay nada que me lo estropee.

-Pues eso, igual que si él estuviera aquí, no dejes que nada lo haga y mucho menos sabiendo que lo último que Fred quería era ver triste a alguien de su familia o amigos.

-Tienes razón.- dijo sonriendo, al acordarse de Fred y su humor- Tengo hambre. ¿Vamos a desayunar? La comida que tú has traído está toda por los suelos.

-Sí, vamos- Hizo un movimiento con su varita para limpiarlo todo y se fueron para el Comedor.

Mientras tanto, Harry se había levantado, se había aseado y se había dirigido al despacho del director, bueno, ahora seguramente sería de la profesora McGonnagall.

Seguía sin tener contraseña para entrar la puerta, pero decidió esperar a Ginny ahí, antes de subir.

Esperaba que acudiera, sabía que le debía una explicación y necesitaba dársela, pero no estaba seguro de que ella quisiera escucharlo. No después de lo que la había hecho sufrir.

Estaba dándole vueltas a todo esto cuando vio bajar por las escaleras a la profesora McGonnagall y le preguntó si había recibido su patronus. Ella le dijo que sí y que le dejaba el despacho el tiempo que necesitara, que ella tenía muchas cosas que resolver por todo el castillo. También le dijo que habría un funeral-homenaje en el jardín a la mañana siguiente y se despidió. Harry pensó entonces que Ginny tal vez estaría tan triste que no querría hablar con nadie, y menos con él que en parte se sentía responsable de todo. Pero en ese momento apareció por la esquina del pasillo. Acababa de enfrentarse a mortífagos, había perdido a seres queridos, y aún así estaba radiante. Harry no sabía de dónde sacaba su fortaleza. Cuando llegó donde estaba él lo saludó.

-Hola Harry.

-Pensé que no vendrías.

-¿Cuándo te he fallado?

-Nunca.

-Pues eso.

Harry la notó un poco distante. Ahora que la tenía más cerca podía ver en sus ojos que no había dormido nada y que probablemente se había pasado toda la noche llorando.

-El motivo por el que te pedí que vinieras es porque necesito explicarte porqué hice lo que hice y quiero que veas lo que estado haciendo durante este año.

-No quiero ninguna explicación Harry, lo entiendo perfectamente. Sé que me dejaste porque no confiabas en mí. Hubiera sido un estorbo a tu lado.

-No es eso Ginny. No es nada de eso. Te dejé porque no quería perderte. No hubiera podido seguir adelante si a ti te hubiera pasado algo.

-Pues eso, que no confías en mi, que piensas que soy débil y me hubiera pasado cualquier cosa a la primera de cambio.

-Ginny, ¿acaso crees que Sirius Black es un débil y que yo no confiaba en él? ¿O que el profesor Dumbledore era un estorbo para mí? No Ginny sabes perfectamente que no se trataba de eso.

-Hubiera corrido el mismo peligro con vosotros que aquí en Hogwarts o en casa.

-Sé que aquí en el colegio corriste mucho peligro y sufriste, pero no te puedes imaginar lo que pasamos nosotros. A Hermione la torturó Bellatrix hasta casi morir y no te puedes hacer una idea de lo que sufrió tu hermano al escucharla y no poder hacer nada. Sabes lo buena bruja y fuerte que es Hermione y yo sé que tú eres igual de fuerte y buena bruja que ella, incluso más fuerte. Pero no hubiera soportado verte sufrir. Y no podía dejarme vencer fácilmente porque tenía que cumplir una misión que sólo yo podía llevar a cabo. Y ahora, si quieres podemos subir al despacho de Dumbledore, digo de McGonnagall y te lo explico mejor allí. Y a la misma vez te voy enseñando recuerdos en el pensadero para que entiendas mejor algunas cosas.

-¿Por qué haces esto?- dijo Ginny con lágrimas en los ojos.

-Porque quiero que me entiendas y no quiero que haya ningún secreto entre nosotros.

Tras decir esto subieron al despacho y Harry le contó sobre los Horrocruxes, le explicó su misión y le fue enseñando algunos recuerdos en el pensadero, donde entraban los dos juntos y le iba explicando las cosas que no entendía. No le enseño la parte en la que Ron se iba, sabía que Ginny no le perdonaría eso a Ron fácilmente, y no quería meter a su amigo en conflictos. Sí le enseñó cuando se preocupaba por ella mirando el mapa del merodeador y cuando fueron al Valle Godric le dijo que Ron se había quedado vigilando en la tienda. También vio como Ron le salvó la vida y cómo destruyó el Horrocrux, pero lo justo para que no se diera cuenta que llevaban tiempo sin verse. Vio la tortura de Hermione, el sufrimiento de Ron y la muerte de Dobby, todo con lágrimas en los ojos y por sus mejillas a veces. Así hasta que llegaron a la batalla de Hogwarts y descubrió que debía sacrificarse para que Voldemort muriera. En ese momento, Ginny lloraba desconsolada, pues había pasado ya lo de Fred, Remus y Tonks y además recordaba haber visto o haber creído ver a Harry muerto poco después. Le explicó lo de la piedra de resurrección y que por eso habían aparecido sus padres, padrino y Remus. Le contó que se dejó matar y la explicación que le había dado Dumbledore (en esa especie de Limbo en la que había estado) de porqué no había muerto por la sangre de su madre, y en cambio, Voldemort sí había matado la parte de su propia alma que había él (Harry). Vio la ayuda de Narcisa Malfoy y lo demás ya lo había presenciado la propia Ginny.

