Nota: Este es un nuevo proyecto que la verdad estará un poco loco ( Bueno muy loco ). Mi objetivo con esta historia es explorar que hubiera pasado cuando dos culturas mágicas se encuentran, una al borde de la extinción por una inminente guerra y otra apunto de resurgir después de siglos, milenios de haber desaparecido. Una aparentemente civilizada y otra aparentemente de salvajes. Toma lugar en el sexto libro y seguirá hasta el último libro, me tomare algunas libertades ya que este sera un universo alterno.
Cabe recalcar que no soy dueña de nada ralativo a Harry Potter... Quisisera pero no... /sad Choque de Culturas
¡Disfrutar el primer capítulo, que esta dedicado a mi beta AdrianaSnapeHouse! (Que sin ella esta historia seguiria atrapada en mi cabezota.)
Era el primer día de clases en Hogwarts los alumnos de primero ya habían sido repartidos en las distintas casas de acuerdo al sombrero seleccionador.
En la mesa de Gryffindor Ron y Harry esperaban pacientemente a que el banquete comenzara
" ¿Pero por que tardan tanto con el banquete? ¡Muero de hambre!."
"Ron, ¿quieres tranquilizarte? Parece que el Director va a un anuncio mas antes de comenzar." le contesto una chica de cabellos de bronce mientras veía como el director Dumbledore pasaba a su podio para efectivamente dar un anuncio al alumnado.
"Me pregunto de que hablara ahora... ¿Y no se les hace raro que el sombrero seleccionador aun siga a la vista, y que Snape no este en la mesa?" Comento el chico de los anteojos.
"Antes de comenzar el banquete" Empezó el ilustre director de la institución "Quisiera presentarles a cuatro estudiantes más que nos acompañaran por dos años como adición cultural. Provienen de las distantes tierras mayas, llenas de folklore y creencias antiguas, un sitio donde lo nuevo se mezclaba con lo antiguo, donde los guerreros mas fuertes demostraban ser capaces de adaptarse a la simbiosis de los tiempos que estaban por venir." Las puertas del gran comedor se abrieron dando paso a cuatro formas femeninas caminando hacia donde se encontraba el sombrero seleccionador. "Denle una cálida bienvenida a estas chicas y espero que Hogwarts sea un segundo hogar para ellas como lo es para ustedes."
Harry, Ron y Hermione veían con curiosidad a las cuatro chicas que acababan de pasar por las puertas del gran comedor para dirigirse al frente de la mesa de profesores y sus ojos se abrieron de mas por la sorpresa de ver a quien las escoltaba. Snape las guiaba por el gran comedor y en un acto nunca visto tomo el sombrero y llamo a la primera chica con su habitual voz desinteresada pero al mismo tiempo autoritaria.
"Cristina Rodríguez, siéntese en el banco y yo procederé a colocar el sombrero seleccionador en usted"
Cristina asintió y se sentó en el banco, y después de que el sombrero tocara su cabeza este empezó a hablar bajito solo para los oídos de ella.
"Interesante, hay mucha curiosidad en ti, muchas preguntas, respuestas que generan aun más preguntas, ese instinto de la búsqueda de la verdad, oh si ya se en donde ponerte" Cristina estaba procesando lo que el sombrero había dicho y se percato de que todo eso era cierto."RAVENCLAW"
Snape retiro el sombrero de su cabeza y le señalo la mesa a la que debía irse a sentar para llamar a la siguiente chica "Berenice Garza" .
"¿Pero que tenemos aquí? Demasiada confianza en ti misma, demasiada seguridad, eres lo que se podría conocer como bravucón..." Comenzó a comentar el sombrero parlante mas para si mismo que para Berenice.
"¿ Qué? ¿Yo bravucona? ¡Debes estar bromeando!" Protesto la chica.
" Mmm Ya sé que hacer contigo... ¡SLYTHERIN!"
Berenice se bajo del banco en el que estaba y el profesor Snape le indico la mesa a la que debía ir, La chica se dirigió a ella con paso pesado como si estuviera molesta por algo "Yo bravucona, si claro..." Se sentó en la mesa que le había dicho el profesor, todos los de ahí parecían verla con desprecio "Creo que ser bravucona me ayudara en esta" murmuro para sus adentros.
"Irelia Palomo"
"Tienes tu mente, tan ordenada. Trabajas constantemente por mantenerte al margen del riesgo... Y la autoridad, parece no molestarte a diferencia de los demás. ¡Creo que ya sé en dónde te pondré! ¡HUFFLEPUFF!" Comentó el raro sombrero a Irelia y ella paso a la mesa que el profesor le indico con un gesto seco.
