Advertencia: los personajes de este fic son propiedad de Bushiroad y de su creador el mangaka Akira Ito, historia traducida de ThunderFlowers

Kaichi VG Love: la mayoría de los admis de esta pagina esperamos con ansias cada capítulo de este fic de lo bueno que esta, nota: la autora aun no decide que sea yaoi pero respetamos su decisiones y este fic esta 100% apegado al original, si desean ver el original esta en los favoritos de este perfil.

Re-birth

Prologo

Junto a él.

Recordaba ese día claramente.

Dolorosos recuerdos fueron grabados en su cabeza, luchando y gritando por atención. Había intentado muchas veces olvidarse de ellos sin éxito. Habían dejado una cicatriz en su corazón que no se desvanecería.

Recordó la forma en que sus oscuros ojos estaban iluminados por la luz de la luna que se fundía en su rostro, lo que aumentaba la oscuridad de sus facciones. En ese momento, sus ojos sin vida parecían vivos de nuevo.

Esos eran los ojos que había dejado de ver, los ojos de quien lo había salvado y lo guio en el pasado. Él, que había sido un líder fuerte y amable, aunque nunca lo demostró. Aichi no se dio cuenta de eso al principio, pero ahora sabía que Kai estaba siempre a su lado, observándolo y asegurándose de que no eligiera el camino equivocado. Sin embargo, al final, el que había elegido el camino equivocado era Kai.

La idea era insoportablemente dolorosa y había ocasionado que las lágrimas se formasen en la esquina de sus ojos cayendo por sus mejillas, permitiéndole liberar el dolor por su amigo.

Porque este era el final.

El viento se llevó las nubes en un movimiento sutil, cubriendo el brillo de la luna. Aichi se estremeció, apretando fuertemente sus cartas a su pecho, casi como si quisiera ganar la calidez y coraje de sus preciados compañeros. Su visión era borrosa por las lágrimas que trataba de contener y los recuerdos de los momentos con su amigo más importante surgieron en su mente, reteniéndolo de atacar.

Pensó que se había deshecho de su debilidad hace mucho tiempo, pero no podía hacerlo, después de todo. Kai era su amigo.

Mi preciado amigo... como todos los demás.

A través de las lágrimas que caían, una pequeña y cálida sonrisa apareció en su rostro.

Posiblemente no puedo...

Y cuando al fin había reunido el valor suficiente para enfrentarse a su oponente una vez más, lentamente levantó la cabeza.

...derrotarte.

Su oceánica mirada fue inmediatamente bloqueada por unos ojos verde oscuro, aumentando en el la confusión, el miedo y el dolor.

La luz se retiró del rostro de Kai, y la oscuridad se deslizó sobre él, remplazándola. Una vez más, la luna estaba cubierta por las nubes, proyectando una sombra danzante sin emoción en su semblante.

Sus ojos se veían distantes y perdidos, y una sonrisa oscura había hecho acto de presencia en su rostro.

Cautelosamente, Aichi dio un paso hacia atrás asustado, casi tropezando pero recuperando rápidamente el equilibrio. Sentía como si quisiera huir muy lejos de ese tormento, pero se sostuvo sobre sus temblorosas piernas mientras sus manos agarraban firmemente la mesa para evitar caerse.

Sabía que no quedaba más tiempo para él y Kai. Sintió su propio cuerpo muy pesado y débil, como si la energía fuese drenada de su cuerpo, y fue cuando se dio cuenta de que había estado jadeando y temblando incontrolablemente, tal vez por rabia, pero su mente actualmente se centraba en la única persona frente a él.

Una risa resonó en la soledad de la azotea y Aichi volvió a apartar la mirada de él, cerrando los ojos con fuerza. Él no quería que lo viera así, tan débil y desesperado. Su risa era oscura y burlesca, pero sonaba vacía y triste, atravesando el alma de Aichi.

Basta... Kai-kun...

Kai se reía y Aichi lloraba por él.

Dejó caer sus cartas y sus manos lentamente alcanzaron sus oídos, como si quisiera bloquear el sonido de esa risa. Quería ocultar o desaparecer su existencia, lo que sea que no le obligara a estar frente a Kai; a este Kai-kun no lo conocía en absoluto.

Detente…

Y como si su súplica desesperada fuese escuchada, la fría risa se detuvo. Aichi quitó las manos de sus oídos y con furia se limpió las lágrimas con la manga.

Odiaba esto. Odiaba lo débil que era.

"...chi".

La cabeza de Aichi se dirigió en dirección a la voz, sólo para enfrentar la expresión sin emociones de Kai. ¿Kai lo había llamado?, Aichi sonrió amargamente al pensar eso; Kai no se había referido a él por su nombre desde que habían comenzado su pelea final.

Ya no más.

"Aichi".

Al principio, a Kai no le gusto la forma en la que el nombre sonaba extraño para él cuando lo pronunció por primera vez después de mucho tiempo. Sonaba demasiado familiar y le hizo sentirse extrañamente cálido. Esos sentimientos fueron rápidamente reemplazados con disgusto y odio puro, recordándole que ese chico era la causa de toda la ira y el dolor que sentía.

Había estudiado la expresión de su oponente, mientras este se limpiaba los ojos con furia y se estabilizaba. Vio cómo su flequillo cubría sus ojos; la única señal que le decía que todavía estaba consciente era el movimiento tembloroso de su cuerpo y su irregular respiración.

