¡NaruHina arriba!

Por que la tentación existe y ya he probado la manzana de la discordia…


Los dos feudos más ricos y poderosos de Konoha pertenecían al clan Hyuuga y al clan Uchiha, este último cayó en una masacre al filo de la media noche bajo la luna llena, dejando con vida al más joven de la familia principal y al propio asesino. Esta acción convirtió al clan Hyuuga como el más poderoso y fuerte de todos, y que no perdería su posición hasta que hubiera alguien que les compitiera, todo bajo la milicia samurái de la aldea a las órdenes del Hokage…

Ronin:

La Princesa y el Samurai

En la casa principal de los Hyuuga la cabeza del clan, Hiashi Hyuuga, procreó dos bellas hijas de hermosos ojos perla, Hinata y Hanabi Hyuuga. Hanabi era la menor y Hinata era la heredera legítima e indiscutible del clan, su destino había estado escrito desde que fue concebida y aún siendo mujer recibió el entrenamiento samurái al igual que cualquier miembro varón de la familia. Incluso cuando se creía que Neji, su primo e hijo del hermano muerto de Hiashi sería quien dirigiría al clan, pero Hiashi no hizo distinción alguna con su propia sangre y declaro a Hinata como la heredera principal y a Neji como su guardián y protector. Así había sido pasado toda su vida el los últimos años, solo que habiéndose convertido en una hermosa y bella joven era tiempo de encontrarle un buen esposo para que pudiera así ocupar su lugar como líder del clan posteriormente, y brindar una descendencia a la familia gracias a su sangre pura, incluso cuando a ella no le agradara mucho la idea de tener que casarse…

Capitulo uno: Compromiso

Hinata tenía dos damas de compañía puestas a su cargo, era sus amigas y leales compañeras, y al que ellas Hinata había sido obligada a instruirse en las cualidades que una mujer, una buena esposa, debía tener, las habilidades que debía poseer y manejar, por lo que desde muy joven habían tenido que asistir a la Casa de Instrucción de Damiselas para llegar a convertirse en esa gran mujer que debían ser para cuando llegara el momento de casarse, y a pesar de que Ino ya estuviera comprometida y Sakura estuviera a punto de darle el si a uno de sus pretendientes seguían acompañando a Hinata a ir ahí para al menos tomar una taza de té juntas.

A cargo de enseñar y educar a las jóvenes estaban Kurenai, Anko y Konan, brindándoles todas las herramientas que necesitarían para instruirse y formarse, y aunque Konan no fuera originaria de Konoha no dejaba de ser una excelente y maravillosa mujer de grandes cualidades en las que destacaba su prodigioso talento con el origami.

Como Hinata tenía demasiados pretendientes su vida era un mar lleno de elogios, detalles y obsequios de la caballerosidad y galanteo de sus admiradores, pero aun así no le daba el si a ninguno. Hiashi acepto esto en un principio ya que respetaba que ella se quisiera casar con la persona que amara y con quien pasaría el resto de su vida juntos, pero ya había pasado casi un año y seguía sin hacerlo, lo que provocó que ya sin importarle sus sentimientos le prometiera hablando muy seriamente con ella que si no se comprometía entes de que terminara el otoño el mismo le pondría un compromiso arreglado, pero no iba a ser necesario por el futuro que se veía venir…

-¿Rechazaste a Aburame nuevamente?-suspiraron decepcionadas sus maestras al escucharlo por parte de las damas de compañía de la ojiperla mientras estaban sentadas alrededor de la mesa donde estaban tomando el té.

-Y era el mejor-agregó Ino como si Hinata hubiera cometido el peor error de su vida -siempre le llegaban flores y hasta joyas de su parte.

-Ino-chan…-trataba de callarla Hinata, eso no era algo de lo que se tenían que enterar.

-Vamos, no digas que no recuerdas ese escarabajo de oro blanco enjoyado que te mandó- le recalco uno de los presentes que había recibido.

-Era muy hermoso, pero e lo devolví-le hablo seria.

-¿Que?, pero era la cosa más hermosa que haya visto-se sorprendió mucho.

-Aceptarlo le hubiera dado la idea de que estoy interesada en algo serio con el cuando no es así- le respondió a su replica callándola.

-Esto no esta bien-protesto la otra chica –Shino se veía bastante amable, es una gran persona, fue muy duro mirar cuando lo rechazaste…-

-¿Cómo?- cuestiono el comentario de Sakura Kurenai, no era propio haber hecho eso sin cuidado. Al notar las dudas de su maestra la joven se apresuro a explicar a lo que se refería la chica de cabello rosa.

-No fue así- respondió rápidamente -Solo le dije que yo no… estaba preparada aún…-volvió la mirada tratándose de desafanar sin éxito de la atención intrigada de las demás.

-Claro…-pensó Ino, sabía a la perfección que a lo que temía Hinata era miedo al compromiso, podía haber dejado de ser tan tímida como lo fuere antes pero todo su recelo y nerviosismo se vaciaron en ese tema.

-¿Preparada…?-repitió Anko visiblemente malhumorada -¿Estas bromeando cierto?- la mirada que le lanzo a su aprendiz era fría y dura –Tienes tantos hombres a tu alcance y no haces el mínimo intento por tratar de conocerlos un poco, eso ya es necedad- la regañó por su actitud.

-Anko-sempai…-

-No me hables-le dio la espalda en medio de su enfado, la personalidad de esa mujer era un misterio para la gente.

-Anko-sempai…- trató de rebatirle, pero ella misma sabía que tenía razón.

Konan admiraba la situación que se estaba suscitando en la mesa, no era común que le gustara meterse en los asuntos de otras personas y de hecho era muy reservada por lo que había vivido en su pasado, pero siendo Hinata su discípula no se podía quedar callada en ese aspecto. No obstante comprendía a la perfección esa confusión en el interior de su ser, su indecisión a lo desconocido, conocía a la perfección sobre esa pequeña y oculta debilidad ante los sentimientos de amor y también sus problemas de correspondencia, seguramente Hinata también había pasado lo mismo que ella.

-Esta bien- habló por fin -si no te sientes segura aun de que has encontrado a la persona indicada no hay problema…- le hablo con ternura y desasosiego -solo no dejes que pase mucho tiempo… ¿de acuerdo?- le advirtió después de esas palabras de aliento.

-Konan…-susurro Hinata al escuchar la reconfortante voz de su maestra.

Mientras Hinata se sentía mejor con esas palabras Kurenai y Anko se pusieron en alerta, no conocían mucho a su compañera aunque fueran amigas, y en la profundidad de sus palabras fuera el momento la situación o la vivencia que tuviera siempre las estremecía.

Como hacía frio afuera se llevo una bata ligera penas para cubrirse un poco, era larga y de un color azul intenso que hacía que resaltara su rostro y su blanca tez. Sakura e Ino la siguieron muy de cerca, el cielo se había cubierto de nubes y una liviana lluvia se dejo caer, bajo su sombrilla y estando al frente de sus amigas no podían ver la cara de preocupación que había puesto, el haber sentido que su maestra la conocía tan bien en ese sentido le daba una vaga esperanza de cierto sentimiento que se había estado guardando desde tiempo atrás, era tan intenso y angustiante que la dejaba sin aliento con solo recordarlo, aunque al final supiera que no podría llegar a ser posible…

La gente que pasaba se quedaba inmóvil al verla caminar, su rostro era polémico para todo el mundo, en realidad todo en ella era en si algo irreal y fuera de este mundo para algunos, pues Hinata era prácticamente perfecta, sus rasgos genéticos eran los más puros que se podían haber visto en su clan en mucho tiempo por medio de su sangre noble, sus facciones juveniles y perfectas que enmarcaban su rostro eran bellísimas, incluso cuando sus ojos perla eran considerados como extraños y curiosos no hacían que perdiera profundidad en su mirada, un bello y lleno de secretos mirar que paralizaba a cualquiera cuando estaba inexpresiva, aunque claramente demostrara su tristeza o su felicidad aún cuando no lo quisiera así. Su cuerpo era una exquisita figura, una angosta cintura y caderas enmarcadas, largas y bellas piernas, brazos delgados y prominente busto que aunque no lo deseara era notablemente grande para cualquier mujer, aunque no era un complejo no lo tomaba como un signo de superioridad.

Las habilidades que tenía eran muchas y muy variadas, un gran talento culinario que dejaba extasiado a cualquiera que probara lo que ella cocinara y que daba lujo de gala con lo artístico de sus comidas y suculentos platillos que preparaba. Su voz era melódica y rítmica era casi como el canto de la más bella ave desconocido para oídos humanos al no existir, no era perfecta, pero si existía la perfección Hinata fácilmente estaría cerca de ella, aparte de su gusto musical y desarrollado talento para esto. También danzaba, libre y bellamente tanto si fueren danzas antiguas y conocidas como si fuera estilo propio, nunca dejaría estar lleno de gracia, belleza y porte a cada movimiento que hiciera, y su caligrafía, era fina y adecuada, legible y exacta, eso hablaba muy bien de ella, definitivamente era una chica envidiable, y sobre todo deseable, pero solo por eso era la razón de querer pasar desapercibida por una vez en su vida, perder toda esa atención que se vertía sobre ella a cada instante, pero hasta la fecha le había sido imposible.

Quería tener que evitar esos secuestros e intentos de capturarla en los que trataban de matarla por odiarla a ella y a su perfección o querer poseerla y que no fuera de nadie más; de este tipo de situaciones había tenido que salir diplomática y brutalmente, ya tuviera que usar su razonamiento para hacerlos entender a sus captores o tuviera que escapar con astucia en una batalla con la espada peleando por su libertad. Era bastante fuerte y persistente, con una gran velocidad y destreza, aparte de su gran agilidad y flexibilidad en todo su cuerpo, pero aún así no le dejaban pelear cuando se encontraba en ese tipo de situaciones, preferían que no se ensuciara las manos, aunque en realidad eso fuera precisamente lo que más le gustaba hacer, se estaba ahogando en si misma de tener que ser siempre la joven perfecta e inamovible que todos veían siempre, quería un cambio, le urgía algo nuevo en su vida, y no creía que el matrimonio fuera lo que estaba buscando…

Llegaron a la mansión y se despidieron, la dejaron sola por que les dio la escusa de estar un poco agotada y así se marcharon para dejarla un rato en paz en la soledad, no querían irrumpir su resuello cotidiano en el que tomaba un baño y después se retiraba a leer, que era uno de sus pasatiempos favoritos, aunque esa vez solo quería descansar.

-Sakura… ¿no notaste a Hinata algo distraída?-le pregunto a su amiga mientras iban caminando lado a lado por la calle hacia sus respectivas casas bajo las sombrillas que las separaban de mojarse con la lluvia.

-Si, ha estado así desde hace tres días, pero no nos ha dicho nada le respondió la chica de ojos verdes un poco preocupada -no se ha dado cuenta de que no puede esconder esas preocupaciones de nosotras… espero que no sea nada grave- continuaban con su rumbo.

-Sai es así a veces, cree que puede esconder sus sentimientos de mi, pero lo conozco tan bien que se cuando algo lo angustia, incluso cuando no se vea nada preocupado, sabes como fue su entrenamiento…-

-Lo se…- le contesto Sakura recordando a su amigo pintor que conocía de años atrás –Lo has de querer mucho-le sonrió feliz a su rubia amiga quien no pudo evitar sonrojarse al escucharla –Serás una gran esposa Ino-

-¿Tu crees eso?-la miro algo nerviosa y avergonzada.

-Claro, no hay persona que conozco que pueda ser mejor compañera de Sai que tu- le contesto calmando sus dudas.