"Izel López" Volvió a llamar el profesor de ropas oscuras. La chica suspiro y se sentó en el banco esperando la sentencia del sombrero parlanchín
"¿Pero que tenemos aquí? ¿Malhumor? ¿Valentía? No te gustan las injusticias pero sabes cuándo es prudente quedarte en silencio y sabes cuando luchar. Crees que las reglas pueden ser torcidas en caso de emergencia... ¡GRYFFINDOR!"
Izel se puso de pie reflexionando en lo que el sombrero le había dicho y al final acepto el hecho de que le dijeran malhumorada mientras se dirigía a la mesa a la que el profesor le indico desinteresadamente con su mano. Una vez ahí, al igual que sus amigas se sentó en el lugar mas solo que encontró mientras el resto de los ocupantes parecían ignorarle al extremo perdidos en sus propias conversaciones.
El banquete empezó pero no tenía hambre, miro discretamente a las otras mesas mientras se acomodaba los guantes, Berenice al parecer ya estaba amenazando de muerte a alguien, Irelia parecía muy cómoda hablando con un pequeño niño de primer año que la veía con ojos curiosos y Cristina... Pues de algún lugar consiguió un libro y ya lo estaba leyendo mientras introducía lo que parecía ser una pierna de pollo en su boca.
*5 HORAS ANTES*
Cuatro brujas extranjeras eran guiadas por un hombre alto y mal humorado de cabello negro hacia un vagón privado al fondo del ferrocarril. Parecía estar en un luto permanente, estaba vestido completamente de negro.
"Señoritas, que quede claro, son las primeras en entrar y serán las ultimas en salir. Ser su escolta no me es nada agradable créanmelo" El hombre las observaba mientras las chicas entraban en el vagón y tomaban asiento. "Volveré por ustedes cuando sea la hora" Las chicas solo asintieron con la cabeza al hombre y este cerro el vagón de un portazo y desapareció.
"¡Argh! ¿¡Pero porque tenemos que estar en un vagón privado aisladas del mundo exterior!?" La mayor de las chicas exclamo frustrada. Su piel color perla pasaba a distintas tonalidades de rojo mientras trataba de calmar sus arranques. Estaba más enojada por el mal humor del hombre que las guio hasta el vagón que con el hecho de estar aisladas del resto del alumnado. "Y ese sujeto amargado pero que ya le den, ¡por las plumas de Quetzalcóatl!" Siguió quejándose mientras se agarraba sus cabellos marrones.
"Creo que es porque somos sorpresa... Creo..." Comento la más alta del cuarteto tomando asiento frente a ella. Sus ojos cafés reflejaban tranquilidad mientras que los grises con detalles dorados de su compañera reflejaban frustración. Su tez color bronce sobre la que caían mechones negros de su cabello no mostraba ningún signo de alteración.
"Tranquilícense, y vean hacia afuera, el paisaje es hermoso" Recalco la chica que al parecer, era la menor del grupo, sus ojos verdes se distrajeron de la lectura del libro que de algún lugar había sacado para voltear a ver por la ventana. Estaba nublado pero aun así algo de luz solar ilumino parte de su claro rostro y su cabello café. Unos momentos después volvió a sumergirse en su lectura.
"Para ti es fácil decirlo! No tienes que estar en un vagón tan pequeño como este y al mismo tiempo tener la habilidad de lectura por tacto la cual es MUY incómoda y más si se manifestó hace apenas dos días por lo cual NO TENGO NINGUN CONTROL SOBRE ELLA" Comento un tanto desesperada la chica con la tez mas pálida de las cuatro, sus ojos color miel reflejaban una ansiedad descomunal, su cabello café se movía junto con ella.
"Eso lo sabemos de sobra, por alguna razón tus lecturas son tan intensas que cualquier herida que veas en los recuerdos de las personas se te hace a ti, como por ejemplo la herida en mi rodilla que me hice cuando caí por unas escaleras a los cinco años" La chica de los ojos grises la inspecciono "Por la manera en que colocas la pierna veo que aun te afecta la herida. No me sorprende, mi herida fue muy fea en ese entonces" Comento estremeciéndose.
La chica de los ojos verdes despego la mirada de su libro y la vio con una curiosidad enorme "Mi curiosidad me pregunta... ¿Que pasaría si tocaras un muerto? ¿ Ves sus últimos recuerdos? ¿Sientes su agonía? ¿Morirías también?"