Kai sabía que estaba perdiendo, y no le importaba; todo lo que había obtenido duró un corto período de tiempo, sin embargo, había perdido algo irremplazable, a cambio de esa falsa felicidad.

No le importaba.

Su atención volvió al muchacho que tenía delante. Parecía que no había oído cuando le llamo por su nombre.

La segunda vez que dijo el nombre del muchacho, su voz salió inexpresiva y fría, lo cual reflejaba lo que estaba sintiendo en esos momentos. No, él no sentía nada.

El ver a la persona que una vez considero como un amigo valioso para él llorando desesperada y dolorosamente no causo ningún tipo de reacción en él. Se sentía vacío, y nada más. No sentía dolor, confusión o ira.

Nada.

No sabía si seguía siendo humano.

Él había dejado que el poder lo consumiera, sin importarle nadie, ni su propia vida. En este momento, nada le importaba. Él moriría solo, porque había apartado a todas las personas cercanas a él.

Ese pensamiento ni siquiera lo entristecía.

"K-Kai-kun...". Oyó la débil voz del chico, espero una explicación de por qué había dicho su nombre tan de repente.

Kai sonrió sombríamente, su voz sonó calmada y sin emociones. "Estoy esperando".

¿Esperando? ¿Qué estaba esperando?

Aichi frunció las cejas con confusión mientras miraba con temor a su oponente, cuya expresión era indescifrable con un extraño brillo en sus ojos. Aichi se estremeció bajo la penetrante mirada y la sonrisa que crecía visiblemente en la oscuridad.

Aichi no quería saber lo que Kai quería decir en ese momento. Su expresión era todavía robótica, había algo en él que hacía que Aichi se sintiera frio y sin esperanzas, sacudió rápidamente la cabeza; si Kai necesitaba algo, Aichi lo haría por él, aunque no era la misma persona que él solía conocer. Necesitaba saber lo que Kai quería.

Entre pequeños sollozos y evitando a toda costa el contacto visual, Aichi finalmente respiró. "¿Q-Qué...?"

Kai levantó la mano y señaló su propio pecho, donde estaba ubicado su corazón. "Termina esta pelea rápidamente".

Aichi miró a Kai con los ojos muy abiertos, lo que hizo que el otro sonriera. "Mátame".

Aichi negó con la cabeza varias veces, sintiendo su cuerpo temblar violentamente conforme la ira tomaba el control de sus emociones. "¡NO!"

"¡No puedo matar a Kai-kun!" Gritó, un ataque de tos repentino le interrumpió. Su rostro estaba pálido y su cuerpo se debilitaba, pero él no pensaba renunciar. Podía sentir un dolor punzante sobre su piel que se dirigía también hasta su cabeza, como si fueran dagas, pero la persona que tenía delante era más importante.

La imagen de Cray desapareció, y en las manos de Aichi una pesada espada de plata brillaba bajo la luz. Rozó con los dedos el frío metal, trazando los tallados de la empuñadura que se ajustaban perfectamente a su mano. Sus piernas se movían, aún con el dolor y el malestar, hacia la persona que ahora no era más que una figura borrosa en la visión de Aichi.

Kai no reaccionó cuando escuchó los pasos suaves y lentos de Aichi que se acercaban a él. Miró en su dirección para ver al chico arrastrando su cuerpo con fuerza, tropezando al caminar. Kai simplemente lo observó mientras su cuerpo chocaba contra el duro suelo, dejando escapar una sonrisa tímida y débil superando su expresión de dolor.

Trató de levantarse del suelo, tosiendo de forma violenta mientras hablaba lentamente, inhalando y exhalando. "Si pudiera... ya te habría matado, Kai... kun."

Kai fue testigo de cómo Aichi fue capaz de levantarse a sí mismo del suelo y ponerse de pie, luchando por recuperar el equilibrio. Su rostro se suavizo mientras le daba a Kai una verdadera sonrisa.

"Pero no puedo…". Su voz era de dolor a pesar de su amable y cálida sonrisa, Aichi se encontraba de pie frente a la persona que había admirado durante mucho tiempo. Sin embargo, esa persona se había ido, pero para Aichi, Kai siempre seria Kai-kun sin importar cuan carente de emoción e inhumano fuese.

"Lo siento…"

Las lágrimas caían por sus mejillas mientras enterraba su rostro en la camisa de su amigo. "Lo siento… Kai-kun".

En el fondo, esperaba ser capaz de ver al verdadero Kai, al menos una vez más. Tenía la esperanza de que Kai regresara a sus cinco sentidos de alguna manera y dejaría de hacerle daño a él y a sí mismo.

El rostro de Kai seguía sin emociones, como si fuera una marioneta manipulada con hilos de metal. "Eres un idiota".

Sonaba inexpresivo.

Aichi lo sabía, pero quería creer que esa era una de sus formas de expresarse cuando estaba molesto, como siempre lo hacia Kai-kun. Aichi asintió y enterró su rostro aún más en la camisa de Kai, no quería ver esa expresión fría en el rostro de Kai ni quería mostrarle sus interminables lágrimas.

La mano de Kai se movió. El sonido del metal arañando la superficie del suelo se escuchó mientras se movía para recoger la espada, pero Aichi permaneció inmóvil, sin querer moverse.

Kai se sentía solo y consumido por su necesidad de poder y si necesitaba a alguien que se quedara con él, sabía que él se quedaría, incluso si todo el mundo se ponía en su contra, él se quedaría a su lado…

Junto a él.

"Adiós, Aichi".