-Gracias Sakura- …

Neji había tenido una importante misión junto con dos samuráis mas hacía ya una semana, estaba de regreso de tan agitado camino muy cansado, ya que se vieron obligados a huir del país del viento…

Rock Lee, su entrañable y más apegado amigo y compañero iría en la misión con el, junto con Shikamaru, un guerrero que era muy inteligente y sabio, y que misteriosamente siempre se veía involucrado en las misiones en las que se tenía que ir a la aldea de Suna, asistiendo sin faltar a ninguna, razón que poco después se terminaría descubriendo. A los tres les habían encomendado como misión llevar un tesoro como dote para una princesa de la aldea de la arena, ya que estaba comprometida con un príncipe noble de la aldea de la lluvia, pues con ese compromiso se haría que hubiera paz entre las naciones, pero ese convenio no se llevaría a cabo ya que la princesa tenia otros planes que involucraban al joven Nara…

Antes de cometer la equivocación que estaba a punto de cometer Neji se atrevió a preguntarle las razones de su comportamiento a Shikamaru, quería saber el motivo que lo llevaba a actuar así.

-Eres uno de los más importantes guerreros ANBU, ¿Por qué arruinar todo por un chica?-

El joven de una sola coleta sonrió al ver lo que Neji le cuestionaba, le resultaba muy funesto.

-El amor te lleva a cometer los actos que no creías ser capaz de hacer, incluso cuando no suene como lo más razonable incluso para nosotros mismos…-

Dicho esto salió en busca de su amada para escapar juntos a donde nadie los privara de su amor. Con los guerreros de Suna pisándoles los talones Neji y Lee se vieron en la necesidad de salir directo hacia Konoha a la mañana siguiente, podían malinterpretarse las cosas y condenarlos a ellos, y aunque no dudaban en enfrenarse en batalla lo más ético era dejar ese asunto en las manos de la Hokage, aunque era de esperarse que hubiera conflictos entre las dos naciones en las que posteriormente se debería llegar a un acuerdo para evitar la guerra entre ellos…

Pese a la explicación que le dio Shikamaru, Neji continuaba sin entender por que lo había hecho, seguía creyendo que era un error enorme aquel, no sentía que una mujer valiera cargarse tantos problemas. Esa forma suya de pensar se debía a que no había conocido a la mujer indicada de la cual se atreviera a dar su vida por ella, aunque en medio de la confusión que viviría se percataría de quien era, pero nunca llegaría a ser suya por amor que le profesara…

La Hokage estaba metida en un dilema, la princesa "raptada", que en realidad escapo con Shikamaru no era una simple hija de algún señor feudal, era nada más y nada menos que la hermana del Kazekage. Debían encontrar una solución inmediata a ese conflicto antes de que se desatara una guerra entre los dos países, pero ese ya no era asunto de Neji, quien solo se preocupo por llegar a su casa para poder descansar.

La lluvia le sorprendió a medio camino y cuando entro a la mansión fue recibido con cortesía y gusto por parte de su tío y su pequeña prima, con todo el respeto que podía haber. Después se dirigió a ir a buscar a Hinata, le había tomado afecto durante todo el tiempo que paso junto a ella y extrañaba su compañía, independientemente de que fuera su guardián y que su obligación fuera protegerla y estar a su lado estar junto a ella era algo que verdaderamente disfrutaba, solo que muy dentro de su ser un enamoramiento malsano había surgido en su corazón, ella era muy bonita, tanto exterior como interiormente, en el inicio creyó que se debía a que siendo la chica más hermosa de la aldea era normal que se sintiera así, pero la fraternalidad que le tomo a cada gesto amable y bondadoso que tenía con el se había enamorando cada vez más de ella. Trataba de reprimir ese sentimiento con todas sus fuerzas, quería hacerlo desaparecer, pero por más que lo intentaba no podía.

Estaba caminando por el pasillo principal cuando escucho a alguien cantar en el interior del ala este de la mansión, reconoció de inmediatamente la voz de Hinata, estaba cantando una melancólica y triste canción, los versos que tenía eran de dolor en medio de una batalla entre el ayer con el presente, teniendo consecuencias trágicas en el futuro. No podía ser más deprimente, debía haberle pasado algo terrible a Hinata para que estuviera cantando aquello, y entonces la reconoció por completo, esa canción la había oído provenir de sus labios desde tiempo atrás, en un doloroso y difícil momento en su vida. Dispuesto a saber las razones que la hacían cantar esa triste canción espero a que terminara para poder entrar a verla, esperaba encontrarla llorando o por lo menos reprimiendo sus lágrimas, pero no era así.

-Neji-nii-san…- lo divisó en la entrada, apenas había terminado de alargar la última nota cuando sintió que alguien la miraba y se giro encontrándolo ahí parado –No sabía que ya habías regresado tan pronto, te abría recibido en cuanto llegaras pero…- la joven paro sus argumentos cuando se dio cuenta ya lo tenía en frente mirándola directamente a la cara, muy cerca el uno con el otro, se estaba comportando demasiado extraño – ¿Neji…?-

-Esa canción… no la cantaba desde…-la saco de concentración, ya que temía al preguntarle y ponerla en jaque con esas palabras, pero si esa era una señal tan clara de que las cosas no estaban bien debía saber –desde a muerte de su madre…-

La pelinegra bajo la mirada al memorizar el rostro de la mujer que le dio la vida y que perdió cuando era muy joven, le dolió mucho su partida, pero tenía que ser resistente para poder sobrellevar las cosas y no transmitirle su tristeza a Hanabi, y no lo hizo, de hecho su hermana menor, al no recordar mucho a su mamá la tomo como su figura materna. Ahora tenía solo tenía trece años y estaba pasando por una etapa de rebeldía pasajera, y cada vez que cometía algún acto delictivo que la metía en problemas Hinata siempre estaba ahí para reprenderla y escucharla, solo así se daba cuenta de su error y podía liberarse de la culpa para poder arreglar su error, definitivamente su hermana se había vuelto vitalicia en cada segundo de su existencia, y a pesar de que fuera Hanabi la consentida de su padre, nunca dejaría de sentir admiración y tal vez un poco de envidia por Hinata, ya que no en todas las mujeres se encontraba tal belleza…

Pero esa no era la razón de su tristeza…

-Mi padre… el…- se volvió tratando de ocultar dándole la espalda al joven hombre de cabello largo, quien no dejaba de verla inquietante -…volvió a hablar de mi futuro compromiso…-

Con solo escuchar eso su incertidumbre aumentó, sabía lo inocente que era en ese aspecto, pero toda persona tenía derecho de enamorarse… cualquier persona…

-Hinata-sama… ¿usted… ama a alguien?...-

-¿Qué?... Neji-nii-san, no, no es lo que…-

Se trato de reprimir un poco más para que no la viera destrozada, pero no pudo más y termino lanzándosele para buscar refugio en sus brazos mientras lloraba desesperadamente.

-Hinata…-

-No quiero… no quiero casarme aun…- temblaba un poco por los sollozos mientras lloraba desoladamente en medio de su desesperación por no saber que hacer.

-Hinata-sama…-

-No quiero… no lo dejes… no permitas que lo haga… no quiero hacerlo… estoy harta…

-Hinata…-

-Por favor…- le rogo una vez más –Aun si yo no tengo libertad de decidirlo dile por favor que no lo haga, por favor, no lo permitas…-

-Yo… te lo prometo-acabo por decirle al no saber que responder, no quería desepcionarla.

-Gracias…-

Se quedó con ella un rato más sujetándola fuerte y firme entre sus brazos, no quería que se dejara de aferrar a el, le gustaba tanto poder sentir la calidez que su cuerpo despedía que no quería que se acabara. Se quedó pensando un momento en lo que le había prometido hacer, era una promesa vacía que no estaba seguro de cumplir, ya que por más que hablara con Hiashi no lo convencería de cambiar de decisión, y aunque en realidad no le había impuesto a nadie por el momento no tardaría en hacerlo y la intriga la estaba matando desde que su padre la amenazo días antes cuando Neji estaba lejos. Le contó todo aun oculta en su pecho y este escucho atentamente lo que ocurrió, si había llegado a la altura de advertirle a ese modo debía ir en serio, y cuando dejo de escuchar su voz se percató de que se había desmayado sobre el. La cargó y la llevó a su habitación, era tan liviana que le sorprendiera que no fuera tirada por el viento cuando pasaba junto a ella, ante sus ojos era tan frágil, y tal vez un poco débil que le inspiraba un sentimiento de sobreprotección tremendo, por supuesto que sabía que no era cierto, pero al verla perderse en medio de lágrimas se le movió profundamente el corazón.

La llevo a su habitación y la recostó en su cama para luego besarle la frente, debía estar agotada por haber tenido que suprimir tantas emociones durante un largo periodo, era cuestión de tiempo para que explotara y le agradecía al cielo que hubiera sido con el presente y no con nadie más.

Estaba extrañado, no había visto nunca antes así a su prima, incluso se entristeció por su apariencia, a el tampoco le gustaba la idea de que se casara, pero aun así no lo demostraba por que no quería que se prestara a malas interpretaciones, incluso cuando en verdad fuera así.

Siguió caminando por la mansión dirigiéndose a su habitación para poder descansar, pero no sin antes pasar a preguntarle a su tío si era cierto lo que le dijo Hinata sobre casarla, pero no pudo hacerlo por que al llegar se dio cuenta de que se encontraba con alguien más en una acalorada conversación muy tensa y que sería muy tractiva para los oídos del joven hombre.

-…no lo se… me parece que tal vez debería esperar un poco más antes de decidir sobre esto…- decía Hiashi un tanto indeciso, pero el otro hombre no tardo en seguir discutiéndole.

-La sangre de Hinata es la línea más pura que hemos visto en mucho tiempo, si dejamos que haya un emparentamiento con alguien más que no sea un Hyuuga de nada nos servirá que su sangre sea tan impecable…- sonaba algo imponente, estaba molesto por cierta situación.

-Es una decisión demasiado complicada…-rebatía el líder del clan, pues era de su hija y de su futuro del que estaban hablando.

-Escuche Hiashi-sama, se por lo que debe estar pasando, pero no solo soy yo el que tiene esta idea, varios miembros del clan piensan lo mismo, el disgusto se esta haciendo presente…-

-Hmmm…- desde hace tiempo supuso que no estarían conformes por mucho, pero aún así tenía esperanzas de que su hija actuara responsablemente pero al no ver ningún progreso no pudo retener más esa decisión –Estoy consciente de ello –contesto desalentado- si Hinata no se compromete en las próximas dos semanas haremos la Unión del Souke y el Bouke- confirmo imponentemente y sin muchas ganas.

-¡¿Qué?!-reaccionó Neji al entender de lo que se trataba, tal vez su irracional sentimiento de amor hacia su prima no era una idea tan descabellada como creía.

-De acuerdo Hiashi-sama-

El castaño de cabello largo detuvo sus pensamientos al percatarse de que el otro miembro del clan se estaba retirando y estaba a punto de abrir la puerta, lo iban a encontrar espiando del otro lado, pero cuando se recorrió esta no había nadie y el hombre se marcho como si nada, Neji había sido lo suficientemente rápido para poder irse de ahí justo a tiempo…

Si Hinata iba a ser su esposa por medio de ese trato definitivamente no podía cumplir su promesa de impedir el matrimonio que su padre le impusiera, pues el no querría detenerlo…

Lejos de ahí, más adentro de la aldea, en un edificio custodiado por varios guardias y celadores que vigilaban, en la oficina principal y la más grande de todas todavía había un pequeño y tenue destello de luz. Un joven y apuesto hombre miraba por la ventana desde su silla detrás del escritorio de madera, su mirada esta pensativa y perdida al mismo tiempo mientras se fijaba en la nada de la oscura noche, había luna menguante y algunas estrellas se dejaban ver.

Su pasado era turbulento, años atrás escapó de Konoha para buscar el poder que le ofreció Orochimaru, uno de los más poderosos y fuertes samuráis de la historia que se ganaba el título de leyenda, volviéndose su discípulo y así poder cumplir con su objetivo en la vida, pero tiempo después se dio cuenta de que sus intenciones eran completamente adversas y maléficas, y cuando se enteró del golpe de estado que quería dar contra Konoha le arrebato la vida en lo que fue la más encarnizada y dura batalla que podía enfrentar, sin embargo no era nada si se debía enfrentar a su propio hermano mayor.