"No creo que sea prudente comprobar o desechar esa hipótesis, mientras use los guantes en todo momento se evitara de incomodidades como lo de su rodilla" Comento la chica de los cabellos negros un tanto consternada por el poco tacto empático de su amiga.
"¡Pero por supuesto que nunca me quitare los guantes! ¡Y NO PIENSO TOCAR NINGUN MUERTO PARA SATISFACER TU ENFERMA CURIOSIDAD ME OYES!?" Se puso de pie de manera brusca, pero de inmediato se arrepintió por la herida ajena que tenía en la rodilla derecha, aun dolía. Se sentó de rápidamente otra vez.
"¡Ya entendimos ya entendimos!" Dijeron sus tres amigas al unisonó.
Ya había pasado una hora y media desde que el tren arribo a su destino y la impaciencia de la chicas crecía con el pasar de cada segundo mientras esperaban al hombre que las había guiado hasta el tren.
La mas pálida de las cuatro se puso de pie y cojeando por su rodilla herida intento abrir la puerta
"¡Pero por las sombras de Hunhau! ¡La puerta está cerrada con magia desde afuera!" Exclamo sacudiendo un poco la puerta, abriéndose esta de par en par. Del susto se apoyo en su pierna mala con todo su peso y por el dolor cayó hacia el frente agarrándose lo primero que sintió que eran los brazos del hombre que las había escoltado hacia el vagón en un principio.
"Señorita López, dudo mucho que me haya echado tanto de menos, así que sugiero que lo primero que haga al llegar a Hogwarts después de su asignación a alguna de las casas, es que visite el ala medica para que le revisen esa pierna" Repelo el hombre mientras la ayudaba a recobrar el equilibrio. " Todas síganme" El hombre se dio la media vuelta y comenzó a andar.
"Oye cuando dije que le dieran, no me refería a ti, Izel" Murmuro la chica de los ojos grises entre risas, las otras dos chicas se rieron con ella.
"¿Quieren callarse ya?" Comento Izel sonrojándose un poco.
"Si ya terminaron de hablar a mis espaldas, sugiero que se den prisa porque ya estamos retrasados" El de ropas negras gruño volteándolas a ver.
"Si señor ya vamos" El tono de las chicas era derrota total.
El hombre las guio por unos terrenos que parecían baldíos, ya había anochecido y la media luna alumbraba con su luz el camino vagamente. Llegaron hasta a una carroza vacía que era jalada por un caballo alado esquelético de color parecido al carbón.
"¡Wow! ¡Pero que caballo tan genial!" Exclamo la chica de los ojos grises al ver al thestral que estaba destinado a mover la carroza.
"Y que lo digas Berenice, quiero uno,¿ crees que existan en la rivera?" Comento la chica de ojos verdes.
"Nunca he visto uno como esos por ahí, Cristina" Contesto la chica de los cabellos negros.
"Parece sacado de los mismos reinos de Hunhau, Irelia, no creo que encontremos uno en la rivera" Replico Izel.
El hombre volteo a ver extrañado a las cuatro chicas que acosaban al thestral, el cual se mostraba un tanto complacido por la atención que estaba recibiendo y se dejaba acariciar. Recordó que para que ellas pudieran ver esa oscura criatura deberían haber presenciado la muerte de alguien.
"Si ya dejaron de sofocar al thestral, deberían subirse a la carroza y dejar de comportarse como niñas de 5 años"
"¡Hay señor, pero que le den un día de estos por favor!" Le dijo Berenice subiéndose a la carroza "Necesita relajarse de vez en cuando." Las otras tres chicas emitieron un sonido de sorpresa, mirándola con ojos incrédulos como diciendo '¿Enserio?' Mientras se sentaban también en la carroza. Izel se sentó al lado de Berenice, Cristina e Irelia frente a ellas
"¿Y que se supone, que me deben de dar, señorita Garza?" Le pregunto el hombre sentándose frente a ella entre Cristina e Irelia y en eso la carroza empezó a andar.
Antes de que Cristina hiciera uso de sus términos clínicos, para explicarle al "amable" hombre que las había estado escoltando toda la tarde, a lo que Berenice se refería, en el preciso momento en el que despego la mirada de un libro que saco otra vez de algún lugar desconocido, Izel intento cambiar la conversación.
