POV Rukia
Estaba practicando mis golpes en el bosque, si estar golpeando a un árbol repetidas veces se le puede llamar practicar, y en el momento en que pausé la razón de mi "práctica" resurgió en mi cabeza
Flashback
Corrí por los pasillos de madera finamente pulidos de la academia buscando por todas partes una cabeza roja entre las personas que pasaba *Dónde se metió ese idiota* hasta que por fin lo vi junto con un pequeño de grupo de personas, inmediatamente la duda surgió en mi mente *tal vez no es el mejor momento*, enseguida me reprendí a mí misma *¿desde cuándo soy una cobarde?*
-¡Hey Renji!- Lo llamé caminando hacia él haciendo que su atención se posara en mí, sus ojos se iluminaron un poco y me sonrió como en aquellos días en que no teníamos preocupaciones
-¡Rukia!- Contestó y el pequeño grupo que lo rodeaba se apartó de él para dejarnos un minuto a solas, en el cual me posicioné a su lado, obviamente nuestra detestable diferencia de altura me hacía tener que subir mucho mi mirada pero no le di importancia
-Hay algo serio de lo que tenemos que hablar-Mencioné lista para decirlo todo antes de que mis inseguridades lograran lo mejor de mí, su reacción fue instantánea, la sonrisa en su rostro se borró y sus ojos adquirieron seriedad
-¿Paso algo?-Su voz salió mucho más grave de lo acostumbrado y no pude evitar ponerme algo nerviosa, pero tragándome mis dudas lo miré a los ojos
-El líder de los Kuchiki se ofreció a adoptarme y quiere que le responda hoy, me dijo que yo viviría en la mansión Kuchiki junto a él como su hermana menor, tendría todos mis gastos pagados y me graduaría de inmediato- al dejar salir toda la información lo miré detenidamente, esperando por su reacción, pero definitivamente no estaba preparada para eso. Una sonrisa se estableció en su rostro y él se alejó de mi unos pasos
-¡Bueno miren a la afortunada!, felicidades Rukia, por fin podrás tener todo lo que quieras, vivirás en una mansión y serás de la nobleza- Comentó mientras palmeaba mi espalda muy fuerte haciéndome tambalear, para luego alborotarme el pelo
-Supongo que tendré que empezar a ponerme serio, te estas adelantando mucho- Dijo mientras caminaba a la salida, dejándome sola
Fin del flashback
-ahg- le di un último golpe al árbol y este cedió yendo al suelo, al igual que todos los otros desafortunados
-ese Renji-Susurré, mis flecos cubrieron mis ojos y mis brazos cayeron a mis lados
-y yo que pensé que me diría que no me fuera o que se entristecería un poquito- dije para mí misma muy desilusionada, miré hacia el cielo y suspiré
-no me voy a ir con los Kuchiki, no quiero que la gente me respete por un apellido, además de que no lo necesito, el director me dijo que me podía graduar antes si quería, ya que estoy más adelantada- dije despreocupadamente, la mayoría de las personas dirán que estoy loca por rechazar la oferta pero esa es mi decisión, sonreí y vi mis puños para ver si tenía alguna herida, nada, estaban como si no me hubiese pasado las últimas dos horas derribando árboles. Sonreí de nuevo y con pasos decididos caminé hasta la puerta de la oficina del director, con sutileza abrí la puerta y vi a Kuchiki Byakuya sentado en perfecta seiza, con la taza de té en la mano me indicó que me sentara y cerrando la puerta obedecí
-¿ya has tomado tu decisión?- Su voz atravesó el silencio del lugar con autoridad y confianza, pero sus ojos nunca se fueron de la taza de té dando un aire de indiferencia
- si, rechazaré su oferta, no tengo intenciones de despreciar su amabilidad pero no quisiera formar parte del clan Kuchiki- le dije igual de indiferente tomando la taza que estaba en la mesa y probando el fino té, una de sus cejas subió en forma de pregunta pero cuando su mirada se encontró con la mía regresó a su lugar
-supongo que no hay nada que pueda hacer para cambiar tu opinión- suspiró resignado bajando su taza de té y posándola en la mesa
-así es- afirmé suavemente imitando su comportamiento y dándole mi completa atención. Él, con la elegancia típica de un noble y los pasos ágiles de un capitán, se paró y caminó hasta la ventana para posar su mirada en el pequeño patio que estaba afuera
-Rukia…no soy alguien de muchas palabras pero, aunque no seas parte de los Kuchiki tendrás todo el apoyo de mi parte- las palabras sonaban extremadamente ajenas saliendo de su boca y su forma de ser no mostraba más que indiferencia pero no pude evitar pensar que realmente decía eso con amabilidad y hasta algo de nostalgia
-¿por qué? No es por ser malagradecida pero ¿por qué desea ayudarme?, no tenemos ninguna relación que yo sepa- las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera pensar en lo insensible y grosera que sonaba al decir eso. Su mirada se volvió a posar en mí y esta vez su tristeza y melancolía eran imposibles de negar
-Mi difunda esposa Lisana, siempre se lamentó el haber dejado a su hermana menor sola en las calles, durante incontables días la buscó con la ilusión de que hicieran las pases y pudieran estar juntas – Empezó a narrar dirigiéndose nuevamente a la mesa –Pero cuando su enfermedad empeoró me suplicó que aun después de muerta buscara a su hermanita menor y la adoptara como mi hermana porque quería que yo cumpliera ese rol que nunca pudo hacer- terminó y solo luego de una pausa para calmar sus emociones me miró. Tanta información nueva me dejó pensativa un segundo pero pronto una lágrima corrió por mi mejilla y sonreí un poco triste
-no planeo ser una Kuchiki, pero si me lo permite estaré orgullosa de llamarlo nii-san- le respondí y limpié la lágrima que cayó por mi mejilla izquierda, por un momento vi como su expresión se suavizaba y una sonrisa pequeña aparecía en su rostro, no hallando más que decir me paré y fui hasta la puerta, donde me percaté que faltaba algo
-nii-sama mi graduación será pronto, quisiera saber si podrías venir a verla- comenté esta vez con una sonrisa libre de tristeza mientras me daba la vuelta
-veré que puedo hacer- contestó finalmente regresando a su máscara de indiferencia, pero en sus ojos todavía pude ver la gentileza detrás del perfecto control, contenta con lo que pasó cerré la puerta y con una nueva determinación empecé a buscar al idiota que tengo por amigo
-cabeza de piña ¿dónde estás?- me pregunté y a los pocos minutos lo encontré, me le acerqué por detrás escondiendo mi reiatsu, cosa que hacía muy bien, y lo golpee en la cabeza lo suficientemente fuerte como para que le quedara un chichón
-auch, ¿pero qué?- se volteó enojado tratando de encontrar al causante
-muéstrate cobarde- gritó mirando a todas parte excepto abajo, pude sentir la venita en mi frente hincharse, lo golpee en el estómago sacándole el aire y haciendo que mirara abajo
-¿pero qué haces enana? deberías estar con los Kuchiki en su gran mansión o algo así- dijo con la mano en el estómago recuperándose del golpe sin realmente mirarme a la cara
-justo por eso es que te golpee imbécil, cuanto te dije que me habían ofrecido adoptarme era para que lo supieras y me dijeras tu opinión, no porque quisiera ir con ellos, fuiste tú el que asumió que estaba emocionada por la oferta- dije muy molesta, sin mirar en su dirección y con los brazos cruzados para evitar golpearlo tanto como quería
-¿no aceptaste?-