Si, la vida de Sasuke Uchiha no había sido nada fácil, pero aún así no se arrepentía de nada mas que de haber dejado en sus amigos una muy angustiada espera para que regresara, solo que no lo haría hasta haberse deshecho de ese resentimiento vengando a su familia teniendo que matar a Itachi, pero por más que lo trató de buscar parecía haber desaparecido de la faz de la tierra, y se retiro de su búsqueda dándolo por muerto y regresando así a Konoha. Por supuesto que los ANBU, la milicia de la aldea ,no se lo hizo nada fácil, estuvo en la cárcel durante mucho tiempo, pero un día en que unos sujetos vestidos de túnicas negras y nubes rojas llegaron para crear problemas buscando atacar Konoha en busca de un tal "sujeto" como así lo llamaban, se unió a la lucha haciéndolos escapar, y solo así se quedó comprobado que ya no guardaba ninguna mala intención y fueron expiadas todas las dudas que habían sobre el.

Tsunade estaba bastante complacida con lo que hizo, quedó muy impresionada y poco después le hizo una propuesta que no podía negar ya que su padre había tenido el mismo cargo cuando era la cabeza del clan Uchiha: ser el líder ANBU. Ahora estaba en su oficina pensando en lo que iba a hacer con su vida, las cosas se habían calmado y una profunda paz interior lo había inundado, no sabía por que pero estaba más pacífico que en ningún momento de su vida, era como haberse quitado un peso de encima, pero más extraño aún, claro, ni el mismo sabía lo que se venía atravesarse por su camino, pero su corazón si lo sentía venir…

Neji tomó un baño después de haber estado escuchando lo que no debía, no era oficial y ya se estaba empezando a sentir el dueño de la joven de hermoso cabello largo…

-Desposar a Hinata-sama… a Hinata…-se dejo caer en su cama con ese pensamiento en su mente mientras meditaba y se dejo entregar a un profundo e integro sueño reparador que necesitaba después de haber estado en semejante misión, no sabía lo que le esperaba, debería conocer a quien se convirtió en su nuevo jefe de quien solo había oído rumores de su juventud, pero no estaba enterado completamente de esto aún y lo único en lo que podía pensar era en estar a un lado de su prima sin que se viera como algo malo o enfermo…

El sol salió y el roció cubría las zonas verdes de la mansión Hyuuga. En su habitación Neji se despertó radiante, no sabía la razón de por que estaba tan feliz, pero lo estaba, y cuando trató de levantarse para irse a vestir se percató de que había alguien más en su cama…

-¿Pero que…?-

Su cuerpo se petrificó al darse cuenta de quien era, a un lado, completamente desnuda, se encontraba una hermosa joven de bella cabellera negro azulado que dormía plácidamente en la almohada de la cama del castaño de cabello largo, recargada en sus brazos descubiertos y con su tersa piel destellando inocencia y sensualidad al mismo tiempo.

-Hinata…-susurró levemente, estaba sorprendido pero no quería interrumpir la bella estampa que estaba presenciando, lucía sumamente hermosa.

No sabía lo que había pasado y realmente no se lo cuestiono mucho pues al estar enamorado no le importó nada, si estaba ahí debía ser por una buena razón y una brisa fría que paso por su cuerpo lo hizo darse cuenta de que también él no vestía nada, eso si que lo perturbó, pero más que nada estaba emocionado, terriblemente emocionado por tenerla ahí, incluso cuando no sabía como había llegado.

Tenía que admitir que verla así le estaba despertando diversas sensaciones. Su cuerpo estaba cubierto por la fina y ligera sábana blanca que dejaba ver su bien torneada figura, y los rayos del sol que se colaban por su ventana la vislumbraban notoriamente con su luz, era inequivocadamente irresistible.

La relajada y quieta expresión que tenía plasmada en su rostro era muy dulce, su prima era considerada por el la mujer más bella que pudiera existir, y no estaba equivocado pues con su inocencia, pureza y gran belleza era considerada una princesa, aparte de su título como heredera del clan, pues ya era llamada así.

Perdió en absoluto la razón al verle así, le gustaba a tal grado que le quemaba el deseo de tocarla, acarició su cabello dulcemente disfrutándolo sedoso que era, su piel era muy suave, poder estar tan cerca de ella era prácticamente su sueño hecho realidad, su fantasía más oculta. Terminó de sentir su cuello y comenzó a descender, incluso parecía que la había despertado cuando esta se movió un poco, pero no fue así, entonces, tomando más confianza e ignorando el pudor que sentía decidió retirarle la sábana para poder verla en su totalidad, sujetó la tela firmemente y estaba a punto de visualizar los pechos de Hinata cuando abrió los ojos y se despertó, había tenido un sueño, había estado soñando y nada más.

Se levantó molesto e impresionado por aquella imagen tan sensual en su subconsciente, su agitación era palpable, y esa fantasía que tuvo era una imagen que quería que se hiciera realidad sin importar lo que tuviera que hacer para conseguirlo, para lograrlo debía encargarse de que nadie más se cruzara en su camino hasta terminadas las próximas dos semanas, así que no permitiría que nadie se la quitara, no si se iba a adueñar de ella de buena manera.

Transcurrieron cuatro días y Hinata seguía como si nada, se pudo liberar un poco al haberse echado a llorar a los brazos de sus primo encontrando así un profundo consuelo en sus palabras, pero se dejó llevar al pedirle que le prometiera que evitara que su padre la casara, eso era imposible, tal vez sus amigas tenían razón y se estaba haciendo la interesante demasiado tiempo, según lo que le había dicho que pensaban los demás, pero solo Konan sabía que estaba sumamente temerosa de comprometerse con alguien, quería que fuera con una persona que conociera y por quien sintiera afecto, aparte del profundo secreto que guardaba.

Mientras tanto seguía entrenando, continuaba con su vida tranquilamente, sin embargo a los oídos de sus amigas llegó la noticia de que Sasuke había regresado a Konoha, y no solo eso, si no que también estaban enteradas del título que había alcanzado…

-Hará una celebración-

-¿Dónde? ¿En la mansión Uchiha?-

-Si, quiere celebrar estar de regreso, pero a mi manera de ver las cosas lo que esta intentado hacer es buscar esposa-

-¡¿Qué?!- reacciono ante las palabras dichas por su amiga.

-Si, hace tiempo había dejado bien en claro que reconstruiría su clan, creo que ya lo pensó suficiente y esta en busca que con quien hacerlo- le explico tratando de ser lo más prudente posible, pero aunque la verdad no fuere pecadora si que la incomodaría

-Vaya, que sorpresa, no termina de impresionarme, hasta hace unos días era un ronin redimido que había regresado a la aldea y ahora me entero que esta buscando casarse… que duro…-

-Sakura…- la miro sumirse en una profunda y visible tristeza -¿aun sigues enamorada de Sasuke?-le pregunto Ino-

-Yo… no lo se…-

El recuerdo de las dos pelando cuando niñas por declararse estar sumamente enamoradas de Sasuke se cruzó por sus mentes, era obvio que Sakura no lo había superado aún desde lo de su partida.

-Tu…-

-Ino, Sakura…- interrumpió el incomodo momento que había surgido cierta chica pelinegra al entrar a la habitación como si nada.

-Hinata-sama…- se giraron las dos para recibirla cortésmente.

-Estoy lista ahora, podemos irnos-

La tensa situación se quebró cuando Hinata apareció detrás de la puerta interrumpiendo su plática, la cual tendrían que dejar para después pues ese día tenía algo importante que hacer…

Las tres jóvenes salieron a la calle con sus sombrillas en la mano, siempre estaban preparadas para cualquier cosa si el cielo daba señal de que la lluvia caería. Lucían peculiarmente bonitas al estar las tres juntas, y como siempre Hinata iba a la cabeza lo quisiera o no destacaba de las demás, y aunque no estuviera en frente, siempre destacaría.

-Hinata-sama, estas ya son las calles comerciales, la casa de damas esta del otro lado-le hizo hincapié Sakura al ver el rumbo que tomaba.

-No planeaba ir hoy…- respondió ida entre una mezcla de felicidad y emoción.

-¿Cómo? Creí que iría a visitar a Kurenai-sempai-

-No, hoy debe estar muy ocupada- le contestó -recuerda que hoy es su compromiso con Sarutobi Asuma, iremos a verla al rato cuando sea la ceremonia- les recordó lo que se les había pasado memorizar por haber estado mas ocupadas hablando de Sasuke y su regreso que en la futura boda de su maestra.

-Es cierto…- se dieron cuenta ambas.

-Como pude olvidarlo… …entonces… ¿A dónde vamos?- continúo rebatiendo la rubia ahora.

-A comprar algunas cosas- sonrió regresando su atención al camino.

-¿Cosas?- se miraron la una a la otra - ¿Qué clase de cosas?-

-Quiero llevarle a Kurenai-sempai un regalo esta noche- se dio a entender con las dos, y la acompañaron a ir a comprar lo que necesitaba a varias tiendas durante varias horas.

Al llegar a casa puso manos a la obra, al percatarse de que se les había olvidado tal importante celebración Ino y Sakura se fueron rápido para ir a preparase también. El presente que Hinata le iba a dar a su maestra sería muy especial, admiraba mucho a sus maestras pero indiscutiblemente Kurenai se llevaba las palmas al haberla acompañado ante la ausencia de su madre fallecida por su infancia y parte de la adolescencia, se había hecho muy unida a ella y a su presencia y quería agradecerle todo lo que hizo por ella a cada momento.

Se dirigió al jardín del lado sur de la mansión, era un huerto especial donde cultivaba especias y hierbas aromáticas, entre otras plantas y flores únicas que crecían ahí. Había pertenecido a su madre, y al ya no estar Hinata se hizo cargo de este.

Todo ahí era hermoso y lleno de vida, tan armónico y vigoroso que era como un edén. Se estaba acabando el verano y pronto se haría presente el otoño con las hojas secas de los arboles cayendo, y también con un destino marcado que desconocía. Últimamente pasaba la mayoría del tiempo en ese lugar admirando las maravillas de la naturaleza bañada por los rayos del sol, a unos cuantos metros estaba el lago con los típicos adornos de bambú que había en todas las casas, se acerco y miro su reflejo en el resplandeciente líquido que iluminó su cara al acercarse reflejando la luz del astro del medio día. Sobre el agua sobresalían lirios y flores de loto que hacían lucir el lago más hermoso de lo que ya era, y aunque no era muy profundo y de hecho se conectaba con el gran lago de Konoha, era bastante grande, y desde el jardín se podía visualizar perfectamente su esplendor. Un impulso involuntario la hizo tomar una de las flores del agua para acercarla a su rostro y percibir su aroma, era tan dulce que incluso cerro los ojos para después colocársela en el cabello. Esa clase de impulsos que le salían de la nada eran la razón de por que fuera considerada toda una princesa independientemente se su título como Hyuuga.

Miro alrededor después de haberse puesto de pie nuevamente de haber bajado a la orilla del lago para poder recoger la flor y verse como se la ponía, junto a ella estaba el paraíso verde multicolor, con la mirada buscó entre las diferentes flores que había, se detuvo al alcanzar a ver un rosal rojo, el carmesí le recordó mucho el color intenso de los bellos ojos de su maestra Kurenai, así como el flamante labial del mismo color que solía usar siempre, y le surgió una brillante idea…

Ajena a sus ideas y pensamientos Neji había estado observándola desde ya hacía un tiempo, caminaba de regreso de su entrenamiento habitual con la katana enfundada en su cintura cuando escuchó que alguien se acercaba, no tenía por que ocultarse pero un extraño sentimiento le hizo actuar así, y pudo notar que era su prima entrando al jardín, llevaba puesto un kimono azul cielo con detalles lavandas en la tela, le sentaba como anillo al dedo y desde su escondite Neji se dedicó a espiarla un poco. Pudo observar desde que admiró con orgullo el jardín de su madre y después cuando se acercó al agua para acomodarse esa hermosa flor de loto en el cabello que lo dejó estupefacto cuando giró y miró como había quedado, pues resaltaba su ya de por si bello rostro. Mirándola se dio cuenta de lo que estaba haciendo, había tomado algunas rosas y otras florecillas y las estaba acomodando en un florero mediano con lujo de cuidado, estaba haciendo un detalle floral para alguien, debía ser alguien muy especial, pero como no conocía que estuviera interesada en algún chico su prima lo dejo por la paz y se alejó de ahí cuando la idea de que fuera posible de que lo descubrieran espiándola no sería algo bueno en lo absoluto.