"Creo que es mejor que no lo sepa señor, es una expresión con muchos significados en nuestras tierras" Contesto Izel sonriendo. "A todo esto, no sabemos su nombre"
"Pueden llamarme PROFESOR Severus Snape" Dijo el hombre " Y les estaré impartiendo clases de defensa contra artes oscuras" Comento con una media sonrisa al ver la cara de las chicas.
Cristina estaba agradecida de no haber explicado el termino, Berenice estaba con cara de no creer lo que oía, Izel solo asintió con la cabeza, e Irelia rio por lo bajo al ver la cara de Berenice.
El viaje a Hogwarts paso sin más incidentes ya nadie hablo y eso pareció mejorar el humor de el profesor no por mucho pero algo era algo.
Cuando el dichoso castillo apareció las chicas se quedaron sin aliento. Era tan grande como todo el territorio de la rivera sin contar el patio ni los alrededores del bosque. Llegaron las grandes puertas del pasillo y el thestral se detuvo.
El profesor de ropas negras se bajo y espero a que las chicas hicieran lo mismo. Bajaron una a una y al final quedo Izel, que por la herida ajena en su rodilla batallo un poco para bajar pero cuando lo hubo hecho se incorporo y procedió a seguir a los de mas que ya llevaban un buen tramo de distancia. Se apresuro lo mas que pudo, no quería perderse. Sabía que debía haber pedido ayuda para bajar pero no le gustaba depender de otros y sus amigas lo sabían así que la mayor parte del tiempo la dejaban ser.
Mientras caminaba cojeando un poco, recordaba que habia posibilidad de que quedaran en casas diferentes, lo que sería una desventaja pero a la vez una ventaja. No se verían tan seguido, pero podrían estudiar juntas e intercambiar tareas de las diferentes clases cuando no hubiese escuela. Seguía escuchando como sus pasos resonaban en la oscuridad de la noche contra el frio piso de piedra.
Llego a donde estaban los demás, frente a unas grandes puertas que por el momento se encontraban cerradas, les miro con duda mientras se reunia con ellos.
"Me alegra que se haya podido reunirse con nosotros, Señorita López. Estaba a punto de ir a buscarla por los pasillos y traerla hasta acá" Refunfuño el profesor, claramente molesto. "Pero por suerte no fue necesario" Ahora las miraba a todas y procedió a explicarles el proceso de selección.
Izel se recargaba en un pilar por su pierna lastimada mientras escuchaba al profesor e Irelia le miro acusatoriamente.
"Izel sabes que estás mal y no puedes casi ni caminar, ¿por que no me pediste que te sanara la rodilla?"
"Uhmm..."
"¡Nada!" le interrumpió levantando una mano "No más excusas" Su mirada era seria, acusatoria y llena de desaprobación "¡TSAAK!"** Una luz verde tenue ilumino el cuerpo de Izel quien se llevo una mano al entrecejo claramente molesta, para dar unos saltitos comprobando el estado de su pierna.
"Irelia, eso no era necesario, pero igual muchas gracias ya no duele" Comento con una sonrisa mientras se ponía al lado de sus amigas.
"Bueno, al menos así no te caerás frente a todos los de ahí dentro ni nos avergonzaras a todas" Comentó sonriente Berenice " Que opinas Cristina?" Pregunto a la chica de los ojos verdes.
"Uhm, cabezona, eso es, una cabezona" Movía la cabeza en negación. Sin despegar la vista de un libro.
El profesor vio con gran interés la interacción de las chicas, se preocupo cuando vio la luz verde, luz verde su mundo normalmente significaba muerte. No le tomo mayor importancia después de comprobar que no era nada amenazante, Dumbledore claramente le había dicho que la magia de esas tierras era distinta. Escucho como el director empezaba a dar su anuncio. Ya casi era el momento de entrar.
"Señorita Rodríguez, tomare prestado ese libro que lee con tanto interés" Extendió su mano esperando el libro que Cristina leía. "No queremos distracciones, se lo devolveré en clases"
"Pero por supuesto que sí, Profesor Severus" Le entrego el libro "Puede leerlo si lo desea, está encantado para traducirse automáticamente al idioma madre de la persona que lo lee"
Snape guardo el libro en su túnica y arqueo una ceja, ¿acaso la estudiante había osado llamarle por su primer nombre?
*TIEMPO PRESENTE*
Después de reflexionar los acontecimientos de hace unas horas, Izel suspiro un poco incomoda con tanta gente alrededor
"Van a ser dos largos años" Murmuro para si misma.
¿Les gusto? Espero que si xD. Recordar que un Review hace que me den ganas de seguir...
**Nota: Tsaak significa Curar en vocablo maya.
