Esta es una petición que SkuAg hizo hace un tiempo que cogí de mendigas Fickeras. Es el siguiente:
Pairing: JyouxMimí, JyouxHikari, JyouxMiyako
Características: Quiero que las tres (pueden agregar a algún varoncito si quieren) decidan, por amor, obsesión, apuesta, orden de una vidente (¿¡se imaginan?! me muero de risa), por cualquier motivo, ¡conquistar a Jyou! él puede o no elegir a una, eso queda a libre decisión de la autora. Atención: Sora no puede tratar de conquistarlo, no me gusta esa pareja. No es necesario que haya Sorato, de hecho no es necesario que aparezcan, pero ninguno de los dos puede tener otra pareja que no sean ellos. Puede ser un one shot o pueden hacer un capítulo por conquista.
Digimon no es mío.
El tintineo de las campanillas les dio la bienvenida a la mística tienda. Los tres chicos, vestidos con ropas informales, entraron al local cerrando la puerta tras ellos y haciendo que la luz de la calle dejase de iluminar tanto el interior. Si bien eran todos amigos, sus expresiones denotaban cada una un sentimiento diferente; emoción, miedo e indiferencia. Uno de ellos, castaño, se adelantó a los otros dos y caminó por la estancia con una sonrisa pintada en la cara. El pelirrojo se apresuró a acercarse a él para no alejarse mucho de él mientras que el rubio simplemente miraba aburrido todo a su alrededor.
—Tai, no creo que esto sea buena idea —susurró Koushiro, vigilando como si algo estuviese a punto de atacarlos.
—¡Venga ya! Queremos que Jou se desahogue, ¿verdad?—exclamó Taichi y su amigo solamente asintió—. ¿Pues qué mejor que una chica para eso?
—Pero esto es demasiado —musitó tan bajo que el castaño frunció el ceño—. Digo, podríamos simplemente sacarle a bailar y hacer de celestinas con alguna chica en la discoteca.
—El superior no quiere salir a bailar, nunca —aseguró el mayor—. Eso no funcionará.
—¿Y esto sí? —cuestionó Yamato alzando una ceja, entrando en la conversación por primera vez desde que habían pisado la tienda.
—¡Claro que sí! —gritó el chico—. Megumi me ha asegurado que esto es verdadero. Me dijo que Satoshi le dio una a Chii para que ella se lo diese a Hiroshi y que funcionó.
—Solo son cuentos, Taichi —murmuró el rubio hastiado—. La magia negra no existe.
—¡Claro que existe! —Yagami le señaló con el dedo—. Y voy a demostrártelo. Tendrás que ir con pies de madera por si te ataco con ella.
—Se dice pies de plomo, imbécil —se mofó el otro—. Y cuando todo esto termine tendrás que aceptar que yo tenía razón y me reiré de ti.
—¿Qué te apuestas? —preguntó el chico, casi gritando y mirándolo de forma retadora—. Si esto sale bien tendrás que hacer mis deberes durante una semana entera.
—Chicos —llamó suavemente Koushiro—, no creo que sea buena idea…
—¡Hecho! —vociferó Yamato, entrando en el juego de su amigo—. Y si sale mal tú tendrás que hacérmelos.
—Chicos —intentó el pelirrojo de nuevo—, estáis levantando mucho la voz…
—¡Vas a morder el polvo, Ishida! —berreó Taichi, alzando un puño contra su amigo.
—¡Eso ya lo veremos, Yagami! —voceó su adversario, muy excitado por la idea de ver perder al otro.
Tan ensimismados estaban que no fueron conscientes del momento en el que dejaron de estar solos. De un momento a otro, en el mostrador que estaba al lado de Koushiro apareció una mujer entre las sombras. Fue tan rápido, que el pelirrojo pegó un grito, dando un salto hasta colocarse detrás de Taichi, protegiéndose de ella. Sus dos amigos dejaron de discutir ante aquello y miraron a la mujer, que iba vestida con un vestido holgado del color de la sangre oscura, con cientos de intrincados dibujos y un velo que ocultaba casi toda su melena, que se podía adivinar negra como el azabache.
—¿En qué puedo ayudaros? —preguntó arrastrando las palabras, casi como si sisease como una serpiente—. ¿Qué necesitáis de mí?
—Una amiga me ha hablado de usted —dijo Taichi, mirándola con una sonrisa pintada en los labios—. Tenemos un problema y usted es la única que puede ayudarnos con ello.
Yamato bufó, incrédulo, y la mujer clavó sus ojos, del color del metal líquido, en él. Koushiro sintió que un escalofrío le recorría la columna vertebral pero el rubio no hizo gesto alguno; le sostuvo la mirada y puso su mejor cara de póker, con sus azules ojos retándola a decirle algo misterioso. El castaño se acercó al mostrador y se colocó justo frente a ella, demasiado cerca para el gusto del pelirrojo, que para ese momento se preguntaba si no debería mejor esconderse tras Ishida.
—Llámame Madame Akane, por favor —aquella voz, de nuevo susurrante, heló la sangre del menor de nuevo—. ¿Qué es exactamente lo que queréis?
—Madame Akane —el castaño respondió a la sonrisa de la mujer misteriosa con otra, poniendo cara de tener un plan— Tenemos una petición muy especial…
Y aquí está Mid de nuevo, con sus introducciones de las historias. Parece que lo hago a posta pero es la última. Es que mirando la descripción del fic me fijé en que SkuAg no decía que fuese solamente One-shot y quería hacer una pequeña entrada a la historia, un prólogo que abriese el apetito de esta historia.
Tengo toda la historia en mente, cómo quiero llevarla a cabo, solamente me queda escribirla. Aún no estoy segura, porque tengo que plantearlo bien, pero creo que solamente será un capítulo (obviando éste) en el que estará todo el embrollo de la historia. He querido dejar un poco en el aire qué es lo que va a hacer que las chicas quieran conquistar a Jou, aunque puede que con lo poquito que he escrito tengáis una leve idea.
SkuAg, espero que no me mates por esta introducción, que te guste, y no pretendo tardar mucho más para el otro capítulo.
Nada más, espero que os guste.
¡Nos leemos!
Mid*