En la tarde Hinata salió de la mansión Hyuuga acompañada por su primo cuidándole la espalda, si bien era un miembro de la milicia de Konoha también tenía deberes en el clan al ser el guardián de la princesa, como también le gustaba llamarle aún cuando ella lo reprendiera dulcemente por eso.

Cuando llegaron a una casa conocida por Neji se dio cuenta de que no se trataba de una reunión común y corriente pues Hinata llevaba un kimono negro con rosas blancas estampadas, al igual que las demás chicas de ahí. Era una fiesta de compromiso, y no era una cualquiera, pues varios miembros importantes de Konoha estaban ahí, incluso la propia Hokage, fue cuando lo recordó, recibieron la invitación tiempo atrás y Hiashi le dejó a su cuidado acompañarla cuando fuera, pero estaba tan ocupado en pensar en la Unión del Souke y el Bouke que se le borró de la mente totalmente, seguía estando profundamente feliz por eso.

En la fiesta también estaban Sakura e Ino, habían estado esperando por Hinata largo rato ya que llegaron temprano, aun así no se perdió de nada pues la ceremonia estaba apunto de comenzar, saludo y felicitó a la feliz pareja que se veía sumamente enamorada, la expresión de Asuma era relajada mientras que la de Kurenai estaba apacible y sensual como de costumbre; se dieron los votos una vez estando todos los invitados reunidos ahí y después de jurarse amor eterno Asuma besó las manos de su prometida dulcemente ante la conmovida expresión de ella y sorpresa de los demás, de verdad la amaba tanto que nadie lo podía negar y después se sirvió el banquete, haciendo gala de su talento en la cocina ya que todo estaba suculento y jugoso, sobre todo el pato asado.

Kurenai agradeció infinitamente el regalo de Hinata ya que esas rosas rojas estaban tan hermosas con ese color encendido tan similar a sus ojos que las colocó lo más cerca que pudo del lugar donde se dio el juramento de amor, detalle que hizo que ese acto se volviera aún más romántico y después de darle las gracias las dos se dirigieron a sus respectivos caminos.

El la entrada del salón un hombre joven de cabello y ojos oscuros se hizo paso entre la gente con cientos de rumores que se hacían sobre el al pasar, había llegado tarde, pero como su trabajo era bastante agobiante tenía excusa. Por un segundo pensó en ya no ir al estar tan avanzada la noche, pero no lo dejó para después ya que quería felicitar a los futuros esposos y se adentro conociendo por adelantado lo que dirían de el, pero no le importo.

Ino había asistido con su prometido y no se despegó de el en ningún momento así que Hinata y Sakura se quedaron solas platicando entre ellas y disfrutando de la velada, con Neji vigilando a su prima cuidadosamente a una distancia razonable.

Al ver la figura del Uchiha Ino quiso morirse al pensar en la manera en que reaccionaría Sakura en cuanto lo viera, pero esta estaba tan ocupada charlando con un particular chico de cejas pobladas que ni siquiera lo notó, aunque los demás si. Solo iba a pasar a dar sus felicitaciones y luego a marcharse, pues teniendo sobre sus hombros responsabilidad tan grande no debía descuidar su trabajo y después de haber hecho esto y despedirse de Asuma y Kurenai se dirigió a la puerta, pues no planeaba quedarse.

Hinata no acostumbraba permanecer hasta tarde en las fiestas, sentía que a pesar de estar rodeada de tanta gente no pertenecía a ese lugar, cuando niña le encantaba esperar hasta que todos los invitados se fueran i poder irse en el ultimo minuto disfrutando a lo máximo estar ahí, pero al crecer lo único que hacía era platicar y tratar de evitar las miradas que varios hombres le mandaban, mientras algunos eran amables y simplemente sonreían no había problema, pero conforme avanzaba la noche eran cambiadas por lascivia que podía sentir cuando la imaginaban sin ropa con esas miradas que le clavaban, por lo que se retiraba no tan tarde para poder escapar de todo eso. Se despidió y salió junto con Neji hacia la puerta cuando notó que el broche que sujetaba su cabello se había aflojado un poco, como ya era tarde y ya no necesitaría lucir ese peinado prefirió quitárselo y dejar libre su cabello hasta poder llegar a casa y al fin descansar. Subió sus manos hasta su cabeza y se lo quito, acto seguido la brisa la despeino por completo dejando volar su cabello alrededor como si se tratara de seda al aire libre, pero caía tan uniformemente que realmente no estar peinada no era un problema. Un aroma se desprendió de este que pudo ser percibido por Neji, era sorprendentemente delicioso, una combinación entre fragancia y la propia esencia de la chica, como si al poder olerla pudiera probar un poco de su alma o de esa pura y deslumbrante aura que la rodeaba. Este aroma llego al olfato de cierto joven que estaba cerca de la salida tambien, pudo percatarse de que era de una chica y al aspirarlo nuevamente le arrebato un profundo suspiro por lo embriagador que resultó ser. Su atención era total, quería saber de donde provenía, quien era la chica que lo portaba, y una suave brisa lo trajo de nuevo a su percepción. A unos cuantos pasos se acerco a la puerta principal en donde estaba de espaldas una joven de delineada figura que se dejaba ver por el kimono negro que llevaba, su larga y oscura cabellera brillaba en tonos azules bajo la luz de la luna y de las lámparas que alumbraban, trató de acercarse a ella para saber de quien se trataba pero no pudo ya que estaba subiéndose a un carruaje en ese preciso momento. Corrió en un desesperado intento por detenerla y ver quien era, pero no pudo, ya se había ido cuando los caballos comenzaron a desplazarse y llevarla lejos de ahí por las calles.

Sasuke se quedo inmóvil al ver alejarse a esa desconocida de quien con solo haber aspirado su aroma había quedado prendado de ella, nunca antes se había sentido así, pero esas sensaciones que le había provocado eran sumamente incitantes. Estaba saliendo del edificio a unos cuantos pasos cuando el viento le llevo a su dirección tal aroma que lo cautivo al instante, debía ser cosa del destino o un golpe de suerte haberse topado con ella en ese lugar, pero no le había permitido al menos verle el rostro.

Algo asombrado aun por esa chica y decepcionado también por no haber podido verla bien, bajo la mirada esperando sentirse culpable por no haber podido ser más rápido y alcanzarla, pero no sintió nada cuando se percató de que en el suelo había un pequeño cristal de color azul que brillaba intensamente desde abajo. Se agacho a recogerlo y lo identificó, era una de las gemas que aquella chica llevaba en el broche que sostenía en su mano cuando la vio partir, feliz por haberse topado con ella la presiono fuertemente en su mano deseando poder haber obtenido más, un nombre, una mirada, al menos poder haber visto su rostro para buscarla posteriormente, pero lo único que tenía por el momento era ese pequeño cristal que sostenía firmemente en su mano con una ansiedad tremenda por querer más, querer más de ella; quería conocerla, saber quien era, poder pronunciar su nombre, pero desconocía todo, era una completa extraña, una extraña de la cual se había enamorado, y se retiro a su casa después de todo eso aun impactado y sacado de si por esa joven.

Al guardar su broche en el joyero Hinata se dio cuenta de que había perdido uno de los cristales que lo decoraban. Se sintió mal por haber sido tan descuidada al habérselo quitado al salir de la fiesta y haber provocado que se cayera, pero no podía hacer mucho, ya que no había estado en sus manos darse cuenta de que lo había perdido, así que decidió que al día siguiente lo llevaría con el joyero para que pudiera colocarle una nueva en su lugar. Una vez solucionada esa cuestión se retiro a dormir, estaba algo cansada y le hacía falta un largo y bien merecido sueño, no tenía idea de que al día siguiente ocurriría algo que cambiaria su vida para siempre en un futuro cuando alguien se enterara de su identidad.

Sakura estaba a unos cuantos metros de la joyería, Hinata le había pedido un enorme favor esa mañana, e iba pensando en lo divertida que fue la plática de Lee la noche anterior cuando se dio cuenta de que adentro, cerca del mostrador, había alguien conocido. Sus ojos se desorbitaron al reconocer ese porte y esa actitud, no había duda, era Sasuke. Por un momento se petrifico al verlo, pero de inmediato volvió en si al querer platicar con el y poder escuchar su voz después de tanto tiempo, sabía que el estaba de regreso en Konoha y que según los rumores aun no quería ser visto hasta que las cosas estuvieran en completo orden, lo cual sería después de la fiesta que daría en su mansión, aún así quería verlo ahí ahora, a la de ya, y se metió acercándose lentamente hasta donde estaba el.

-En un momento vendrá Uchiha-san-le decía la encargaba amablemente mientras se retiraba a buscar a su patrón.

En la mano llevaba la gema que había recogido del suelo en la entrada al salir de la fiesta de compromiso de Asuma y Kurenai, y sabía que si era una joya tan elaborada y valiosa el joyero debería conocer quien era capaz de poseer una de esas, así que por eso estaba ahí ese día, siendo uno de sus días libres, para poder indagar y dar con el paradero de la joven…

-¡Sasuke-kun!-grito una chica desde atrás sacándolo de sus pensamientos y obligándolo a voltear para ver quien lo llamaba.

-Sakura- la identifico por su cabello

-Si, soy yo- se acercó mas a el.

La joven de ojos verdes llevaba un kimono rojo con rosa y algo de blanco en algunas partes, con lo blanco se formaban círculos en la parte de abajo y su cabello estaba sujeto en un peinado alto que resaltaba sus facciones, había cambiado mucho, también madurado y sobre todo crecido. No se veían desde que eran niños cuando este escapó y ella aun lo seguía recordando…

-Escuche que regresaste y también de tu nuevo nombramiento, felicidades. No esperaba encontrarte aquí- le sonrió dulcemente al chico que aun seguía siendo el dueño de su corazón, incluso cuando este lo despreciara todavía…

-Sakura, ¿Qué estas haciendo aquí?- le pregunto un tanto malhumorado

-¿Eh? Yo… bueno… pues veras-

La atención de los se vio llamada cuando un viejo señor se aproximo a atender a Sasuke.

-Dígame Uchiha-san ¿Qué puedo hacer por usted?- le pregunto a ese venerable y alto funcionario de Konoha.

Ignorando a Sakura Sasuke puso más atención al viejo para poder seguir con sus asuntos sin tener que involucrarse con alguien a quien no estaba dispuesto a enfrentar si continuaba profesándole ese amor que el agradecía pero no podía aceptar.

-Si, verá, encontré este brillante ayer en cierta situación en la que una persona lo perdió, y me gustaría saber si conoce quienes son lo que tienen acceso a esta clase de gemas para poder localizarlos y devolvérsela-le mostró la pequeña piedra liza con forma de gota que llevaba en su mano envuelta delicadamente con un pañuelo rojo de satín.

-Ummm, permítame-la sujeto cuidadosamente desde la mano de Sasuke y la analizó con un lente especial.

-¿Qué se le ofrece?-le pregunto una señorita a Sakura cuando la vio del otro lado mirando intrigada a Sasuke como si nada cuando la ignoró rotundamente.

-Ah… si, claro, vengo en nombre de la casa principal de mi ama para que le pongan la gema que falta en este broche, es que la extravió y le gustaría que le pusieran otra-le mostró la pieza dentro de un cofre de madera decorado con oro.

-De acuerdo, a ver…-sujeto la mujer del otro lado con una lupa donde pudo admirar el trabajo de las joyas, era exquisito y casi perfecto, solo podía tratarse de una joya exquisita como esa.