Después de verlo todo y escuchar explicaciones sabía por todas las cosas tan duras que había pasado y entendió que se separara de ella. Pensó que después de todo lo que le había contado sobre la parte del alma de Voldemort dentro de él, seguro que se sentía en parte responsable de las muertes de la batalla de Hogwarts y le dijo:

-Harry quiero que sepas que todo esto por lo que hemos pasado en esta batalla, y desde hace muchos años, no tiene nada que ver contigo, es decir, que todo ha sido culpa de ese mal nacido (y nunca mejor dicho por lo que me has contado de Merope y Tom Riddle Senior) y tú sólo has sido una víctima más. Te dejó sin familia y sin tutores decentes y a pesar de eso mírate, has salvado a toda la comunidad mágica y eres una de las mejores personas que conozco. Así que ya puedes estar borrando esos sentimientos de culpabilidad de tu cabeza.

Harry se sorprendió de lo intuitiva que era Ginny o de lo transparente que era él o quizá era que ni ella era tan intuitiva ni el tan transparente, sólo que entre ellos se entendían a la perfección. Y le dijo con una sonrisa:

-¡A sus órdenes!- Y Ginny vio que sí que le había hecho caso y quitaría esas ideas de su cabeza.

-Oye Harry, ¿en qué pensabas cuando te entregaste?

Harry se puso totalmente colorado y contestó: -cuando me crucé contigo y llevaba la capa sólo pensaba en quitármela para que me vieras y me impidieras hacerlo, después tomé valor y fue cuando lo de mis padres, Sirius y Remus y cuando ellos se fueron, sólo pensaba en ti, en tus besos, en nuestros besos.

-¿En esto?- Preguntó Ginny y justo después lo besó como en su cumpleaños hace ya casi un año, olvidándose del resto del mundo, sólo existían ellos dos. Pero al igual que hace casi un año, también los interrumpieron. En este caso fueron los retratos de antiguos directores, que les recordaron que era tarde y necesitaban comer algo, que mañana sería un día duro.

Les hicieron caso y se fueron al Gran Comedor donde ya había poca gente, como ya no quedaba comida, decidieron ir a las cocinas y pedirles a los elfos algo para comer.

Se fueron a la Sala Común y allí se lo comieron. Cuando estaban terminando llegaron Ron y Hermione, iban cogidos de la mano y Ginny se quedó extrañada y entonces Harry recordó que había algo que se había olvidado contarle.

-Ginny ¿te puedes creer que este par, en medio de la batalla no se les ocurre otra cosa que besarse?

-¿En serio? Están que si sí que si no media vida, ¿y sólo se les ocurre hacerlo en medio de una batalla?

-Pues eso dije yo, que no me lo podía creer.

-Dejad ya eso. Lo hicisteis vosotros en medio de la sala común y con todos los alumnos de Gryffindorf mirándoos.- Dijo Hermione toda avergonzada. Ron se había quedado pensativo pues era del tipo de bromas que le hubiera hecho Fred. Y entonces para sorpresa de todos, le dio un beso en la mejilla a Ginny y dijo:

-Te quiero mucho hermanita. ¡Y como le hagas daño Potter, te las verás conmigo!

Todos se quedaron atónitos y cuando Ginny reaccionó dijo:

-Yo también te quiero y te he extrañado mucho Ronnie. ¡Y Granger, como se te ocurra hacerle el más mínimo de los daños, olvídate de vivir!

Se pusieron a reír todos de la ocurrencia de Ginny y decidieron irse a acostarse, pues el día siguiente sería duro y ya era tarde.

Al día siguiente en los funerales estaba prácticamente todo el mundo mágico de Gran Bretaña y parte del extranjero, ya que casi todo el mundo conocía o era familiar de alguno de los fallecidos, o simplemente porque querían rendir tributo a todos los que habían dado su vida por la libertad.

El funeral lo ofició el mismo hombre que había oficiado el de Dumbledore. Agradeció a todos los fallecidos su aportación para la libertad, así como a los que seguían vivos y participaron en la batalla o fueron víctimas de las barbaridades que se hicieron desde que Voldemort había regresado.

Después dio libertad para que los que quisieran dijeran unas palabras o rindieran el homenaje que quisieran. Habló mucha gente de sus familiares o amigos. Harry habló por Remus y le prometió que haría todo lo posible por hacer feliz a Teddy y que no permitiría que Teddy los olvidara o no supiera quienes fueron Remus y Tonks, dos de las personas más importantes y valientes que conoció. También dijo que lo haría con la ayuda de Andrómeda y con la ayuda de alguna personilla más (le guiñó un ojo a Ginny).

George hizo un homenaje a Fred, pero no con llantos, a pesar de que estaba destrozado, sino como a Fred le hubiera gustado, con uno de sus mejores espectáculos de Sortilegios Weasley. Todos los Weasley tenían a la vez en los rostros tristeza por Fred, pero a la misma vez sonreían porque sabían que a él no le hubiera gustado ver a nadie triste en el día en el que ya no estaba Voldemort, y los mortífagos que quedaban estaban apresados.

Cuando acabó el funeral, Molly Weasley pidió a Hermione y a Harry que fueran a su casa de momento y ya verían qué hacían después. Hermione dijo que debía buscar a sus padres, pero Arthur dijo que no se preocupara por eso, que ya había aurores buscándolos y no tardarían mucho. Y así se fueron todos a la Madriguera por medio de la red flu que habían habilitado en el castillo para tal fin.

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Hola, espero que les haya gustado. Es posible que lo continúe en el mes de Julio si recibo alguna petición más. Muchas gracias a los que han dejado Reviews, es muy alentador. Es mi primer Fic, se notó mucho, ¿verdad?