[los personajes ni el mundo son mios]
Los ojos de Neville se dispersaban por todos los lugares disponibles en los que se pudiesen encontrar a su sapo. Mientras caminaba se chocaba con gente, pedía disculpas y volvía a buscar.
-vaya, el idiota de Longbottom perdío su inteligencia, ten cuidado tal vez no la encuentres nunca- escuchó las hirientes palabras de un compañero y las risas que le siguieron, y su cara se tiñó de rojo intenso, el sentimiento de sastifacción que había sentido aquella mañana por el hecho de que Harry había accedido a enseñarle defensas contra las artes oscuras y también que nadie lo había visto o adimitido como un bicho raro, se esfumaron. Ahí se encontraba su propio compañero de casa alegando lo poco que valia.
Se calló lo que diria, puesto que aunque quiera negarlo era verdad, apretó su puños pero se distrajó en cuanto vió a un grupo de estudiantes apiñados viendo el tablón de anuncios de Gryffindor y susurrando entre ellos, vencido por la curiosidad y por el hecho de que tal vez no encuentre a su sapo Trevor, observó y luego leyó por encima de las cabezas de un grupo de alumnos de segundo y en cuanto terminó, su cara se tiñó de rabia, miró a un lado y se encontro con la misma mirada en Harry y Ron.
El optimismo de Neville no podía empeorar, no podían prohibir los equipos, grupos y clubes. Por primera vez en su vida le daría cara a algo y no se acobardaría, pero esa orden era un grano en el trasero.
Se disponia a comentarle a Harry qué demonios iban a hacer ahora, pero éste se había marchado, distinguio una cabellera rojiza subiendo hacía la habitación de las niñas, y paso la oportunidad, ni muerto subiria a un dormitorio de niñas, era demasiado vergonzoso y él demasiado timido. Sintiendo un golpe en la espalda, giró su cabeza hacía atras y alli estaban los mismos idiotas que lo habían insultado. Todo se volvio silencioso para su oidos, los alumnos cuchicheaban entre si, su corazón palpitaba a mil por segundo y el anuncio en el letrero lo observaba burlon, limitando su voluntad, con escasas opciones.
-¡hey!, Longbottom ¿qué sucedio, ya no jugaras al Quiddith? o esperen no eres capaz siquiera de atrapar una Quaffle- los ojillos de Neville observaron a su brabucon y a sus secuaces, observó bien como se burlaban de él, Neville no se sonrojo, no bajó la mirada, no ahora. No importaba lo que ese anuncio, Umbrige o los que no creían en él. Harry, Ron o Hermione no se rendirian, encontrarian una salida a todo aquello, posiblemente ilegalmente, pero él los ayudaria y ante aquella seguridad sus ojillos se abrillantaron de adrenalina, podía escuchar a su abuela con su fea vestimenta -cosa que él no adimtiria, si quería seguir vivo- gritandole "no seas idiota, has lo que tengas que hacer". Y él lo haría, oh por supuesto que si.
Hasta sentía que podía darle cara a Snape, de lo libre que sentia.