-Diamantes Mizu-pronunciaron los dos encargados al mismo tiempo desconcertando a Sasuke y Sakura.

-Padre…-exclamo sorprendida la muchacha -¿También estas trabajando con gemas azules?-se volvió a preguntarle al anciano que atendía al pelinegro.

-Si, ¿tu que estas haciendo hija?-le pregunto al verla sostener delicadamente un prendedor enjoyado en su mano.

-Atiendo una orden directa desde la princesa-le contesto- Al parecer perdió una de sus gemas de este prendedor-le señalo y mostro la pieza.

-¿En serio?-volteo a ver a Sasuke y los dos se aproximaron hasta donde estaban ellas.

-Si, tendré que tomar las medidas exactas y probar varias veces antes de…-

-¿Por que no pruebas con esta?-le ofreció la gema que le había dado Sasuke.

-¿con esta?-la sujeto entre sus dedos y la acercó al lugar correspondiente donde faltaba y embono perfectamente, Sasuke reconoció desde que se acerco el broche que sujetaba aquella joven y se comenzó a exaltar un poco –Si es, entra perfectamente-le informo a su padre -¿Dónde la conseguiste?-

-Uchiha-san…- se volteo a ver al joven y varonil hombre del otro lado del mostrador-Creo que ya hayamos al dueño-le señaló el cofre donde estaba la pieza de oro.

-Vaya…-dejo escapar Sakura al no entender muy bien el que Sasuke tuviera posesión de la piedra preciosa que le faltaba a su amiga.

-¿Quién es? ¿Quién es tu ama?-se giro bruscamente hacia la pelirrosa lleno de ansiedad.

-¿Cómo?-

-¿Quién es la dueña de este broche?-le preguntó inquieto.

-¿Por… por que quieres saberlo?-le interrogo por su actitud tan alterada.

-¡Solo responde!- indico imponentemente.

-Es la princesa- le contesto

-¿Quién?-

-La princesa, la heredera principal de la casa más poderosa de Konoha-le explicó aun más.

-Su nombre, ¿Cuál es?-trató de despejar dudas de una vez por todas.

-Hyuuga-respondió la encargada del otro lado del mostrador al ver la desesperación del joven-Hinata Hyuuga-

-¿Hinata?-volteo a verla inquieto –Hinata…-

Años atrás Sasuke y su hermano fueron a una reunión a la que asistiría la gente más importante, prominente y poderosa de Konoha junto con sus padres, ahí la había conocido, era una linda niña de cabello corto y curiosos ojos plateados, estaba a un lado de su hermanita quien solo tenia tres años, llevaba un bello kimono lavanda con rojo y gris en algunas parte, su cabello sedoso se mecía levemente y portaba una flor azul que resaltaba el color de su cabellera, pero la expresión que tenía en el rostro era muy triste, como si estuviera pasando por una terrible y devastadora pena que ocultaba en lo profundo de su alma, pero que se dejaba ver en lo claro de sus ojos. Le pareció una estampa muy triste pero la belleza de tal peculiar ángel era extraña, como si hubiera algo en ella que obligara a quien la viera a pedir misericordia para que no cayera ninguna lágrima de su rostro. La última vez que la vio fue cuando tenían diez años, lucía completamente distinta a como la vio años atrás, había dejado su triste apariencia para dejar paso a una discreta pero hermosa sonrisa en su rostro, era muy tímida pero el rubor que se posaba en sus mejillas era lo mejor que tenía pues la magia que ejercía sobre la gente que la veía sonrojarse hacía que fuera toda una dulzura.

Sin preocuparse más por la gema salió corriendo de ahí dejando extrañados a todos los de la tienda. Se puso en camino de la mansión Hyuuga, no podía creer que ese aroma que había detectado la noche anterior fuera de Hinata, no podía creerlo, o más bien no quería creerlo hasta verlo con sus propios ojos y confirmarlo. No detuvo su paso hasta que la mansión se alzo ante sus ojos la cual estaba iluminada por los rayos solares mientras que una entera paz la rodeaba, quería tocar la puerta e ir a buscarla pero al ya estar enfrente no supo que hacer, en eso estaba cuando una voz se le pidió que se hiciera a un lado para dejarla pasar.

-Lo siento-re retiro para que abriera la puerta y se metiera a su casa, era la hermana menor de Hinata, Hanabi, también había crecido y que ahora se veía más revoltosa, pero seguía siendo una Hyuuga.

-Disculpa…-la detuvo antes de que cerrara la puerta.

-¿Si?-lo miro con desgano.

-Tu hermana… Hinata ¿Esta en casa?- pregunto.

-Lo siento-se disculpo-esta entrenando con nuestro padre a las afueras, no regresaran hasta el anochecer-

-Ah, de acuerdo, gracias- se volvió despidiéndose cortésmente mientras se marchaba de ahí un poco decepcionado de no haber podido comprobar que fuera ella, aún así estaba bastante feliz y relajado de ya saber quien era, ahora solo debía verla para poder comprobar que era de ella de quien se había visto atraído. Quería verla, y lo iba a hacer, solo debía ser paciente y esperar a que se presentara dentro de dos noches a la celebración que habría en su mansión como festejo, donde tal vez se pudiera festejar algo más…

Hiashi no tenía piedad con su hija, a cada ataque que le lanzaba con la espada tenía que detenerlo velozmente para evitar ser cortada por la mitad, su padre era muy fuerte pero a pesar de todo ignoraba muchas cosas de Hinata, secretos que se guardaría muy en lo profundo de su interior como si se tratara de algún pecado que debía enterrar ya que nadie más debía saberlo y entre ellos se encontraba su destreza y habilidad ocultas.

Al final Hiashi termino derribando su hija después de un gran batalla que solo era entrenamiento, aún así estaba complacido con el desempeño de había tenido ya que se levanto firmemente con la convicción de continuar peleando advirtiendo que ese no era su fin todavía…

-Creo que es momento de detenernos- enfundo su espada mientras que Hinata seguía respirando agitadamente por el entrenamiento que habían tenido, se acercaba la puesta de sol y se sentaron juntos a admirar el auge del crepúsculo en el pasto a un lado de sus katanas, tenía que decirle algo a su hija para tenerla preparada de lo que podría llegar a ocurrir, pero aunque fuera tan fuerte tener que explicar eso le resultaría muy difícil.

-Hinata…- comenzó a hablar su padre-dime algo, ¿ya has considerado con quien quieres pasar el resto de tu vida?-le cuestiono mientras que esta no supo que responderle…

-Padre… yo… no…-

Al escuchar el tono de su hija de inmediato supo lo que continuaría y prefirió detenerla hasta ahí.

-Se que no te quieres comprometer pero no entiendo por que…-

Hinata guardo silencio procurando no lucir insolente ya que ni ella misma sabía por que a pesar de haber muy buenos partidos continuaba diciendo que no.

-Hinata…-suspiro su padre algo preocupado por lo que estaba a punto de preguntarle…-¿Sabes lo que es la unión de Souke y el Bouke verdad?-le pregunto dejándola sin aliento al visualizar por donde iba el asunto.

-¿Ne… Neji-nii-san…?-respondía volviéndose alarmada, esa era un posibilidad a la que no quería enfrentarse.

-Así es-le confirmo sus sospechas a su hija quien creyó estar a punto de perder el sentido por aquello pero su padre le evito perder la conciencia -No es algo que me agrade a mi tampoco-

-¿Eh?-

Hiashi giro su cabeza para poder visualizar mejor a su hija y así poder explarle.

-Hinata, como mi hija lo que yo más quiero es tu felicidad, es lo más importante para mi…-

-Papa…-

-Pero, me temo mucho que los demás miembros del clan solo te ven como la persona que nos llevara a la perdición y al mismo tiempo como quien traerá honor a la familia, dime ¿Qué es lo que quieres?-

-Papá yo… yo…-

Hiashi no quería verse en la necesidad de tener que llegar a tales extremos, pero no tenía otra opción, no había salida.

-Trate de esperarte lo más que pude, pero creo que no fue suficiente…-termino de sacarla por completo de balance -si dentro de una semana no conoces a la persona correcta con la cual te quieras comprometer me temo que tu matrimonio con Neji será definitivo-

-Padre…-

La seriedad en la cara del hombre no daba lugar a replica alguna y prefirió callar, sabía que parte de la culpa le tenia ella por haberse tardado tanto perdiendo lastimosamente el tiempo en vano, ahora estaba atrapada en lo que sería un matrimonio arreglado con la persona que más que como compañero y guardián lo veía como un hermano, y no supo que pensar.

-Entiendo padre…- acepto resignada la situación, pero aun si no se quedaría con los brazos cruzados a esperar que eso pasara.

Los dos continuaron en silencio viendo los últimos instantes de luz solar antes de que la oscuridad cubriera por completo el cielo. No había mucho que decir ya que por mas que tratara de darse a entender no encontraba las palabras adecuadas, aparte del nudo en la garganta que se le formo al escuchar la declaración de su padre con respecto a su futuro, no veía que pintara nada bien para ella, aunque quería a Neji no lo amaba en ese sentido…

Al día siguiente después de terminar más rápido que de costumbre su trabajo con el papeleo Sasuke salió a la calle para tratar de despejar su mente un poco, ahora ya sabía la identidad de la chica que no le permitió dormir anoche ni la vez anterior, pero para su buena fortuna ya sabía quien era, y ahora estaba encontrándose a si mismo merodeando la mansión Hyuuga como si diera una caminata común y ordinaria, aunque muy en su interior esperaba poder verla, poder ver cuanto había cambiado, pero lo que más lo exaltaba y lanzaba los latidos de su corazón al cielo era recordar esa fragancia en el aire que le llego desde la figura escultural y elegantemente vestida de la joven que vio salir después de esa fiesta, estaba sumamente embebido al haberlo memorizado en toda su esencia, era tan perceptible ese toque floral tan profundo, como si se pudiera llegar a sentir un poco de lo que era la gloria. Estaba pensando en eso mientras recordaba cuando salió corriendo de la joyería a buscarla en su casa y en la frustración que sintió al no haberla hallado, aún así estaba más calmado al saber su identidad, pero sus ansias por poder verla entera lo estaban consumiendo por dentro.

-¡Espera Hinata-chan!-se escuchó a una voz algo infantil al fondo de la calle cerca de la esquina, alguien se estaba aproximando hacia donde estaba el y su pulso se detuvo durante unos instantes para después comenzar a latir como loco en su pecho en medio de su shock estando a punto de escuchar tan dulce y delicada voz salir de sus labios.

-Hanabi-chan…-se volteo la joven quien había sido llamada para encontrarse con que era su hermanita que se había retrasado en su paso.

Las dos iban caminando por la calle cuando doblaron la cuadra para poder acceder a su casa -Vamos Hanabi…-le decía mientras se acercaban.

El pelinegro dejo de respirar al ver una alta figura con un kimono durazno con rojo en la cintura, ambas estaban resguardándose de los intensos rayos del sol del medio día bajo una sombrilla de color fucsia cuando la vio acercarse, aún no había podido ver su rostro debajo de esa sombrilla que la cubría pero en cuanto esta la levanto para seguir prestando atención al camino se percato de que en verdad era ella…

Sus ojos plateados despampanantes enmarcaban sus facciones, no recordaba haber visto mirar tan enloquecedor como ese, daba un aura tan inocente y puro que hasta le dolía en el pecho no poder ir a acercarse un poco más. Tenía una sonrisa discreta y liviana que hacía de ella un toque personal, sus mejillas blancas al igual que toda su piel estaban decoradas con un poco de rubor, y su cabello de frente era mejor de lo que había visualizado desde atrás cuando la vio por vez primera, llevaba un fleco que se distinguía por sobre lo demás de su cabellera, y en las orillas dos mechones más cortos que rebasaban su delicado y nada pronunciado mentón que se mecían con forme se desplazaba con su paso lento, nada que ver con su busto el cual era notoriamente grande, pero de una forma tan sensual que si encima se observaba la cintura que tenía formando con sus caderas las curvas que se hacían y se dejaban por ver por su ropa era como estar viendo una diosa o un ángel caminando por la calle. Era sumamente hermosa, más de lo que se imagino que cambiaria.

Como personaje importante de Konoha escuchó rumores de la princesa de la aldea, era una manera figurativa de llamarla pero aun así por la manera en que la describían con tanta belleza, cualidades, e infinita dulzura le entró un poco de curiosidad por saber quien era, nunca se esperó que fuera Hinata cuando se lo dijo alguien junto a Sakura en la joyería, claro, con la alcurnia del clan debía de esperarse, pero para tal belleza no estaba preparado para admirar o al menos creer que existiera, todos los rumores habían resultado ser ciertos. Verla de esa forma le arrebato un ahogado suspiro que trato de callar para no delatar su presencia ahí y que no pudo contener.

Al sentirse observada y parecerle escuchar una voz de enfrente levanto la mirada para ver de quien se trataba, pero no había nada mas que las hojas de los árboles cayendo por acción del viento.

-¿Hinata?-observo su hermana como miraba la nada.

-¿Eh?-

-¿Estas bien? ¿Ocurre algo?- le cuestiono la expresión que puso hace unos instantes.

-¿Eh?, no, no es nada, entremos- le decía mientras cruzaban el lumbral para acceder a los jardines de la entrada principal de su hogar.

Sasuke se había ocultado trepando ágilmente el frondoso árbol que estaba enfrente de la enorme casa, era la entrada del feudo Hyuuga, y más al fondo después de pasar por varios hermosos y cuidados jardines, se quedo embelesado por la imagen de aquella bellísima joven en que se había convertido con el paso del tiempo mientras se dirigía a su casa, cerro los ojos para tratar de recuperarse de esa impresión y que su aliento regresara cuando una suave brisa le trajo a sus sentidos aquel aroma de nuevo.

-Hinata…- lo aspiro suavemente y después con desesperación, era tan dulce y tan imposible de existir semejante combinación tan perfecta que trataba de impregnarse lo más que pudiera de el, quería memorizarlo y tenerlo siempre, quería estar cerca de ella, tenerla en sus brazos. Aun continuaba con su embeleso cuando en la entrada de las puertas del feudo había tirado un pañuelo de color crema que le llamo la atención y bajo hasta ahí dirigiéndose a el, y al levantarlo se dio cuenta de que era tela muy fina de extraordinaria calidad y suavidad, de repente reconoció que el propio aroma que estaba respirando en el aire era ese mismo el que despedía ese tejido. Se lo llevó a la cara para poder inhalar su esencia una vez más, era más concentrada, definitivamente era el aroma de Hinata cuando al retirarlo de su rostro notó que llevaba bordado en una flor azul con rocío el kanji del sol. Una extraña felicidad lo inundo profundamente de la nada, tener ese pedazo del aura de Hinata con su aroma y su esencia en el, lo invadió profundamente dejando ver una sonrisa de satisfacción, y guardándolo entre sus ropas, cerca de su corazón se marchó de ahí.

La familia Hyuuga era uno del clanes más prominentes de Konoha, de hecho el más poderoso en esos momentos y con más recursos a su alcance, por supuesto que ya había enviado una invitación para que fueran, así que tomo el camino hacia su casa con la esperanza de poder contar con la asistencia de su casa al día siguiente pues quería volver a verle, y esta vez hablarle.

-¿Sasuke?-exclamó Hinata al estar bebiendo el té junto a Sakura e Ino en la estancia de su casa.

-Sabíamos que irías pero no pensamos que desconocieras en donde iba a ser- le aclaró Ino al ver lo sorprendida que estaba.

-Es que, creo que me concentre tanto en el compromiso de Kurenai-sempai que lo debí haber olvidado por completo, solo conocía rumores pero no indague mucho-se excuso.

-Ahora que recuerdo, Sasuke fue el que encontró el cristal que perdiste del broche-comento Sakura -Me lo encontré en la joyería pero salió corriendo cuando le dije que era tuyo-

-¿Qué? ¿De que estas hablando Sakura-chan?-

Ino no dijo nada al suponer lo que sus amigas no habían captado aún, pues ese tipo de cosas ocurrían, los convenios entre familias y emparentamientos eran algo complicado para la sociedad, pero muy simple al tratarse de negocios o amor, Ino había corrido con suerte al haber encontrado a Sai pero con Hinata seria otro asunto.

Al día siguiente por la noche la mansión Uchiha estaba bellamente iluminada, no escatimó en dinero para que se viera completamente hermoso, el banquete sería muy especial para todos los invitados, pero sobre todo para una chica en especial.

Los invitados iban llegando y la fiesta estaba empezando a ponerse animada, estaba rodeado de varios de sus antiguos compañeros de infancia, Shino, Kiba, Lee, Choji, todos estaban ahí excepto Shikamaru de quien se enteró había cometido un acto de traición al haber escapado con cierta chica de otra aldea. Le pareció que fue bastante raro que actuara así, pero si estaba enamorado debía amarla demasiado para haber hecho eso, y lo comprendía un poco al sentir aun cerca de su pecho el pañuelo de cierta chica que aún no había llegado y a quien se lo quería devolver como pretexto para iniciar una conversación, aunque no hubiera de ser necesario.

Por la puerta entró Hinata, con un hermoso peinado alto que dejaba que caireles le cayeran como una cascada desde arriba hasta el cuello, llevaba un poco de maquillaje, casi nada por que de hecho no le gustaba a pesar de que supiera infinidad de cosas sobre sombras, labiales, delineador, etc… todo gracias a sus maestras, aunque consideraba que no había nada mejor que lucir su piel natural.

Sasuke tuvo un extraño presentimiento en su corazón cuando volteo a ver la entrada esperando verle, pero solo seguían entrando más invitados halagando el buen gusto de la decoración, no tan ostentosa pero increíblemente elegante y atrayente para los ojos. Decepcionado después de pasar un largo rato compartiendo y disfrutando con sus amigos se separó un poco de los demás, ciertamente se alegraba mucho de estar de nuevo junto a sus amigos y las cosas estaban prosperando en la sembrada amistad que seguía presente a pesar de lo que pudo haber hecho en su pasado, pues nadie lo recriminaba siendo la gran persona que era por más imponente y serio que luciera.

Estaba cerca de una de las puertas exteriores cuando vio que afuera las luciérnagas habían salido para iluminar el estanque que había en la mansión, varios lirios y maleza silvestre estaba ahí, el destello de las luces de esas criaturas se reflejaba en el agua, ya había anochecido y no veía a Hinata en ninguna parte, y eso le provocaba una tremenda tristeza y decepción. Estaba extrañado de sentirse así pues no había tenido tales sentimientos antes, pero su abatimiento se desprendió de su cuerpo al escuchar la voz de Neji cerca platicando con su grupo de amigos, se giró rápidamente para ubicarlo y lo hayo parado junto a Lee y ansiosamente con la mirada trató de hallar a Hinata, pero no la encontró, solo estaba su hermana a lo lejos platicando con Konohamaru a solas. Como estaba acostumbrado a verla junto a alguien se adentro entre los invitados buscándole, pero no la hayo. Sin darse por vencido siguió buscando y de pronto ese aroma nuevamente penetró por medio del aire llamando la atención de todos.

-Que dulce- dijo uno de los invitados al percatarse también al igual de los demás.

-No sabia que hubiera incienso con este aroma- dejo escapar una voz femenina entre los invitados que se extasiaban con ese perfume.

-No es incienso, debe ser alguna fragancia, de una mujer, es lo más probable- hablo un anciano sabio que había acertado en su comentario.

Sasuke se guió por su nariz y siguió el halo del aroma de Hinata esperando hallarla finalmente, caminó hasta una de las puertas que daba a los jardines y aun ahí seguía el aroma pero no la visualizaba, se estaba desesperando y justo cuando dio unos cuantos pasos más la encontró a lo lejos de otros invitados que estaban en el jardín disfrutando de la velada. La hermosa joven que le quitaba el aliento estaba justo en medio del puente mirando su reflejo en el agua. Se paro en seco, la admiro durante un momento, estaba igual de hermosa como siempre y su cabello le cubría un poco el rostro como era el objetivo de usarlo, aún así lucía preciosa, lo era, y nada lo cambiaria nunca.

Al verla ahí se quedo pasmado con todo su belleza ¿Cómo era posible que alguien así pudiera existir y no ser solo un sueño?, se acercó lentamente y pudo observar como iba vestida, un kimono púrpura con estampado plateado de maleza en toques azul cielo e intenso, en la cintura el color se cambiada a blanco total con un listón negro que hacía juego con el moño que se hacía atrás, sus zapatos de madera y su porte distinguido la hacían lucir perfecta, y en el cabello llevaba una rosa blanca que parecía continuar viva a pesar de estar lejos de la tierra por haber sido cortada, pero no podía lucir ni dejar de ser más bella que en ese momento, decorando su preciosa cabellera, era lo mas hermoso que había visto en su vida, y ese aroma seguía presente, inundando aún sus sentidos, mientras su olfato se deleitaba con su esencia y sus ojos disfrutaban verla tan calmada y relajada recargada en la madera del puente mientras estaba perdida en sus propios pensamientos ajena a la mirada del joven Uchiha…

Queriendo ver volar su cabello libremente para admirarlo como la última vez y haciendo uso de sus habilidades como guerrero saco una diminuta y casi imperceptible aguja de entre sus ropas, parecía ser tan fina con el mismo grosor que un cabello, afortunadamente Sasuke dominaba por completo las habilidades del samurái y dominar tal arma era sencillo para el, solo que esta vez no la usaría con fines de atacar a alguien, o por lo menos no lastimarle, y haciendo muestra de su gran maestría la dirigió hacia la cabeza de Hinata la cual atravesó por entre su negra cabellera.

Estaba tan calmada mirando el agua pasar debajo de sus pies frente a sus ojos que ese intento de asesinato que percibió en el aire a poca distancia de ella la desconcertó bastante, no se lo estaba esperando. Como su velocidad era tal solo le dio tiempo de alcázar a capturar la aguja con su mano cuando esta ya había pasado por ella mientras que el estupefacto Sasuke la miraba sorprendido de que hubiere sido capaz de cacharla en el aire siendo que era algo muy extraordinario para cualquiera aún con entrenamiento.

Sin saber que paso se reviso cuidadosamente de no estar herida y al mismo tiempo estaba alerta de que alguien pudiera atacarla de nuevo, pero no fue así cuando vio a Sasuke aproximándose hacia donde se encontraba ella y lo miro con desconcierto…

-Sasuke… - teniéndolo delante de ella no supo muy bien que hacer ya que seguía algo confusa de aquel ataque, y sin aviso alguno su cabello se soltó en caída libre al caer lentamente, la luz lo ilumino perfectamente, la caída de su lacia cabellera era perfecta, casi como si se tratara de una inmortal. Al terminar abajo había tomado la forma del peinado que llevaba, y ciertas ondas se marcaron definidamente en su delicadez.

Atónito por lo que hizo, pero sin querer admitir que fue el quien lo hizo simplemente le dio una señal.

-Se ve mejor suelto- le aseguro con una sonrisa notable.

-Sasuke…-

Debía haber una razón coherente para que el hubiera hecho ese acto tan extraño proviniendo de su parte, pero esa confusión se le fue de la cabeza cuando recordó que en todo el rato que había pasado en la fiesta no fue para ir a felicitarlo ni platicar con el y eso había resultado ser muy descortés, lo más seguro es que hubiera estado algo molesto por no haber recibido ni siquiera un saludo de ella, aunque en realidad eso no era exactamente por lo que lo había hecho.

-Lo siento mucho- se reverencio instantáneamente dejando confundido y sorprendido a Sasuke por esa reacción siendo que el esperaba que lo reprimiera por haberle arruinado su peinado –No fue mi intención, no se que era lo que estaba pesando, le ruego me perdone- siguió disculpándose mientras que el Uchiha seguía sin entenderla –Debía haber ido a verlo en cuanto llegué, pero me distraje un poco, lo lamento- continuó inclinada sin saber que había despertado en Sasuke un profundo sentimiento de apatía por ella, además de haber quedado algo conmovido -¿Sasuke…?-se levanto un poco al no escuchar nada.

-No tienes por que disculparte Hinata- la hizo erguirse completamente con sus manos.

-Pe…pero Sasuke…- trato de seguir culpándose por su descortesía, pero fue callada nuevamente por la dulce voz del joven.

-Esta bien, no es nada, no te preocupes tanto-

Realmente no estaba enojado, le había turbado un poco el que no lo hubiera ido a ver, pero el no contrariaba nada ya que no estaba seguro de que decirle a la mujer de la cual se había enamorado en cuanto se acercara a ella, y el destino termino por ponerlo en esa situación.

Una vez pasado eso comenzaron a platicar como si de viejos amigos se tratara, sobre el entrenamiento, artes, incluso política, hablaban de infinitas cosas y para todo los dos tenían de que conversar, si bien Sasuke era algo frio y oscuro no quería dejar de charlar con ella así fuera por el más insignificante tema que se le ocurriera, no quería dejar de escuchar su dulce voz.

Pasaron las horas y Neji salió por Hinata para partir de regreso a la mansión Hyuuga, la había estado buscando por un tiempo, pero nunca se imaginó verla a un lado de él, casi le da un paro cardiaco el verla reír por los comentarios que hacía el Uchiha y de inmediato se lanzo para arrebatársela con el pretexto de ya ser muy tarde. Sasuke no quería que se fuera, pero hacer toda una escena en ese momento hubiera sido de muy mal gusto y la dejo marcharse, sin saber en lo absoluto que ella tampoco tenía deseos de volver a su casa pues a pesar de que quisiera y respetara mucho a su padre este no dejaría de tocar el asunto de comprometerse nuevamente como la estaba acostumbrando desde hace tiempo, y eso la traía fastidiada.

Se despidieron cordialmente, como sus modales y educación les dictaba, y después se fueron juntos dejando a Sasuke absorto en su pesar por tenerla que ver partir, si bien no debería ser un periodo muy largo el que debían esperar ya que habían hecho planes los dos para verse de nuevo, pero no estar a su lado estaba empezando a resultarle algo melancólicamente duro y difícil para su ser en cuerpo y alma.

Mientras iban en el carruaje con destino a la mansión Hyuuga Neji no dejaba de pensar en haberlos visto juntos en el jardín, los dos estaban sentados en la madera de una banca que formaba parte de la casa cuando entre ellos se alcanzaba a escuchar una tranquila y discreta conversación, si bien el solo sonreía cada vez que alguno de los dos hacía algún sarcasmo ella reía discreta y dulcemente como era propio de su personalidad, era como ver a un caballero contemplando a una dama y ella compartiendo con el bellas anécdotas e historias de hechos que marcaron su vida alegremente. Pero estaba mal, era terrible ver como ella le entregaba parte de su bondad y un poco de su cariño como amigo a Sasuke, si iba a convertirse en su futura esposa no dejaría que ella pasara tiempo de calidad y diversión junto a otro hombre con el cual parecía llevarse excelentemente bien, eso no podía ser posible, debía impedirlo, pero sin hacer que ella lo odiara por limitarla por lo que tendría sumo cuidado al hacerla razonar.

-Entonces Sasuke y tu platicaron mucho esta noche…- comenzó a iniciar la conversación él rompiendo el hielo.

-Si… - sonrió inocentemente -hace tanto tiempo que no lo veía y hablamos de tantas cosas que perdimos la noción del tiempo. Espero no haberte preocupado Neji nii san-contesto con amabilidad y con esa cara que siempre lo ponía en jaque, pero aun así su sentir no cambiaria en lo absoluto.

-Estoy feliz por el ahora que ha alcanzado su título como líder de la milicia de Konoha- se dejo entre ver su gusto, aunque no tanto - pero sigue sin agradarme en lo absoluto…-comento mirando por la ventana con un volumen de voz bajo pero que fue perfectamente perceptible por su prima.

-¿Ah?-se cuestiono al verlo así, no era común que hablara así de sus amigos, le extraño lo que dijo de el, pero creyendo que se debía a que se había convertido en su jefe y superior no lo quiso molestar mucho con eso. Aun así se animo a preguntarle -¿Por qué piensas así?-

Neji volteo a ver a su acompañante del otro lado del carruaje, llevaba el cabello suelto como la vez anterior que salió con ella en la fiesta de compromiso de Kurenai, le encantaba mirarla con el cabello suelto y libre que con los complicados peinados que a veces usaba, y que a pesar de que fueran muy elegantes y realmente luciera hermosa con ellos no había nada mejor que verla así. Tan solo con imaginársela al lado de alguien más su corazón no podría soportarlo por mucho tiempo, no dejaría que nadie se la quitara nunca…

-Es solo que no me parece un sujeto confiable, no puede regresar después de tanto tiempo y ser recibido con los brazos abiertos como si no hubiera cometido traición años atrás-

-Neji…-trato de explicarle que ahora que ya lo había visto no era nada como los rumores malintencionados con respecto a el habían sido dados a conocer, pues al platicar con el supo que de verdad estaba completamente redimido.

-No, es en serio- siguió hablando Neji interrumpiendo a la joven quien se tardo demasiado en rebatirle –Además no sabemos que tanto pudo haber hecho como para poder confiar en el nuevamente-

-Neji…-

-Incluso su mejor amigo, ese chico rubio que salió en su búsqueda cuando dejo Konoha no ha regresado ¿No crees que tal vez pudo haberlo matado?-la miro seguro de haber creado en ella la desconfianza necesaria como para sacarla de la idea de que era una buena persona, y de hecho si estaba así, por un segundo su mirada se perdió, Neji había mencionado a alguien que resonó en su mente y en su corazón por aun seguir presente en su vida, incluso cuando el tiempo y la distancia hayan estado de por medio…

Complacido de ver como Hinata bajaba la mirada para tratar de evitar confrontarlo cara a cara creyó haber dicho suficiente como para haber sembrando la semilla de la incertidumbre en ella para que dejara a Sasuke a un lado, pero su dolencia no tenía nada que ver con lo que su primo se estaba imaginando.

Cuando llegaron a la mansión los dos bajaron y se despidieron para ir a descansar con la promesa de verse el día siguiente, y al llegar a sus aposentos Hinata se metió como alma en pena, como si fuera un fantasma del que se tratara. Se acercó a un baúl grande que tenía en pegado en una pared, cerca de un mueble que tenia varios cajones, y lo abrió, en su interior se hallaban varias cosas, recuerdos e imágenes de su niñez. Había un retrato de toda su familia cuando su madre vivía, llevaba un hermoso y sencillo kimono de fina tela del cual se podía distinguir su vientre de nueve meses de embarazo tras la bata que llevaba puesta, su madre era una de las personas que más quería, incluso cuando no estuviera a su lado no dejaba de sentirla presente, por eso cada vez que se adentraba al jardín de las cercanías del lago se sentía más cerca de ella y la hacía muy feliz.

En el baúl también habían importantes objetos valorados por ella, un dibujo de un tigre que hizo cuando tenía solo doce años de edad, le había quedado excelente, incluso quiso colgarlo en la pared, pero no lo hizo, pues como si fuera un secreto sabiendo que nadie conocía de su existencia más que cierto chico, lo guardo en su habitación como su tesoro más valioso, aunque el verdadero dueño de ese puesto estuviera oculto en una pequeña bolsa de piel sepultada tras otros recuerdos, la cual saco cuidadosamente para abrirla y extraer de su interior un collar con la forma de un remolino naranja que tomo entre sus manos y admiro detenidamente, aún conservaba ese aliento a correr hacia el cielo aun por más imposible que pareciera, pero la persona que se la regalo no conocía imposibles.

-Yo… aún no te he olvidado…- cerro fuertemente sus manos guardando entre ellas el dije anaranjado que tanto apreciaba…- Pero creo que debo dejarte ir, no puedo continuar con esta esperanza, has estado lejos tanto tiempo que ni siquiera se si es que sigues con vida…-comenzó a dolerle el corazón al tener esos recuerdos del pasado que le llegaban tan duramente -yo quiero creer que es así, pero no te siento cerca… ya no estas a mi lado como acostumbrabas hacerlo siempre…- el recuerdo de quien fuere su primer amor en el pasado le llenaba de alegría y tristeza al mismo tiempo, era como ir al cielo y bajar al infierno a la vez, sentía que la responsabilidad que le había sido depositada era demasiado grande como para seguir esperanzada del regreso de la persona que tanto amaba, tenía que cumplir con sus obligaciones…- Yo… espero que seas feliz en donde sea que te encuentres, de verdad te deseo que seas dichoso, pero me tengo que despedir…- retuvo las lagrimas sin dejar de sujetar cerca de su corazón aquel regalo.

Toda la noche se quedo despierta más de lo habitual, permaneciendo sentada a un lado del cofre de sus recuerdos, trato de no llorar, esa era su despedida, mientras todos se preguntaban por que ella no había querido casarse muy en su interior ella conocía la razón, pero no quería admitirla, no quería darse cuenta de que esa era la realidad, y que más de cinco años ya habían pasado y continuaba sin saber absolutamente nada de el. Era tiempo de dejarlo ir o terminaría sumergida en un compromiso que no aceptaría con su propio primo, a expensas de saber que el lo conocía todo desde un principio y trataba de evadir que tuviera contacto con otro hombre…

En la mañana del día siguiente se levanto y se escabulló por la casa para poder acudir a la cita con ese viejo amigo en la plaza central de Konoha. No le había informado nada a Neji, quien misteriosamente recibió el aviso de tener que acudir a una misión repentina que necesitaba de su presencia inexcusablemente, y por más que el no quisiera partir para poder quedarse a vigilar a Hinata tuvo que cumplir con su deber. Así fue como Sasuke y Hinata se pudieron ver, pasearon por las calles recordando momentos y buenos ratos de cuando eran niños, le gustaba mucho saber que tan bien o mal se la habían pasado, y les gustaba mucho estar en compañía del otro.

Sin darse cuenta ya había pasado más de cuatro día y no dejaron de verse en ninguno, a Sakura y a Ino les empezó a preocupar verla escapar en cuanto podía para ir a verse con un chico, según lo que habían escuchado por parte de su hermana menor. Les angustiaba no saber nada, ya que Hinata no les había ocultado nada en veces anteriores, no había secretos entre ellas, pero si se los estaba ocultando debía de ser algo importante o grave, y para cuando Neji regresó a la aldea casi se muere al enterarse que Sasuke Uchiha cortejaba a la princesa, y lo peor era que ella accedía a estar con el…

Corrió hacia la mansión desesperadamente en busca de respuestas, se negaba rotundamente a aceptar que fuera verdad, Hinata no podría estar con otro hombre si los dos se iban a casar en poco tiempo una vez que se hubieran acabado esas dos semanas y fuera oficial, pero sus planes se fueron directamente a la basura cuando al llegar le indicaron que siguiera hasta el salón principal por que lo estaban esperando, y sin perder nada de tiempo se dirigió hasta ahí encontrándose con su destino pues Hiashi, Hinata y Sasuke estaban ahí.

-Buenos Días-s aludo cortésmente con una reverencia.

-Neji, que bueno que estas aquí, no esperaba hacer esto sin ti presente, por favor pasa y toma asiento-le indico airoso de mandato como siempre al tiempo que hacía lo que le había pedido.

-¿Qué sucede?- pregunto confuso por quienes estaban ahí.

Esa mañana, después de bastante tiempo que ocupo analizando no se aguanto más y fue a decirle a Hinata que quería hablar con su padre, sin saber que decirle esta le dijo que si, y esa misma tarde se hizo la cita, aun que no se esperaba contar con la presencia de Neji…

-El día de hoy el joven Uchiha ha venido aquí para hacerme una propuesta intachablemente oportuna-

El corazón de Neji se sintió comprimido al entender lo que estaba a punto de suceder, no podía estar pasándole esto.

-¿Una propuesta?- trago saliva discretamente.

-Ha venido a pedirme la mano de Hinata en matrimonio-

Los ojos de Hinata se dilataron al escuchar aquello –Entonces era eso de lo que quería hablar con el…- pensó inmediatamente, era toda una sorpresa, pero no estaba extrañada, sabía a lo que estaba enfrentándose si había aceptado salir con el en un principio, pero no se esperaba que fuera tan impredecible como para haber actuado tan aprisa como lo había hecho; por otra parte no quería que fuera tan tarde, pues sabía sobre la advertencia que le había hecho su padre sobre no comprometerse en el plazo de dos semanas, pero aun así seguía sintiéndose intrigada.

-He decidido aceptar-confirmo completamente ante un estupefacto Neji y una resignada y algo tocada Hinata.

Por un momento le asaltaron las ganas de rebatir su decisión desenvainando su espada y amenazando a medio mundo para evitar que se llevara a cabo, pero se contuvo, estaba terriblemente molesto, no podía ser verdad, se había alejado solo durante unos cuantos días y al regresar se encontraba con su único amor a punto de pertenecer a alguien más, no podía ser la realidad, o por lo menos no su realidad.

Visiblemente turbado y con la mirada dura e indiscutible de la cabeza del clan sobre el no tendría opción más que aceptar la decisión que tomó. Se encontraba tan perdido que quería irse de ahí en cuanto pudiera, pero entonces una vaga esperanza le regreso los ánimos para poder impedirlo sin necesidad de violencia, aunque ya fuera demasiado tarde.

-¿Y Hinata-sama… ha aceptado?- le cuestiono a Hiashi quien estaba muy voluble en ese momento, siendo el líder del clan no quería tener que lidiar con esa clase de asuntos.

-Es mi decisión, el clan Uchiha y el clan Hyuuga son los más poderosos en toda Konoha, si hay un lazo de unión entre los dos beneficiara a la aldea y a las familias, no hay razón para despreciar este ofrecimiento-.

Absorto, el castaño de cabello largo volteo a ver a Hinata quien tenía la mirada baja y analizante, sabía la promesa que le había hecho hacer hasta que fuera su ultimo aliento, y esperaba recibir de ella una señal que le indicara que debía intervenir para salvarla de ese compromiso, pero no la recibió. Molesto y nefasto negó que ella no quisiera detenerlo, y se dispuso a hacer toda una escena para frenar esos planes, pero no pudo cuando la voz de Hinata lo hizo detenerse.

-Yo estoy de acuerdo- se levanto firme y directa, todo lo contrario de cómo había estado segundos antes, lo que le dio la pauta para que no hiciera nada.

-Hinata-sama…- pensó Neji al verla tan decidida, no estaba bromeando, de verdad aceptaba ese compromiso, lo cual le causo un agudo y profundo dolor al verla perdida ante semejante rival.

La respuesta de Hinata sorprendió a Sasuke, pues creía que iría a debatir o a poner alguna excusa o pretexto y después a reprenderlo por haber actuado sin haberla consultado antes, pero no fue así, de hecho parecía algo nerviosa pero nada dudosa. Una sensación de alivio se dejo ver en su aura aunque no exteriormente, solo que esperaba que Neji no fuera a hacer algo inadecuado para detener las cosas…

-Entiendo…- acabo por decir inundado de dolor pero con su presencia liviana que ocultaba tras de si toda la carga de tener que dejar ir al amor que tanto había ansiado tener, incluso llego a sentir pena por el, pero en esos momentos en lo único en lo que podía concentrar su atención era en la felicidad que tenia por verse dueño de la mujer de sus fantasías.

-De acuerdo– continuo hablando Hiashi -la boda se planeara después de que hayamos expresado nuestra decisión a la aldea en la respectiva fiesta de compromiso, de eso hablaremos más adelante, por el momento es todo- hablo imponentemente mientras que todos accedían.

Salió de aquel lugar con una libertad de alma increíble al poder ver al fin a su hija comprometida con alguien que quería y que lo más seguro es que fuera muy feliz, y lo mas importante, con ese matrimonio traería honor y dicha la famillia, por lo que nadie se opondría a su mandato como futura líder del clan.

Neji se quedo sentado un rato más mientras que veía pasar el tiempo en cámara lenta al seguir sintiéndose impotente por no haber podido hacer nada para impedir que se le escapara de las manos Hinata, aunque no podía querer aferrarse a conservar algo que nunca fue suyo, y tuvo que comprender que lo mejor para el y para Hinata era dejar de sentir ese amor insano en el, pero aun así sería algo demasiado duro de superar.

Afuera la bella joven trato de huir por un segundo de lo que acaba de suceder dentro del salón, su corazón estaba acelerado y su respiración claramente se había agitado, estaba incrédula de lo que había dicho pero se le salió de los labios sin que pudiera contenerlo. Sin embargo Sasuke le impidió irse deteniéndola justo en medio del camino para poder aclarar algunas cosas.

-Espera…-la detuvo sujetándola del brazo para que no pudiera continuar.

-Sasuke…-lo miro detenidamente, trataba de recuperar el aliento de lo que estaba viviendo justo en esos momentos, acababa de aceptar comprometerse con el y aun estaba algo confusa y extraña.

El pelinegro noto su estado de animo inmediatamente, no se veía nada bien y la duda de que hubiera cometido un error al haberla acorralado con su padre de esa manera lo hizo sentir culpa al haber turbado su comportamiento con eso, no quería someterla a algo que no quería hacer, y no lo haría por muchos deseos que tuviera de tenerla, incluso si ante los demás solo fuera un capricho.

-No voy a obligarte a nada- acaricio su rostro petrificado aún, pero que comenzó a calmarse al poner atención a lo que le estaba diciendo –Por mucho que me gustes no voy a hacer que aceptes algo que no quieres, aún estas a tiempo de retractarte si así lo deseas…-

Por un segundo sus funciones neuronales se apagaron ¿de verdad era Sasuke el que le estaba hablando? , la expresión que había puesto era dulce y sincera, nada que ver con la seriedad cotidiana en el, y el hecho de que solo ella pudiera ser testigo de ver en su interior los sentimientos más profundos y densos de su corazón la conmovió bastante, pero aún seguía sin palabras al sostener en su mano cierto collar que del que no se había separado desde hace días usándolo como pulsera a todo momento, le dolía tenerlo puesto, le ardía ese amor pasado que la había hecho sufrir y actuar de esa manera durante tanto tiempo, pero al ver a Sasuke en esa forma tomó la decisión más dura al quitárselo y guardarlo para luego encaminarse hacía el y darle un fuerte abrazo.

-Hi… Hinata-se sorprendió mucho con esa acción, no se lo esperaba reaccionando así.

-No me estoy negando- le contesto haciendo que el se quedara estático oyendo su cálida voz –Solo no creí que sería demasiado rápido como lo fue, perdóname…- se separo de el dedicándole una dulce sonrisa a lo que el se desmorono por ella. Sin mucho que decir fue el quien la tomo entre sus brazos ahora.

-Gracias Hinata, pero ¿de verdad estas segura?, si tu intención no es lastimarme déjame decirte que lo único que quiero es tu felicidad –le confeso mientras ella se enterneció aun más –Para mi lo más importante es que seas feliz…-

-Sasuke…- se aferro a el con más fuerza que la anterior, y así el pelinegro pudo percibir su aroma nuevamente, ese delicado toque de ella en la que se combinaba toda su esencia, ese delicioso y maravilloso aroma que por fin se había vuelto suyo, por fin le pertenecía, se había vuelto el dueño de Hinata… -No lo estoy dudando, de verdad quiero hacerlo- contesto alegrándolo más de lo que pudo haber estado en toda su existencia.

Al salir Neji, después de tanto tiempo de pensar y de auto compadecerse se dirigió a ir a buscar a su prima para tratar de hacerla entrar en razón aunque fuera por la fuerza de que no lo hiciera, pero al encontrarse con los dos abrazados fuertemente con tanta calidez y cariño en el pasillo prefirió no intervenir y se marcho por otro rumbo para aclara su mente y tratar de olvidar sus sentimientos. Nunca se enteraría de que la misión que le fue puesta y que lo alejo de Konoha por tanto tiempo en el que Sasuke se pudo acercar a Hinata había sido dada por el mismo Uchiha con ese propósito…

Nunca la dejaría ir, y su primer adversario ya había perdido…

Pasaron varios días en los que el rumor comenzó a ser esparcido, Hinata tuvo que explicarle bien lo que sucedió a sus amigas quienes en un principio se impactaron, pero terminaron por aceptarlo. Tuvo que disculparse con Sakura, pero esta solo le respondió que no tenía por que si ella ya no estaba enamorada de el, aunque solo le mintió, pero fue lo suficiente astuta y buena gente como para calmar a su recién comprometida amiga de su angustia.

La aldea entera estaba enterada de ese gran compromiso, la princesa al fin contraería matrimonio, y no con cualquier partido sino con Uchiha Sasuke, el hombre más codiciado en todo el país. Todos admitían que siendo como eran y estando en la posición en la que estaban era lógico suponer una alianza entre clanes, pero más que eso se veían muy bien juntos, ya que a pesar del protocolo de educación y respeto que había en el que se comportaba con sumo cuidado no dejaban de tomarse de la mano y a veces abrazarse, lo que para la gente le parecía muy tierno habiendo pasado ya un poco de tiempo en el que pronto se daría la fiesta de compromiso para anunciarlo oficialmente, aunque para le gente ellos ya se veían como una pareja de novios, Sasuke la amaba, y Hinata estaba empezando a desarrollar amor por el también… nadie podía imaginarse lo que estaba a punto de llegar…

En el bosque, por la montaña, un rubio de apariencia modesta pero tangible se abría paso entre la maleza para poder llegar a visualizar la aldea natal de donde provenía. Había pasado varios años ya desde que la tuvo que dejar por motivos personales y de búsqueda, pero regreso debido a tener muchos asuntos que atender sin saber que todo lo que había tratado de arreglar y encontrar afuera lo terminaría resolviendo en el interior deKonoha.

Llegó al punto exacto donde podía admirar por completo el lugar y vio como los rayos del sol deslumbraban la bella aldea que tanto añoraba; en la cintura llevaba una katana y sus ropas dejaban ver en claro que era un guerrero instruido en le disciplina samurái, sin embargo la actitud que tenía era demasiado salvaje como para pertenecer a algún feudo y obedecer a algún señor, por lo que era de suponerse que era un ronin sin rumbo y sin objetivos, pero no era así, sus metas estaban mas claras en su mente que cualquier otra persona.

-Entonces al fin estoy aquí…-aspiro el puro aire de la montaña impregnando todos sus pulmones con este,y al exhalar abrió los ojos para seguir continuando con su admiración por la población no tan lejos de donde se encontraba y que tanto ansiaba volver a recorrer –Es bueno estar de vuelta…- sonrió mientras continuaba caminando con destino a las puertas de la aldea.

No sabía a que problemas se enfrentaría más adelante y cuales serían los obstáculos que debería superar, pero sobre todas las cosas su propia vida daría un giro tremendo al enterarse de la noticia más fatal y dolorosa que pudiera conocer y que estrellaría su corazón al grado de casi hacerlo desaparecer. La ignoraría aun por un tiempo, pero su pasado terminaría por alcanzarlo, y para eso era solo cuestión de tiempo, Hinata, su primer y único amor se le vería arrebatado sin compasión alguna…


Este es un nuevo proyecto en el que estuve trabajando varios días, prácticamente es otra manera de festejar mi primer mes publicando aquí. Va un poco más allá de ser solo un fic, pues será bastante extenso y algo turbio en la trama, la cual tendrá romance, drama y acción, y lo más probable es que también lemon, pero eso se verá en un futuro.

Espero sea de su agrado, y si así lo es no dejen de decírmelo con sus reviews.

Los quiero

Vixen